Lo he leído y no puedo decir que me haya gustado. Tampoco que me haya parecido un mal libro: simplemente cuenta la historia de una mujer con la que me es imposible empatizar ni para bien ni para mal. Elena es como es, porque es alguien absolutamente amoral, al igual que su marido. El detective no es así: tiene muy claro que existe el bien y el mal, y ha vivido y vive en consecuencia.
Suscribo los comentarios de Grimaud y Artemisa.
Para mí Elena es una eterna adolescente, tan narcisista y egocéntrica que es imposible que jamás esté bien. No sólo es que tenga cuentitis, es que es una persona tóxica: alguien absolutamente venenosa que se enferma a sí misma y de la que todo el mundo se aleja para poder respirar: su hija, su marido, el detective e incluso su hermano. Y que además recoge la invención de la antípoda de su madre, ya que así puede culpar a un extraño del mal que se autoprovoca. |
Es incapaz de “socializar” con nadie,
ni siquiera cuando va a recoger la casa de su madre con sus hermanos: se queda al margen y sólo se lleva a escondidas los cuadernos. Al final si conserva algo de su madre es porque su hermano se lo lleva a su casa y se lo coloca en el salón. Y esa butaca y ese reloj al final representan cómo Elena repite la misma vida de su madre, aunque con ligeras variaciones: en vez de “coñá”, hachis; y en vez de un tumor en el pecho, un “algo” que no consigue expulsar del intestino. Por repetir, hasta escribe un diario como su madre. Por cierto, que la frase de la madre de que los hijos no interesan como argumento del diario y que prefiere hablar del páncreas, es una definición magistral del egocentrismo de la madre que se repite en Elena y su diario, ella tampoco habla de su familia (aunque va a ser abuela), sólo de sus intestinos. Y por si no fuera suficiente, Millás hace que la confusión que tiene su madre cuando va a morir creyendo que Elena es su antípoda, se pueda ver como esa repetición de la vida de la madre en Elena. |
En cuanto al bulto de Elena creo que es un tumor físico y a la vez la metáfora a la que se refiere el título: la soledad es un tumor “psicológico-social” que destruye por dentro a quien la elige como forma de vida.
El detective manda a hacer puñetas
(y muy bien mandada) a la Elena real que es quien lo ha contratado. Pero defiende y dice que va a proteger a la Elena que él se ha imaginado a lo largo de sus investigaciones porque no sabe que son la misma persona. El detective, entre que para alguien normal con una vida real la idea de que alguien sea tan narcisista que se haga autoinvestigar con informes subjetivos es inimaginable y que además le termina pasando factura el haber sido obligado a ser subjetivo, se ha inventado una historia en la que el marido hace de “antípoda” de Elena, idea que surge fácilmente (y con razón) de la mala opinión que tiene de Enrique. |
Coincido con raton y Rosebud en que el informe del detective sobre Enrique es soberbio. Es más, el detective es el único personaje con el que se puede empatizar porque refleja cómo las personas pueden terminar cayendo en la trampa de las personas tóxicas como Elena.
No creo que Elena cambie,
por mucho que se refiera a eso en todo el libro y sobre todo en el último capítulo diga que empieza su nueva vida, con casa nueva y corte de pelo incluido: son sólo cambios cosméticos. Al final no quiere ser consciente de que ha caído en la trampa de la que habló Enrique cuando le contó la última conversación que él tuvo con su padre: creer que haces cosas distintas, pero inconscientemente recurriendo siempre al mismo estímulo. La razón de la vida de Elena es estar mal: eso es lo que Millas quiere hacernos ver cuando Elena dice en su diario que va a cuidar y alimentar su bulto. |
La escena final para mí refleja el momento en que Elena
, reflejando lo que decía su madre en sus diario cuando viajó a Burdeos. Por si no se captase bien, hasta hace una referencia a la similitud de ese momento con los cuartos de baño de los hoteles.
Emilio, sobre la moneda en la playa,
para mí que es un poco como lo de la antípoda para su madre: una excusa que le sirve para justificar su vida. Ella cree que es diferente a los demás porque soñó algo que se cumplió. Pero al final, el diario de su madre le descubre que ese estímulo que ella siempre ha empleado para hacer las cosas (el ser especial) al final se revela como la trampa de la que le hablaba Enrique. |
raton, muchas gracias por habernos propuesto esta novela. Ha sido interesante leerla, porque aunque ya he dicho que no me ha parecido ni bien ni mal, sí que da juego para analizar a un personaje. Como alguien ya ha dicho: es una novela para leer en grupo y comentar.