El catálogo de Anagrama no suele defraudar, así que yo me hice con él...
Y este fin de semana me he leído las dos primeras partes, unas 250 páginas. Está bien, en cada parte salta a un momento del tiempo totalmente distinto. Estoy algo perdido, porque parece que hay tres personajes principales: George, Cecil y Daphne, pero ya se han colado unos cuantos en la trama, quitándoles el protagonismo. Si en la primera estábamos
a principios del siglo XX, en Dos Acres (mansión familiar de la familia de George y Daphne Sawle), con un número reducido de personajes pasando juntos unos días. En la segunda cambiamos completamente de escenario, en la residencia de los Valance (Corley Court), con un sin fin de invitados a una reunión para recordar a Cecil. Ya tras la I Guerra Mundial, puesto que este muere por causa de la patria. Y ya en la tercera parece que nos vamos a desviar de toda la trama por completo, porque no conozco a ningún personaje de los que nos están presentando. |
Cuando te habitúas al entorno, esto cambia.
Está muy bien escrito, vas por las páginas sin saltarte una coma, entre los poemas de Cecil. Intentando desgranar cada una de las personalidades de los personajes. Empresa difícil. Entre unas personalidades más fuertes y vehementes, otras más inocentes, los mayores, los más jóvenes... La relación entre George y Cecil, o entre éste y Daphne, ya
diluidas con el paso de los años. |
Los desconocidos que vienen a recordar al poeta, las difusas relaciones que mantuvieron con él... Empiezas la segunda parte pensando que
Cecil se ha casado con Daphne y viven felices rodeados de niños y niñeras, cuando, sorpresa, es su hermano (personaje un tanto irrelevante, en principio), quien ha conquistado el corazón de la muchacha. |
En definitiva, que me encuentro en una disyuntiva: me da la impresión de que no pasa nada, de que los personajes cada página se me hacen más misteriosos, queriendo saber qué está pasando (¡!), a la vez que enganchado a la forma en que está escrita. Necesito muchas aclaraciones, porque da la impresión de marear un poco la perdiz...
Seguiré leyendo...