Discrepo de lo que creo que es la mayoría. Me ha encantado.
No sé si ponéis demasiadas expectativas en él y esperáis algo así como 'Todas las mujeres de la abadesa', desde esa óptica decepciona, respecto al Watergate no deja de ser una satirilla intrascendente e inexacta con la ironía Spark que disfruté en
Las señoritas de escasos medios.
Me han parecido mucho más esenciales dos puntos:
el discurso antes de las elecciones y la maldad que rebosa sin levantar la voz y ni un solo mal gesto y haciendo apelación al pasado glorioso y blablabla |
y las descripciones de las monjas y su convento, con retratos del jardín y el físico de las monjas en las que Spark parece decirnos 'eh, que yo no soy anticlerical, que aprecio lo bueno que hay en esto, pero es que me apetecía escribir un divertimento con este tema'. Porque Muriel Spark es católica, y eso en Inglaterra marca, recordemos Retorno a Brideshead o las historias de Somerset.
Eso es lo que más me ha gustado, tampoco voy a buscar un paralelismo con el Watergate porque no me parece la principal intención de la autora, sólo que quiso hacer una sátira de un convento y fue un poco oportunistilla aprovechando la actualidad. Es mi visión.