La hija de Jezabel - Wilkie Collins
Moderador: LizzyDarcy
Re: La hija de Jezabel - Wilkie Collins
Este Sergio...
¿Lo pillaste en Montesinos? ¡Porque no será que Verticales lo ha sacado ya!
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Re: La hija de Jezabel - Wilkie Collins
Sí, sí, es de Montesinos .
Además envié un email al Grupo Norma para preguntarles si este año sacarían algún libro nuevo de Wilkie Collins en sus ediciones de Verticales de bolsillo. Y me lo contestaron:
Además envié un email al Grupo Norma para preguntarles si este año sacarían algún libro nuevo de Wilkie Collins en sus ediciones de Verticales de bolsillo. Y me lo contestaron:
Estimado Sergio,
A dia de hoy no tenemos la certeza de saber si lanzaremos otro libro de Wilkie Collins, en todo caso le mantendremos informado si publicásemos otro libro.
Atenamente,
Milagros Paseta Eguren
Departamento de Marketing
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Re: La hija de Jezabel - Wilkie Collins
Queremos más Wilkies en Verticales!!
Este es uno de los que no tengo, y coincido con Hyp que sería genial que lo sacaran ...
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Re: La hija de Jezabel - Wilkie Collins
De genial nada, ahora que me he gastado el dinero en él sólo falta que lo saquen para vosotras . Ahora que editen en Verticales otro de Montesinos que no tenga , o de Rialp, que tampoco son baratos precisamente .
La verdad es que no son baratos ninguno .
Me daría el soponcio si editaran Marido y mujer o Sin nombre, que sólo los tiene Alba . |
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Re: La hija de Jezabel - Wilkie Collins
¿Nadie lo ha leído aún, entonces, todavía?
Pues yo llevo un tercio, más o menos
Tiene un comienzo de toro distraído y vacilante. Luego ya se centra en la muleta y parece que el bicho embiste
Pues yo llevo un tercio, más o menos
Tiene un comienzo de toro distraído y vacilante. Luego ya se centra en la muleta y parece que el bicho embiste
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Re: La hija de Jezabel - Wilkie Collins
Me has recordado a Gustavo Suárez Canillejo
Todavía no la he leído, pero la tengo en la "recámara". Me asomaré por aquí, pues
Todavía no la he leído, pero la tengo en la "recámara". Me asomaré por aquí, pues
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Re: La hija de Jezabel - Wilkie Collins
¡Opinión rotunda!
Como ésta de Collins: "Hay un momento en la vida de las mujeres en el cual puedes sentirte totalmente seguro de que renuncian definitivamente a los hombres: el momento en que las meten en el ataúd"
¡Sublime frase!
¡Asaúra!
Voy entrando por la segunda parte. La cosa sólo se podrá comentar desde la linea de meta.
Como ésta de Collins: "Hay un momento en la vida de las mujeres en el cual puedes sentirte totalmente seguro de que renuncian definitivamente a los hombres: el momento en que las meten en el ataúd"
¡Sublime frase!
¡Asaúra!
Voy entrando por la segunda parte. La cosa sólo se podrá comentar desde la linea de meta.
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Re: La hija de Jezabel - Wilkie Collins
Pffff...
Pues nada, te espero en la meta para tus primeras declaraciones
Pues nada, te espero en la meta para tus primeras declaraciones
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Re: La hija de Jezabel - Wilkie Collins
Me quedan 30 páginas... Madre mía, el Wilkie éste cómo le daba a la cosa
Si es que me imagino los titulares de la época:
"Mr. Collins comienza a escribir una nueva novela"
"Se observa un súbito desabastecimiento de láudano en las farmacias de Londres"
Si es que me imagino los titulares de la época:
"Mr. Collins comienza a escribir una nueva novela"
"Se observa un súbito desabastecimiento de láudano en las farmacias de Londres"
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Re: La hija de Jezabel - Wilkie Collins
Lo terminé hace unas horas, pero como parece que Morfeo esta noche se ha ido de parranda y no conmigo precisamente y que tengo los ojos así , pues lo comento un poco ahora y ya está.
Este libro yo creo que puede servir de justificante al hecho de que algunos califiquen a Collins de gran escritor menor. No se encontrarán en él la grandeza y los rasgos geniales de un Dickens, ni la penetración superlativa de una George Eliot, ni el sentido de la ironía de un Trollope, ni la intensidad dramática y humanísima de un Hardy. Quizás (y sin quizás) en una perspectiva de pura calidad literaria, Collins está un peldaño por debajo de todos esos autores. Lo cual no obsta para afirmar su condición de maestro absoluto en conocimiento del arte narrativo, en el diseño de la estructura de una historia, en el dominio del melodrama y del suspense y en sagacidad para entretener, interesar y hasta apasionar al lector. Con esta sabiduría, y contando con un profundo amor por su profesión -se nota que a Collins le gustaba lo que hacía- fue capaz, en sus mejores momentos, de crear varios monumentos, un puñado de obras extraordinarias e inolvidables.
"La hija de Jezabel" no está entre ellas. Le falta aliento, intención y vuelo. A ratos se pierde, se deshilacha. Tiene un desenlace casi penoso (se le acabaría el láudano a Wilkie). Y hasta el intento de juntar a quienes parecen el bufón del Rey Lear y uno de los borrachos de Macbeth ofrece un resultado pobre, desangelado y anti-shakespeariano ... Con todo esto, no es una novela mala e insalvable porque cuenta con partes largas que se siguen con interés -particularmente la parte alemana de la primera parte- y con algunas escenas y diálogos francamente buenos. A todo eso se añade la existencia de un par de buenos personajes.
La trama de la novela recuerda a un tablero de ajedrez cuyo protagonista sea la Reina Negra. Una Reina Negra de maneras envolventes y sigilosas con una misión obsesiva: llegar al otro extremo del tablero y convertirse en una Reina Blanca. En ese camino de supervivencia y de huida hacia delante se complace el amigo Wilkie en colocarle, a veces con vuelta de tuerca, continuos obstáculos en forma de objetos y circunstancias. Por tanto, deberá enfrentarse a numerosos enemigos: la principal, una firme e inquebrantable Reina Blanca. Y en su soledad sólo contará con su audacia y una poderosa y extraña arma que el Destino quiso poner en sus manos. Ésa, básicamente, es el alma de la historia.
Jezabel, Madame Fontaine, la dama negra, la villana, es pues, la protagonista de esta novela. En que sea ella la mala malosa no hay ningún misterio porque Collins prefiere definirla, catalogarla y juzgarla antes incluso de que pueda hacerlo el lector. Eso algunos lo considerarán un primer error. Y el segundo error en la concepción de la novela podría estribar en que, mientras en la primera parte se confía a un peón cualificado la conducción de la narración, en la segunda ese subjetivismo se interrumpe y pasamos directamente a un relato en tercera persona. A lo largo de esa parte no se puede evitar pensar: "esto ganaría si la historia la contara tal personaje en primera persona". Pero Collins, posiblemente harto de repetirse, renuncia a un rasgo habitual en él: el multiperspectivismo. Pero eso sí, o hace muy conscientemente, pues incluso hacia el final parece dirigir un guiño a sí mismo aludiendo y presentando un diario escrito por la malvada. Ahí pensamos: "En ese libro dentro del libro que el autor nos hurta está y se esconde un libro mejor que el libro que hemos leído". Y a juzgar por las escasas páginas en las que, más atrás, se ha permitido que la Reina Negra se exprese directamente y con voz propia podemos pensar que no nos equivocamos. Que todo hubiera sido mejor si, reposadamente, se hubiera dejado hablar a la Reina Negra.
Lo mejor, sin embargo, de los malos de Collins es que no son caricaturas, no son malos de una pieza, malos de cartón piedra. Son seres sensibles, capaces de amar, incluso de sacrificarse. Y son seres que pueden evolucionar a lo largo de la historia. Aquí es así hasta el punto de poder preguntarnos hasta qué punto es Jezabel la "mala". Porque casi peor y más despiadado que ella es el intransigente Rey Blanco. Y tampoco en la Reina Blanca existe demasiada compasión, auténtico calor humano aplicado a un caso concreto. Por eso, cabe decir que el retrato de esta frágil y solitaria Reina negra merece ser recordado en la galería de los mejores malvados de Collins. Tiene fuerza, arrestos y causa. A pesar de que a veces a Collins se le vaya el pincel y la trace con rasgos gruesos, con arrebatos ridículos propios de villano de cine mudo o dotándola de comportamientos absurdos, de marioneta.
Junto a ella podemos encontrar la dama valerosa, filantrópica y adelantada a su tiempo, algún personaje extravagante (como siempre), un joven inteligente, una insípida pareja joven -qué tonto es él, por Dios- y, por supuesto, abogados y médicos (eso que nunca puede faltar en una obra de Wilkie) y casualidades y coincidencias tremebundas (eso que tampoco falte).
Resumiendo todo este rollo: Que se puede leer pero, vamos, que si no, tampoco se pierde uno mucho. Echar una buena siesta es otra muy buena opción.
Este libro yo creo que puede servir de justificante al hecho de que algunos califiquen a Collins de gran escritor menor. No se encontrarán en él la grandeza y los rasgos geniales de un Dickens, ni la penetración superlativa de una George Eliot, ni el sentido de la ironía de un Trollope, ni la intensidad dramática y humanísima de un Hardy. Quizás (y sin quizás) en una perspectiva de pura calidad literaria, Collins está un peldaño por debajo de todos esos autores. Lo cual no obsta para afirmar su condición de maestro absoluto en conocimiento del arte narrativo, en el diseño de la estructura de una historia, en el dominio del melodrama y del suspense y en sagacidad para entretener, interesar y hasta apasionar al lector. Con esta sabiduría, y contando con un profundo amor por su profesión -se nota que a Collins le gustaba lo que hacía- fue capaz, en sus mejores momentos, de crear varios monumentos, un puñado de obras extraordinarias e inolvidables.
"La hija de Jezabel" no está entre ellas. Le falta aliento, intención y vuelo. A ratos se pierde, se deshilacha. Tiene un desenlace casi penoso (se le acabaría el láudano a Wilkie). Y hasta el intento de juntar a quienes parecen el bufón del Rey Lear y uno de los borrachos de Macbeth ofrece un resultado pobre, desangelado y anti-shakespeariano ... Con todo esto, no es una novela mala e insalvable porque cuenta con partes largas que se siguen con interés -particularmente la parte alemana de la primera parte- y con algunas escenas y diálogos francamente buenos. A todo eso se añade la existencia de un par de buenos personajes.
La trama de la novela recuerda a un tablero de ajedrez cuyo protagonista sea la Reina Negra. Una Reina Negra de maneras envolventes y sigilosas con una misión obsesiva: llegar al otro extremo del tablero y convertirse en una Reina Blanca. En ese camino de supervivencia y de huida hacia delante se complace el amigo Wilkie en colocarle, a veces con vuelta de tuerca, continuos obstáculos en forma de objetos y circunstancias. Por tanto, deberá enfrentarse a numerosos enemigos: la principal, una firme e inquebrantable Reina Blanca. Y en su soledad sólo contará con su audacia y una poderosa y extraña arma que el Destino quiso poner en sus manos. Ésa, básicamente, es el alma de la historia.
Jezabel, Madame Fontaine, la dama negra, la villana, es pues, la protagonista de esta novela. En que sea ella la mala malosa no hay ningún misterio porque Collins prefiere definirla, catalogarla y juzgarla antes incluso de que pueda hacerlo el lector. Eso algunos lo considerarán un primer error. Y el segundo error en la concepción de la novela podría estribar en que, mientras en la primera parte se confía a un peón cualificado la conducción de la narración, en la segunda ese subjetivismo se interrumpe y pasamos directamente a un relato en tercera persona. A lo largo de esa parte no se puede evitar pensar: "esto ganaría si la historia la contara tal personaje en primera persona". Pero Collins, posiblemente harto de repetirse, renuncia a un rasgo habitual en él: el multiperspectivismo. Pero eso sí, o hace muy conscientemente, pues incluso hacia el final parece dirigir un guiño a sí mismo aludiendo y presentando un diario escrito por la malvada. Ahí pensamos: "En ese libro dentro del libro que el autor nos hurta está y se esconde un libro mejor que el libro que hemos leído". Y a juzgar por las escasas páginas en las que, más atrás, se ha permitido que la Reina Negra se exprese directamente y con voz propia podemos pensar que no nos equivocamos. Que todo hubiera sido mejor si, reposadamente, se hubiera dejado hablar a la Reina Negra.
Lo mejor, sin embargo, de los malos de Collins es que no son caricaturas, no son malos de una pieza, malos de cartón piedra. Son seres sensibles, capaces de amar, incluso de sacrificarse. Y son seres que pueden evolucionar a lo largo de la historia. Aquí es así hasta el punto de poder preguntarnos hasta qué punto es Jezabel la "mala". Porque casi peor y más despiadado que ella es el intransigente Rey Blanco. Y tampoco en la Reina Blanca existe demasiada compasión, auténtico calor humano aplicado a un caso concreto. Por eso, cabe decir que el retrato de esta frágil y solitaria Reina negra merece ser recordado en la galería de los mejores malvados de Collins. Tiene fuerza, arrestos y causa. A pesar de que a veces a Collins se le vaya el pincel y la trace con rasgos gruesos, con arrebatos ridículos propios de villano de cine mudo o dotándola de comportamientos absurdos, de marioneta.
Junto a ella podemos encontrar la dama valerosa, filantrópica y adelantada a su tiempo, algún personaje extravagante (como siempre), un joven inteligente, una insípida pareja joven -qué tonto es él, por Dios- y, por supuesto, abogados y médicos (eso que nunca puede faltar en una obra de Wilkie) y casualidades y coincidencias tremebundas (eso que tampoco falte).
Resumiendo todo este rollo: Que se puede leer pero, vamos, que si no, tampoco se pierde uno mucho. Echar una buena siesta es otra muy buena opción.
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Re: La hija de Jezabel - Wilkie Collins
¿Un poco?RAOUL escribió:Lo terminé hace unas horas, pero como parece que Morfeo esta noche se ha ido de parranda y no conmigo precisamente y que tengo los ojos así , pues lo comento un poco ahora y ya está.
Wilkie sabía manejar bien los tiempos para atrapar a los lectores y que continuaran interesados entrega tras entrega, pero es verdad que algunas de sus historias no están tan bien armadas como otras.
Por lo que comentas, esa Jezabel me recuerda algo a Lydia Gwilt.
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Re: La hija de Jezabel - Wilkie Collins
Bueno, si es lo que tiene el insomnio Hoy no estoy de acuerdo con nada de lo que escribí anoche
¿Lydia Gwilt? Pues sí, la recuerda de algún modo.
¿Lydia Gwilt? Pues sí, la recuerda de algún modo.
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Re: La hija de Jezabel - Wilkie Collins
¿Ein?RAOUL escribió:Bueno, si es lo que tiene el insomnio Hoy no estoy de acuerdo con nada de lo que escribí anoche
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Re: La hija de Jezabel - Wilkie Collins
Bueno, es que eso de que no estaba de acuerdo lo escribí después de una noche sin dormir y en condiciones aún más lamentables Ahora mismo estoy más o menos en una situación en la que no estoy muy de acuerdo con eso que dije de no estar de acuerdo conmigo mismo.Eyre escribió:¿Ein?RAOUL escribió:Bueno, si es lo que tiene el insomnio Hoy no estoy de acuerdo con nada de lo que escribí anoche
En realidad, lo más discutible es eso de la evolución de la malvada de la historia. No hay tanta evolución en su interior. Realmente su pecado original está en la ambición de tener dinero, de salir de pobre (lo cual no es demasiado objetable). Para ello hace una apuesta de riesgo en la pre-novela. Y para ello es capaz durante la novela de dar varios pasos en el terreno del delito. El problema le surge cuando se ve en la tesitura de llegar más adentro en ese terreno. Porque ella no es una amoral, ni siquiera una inmoral.
Pero me callo ya, que seguir hablando de esto sería adelantar cosas de la novela. Cuando la leáis ya me explayo más.
Un placer siempre coincidir con Ud., dama de los prados.
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