Zánder - Agustín Olmedo

Aunque los elfos y los hobbits están de moda, la fantasía es mucho más.

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agustinod
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Zánder - Agustín Olmedo

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Título: Zánder
Autor: Agustín Olmedo
Editorial: Caligrama
Tamaño: 152 X 228 mm
Año de publicación: 2018
Páginas: 434
ISBN/13: 9788417483357

Sinopsis:
En un país agitado por tiempos inciertos, el destino invitará a Zánder a conocer un nuevo mundo lleno de criaturas fantásticas y numerosos peligros donde toda sorpresa es poca. Una gran trama se desenvolverá desde la oscuridad para someter la magia y la libertad por parte de temibles villanos. La justicia y el deseo por defender todo lo bello que han conocido llevarán a Zánder y a sus amigos a asumir su glorioso papel, y a enfrentar una ambición por la conquista que intentará destruir ambos mundos.

Hola si alguien lee este libro, le rogaría su opinión.
CAPÍTULO 1: NUEVA VIDA

Nuestra historia da comienzo en el bello país del sur, Astedia, setecientos años tras la primera gran guerra. Es un país sencillo, tradicional y poco modernizado. En Ástar, su capital, el rey Balgámer Aeternum lo gobierna con sabiduría y justicia desde hace años, siendo un reino basado en la colaboración y en el apoyo social entre familias. Hay multitud de pueblos y aldeas, y sus defensas están muy descentralizadas, pero lo suficiente para mantener distante a su eterno rival, Kadatria.

Pero no es en Ástar donde comienza esta historia. Más al sur, en una pequeña y apacible ciudad llamada Lazalea, se encontraba un joven estudiante aburrido como ninguno. Su nombre… Zánder. Zánder es atrevido y listo, e ingenioso a la par que astuto. Guapo, de peso ideal, y constitución corporal atlética. Luce un puntiagudo cabello castaño y oscuros ojos azules. Siempre suele vestir combinando el rojo, su color favorito. Era un día cualquiera en la vida de este joven sin familia, cuando en clase de física su profesora le regañó:

[Prof.ª Aurelis]—¡Zánder! No estás atendiendo, ¿verdad?
[Zánder]—Es que esto ya me lo sé, ¿qué importa…?
[Prof.ª Aurelis]—¡Zánder, fuera de la clase un rato!
[Zánder]—Gracias, se lo iba a pedir. Tengo que ir al baño.

Con un suspiro de su profesora, Zánder se ausentó del aula y bajó las escaleras del instituto cuando de repente se paró en seco. Frente a sus ojos apareció alguien por la puerta, alguien a quien quería en secreto y llevaba largo tiempo sin ver… su antigua compañera de clase, Eleanor Ferlain. Como siempre alegre y pensativa, muy carismática y tan bella cual flor en primavera, con unos cabellos largos, lisos y dorados, de indumentaria oficial blanca. Zánder sonriente y algo nervioso se acercó a ella y, fingiendo normalidad, le dijo entrecortado:

[Zánder]—Cuanto tiempo, Eleanor. Em… Me alegro de verte.
[Eleanor]—Yo también estoy muy feliz de verte de nuevo. He venido por ti, pero no tengo mucho tiempo. Ya hablaremos.
[Zánder]—¿Has… venido… por mi?

Eleanor permaneció sonriente, y con cierto cariño le entregó un mensaje en un sobre. Le dijo que no lo abriera hasta que estuviera solo en su piso, pues se trataba de algo realmente importante. Su amiga se dio media vuelta y Zánder preguntó:

[Zánder]—¿Cu… cuándo nos volveremos a ver?
[Eleanor]—Más pronto de lo que puedas imaginar… jajaja.

Y se marchó con la alegría con la que llegó, dejando un aroma de encanto y misterio en el ambiente. Nuestro protagonista ensimismado y deslumbrado por su hermosura, anhelaba conocer más sobre ella y el asunto. A la salida del instituto, Zánder se reunió como de costumbre con sus dos mejores amigos… Rokhi, y Blum. De regreso a sus hogares, Zánder parecía algo sonrojado. Ellos lo supieron al instante, pues solo con Eleanor conseguía semejante color. Él disimulando lo desmentía, pero no podía negar por mucho más lo que esta visita significaba. Más tarde en su solitario y pequeño piso, Zánder se dispuso serio y curioso a abrir el mensaje, con la esperanza de que fuera una cita con Eleanor, mas no fue exactamente eso lo que leyó. La intriga que le causó la carta despertó en su persona una parte de él que en el fondo, anhelaba con fuerza. El mensaje que recibió decía así:

“Estimado señor Zandelus Grandlor, permítame comunicarle mi más sincero deseo de invitarle personalmente a formar parte del proyecto de investigación y desarrollo, DISE, al servicio del gobierno de Astedia. Si acepta, experimentará una aventura lejos de los límites de su comprensión, no obstante, la decisión es suya. Venga solo a las 17:00 horas al parque sudeste, le estaremos esperando. No hace falta que le recuerde que esta información es estrictamente confidencial. Destruya este mensaje después de leerlo. Un cordial saludo:
General Manderbolt Walles”

Zánder no podía entender por qué a él, pero estaba seguro de que Eleanor tenía algo que ver, ya que sabía que trabajaba para el gobierno. Con una mirada incierta y hormigueos en la barriga, echó valor y decidió acudir a la cita. Estaba más que dispuesto a acabar con la aburrida y cotidiana vida que hasta entonces había llevado. Mientras tanto, en el DISE, varias personas discutían sobre el mismo asunto:

[Gáriel]—¡Permítame decirle que no estoy de acuerdo!
[Dir. L]—Alguien como él nos viene como anillo al dedo. Y ya que la carta la firma el General… le otorgará más seriedad.
[Gáriel]—Lo siento, pero no lo comprenderé si no me dice que tiene él de especial para nuestro trabajo.
[Manderbolt]—¡Eso no te compete, el director ha hablado!
[Gáriel]—Si de verdad es tan apto como comentáis, no os importará que lo compruebe. ¿Qué mínimo que valor?
[Dir. L]—Mmm… muy bien, Gáriel. ¿Qué piensas hacer…?

No era fácil describir lo que esperaban de Zánder pero él, con su buen afán de proseguir adelante con su nueva vida, se encaminó con excitación y curiosidad a la cita acordada. En el parque sudeste, a la hora exacta, encontró otro mensaje citándolo en un pedregal desierto más al sur. Una vez más decidió proseguir, pero esta vez con menos arrojo. Notaba que algo raro sucedía, y ya no podía echarse atrás. Cuando llegó al pedregal halló otra nota que lo llevó a otra parte. Confiando en Eleanor, estuvo de un lado para otro durante una larga hora. Agotado y desesperado Zánder continuaba adelante, convencido de que no se trataba de una broma. Finalmente llegó a las profundidades de un estrecho desfiladero rocoso y parcialmente oscuro. Allí, para su sorpresa, vio emerger de las rocas a un individuo enmascarado y de aspecto peligroso que avanzaba lentamente hacia él, creando en su luminosa mano una especie de mágica bola de rayos eléctricos. Zánder se quedó helado, y mientras retrocedía dijo con gran temor:

[Zánder]—¿Qui… qui… quién eres tú?
[¿?]—¡Vamos, cobarde! Enfréntate a mí.

Zánder trató de contener su postura. Con Eleanor puesta en su mente, embistió con fuerza contra el enemigo, pero este le asestó un golpe con su mano eléctrica y lo lanzó hacia atrás con fuerza mientras se mofaba. Zánder, aun siendo inferior, no estaba dispuesto a rendirse. Mientras suspiraba dolorido por el impacto, pensó en alguna forma de detenerlo. Nuestro protagonista repitió su carrera sin pretender en esta ocasión embestirle. Pasó por su lado velozmente esquivando el golpe eléctrico y, sacando de una patada una roca que sostenía a varias en la pared del desfiladero, derribó al extraño que no pudo esquivar la avalancha. Nuestro héroe observaba sin aliento a aquel individuo cuando desde lo alto del desfiladero escuchó unas palmadas. Allí arriba, delante del anaranjado atardecer, aparecieron dos personajes de forma difusa. El más alto de ellos se dirigió a Zánder diciéndole:

[Manderbolt]—Enhorabuena… Has pasado satisfactoriamente tu prueba. Has sido realmente ingenioso.
[Zánder]—¡¿Qué?! ¿Entonces todo esto ha sido… una prueba?

Ambos descendieron a donde Zánder se encontraba y pudo verlos claramente. ¡Eleanor era uno de ellos! El general Manderbolt se presentó ante Zánder y expresó sus disculpas pero la idea, había sido del extraño enmascarado. Entonces el misterioso individuo se levantó magullado de entre las rocas y se quitó la máscara. Era un joven poco mayor que Zánder, delgado, serio, recto y moreno de pelo. Trajeado de gris y azul marino, el joven permaneció impasible cuando Eleanor dijo:

[Eleanor]—Zánder, este es Gáriel Dysmond. Trabaja con nosotros. Es nuestro mayor genio.
[Zánder]—Encantado. Siento haberte dañado antes.
[Gáriel]—Bah… Formaba parte de la prueba. Aunque me cueste admitirlo, no has desistido en ningún instante durante tu examen, y has sabido actuar bien durante el combate.
[Zánder]—Si, pero… ¡¿Cómo has hecho lo de los rayos?!
[Manderbolt]—Todo a su debido tiempo. Está anocheciendo.

Antes de llegar a despejar todas las dudas de nuestro héroe, el general Manderbolt los llevó en un vehículo a todos de vuelta a Lazalea. Gáriel no parecía llevarse muy bien con Zánder, pero Eleanor siempre lo apoyaba incondicionalmente. Durante el trayecto, nadie soltaba palabra alguna sobre lo que sucedía, incrementando a cada segundo las interrogantes de Zánder. Su perspectiva del mundo comenzó a cambiar en lo más profundo de su ser, pues sabía que algo extraordinario ocurría a su alrededor sin tener constancia de ello, y una idea lo tenía constantemente en vilo… ¿Qué era aquel rayo de Gáriel? ¿Tecnología… o se trataba de algo más?

Pronto llegaron al parque sudeste. Muy cerca, en el corazón de la ciudad, en el gran monumento al rey Bridanlier de Astedia, se ocultaba un gran secreto. Zánder, Eleanor, Gáriel y Manderbolt entraron en su interior. Pulsando un solitario botón, el general desveló un pasaje subterráneo antiguo y abandonado desde hace siglos. La sorpresa de Zánder era mayúscula en aquel instante. Con su mirada puesta en el futuro, siguió con seguridad a sus compañeros a lo largo del pasaje. No eran necesarias las palabras, la realidad describía por sí sola los misterios que le aguardaban. Nadie preguntó a Zánder si deseaba continuar, ya que sabían de primera mano que aceptaría la aventura por su nueva vida. Pronto llegaron a una enorme puerta vigilada y acorazada. Paso a paso, la puerta se iba abriendo, revelando para nuestro protagonista un lugar como jamás había visto. Variadas salas tecnológicas lo cubrían todo, provistas de acogedores espacios de trabajo con multitud de raros instrumentales. Zánder observaba con expectación las cámaras mientras el General le comentaba:

[Manderbolt]—Bienvenido al DISE, Zánder. Departamento de Investigación de Sucesos Extraordinarios al servicio del rey.
[Zánder]—¡Es… asombroso! Toda esta gente…
[Eleanor]—Todo esta separado por secciones, ¿te gusta?
[Zánder]—¡¿De dónde ha salido esta tecnología?! ¿Qué… es lo que investigáis en estos laboratorios?

La emoción se apoderaba por momentos de Zánder. Esto le encantaba, y sentía la necesidad irrechazable de trabajar con ellos. Mander llevó a Zánder en solitario a ver al director del departamento en su despacho mientras el resto lo esperaban. Subiendo una pequeña escalinata, tras una puerta reluciente y bien cuidada, se hallaba el uniformado director. Un hombre elegante, cordial y listo, que inspiraba confianza y templanza nada más verlo. Llegados a este momento, el director ofreció asiento al nervioso Zánder, dando inicio la conversación que nuestro héroe con pasión tanto tiempo llevaba esperando:

[Dir. L]—Bienvenido, Zánder. Soy el director Locard, aunque todos me llaman L. Ya conoces al general Manderbolt.
[Zánder]—Es un placer.
[Dir. L]—Bien. Permíteme explicarte... Ahora estás en el DISE. Hace seis meses descubrieron una perturbación extraña en este lugar. Su majestad envió profesionales a investigarlo, pero sus métodos eran primitivos para hallar la respuesta. De modo que no nos quedó más opción que buscar otros medios.
[Zánder]—Con la tecnología que he presenciado hoy… Solo pueden ser con vestigios de la primera gran guerra, ¿verdad?
[Dir. L]—¡Muy bien, eres listo! Utilizamos los vestigios para ponernos al día de la avanzada tecnología de la antigüedad. Yo formé parte en dichas investigaciones. Pasado un tiempo se nos abrió la mente por completo hacia un nuevo mundo de información, y el rey decidió crear este departamento.
[Zánder]—¿Cómo conseguisteis los vestigios? Se supone que el consejo de Sacronis decidió llevárselos todos bajo su custodia para no repetir el desastre de hace setecientos años.
[Dir. L]—Jejeje, veo que entiendes de historia. Sacronis solo se llevó los vestigios que podían suponer un grave riesgo para Managea. En cuanto al resto, quedaron abandonados y enterrados en las profundidades de todo el continente. Te mentiría si te dijese que Sacronis desea esta investigación. Sin embargo, el consejo decidió desaparecer después de la segunda guerra hace cien años.

Zánder tenía dudas sobre lo que escuchaba. Todo estaba pasando tan deprisa, que quedaban lagunas morales dentro de su persona a las que debía darles respuestas.

[Zánder]—¿Por qué tantas molestias por esta investigación? Cuando comenzó todo no sabíais lo que podríais descubrir. ¿Por qué oponerse a las leyes de seguridad de Sacronis?
[Dir. L]—… Me parece… que debo decírtelo ya sin rodeos… La guerra con Kadatria es inminente.
[Zánder]—¡¿Cómo?! ¿Gue… gue… guerra? ¿Por qué tiene que haber nuevamente una guerra tan temprano?

El director Locard le explicó la verdadera situación actual en la que se encontraba Managea. Astedia había descubierto que Kadatria transformó en sigilo su reino en un imperio, cuyo objetivo principal era la conquista de territorios para elevar su grandeza. Kadatria había tenido últimamente movimientos irregulares de tropas y otros relacionados con excavaciones. El rey Balgamer tuvo la certeza de que Kadatria buscaba el poder tecnológico de la antigüedad, no quedando alternativa para Astedia que hacer lo mismo para defenderse de una muy posible guerra, no solo por la perturbación espacial hallada.

[Manderbolt]—Me temo Zánder, que nuestro trabajo en el DISE está orientado como un arma de defensa frente a Kadatria. En eso se basan generalmente todas estas investigaciones, y es el motivo por el cual yo estoy aquí ahora.

Nuestro héroe se quedó perplejo. Él sabía que no había nada de malo en defender el reino, pero también, que toda defensa puede ser también un arma. Él odiaba la guerra…

[Dir. L]—No debes preocuparte por la guerra ahora, Zánder. Hemos descubierto la existencia de la magia, será genial.
[Zánder]—Magia… eso es lo que estáis investigando, ¿no? Un poder que va más allá de la tecnología de los antiguos…
[Dir. L]—Zánder, estás aquí porque hemos considerado que eres la persona más indicada para ayudarnos. Ahora es el único momento, ¡responde!, ¿estás con nosotros?

Zánder permanecía confuso. Pero el no estar dispuesto a dejar escapar esta aventura superó las cuestiones morales que dichas actuaciones planteaban. Con cara de resignación aceptó firmemente el puesto y sonrió. En el fondo una parte de él había aceptado por Eleanor. El DISE necesitaba a un nuevo integrante que les diera valor y ánimos para seguir adelante. Zánder fue inscrito de forma oficial por el director en este departamento del rey. Zandelus Grandlor, al servicio de Astedia… Al parecer se le subió un poco a la cabeza. Eleanor lo esperaba en el exterior con gran felicidad, mientras que Gáriel mostraba indiferencia. Era de noche, y demasiado tarde para comenzar su viaje en esta aventura.

Una brisa de encanto de variados sabores dotó a nuestro protagonista del suculento entusiasmo que tanto ansiaba. El director con cierta premura, ofreció comida y alojamiento a Zánder. Allí conoció a los hermanos Tom y Samner, una pareja de simpáticos y astutos jóvenes que lo acompañarían. Tras una leve pero fructífera conversación con Eleanor y sus nuevos compañeros, nuestro impaciente héroe no podía soportar por mucho más la intriga que estos le dejaban sobre la susodicha magia. Aquella noche no pegaría ojo, pues al día siguiente le esperaba… una nueva vida.
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Sinkim
Dragonet
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Re: Zánder - Agustín Olmedo

Mensaje por Sinkim »

Agustín he separado tu mensaje en un nuevo hilo y he puesto los datos de tu novela para que quede como el resto de los hilos del subforo :D

Se muy bienvenido a este foro y espero que tengas mucho exito con tu libro :lol:
"Contra la estupidez los propios dioses luchan en vano" (Friedrich von Schiller)

:101:
agustinod
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Re: Zánder - Agustín Olmedo

Mensaje por agustinod »

Muchas gracias :D
agustinod
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Re: Zánder - Agustín Olmedo

Mensaje por agustinod »

Varios capítulos gratis en este enlace.
https://books.google.es/books?id=oQpjDw ... do&f=false
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agustinod
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Re: Zánder - Agustín Olmedo

Mensaje por agustinod »

Subir el marcador derecho gris hacia arriba.
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agustinod
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Re: Zánder - Agustín Olmedo

Mensaje por agustinod »

:D
Última edición por agustinod el 14 Ago 2018 00:14, editado 4 veces en total.
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corpcd
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Re: Zánder - Agustín Olmedo

Mensaje por corpcd »

agustinod escribió:Opinión critico literario.
En serio, no dejes que te escriban este tipo de reseñas a la carta; en lugar de animarte a leerla, hacen que descartes absolutamente la obra.

Aparte del hecho de que el que sea autopublicado a mi personalmente me desanima totalmente a leerlo.
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agustinod
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Re: Zánder - Agustín Olmedo

Mensaje por agustinod »

Retiro los comentarios. Pero confirmo que no tiene nada que ver con la editorial.
Última edición por agustinod el 13 Ago 2018 22:08, editado 7 veces en total.
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agustinod
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Re: Zánder - Agustín Olmedo

Mensaje por agustinod »

Gracias por tu consejo.
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Panoramix

Re: Zánder - Agustín Olmedo

Mensaje por Panoramix »

agustinod escribió:Es autopublicado, pero no es la opinión de esta editorial. Hay personas que han leído los capítulos gratuitos, y se han animado a comprarlo.
En tu opinión que sea autopublicado quiere decir que no anima a leerlo. Creo que verdaderamente si todos pensáramos de la misma manera, esto fuera pasado. Veinte años de la novela de oro que nadie quería
Harry Potter, entre la ciencia y la mística.
A mí lo que me desanima a leerlo es este mensaje. Si lo añadimos a lo que he leído de lo que has aportado en el primer mensaje... Lo siento mucho, pero me sumo a Corpcd en el descarte. Aunque te reconozco un mérito, has conseguido que él y yo estemos de acuerdo en algo.
agustinod
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Re: Zánder - Agustín Olmedo

Mensaje por agustinod »

:comp punch: :shock:
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