Tristram Shandy - Laurence Sterne

[Jolines]

Esta novela la dejé a medias y siempre he tenido la idea de volverlo a comenzar y leerlo del todo.

Yo sí me atrevo, pero dentro de unos meses.

[guille]

Esta novela la dejé a medias y siempre he tenido la idea de volverlo a comenzar y leerlo del todo.

Yo sí me atrevo, pero dentro de unos meses.

Vaya, qué pena, llevamos tiempo planeando su lectura y hasta ahora no se habían alineado favorablemente todos los astros.

[Jolines]

Vaya, qué pena, llevamos tiempo planeando su lectura y hasta ahora no se habían alineado favorablemente todos los astros.

Aprovechad las conjunciones estelares para leerlo (quién sabe cuándo se volverá a repetir esta alienación de los cuerpos celestes).

Seguiré de cerca vuestras opiniones.

[guille]

Bueno, hierbamora, aquí nos hayamos embarcados en este viaje que, como desde el mismo título se anuncia, estará repleto de tristezas y alegrías.

Si la pretensión de este hombre era sorprender desde la primera escena, desde luego lo consigue. Estamos hablando de un predicador que a las primeras de cambio nos hace asistir a una escena de cama… graciosa, muy graciosa, es cierto, pero una escena de cama para un predicador del siglo XVIII.

Me está recordado mucho al Plantador de tabaco de Barth (realmente debería ser al revés, pero es lo que tiene la caótica concatenación de lecturas), con las digresiones, la apelación al criterio del lector, la interpelación con él, con nosotros. Una escritura muy fresca. Será la libertad que conlleva el crear los fundamentos de algo que todavía no se sabía muy bien qué era.

[hierbamora]

Primera prueba superada, guille: el susto que tenía a esta voluminosa obra se ha disipado por completo. ¡Qué disfrute!

Hoy, para mí, es motivo de celebración literaria. Estoy ante algo INSÓLITO, EXTRAORDINARIO, HETERÓCLITO.

"Tristram Shandy es una obra juguetona". No podría estar más de acuerdo con la introducción. Uno no lee el libro, -o no tan solo eso-; uno es un atento (¿imprescindible?) interlocutor, (ya se encarga Tristram de zarandearte si te despistas, como cuando nos "obliga" a nosotras, no al lector masculino (¿qué lector es ese?), ir atrás, y "releer un capítulo". Como me chiflan esos retos, y como soy lúdica por naturaleza me arrastro entusiasmada por esta zigzagueante rayuela. Pero, ¿acaso pone en duda nuestro agilidad mental a la vez que presupone en nosotras modestia natural como la del tío Toby? De momento, soy indulgente con estos detalles, ¿sin importancia?, que amnistío a este agudo y disparatado narrador, deseoso de hacerse leer, exagerado o embustero en ocasiones, que desafía toda lógica renombrando numerosos e inventivos argumentos, divertido, ambiguo pero al que, desde ya, muestro mi más ferviente acogida y amistad. La proeza, nada fútil, por cierto, con la que sueña el sufriente-narrador-protagonista es "la edificación del mundo", ofrecer algún sentido.

Un alegato a la risa, a la vida. "No pierda usted nunca el humor", nos aconseja.

[...] vivo en un continuo esfuerzo para guardarme, por medio de la alegría, de los achaques de una salud precaria y otros males de la vida: firmemente persuadido de que cada vez que un hombre sonríe, -pero mucho más cuando se ríe, se le añade algo a este Fragmento de Vida.

Un libro que intuyo de influencia constante en muchos contemporáneos. No sé si Woody Allen ha leído a Sterne, pero desde luego, sus humores son primos hermanos, o al menos se reconocen. Burla, picaresca, atrevimiento, provocación; heterodoxo sería la palabra que si tuviera que definirlo, cosa que evitaré hacer, usaría.

De momento, sigo las recomendaciones de Javier Marías, -aunque también mi propio impulso natural-, y estoy leyendo el libro de la segunda forma que expone, esto es, y salvo ocasiones, sin leer las notas, que sé que imprescindibles pero engorrosas, ahora, en una primera lectura tan divertida, y ágil. Así que no deseo tener un "entendimiento cabal de la obra" que intuyo algo sumamente difícil y complejo. La línea recta es imposible.

Que no estamos ante un libro cualquiera ya lo sospechaba. Aunque ya es un tópico decir que el argumento no es lo importante en un libro, esta premisa sube a mayúsculas aquí. "Mi obra es disgresiva y también progresiva, -y es ambas cosas a la vez" (p.62). Un libro roto, fragmentado, de disgresión continua ("la disgresión es el alma de la lectura"), de referencias constantes, sagacidad e ingenio. Tiene tantas ocurrencias que ni sabría cuál comentar. El desparpajo del narrador es tal que igual nos da que nos hable de las desventuras antes de nacer, de la partera o de las irregularidades del clima inglés y su compensación en el ingenioso carácter del que hacen gala.

La seriedad es un continente misterioso del cuerpo que sirve para ocultar los defectos de la mente.

[guille]

Qué entusiasta!! Me alegro por usted.

Y rápida también, me parece que he leído menos de un tercio de lo que lo ha hecho usted. Pero como la tortuga aquella, seguiré tranquilamente a mi paso.

Esas dos citas que ha encasillado son todo una declaración de principios, aunque espero que sea algo más y no solo un divertimento sin más pretensiones... sobre todo teniendo en cuento el tocho que es. La verdad es que con el libro de Barth fue esa la impresión que al final me llevé... y también era un buen tocho.

[hierbamora]

Qué entusiasta!! Me alegro por usted.

Y rápida también, me parece que he leído menos de un tercio de lo que lo ha hecho usted. Pero como la tortuga aquella, seguiré tranquilamente a mi paso.

Llevo leído el libro I. Fue un arrebato. Ahora me recocijaré en lo leído. Quizá, vuelvo a leerlo otra vez.

La verdad es que con el libro de Barth fue esa la impresión que al final me llevé... y también era un buen tocho.

No he leído el libro de Barth, aunque ganas tengo. Te dio la impresión de ser más que un divertimento, ¿no?

[guille]

La verdad es que con el libro de Barth fue esa la impresión que al final me llevé... y también era un buen tocho.

No he leído el libro de Barth, aunque ganas tengo. Te dio la impresión de ser más que un divertimento, ¿no?

No, lo contrario. En el comentario que allí dejé digo que es un homenaje a la narración de historias, a la pura narración. Y todo es muy entretenido y placentero pero no es ese el tipo de literatura que me llena.

Ya veremos este. Por ahora me divierte.

[guille]

Nos hemos ido alejando; quizás si fuera otra la situación, otro el momento; pero creo que necesito, no más, otra cosa; porque, tenlo claro, no eres tú, soy yo; lo mejor es dejarlo antes de que nos hagamos daño; pero yo ahora necesito ser egoísta, pensar un poco en mí; aunque esto me duela más a mí que a ti; seguro que con hierbamora te irá mejor, mucho mejor, no lo dudes. Adiós.

[hierbamora]

Nos hemos ido alejando; quizás si fuera otra la situación, otro el momento; pero creo que necesito, no más, otra cosa; porque, tenlo claro, no eres tú, soy yo; lo mejor es dejarlo antes de que nos hagamos daño; pero yo ahora necesito ser egoísta, pensar un poco en mí; aunque esto me duela más a mí que a ti; seguro que con hierbamora te irá mejor, mucho mejor, no lo dudes. Adiós.

Una despedida muy digna, sí señor.

Y, ¿qué hago, ahora, yo sola con esta excéntrica mole? Sin remedio ha de proseguir mi curiosidad por este camino no transitado, seguir el zigzagueo múltiple del libro. Si algo contiene este libro son digresiones, muchas, muchísimas. La analogía visual sería una espiral, -uno de mis símbolos favoritos-. Y uno disfruta de este libro en la medida en que logra disfrutar de estas digresiones que desvían sin pudor, -y con osadía-, continuamente, SIEMPRE, el hilo conductor e impiden que la trama avance. ¿Qué hacer ante tanta hecatombe lineal? Reírse de ella, sumergirse en las microscópicas historias, -a veces son anécdotas, la descripción de unos gestos-, e intuir que la singularidad de la novela radica en la autorreferencialidad de la misma.

__¿Y qué hay de este nuevo libro del que todo el mundo habla sin parar?__¡Oh, carece de toda media, milord!___Algo enteramente irregular!__De los cuatro ángulos de las esquinas, ni uno solo era recto.___Llevaba en el bolsillo, milord, el compás, la regla y lo demás!__(Excelente crítico!) (p. 158)

El narrador, esto es, Tristram Shandy mide su pulso, se pregunta, cuestiona, titubea, etc...se balancea continuamente en la actitud del incrédulo, y sagaz como es muestra dudas escépticas sobre la aptitud que tiene (¿será la suficiente?) para poder continuar el relato de su vida y opiniones, como lo llama.

¿Llegará a término? Aún no lo sabemos.

El libro II nos situa en un escenario concreto: el salón de los Shandy donde en una habitación justamente arriba Mrs Shandy, cuyo nombre desconocemos, está a punto de alumbrar a Tristram. Otro autor relataría el gran suceso sin más, pero para Sterne, gran amante de lo exponencial, contar sólo y en exclusiva este hecho, es poca monta. Por eso, y mientras esperamos a que el criado vaya a recoger los bártulos que el médico Slop dejó en su casa, y en el piso de arriba, la parturienta y la partera cumplen sus respectivos papeles, abajo, en el salón, los hermanos Shandy, y el mismísimo doctor Slop elucubrarán sobre la religión sin moral, la conciencia, y otros temas (métodos de tortura, por ejemplo), a la vez que disertan sobre la postura idónea de venir al mundo. Tanta profusa y variopinta información hace que la escena cobre tintes esperpénticos, pues mientras uno forcejea por venir al mundo, otros hacen del mundo una disertación, o escupen, en su defecto, sermones.

De todo hay en esta viña del señor shandiano.

El narrador trata de contarnos muchas cosas. Porque para Tristram, y no sé si lo he dicho, todo cobra vital importancia; mientras hay quiénes disfrutan por mirar afuera, al mundo exterior, Sterne, -o su criatura Tristram-, goza ensimismado en su "caballo de juguete", y parece usar una lente de aumento para indagar en todo lo humano, no sólo en las disertaciones de algunos personajes, -como las del padre, "filósofo de la naturaleza"-, sino en las afecciones de cada uno, los sentimientos y emociones de todos. Sterne parece poner en practica con su novela algunas teorías filosóficas como las del empirismo de Locke (asociación de ideas), y la del emotivismo moral. Hay, también, ciertas coincidencias con el escepticismo de Montaigne en tanto que pone en entredicho el propio conocimiento, y que reivindicaba cierto desorden cronológico como signo de libertad y benevolencia.

¡Qué libro más abundante!

[hierbamora]

A punto de acabar el libro III y de nacer Tristram Shandy; ya os decía que el concepto del tiempo en Sterne es muy particular. Veámos qué dice al respecto:

El hombre que lleve prisa siempre puede sacar el cortaplumas y abrirse paso con él.

La lectura es deliciosa, un gran divertimento, ágil, e ingeniosa. A propósito de esto último, buenísimo el prefacio que hace el propio Sterne aprovechando que todos sus héroes "se le han ido de las manos" (los hermanos Shandy están durmiendo, y el doctor en la cocina).

Es posible que en el libro haya algún ingenio, -pero, desde luego, ningún juicio en absoluto.

Una gran loa al ingenio, y la complementariedad entre el ingenio y el juicio, los dones más preciados de un hombre. Se pregunta Sterne: "¿cómo es posible que los hombres de menos ingenio tengan fama de ser los hombres de juicio mayor?".

Lo contado, con esas prolongadas paradas, puede dar la apariencia de confusión, pero no es así: todo anda perfectamente articulado. La amalgama de historias, al modo cervantino, son presentadas antes, durante y después, por lo que no perdemos ni un punto. Por cierto,  hay bastantes giños a los signos de puntuación que Sterne coloca alegremente así como la incorrección de ciertos nombres propios como el de Chawespere o Des cartes, o sea, Shakespeare y Descartes. Y, hablando de nombres, una nota aclaratoria, -muy significativa, por cierto-, sobre el nombre del personaje:

(1) En el mismo título hay ya un juego de palabras en clave con el nombre del personaje: Tristram, como resulta evidente para el lector español pero no para el inglés, recuerda por su raíz a la palabra triste, que Sterne conocía en sus formas latina y francesa; Shandy o shan, en el dialecto de algunas zonas del condado de Yorkshire -donde Sterne vivió gran parte de su vida-, significa indistintamente alegre, voluble y chiflado.

Lo anterior pueda ser una burla a lo meramente erudito que tan poca pasión le provoca al autor. Sterne hace gala del capricho, fantasea a su gusto, hace lo que le da en gana; no busca agradar ni amonestar a nadie. Crea con esta novela una gran estampa de las sensaciones humanas. De ahí que Nietzsche haya dicho que es «el escritor más libre de todos los tiempos», y «el gran maestro del equívoco... éste es su propósito, tener y no tener razón a la vez, mezclar la profundidad y la bufonería...».

Busca la verdad, pero qué sea la verdad es otro tema. En este sentido parece explorar los límites de la realidad y ficción, de la propia verdad narrativa, y del proceso de creación. "La Búsqueda de la Verdad no tiene Fin", dice.

Parodida a ciertos autores ("aunque no he leído a ninguno de ellos", dice), como Aristóteles y los límites de la lógica.

Se dice que cuando un hombre piensa en algo pasado, ___mira al suelo;___y que cuando piensa en algo futuro, mira al cielo. Mi tío Toby, supongo, no pensaba ni en lo uno ni en lo otro, porque miraba al frente. (p. 88)

¡Condenada suerte [...] la de un hombre que ha ideado una de las mejores cadenas de razonamiento del mundo -y tiene al mismo tiempo una mujer con una cabeza tan dura que es imposible hacer entrar en ella una sola inferencia, aunque la salvación o destrucción de su propia alma esté en juego! (p. 127).

Hay muchas influencias de Sterne con autores como Woolf y Joyce, aunque también en Calvino, incluso en Cortázar y su Rayuela experimental, además de la referencia explícita en La vuelta al día en ochenta mundos.

Me fascinan esos "aires de familia" de autores que tanto me gustan.

[guille]

Como la envidio, señora hierbamora.

[hierbamora]

Sigo con su lectura, guille (o cualquiera que me lea).

Parece que la suerte no está con Tristram. Además de haber sido bautizado con el nombre incorrecto (¿la cosa tiene arreglo, Yorick?, ¿Se puede deshacer?), los fórceps han pillado y chafado una de las partes más elementales de los hombres, a saber, su nariz. (¿Le arreglará eso la nariz a mi hijo?).

El padre de Tristram cae en un profundo lamento. En el libro IV se muestran las extravagantes teorías que tiene, dos de las cuáles son la de los nombres y las narices. (la última, además, ilustrada con un cuento sobre un extranjero que tenía una nariz monstruosa que no era ni postiza ni de verdad ). En todo el capítulo se juega con la ambigüedad entre los dos órganos, el del rostro y el sexual. ¡Cuestión de narices!

Sterne mantiene en todo momento un humor irreverente por casi todo. Del nombre de Martín (Lutero) dice:

Si Lutero se hubiera llamado cualquier otra cosa que no fuera Martín, se habría condenado para toda la eternidad.___No es que yo considere, añadía, que Martín es un buen nombre , __nada más lejos:__es un poco mejor que un nombre neutro, pero sólo un poco;__y sin embargo, siendo tan poca cosa como es, ya ves que a él le fue de bastante utilidad(p. 230).

Y sobre el nombre de Tristram:

Jamás nadie que se llamara Tristram ha llevado a cabo una acción grande o heroica: [...] un hombre así llamado no puede ser ni culto, ni sabio, ni valeroso.

Sigue con muchas citas y paráfrasis sobre Cervantes y el Quijote así como de su admirado Montaigne.

Otra, de las muchas, peculiaridades formales: Sterne se desliga a su antojo del capítulo 24 pasando de la página 264 a la 275. Al respecto nos dice:

Un enano que consigo lleva una regla para medirse a sí mismo__es, créanme, un enano en más de un solo sentido.__Y esto es todo en cuanto a la supresión de capítulos.(p. 277).

Estaré enormemente agradecida si alguien sabe descifrar tal acertijo,

El verdadero shandismo, piensen ustedes lo que piensen en contra suya, ensancha el corazón y los pulmones., y como todas las demás afecciones que participan en su naturaleza, obliga a la sangre y a otros fluidos vitales del cuerpo a correr libremente por sus correspondientes conductos y hace que la rueda de la vida gire alegremente durante un tiempo. (p. 297)

Me parece formidable este párrafo así como el lema de Tristram: SER TAN SABIOS COMO ALEGRES.

[guille]

Me alegro sabiamente de que lo sigas disfrutando con tanta sabia alegría.

[Paul Thinkmind]

Oye que me he encontrado con el hilo, y me apetece mucho... A pesar de la extensión de la obra.
Así que dejo mensaje y vengo pronto.

Guille es el maestro de ceremonias que guía a los lectores por sus páginas??? Pues venga, que mis apetencias aumentan...

Hasta los comentarios parece que llevan el tono del libro, no? A ver si entro en el éxtasis literario que invadió a hierbamora.