Hambre - Knut Hamsun

[Eliena]

Katia Bueno yo a Kafka lo he leído muy poco, pero si que tiene la novela un ambiente como de entresueños extraños, el protagonista parece que esté medio soñando "con el alma llena de nubes".

He terminado la segunda parte. Me siento algo frívola al intentar ponerme en la piel del protagonista, son cosas que nunca he experimentado y me dan mucho respeto. Carecer de algo tan básico como un trozo de pan que llevarse a la boca, llegar hasta el límite de resistencia que puede aguantar cualquier organismo vivo sin alimento alguno... me conmueve esa perseverancia del personaje y su lucha por conservar la dignidad ¡Cómo nos agarramos a la dignidad, que orgullosos somos!. Por supuesto esa resistencia tiene su límite y la supervivencia termina imponiéndose. ¡Y esos sueños! Esos nombres inventados, esas palabras sin significado, esos desvaríos... que personaje más peculiar, soñador, loco hambriento y generoso gruñón.

[KatiaconK]

Creo que esa dignidad u orgullo que muestra es lo único que le queda y no lo quiere perder. Sería como rendirse definitivamente y aunque las cosas cada vez le van peor de alguna manera no se pierde como persona, es la misma pero muerta de hambre y vestida de andrajos.
Me gusta su fortaleza mental, a veces vencida por la locura del hambre, no se desanima nunca, siempre ve una posibilidad aunque se la invente, siempre ve el lado positivo. Y esa invención es la que le hace seguir adelante pese a sus miserias.

[Eliena]

El protagonista de esta novela es uno de los sujetos más extraños que he podido leer nunca.. ¿Sería así el propio Hamsun? tiene pinta de ser autobiográfica la cosa. Me ha dejado un sensación que no sé bien como definir, todo en sí: él, sus pensamientos, el hambre -explicada como nunca nadie la había explicado-. Tengo la cabeza llena de coronas: diez coronas, cinco coronas, un trozo de pan... y de nuevo la miseria, un circulo vicioso o una pesadilla de la que no se puede salir. Me ha dado que pensar, me ha angustiado y hasta me ha hecho reír, vaya mezcla. hierbamora, acudo rauda a leerme tu artículo, tengo mucha curiosidad con Knut Hamsun.

[guille]

Por si a alguien le apetece, lo empezaré en breve.

[imation]

pues igual me uno, guille

[guille]

pues igual me uno, guille

Sería estupendo, imation. A lo mejor es algo precipitado: quería empezarlo mañana. Pero si me dices otro día... será por lecturas pendientes.

[imation]

No, no, empiézalo cuando quieras. Lo he sacado hoy de la biblio y en un par de días lo empezaré.

[guille]

Ok.

Lo empecé ayer, el prólogo y poco más.

Su lectura es muy fácil (lo compagino con el Ulises, no te digo más). No puedo decir lo mismo del comportamiento de este escritor en ciernes. Una montaña rusa en cuanto al ánimo y un mono con pistola (de agua) en cuanto a su comportamiento. Para mí que es diabético y está hipoglucémico.

Seguimos.

[imation]

Ya estoy con él.

Acabo de empezar la segunda parte.
Curiosa la nota de las traductoras, pero me gusta que aclaren esas cosas, está bien.

A mí no me parece tan fácil ni fluida la lectura, da muchas vueltas en su discurrir y luego lo de los diálogos sin marcar pues es verdad que a veces es confuso, sobretodo cuando se habla para sí mismo. Pero me está gustando. Pudiendo ser repetitivo por la situación crónica de él, no lo es.
Me encanta las películas mentales que se monta y las trolas que mete, con qué facilidad. Claro que uno no sabe bien si se encuentra así siempre, si es por debilidad e inanición que decira o es que tiene realmente algún tipo de trastorno, toc.

Recurrentes y significativas también las visitas al cementerio, creo que en todos sus paseos en algún momento acaba en alguno.

[guille]

¿Ya en la segunda parte? Entonces no me engañas, que la lectura no es fácil ni fluida es solo modestia… ya me parecía a mí.

Sobre su trastorno, está claro que muy bien de la cabeza no está. Tampoco es que se porte de forma mucho más razonable cuando come. Claro que, si le hacemos caso, parece que la comida no le sienta muy bien, una característica suya, dice.

Pobre, no debería hablar así de él, da penita su aristocrático orgullo, su honorabilísima vanidad, sus inútiles arranques de quijotesca generosidad autocomplaciente, sus patéticas descargas de responsabilidad sobre la situación en la que se encuentra (qué a mano ese Dios), todo tan parecido a ese modelo quevediano del hidalgo español, tan sufridor también de esa hambre endémica, pero sin su pillería. Como muy bien dice Grimaud más atrás, una novela picaresca sin pícaros. Pero no es solo esto, Hamsun… bueno, esperemos a leer el final para los últimos comentarios.

[guille]

Bueno, imation, terminado y, como tengo debilidad por este tipo de personajes y más cuando están narrados, como esta, en primera persona, no es extraño que me haya gustado tanto.

Hamsun consigue de forma admirable nuestra adhesión al personaje, nuestra compasión por este ser tan infantil, tan inmaduro, tan inocente en su solitaria y menesterosa situación. Lo que no quita que también nos ponga un poquito nerviosos sus quijotadas, su idealismo, la visión romántica y brillante que tiene de sí mismo y que le aboca a la situación en la que vive. Qué ganas de cogerle de los hombros y agitarlo para ver si se mueven dentro de él un poco los fundamentos de su masoquista inclinación a la culpa y al autocastigo, su capacidad mistificadora de oprobios. Pero, sobre todo, nos afligimos con él.

Y nos afligimos con él porque somos residentes de una cárcel parecida, de una cárcel de la que no podemos escapar: no podemos dejar de ser nosotros mismos. Y esto es, en gran parte, la tesis del libro.

“La locura se apodera rabiosa de mi cerebro y yo se lo permito, soy muy consciente de que estoy sometido a influencias sobre las que no tengo ningún control”

Estamos presos de nuestro temperamento, de nuestro carácter, de nuestras capacidades, de nuestros esquemas mentales, no siempre reconocibles, de nuestras pulsiones interiores, no siempre conscientes. No siempre sabemos por qué sentimos lo que sentimos, por qué de repente cambia ese sentimiento, por qué nos arrepentimos tan pronto de reacciones que nos parecieron tan adecuadas en su momento, por qué reaccionamos en ocasiones de la manera que lo hacemos, de forma tan impropia, creemos, de nosotros mismos. Como al protagonista sin nombre de la novela, parece que es el mero azar, la pura aleatoriedad mental, la que protagoniza en ocasiones nuestra psique. No controlamos nuestro destino. Nos engañamos, nos mentimos, nos justificamos. Pobres de nosotros.

"He hecho un intento de escribir… un libro sobre las delicadas oscilaciones de una vulnerable alma humana, sobre esa extraña vida de la mente, sobre los misterios de los nervios en un cuerpo consumido por el hambre."

[imation]

Apara empezar la tercera parte.
Sí que es cierto lo que apuntáis del pillo o de quijotesco. Y luego además tiene un punto de optimista feliz (infeliz) y también de generoso .
La noche en la carcel, la oscuridad, esa opresión, ese encierro es muy real, lo he sentido alguna vez y ha conseguido que lo reviva y lo identifique perfectamente.

No he investigado pero ¿tiene algo de autobiográfico?

[guille]

La noche en la carcel, la oscuridad, esa opresión, ese encierro es muy real, lo he sentido alguna vez y ha conseguido que lo reviva y lo identifique perfectamente.

¿He estado compartiendo mc con una exdelincuente... o sin ex, carne de presidio, culpable de quién sabe qué horrendos crímenes? Qué chuli!!!

No he investigado pero ¿tiene algo de autobiográfico?

¿Qué gran obra de qué gran autor no lo es?

Dice Vila-Matas que “toda autobiografía es ficcional y toda ficción es autobiográfica” y si él lo dice...

[imation]

No, no, al menos todavía, jajaja. Me refería a lo de la oscuridad, y a la noche toledana que pasa.

[jumareva]

Me ha parecido una obra extraña. Algo larga aunque es cierto que según avanza la lectura, gana puntos. Tiene el puntillo tétrico de la literatura nórdica que asoma en “Barrabás”. La angustia del personaje me recordaba las novelas de Van der Meersch, hoy tan olvidado.

El caso es que parece un libro de juventud. Cuando se publicó, Hamsun tenía unos treinta años y me da la impresión de que debió escribirlo bastante antes. Parece más o menos autobiográfico, como si quisiera dejar constancia de una temporada en la que las pasó canutas.

Creo que trata asuntos universales: la sensación de soledad, el miedo a estar desprotegidos, cómo relacionarnos con los demás o con el sexo opuesto, el mantener la cabeza alta aunque suponga tirar piedras al propio tejado, etc.

La novela es coherente. Hamsun se las apaña para que nunca sepamos el nombre del protagonista o por qué ha llegado a esa situación y así no desviar la atención del lector. La chica, tan enigmática y desesperada como el protagonista, también es un acierto. Los policías que aparecen intermitentemente son el poder establecido. No son buenos ni malos. Me gusta que siempre impere la cortesía en ese mundo de hace más de un siglo.

Pensaba que el final iba a ser

el suicidio, pero me ha gustado cómo Hamsun lo resuelve en la última página recurriendo a la esperanza indefinida de la emigración. Otra cuestión de lo más actual.