Amara (Novela fantasía)

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Iramesoj
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Amara (Novela fantasía)

Mensaje por Iramesoj »

Hola:

Soy un escritor novato. Ahora estoy metido en esta historia de género fantástico protagonizada por una mujer nativa de una pueblo que vive en condiciones paleolíticas. Os dejo el capítulo 1 y espero leer vuestras opiniones. Saludos.

CAPITULO 1

Tras una mañana de trabajo, Amara regresaba a su aldea, portando dos pesados cuencos con provisiones para abastecer al pueblo: uno relleno de frutas, y otro relleno de agua. Las otras mujeres realizaban el mismo trabajo que
ella, pero quedaban muy rezagadas en el camino, ya que era dificil para ellas seguir el ritmo de Amara. De vez en cuando las esperaba, pero aquel día no le apetecía en absoluto hablar con ellas. Mientras seguía su camino, oyó como la llamó una voz infantil.

—¡Amara!

Tras girarse, vio que quien la llamaba era Karie, una niña que parecía admirar mucho a Amara. Aunque a ella no le gustaban los niños, no podía dejar de sentir cierta simpatía por Karie. Se paró para que la niña,que llegaba corriendo y se la veía algo fatigada, se acercara.

—Hola, pequeña—dijo sonriendo levemente.
—¡Eres muy fuerte! Ni mi madre ni las demás pueden alcanzarte nunca. Yo misma me ha cansado al venir hasta aquí, y solo llevo una bolsa pequeña.
—Supongo que así es mejor para vosotras también. Así podeis criticarme—comentó ella intentando decir algo gracioso, pero sin mostrar más efusividad que la leve sonrisa que dedicaba a Karie.
—¡Eso no suele ocurrir! En general, siempre se comenta tu fuerza. La que más suele hablar mal de tí es Nasha. Dice que solo las dejas detrás para hacerte la chula. Que eres una marimacho, y que como eres tan fea, vas a morir sola.

Amara se esperaba todo aquello, siendo que ella y Nasha se conocían desde pequeñas. En cualquier caso le resultaba curioso que de Nasha, cuyo tamaño rozaba el gigantismo, osara meterse con el aspecto físico de otra mujer.

—Bueno, que diga lo que quiera.

Karie dejó de hablar con ella al oir la voz de su madre llamándola. Entonces, al percatarse de que las demás mujeres se aproximaban, Amara siguió su camino. Tras dejar su carga donde correspondía, entró en su choza. Otros días prefería tirar con su arco o luchar contra sus amigos, pero ese día se encontraba especialmente sensible por los recuerdos del pasado, pues resultaba muy duro para ella que sus dos padres hubieran sido asesinados hace años en la guerra que su aldea mantenía con las tribus cercanas. Se recostó contra una pared y dio rienda suelta a sus pensamientos íntimos. Estaba harta de una vida tan llena de sufrimiento; por mucha comida que se consiguiera siempre había escasez, lo que provocaba las guerras, razón por la cual ella vivía con el terror de ser asesinada, y también por la que acarreaba experiencias dolorosas sobre perder a aquellos a quienes amaba. Se veía a sí misma como una carga, pues ella era una boca más que alimentar en una zona donde había pocos recursos, y como recolectora de agua y frutas no realizaba una labor fundamental. De repente una voz le sacó de sus reflexiones:

—¡Hola Amara! Tengo algo para ti. —Se trataba de Kalule, uno de los amigos de Amara, que asomaba por la entrada.
—¡Hola!—dijo ella, alegrándose por la visita. Antes de poder continuar hablando, Kalule se adentró en su choza y retomó la palabra.
—Lo he traído escondido, ya que el hambre saca lo peor de nosotros, y podrían robármelo por el camino; así como te lo intentarán robar a ti si saben que lo tienes. —Tras decir esto, abrió una pequeña bolsa que llevaba y sacó un conejo especialmente grande.
—Como ves, es bastante más gordo que la mayoría de los que solemos coger. ¡Espero que lo disfrutes!
—¡Gracias, muchas gracias! —Dijo ella dándole un abrazo—. Pero me parece mal comérmelo yo sola, si lo has cazado tú.
—¡No te preocupes! He cazado dos esta mañana del mismo tamaño; así que me parece justo que nos quedemos uno cada uno. Yo ya me voy, que tengo que volver a mis obligaciones. Seguiremos hablando más tranquilamente cuando tengamos un rato.
—¡Adiós, Kalule! ¡Y muchas gracias!

Ella estaba acostumbrada a pequeños detalles como este, pues sus amigos se portaban bien con ella, pero aún así siempre se conmovía en esas situaciones. La alegría que ahora sentía estaba mezclada con ansiedad, pues sabía por una parte que debía comerlo cuanto antes para evitar que se echara a perder. Y por otra parte, sabía que tal como le había advertido su amigo, existía el riesgo de que alguien tratara de robárselo. Decidió, por tanto, que ahora lo desollaría tranquilamente, y cuando comenzara a caer la noche, iría a la orilla del río con el conejo guardado en un pequeño saco para ocultarlo a los ojos de los demás. Allí lo freiría y se lo comería en solitario. Las horas previas a que comenzara a oscurecer estuvo pegada a su futura cena, custodiándola con celo, pues aunque ella era más capaz de enumerar a aquellos que no se lo robarían nunca que aquellos que pudieran hacerlo, estos últimos no eran precisamente pocos, y la sola posibilidad de que eso ocurriera ya se le antojaba terrible. Cuando la luz del sol comenzaba a ocultarse, Amara salió de su choza con la pequeña bolsa donde guardaba su cena, un pequeño cuenco y dos pedernales, y comenzó a andar hacia el río apresuradamente. De repente, sintió como una rama gruesa se partía en su cabeza, y se desplomó llena de dolor. Apretó los dientes e intentó moverse, pero le dolía tanto la cabeza que le costaba realizar cualquier acción.

—Incluso a tí se te puede pillar desprevenida, Amara. ¡Gracias por el regalo, me lo comeré a tu salud!

Esa voz era inconfundible, y más con ese tono burlón: se trataba de Nasha. No podía consentir que, precisamente ella, le robara la comida. Despues de que su ladrona cogiera su conejo y se alejara varios pasos de ella, Amara se incorporó. Le costaba mucho mantenerse de pie debido al dolor, pero corrió tras su enemiga, que al oir los pasos, quedó estupefacta: no pensaba que pudiera mostrar algún vigor después de aquel golpe. Al volverse boquiabierta, recibió un puñetazo en la cara.

—¡Devuelveme mi comida!

Nasha era la única mujer del pueblo que quizá pudiera rivalizar en fuerza con Amara, especialmente ahora que ésta estaba en desventaja debido al fuerte dolor de su cabeza. No obstante, no pudo aprovecharse de esta ventaja debido a que quedó paralizada por la sorpresa y el miedo. Amara consiguió tirarla al suelo empujándola y haciendola caer al poner su pierna derecha tras los pies de su rival, y hecho esto, tomó una rama gruesa del suelo y se la partió en la cabeza, noqueándola. Una vez hecho esto, finalmente cayó inconsciente sobre el pecho de su rival, que yacía en el suelo. Le había costado mucho no desplomarse antes, pero el orgullo la había mantenido con fuerza.

***

Poco antes del amanecer, las dos mujeres recobraron el conocimiento. Ambas estaban aturdidas y faltas de energía. Al incorporarse, se miraron con rabia. El conejo estaba junto a ellas, y hormigas y moscas comenzaban a acercarse a él. Ambas temían que se echara a perder, por lo que comenzaron a pelear entre ellas sin mediar palabra.

—¡No te creas que me das miedo porque digan que eres la más fuerte! A mi lado, eres una enana.—dijo Nasha mientras intentaba encajar golpes a su rival.
—¡Mientras tú hacías el vago, la enana entrenaba!¡Soy más fuerte que tú, estúpida!—Contestó Amara mientras golpeaba a su enemiga.

Nasha estaba llevándose más golpes, pero estaba resistiendo muy bien la golpiza, y Amara también se estaba llevando algún golpe que otro. No parecía que aquella pelea fuera a acabar rápido. Debido a su desventaja en el combate cuerpo a cuerpo, Nasha planeó una estrategía: tenía que llevarse a su contrincante al acantilado y hacerla caer. Si le salía bien, quedaría ensangrentada al despeñarse contra las rocas y finalmente caería en el río, donde su sangre atraería a las pirañas. Si le salía bien, se desharía de ella para siempre y parecería un accidente. Con tal estrategia, comenzó a retroceder y a poner cara de desesperación, para que su rival se confiase, y de ese modo llegaron a una zona alta, por debajo de la cual pasaba el río, y ahora Nasha solo tenía que tirarla allí. La agarró de los cabellos y le dió un puñetazo en la cara, y aprovechó el aturdimiento de Amara para intentar tirarla al río. Pero su rival, a continuación, le propinó una lluvia del golpes que fue demasiado para ella, que la soltó y terminó cayendo al río. Nasha se protegió la cabeza con los brazos, y fue cayendo sobre las afiladas rocas del acantilado, magullando su cuerpo. Deseaba proferir los peores insultos y maldiciones, pero el dolor le impedía articular palabras coherentes. Finalmente cayó al río, y estaba demasiado herida como para salir nadando, pero al haberse protegido la cabeza, seguía consciente. Intentó mover los brazos y las piernas para salir del agua pero solo hizo torpes aleteos. Por lo menos antes de morir lanzaría la peor de las maldiciones.

—¡Amara, puta!¡Ojalá te violen!¡Ojalá tus hijos nazcan muertos!

Al ver la situación, Amara se llevó asustada la mano a la boca, y comenzó a vomitar bilis, que era lo único que tenía en su estómago al no haber comido desde el día anterior. A los pocos segundos, se desmayó debido a las fuertes emociones y a la falta de energía.

***

Tras una mañana en la que habían partido para cazar, los hermanos Aganju y Chane llevaban un antílope muerto, con sus patas atadas a un palo largo, que llevaban juntos sosteniendo cada uno un extremo. De repente, al pasar por el río vieron un desagradable espectáculo: las pirañas se estaban comiendo a Nasha, una aldeana que conocían muy bien. Alarmados, dejaron su presa en el suelo y Aganju alargó el brazo, tomando el de Nasha y sacándola del agua. Al sacarla observó que aquellos fieros peces habían devorado su vientre, y estaba condenada a morir.

«Aunque sea una mujer tan canalla, debo ayudarla. Va a morir, pero tengo que saber qué pasó», pensó Aganju mientras golpeaba su espalda para que escupiera agua y pudiera hablar. Nasha abrió su ojo derecho, pues el izquierdo había sido devorado, y miró a los dos cazadores de un modo lastimero.

—Ha... sido... A...ma...ra.

Dicho eso, apretó los dientes por el dolor que sentía. Mientras, Chane tocó el hombro de su hermano y señaló hacia arriba: Amara estaba al borde del abismo que estaba en frente del río, inconsciente. Eso daba credibilidad a las palabras de Nasha. Aganju miró a la moribunda mujer con repugnancia. «Si Amara te tiró al río, es que algo le hiciste tú. Al menos no te daré muerte para aliviarte de la agonía, como haría si fuera ella la que estuviera en tu lugar». Ambos corrieron hacia donde Amara estaba, llevando de nuevo la carga del antílope. La encontraron llena de sangre y con señales de lucha en su cara. Sabiendo lo que sabían, su deber de aldeanos era capturarla, y eso harían aunque les pesara. Tras comprobar que respiraba y no tenía heridas mortales, Chane la reanimó zarandeandola por los hombros, y en cuanto abrió los ojos, la dejaron tranquila. Era obvio que no podía escapar, pues estaba claramente falta de energía. Aganju tomó la palabra

—Nasha está muriendo, si no ha muerto ya, pero antes nos dijo que tú la tiraste a las pirañas.
—¡Yo no quería que eso pasara!—exclamó ella, llena de temor—. Ella intentó robarme...
—Perdona que no quiera escucharte, pero me duele mucho tener que capturarte, y sabiendo lo que pasó me dolerá aún más, pues sé que Nasha era la maldad hecha mujer. No es la única que ha robado comida, pero ella disfruta haciendolo, siendo pequeña disfrutaba de abusar de niños más débiles que ella y sería mucho más capaz de matar que tú. Pero lo que sabemos es que ella te ha acusado de matarla tirándola al río, y tenemos que capturarte.

Amara conocía a Aganju. No era amigo suyo, y tenía un enorme sentido del deber y mucho interés por mantener el orden en la aldea. Chane, por otra parte, siembre tuvo su voluntad subordinada a su hermano, y era hombre de pocas palabras. Y aunque no estuviera tan agotada como estaba, ellos eran dos, y cualquiera de ellos era más fuerte que Nasha, por lo que decidió que si la iban a capturar, que fuera con dignidad, y con la misma dignidad moriría si decidían ejecutarla.

—Está bien, pero dadme un trozo de ese antílope aunque sea crudo, no como desde ayer, y vomité justo antes de desmayarme.

Los hermanos se miraron, y Chane cortó un trozo de carne, que se lo dió a Amara, quien lo comió con rapidez. Una vez hubo terminado, Aganju la inmovilizó y, mientras la sostenía contra el suelo, su hermano ataba sus pies de modo que pudiera dar pequeños pasos, pero no correr. Hecho esto, le ataron las manos por delante de tal modo que redujeran lo suficiente sus movimientos para no poder escapar, pero que pudiera llevarse comida a la boca. Así, podrían mantenerla atada hasta que fuera juzgada. Antes de emprender la marcha al pueblo, Chane fue a buscar los restos de Nasha como prueba inculpatoria, mientras Aganju limpiaba la cara y las piernas de Amara para que no llegara ensangrentada a la aldea. Aun con las manos atadas, Amara llevó el antílope con ayuda de Aganju, mientras Chane llevaba en un saco los restos de Nasha, que una vez los encontró, la vida ya se había escapado de aquel cuerpo.

Cuando llegaron al pueblo, todos quedaron sorprendidos al ver a Amara hecha presa. Sus amigos se sintieron llenos de dolor, pero no podían acercarse a ella porque no estaba permitido acercarse a los presos hasta que eran introducidos en la choza donde se les custodiaba hasta el juicio. Aganju tomó los utensilios de Amara y los dejó en la choza donde ella vivía, mientras el pueblo miraba atónito la escena, y gritaban pidiendo explicaciones sobre lo sucedido.

—¡Callaos todos!—dijo Aganju molesto—. Aquí solo juzga el consejo de sabios. No tengo por qué daros explicaciones de nada. Si alguien se pone tonto, sabeis que va a ser peor.

Dicho esto, Aganju vio entre las multitudes a los amigos de su prisionera, y supo que esto le haría enormemente impopular. Los dos hermanos aceleraron el paso y llevaron a su prisionera a la choza donde encerraban a los sospechosos de un delito castigado con pena de muerte. Hecho esto, no se dirigieron más a ella, y salieron de la habitación dejándola sola.

Sola, encerrada y atada, Amara comenzó a llorar: probablemente iba a morir etiquetada injustamente como asesina. Cuando se le secaron los ojos, pasó varias horas preguntándose qué se diría de este asunto en la aldea. También se preguntó cómo es que Nasha la había atacado, pues eso implicaba que ella sabía que le habían regalado comida. Kalule le dijo que había tenido mucho cuidado de que no le vieran, por tanto, quizá Nasha la vio alejarse del poblado con el saco cuando empezaba a caer la noche, y la siguió. Bien pensado, tampoco le resultaba lógico, pues era imposible que la hubiera seguido con tanto sigilo. Por tanto, Nasha debió de enterarse de algún modo de que le habían regalado comida, y al ver hacia donde se iba con intención de comerse el conejo, la adelantó por otro camino más largo, pero apresurándose más para esperarla agazapada. Y en cuanto pudo, la golpeó a traición. Eso significaba que Kalule había cometido algún error, y que Nasha era muy astuta. Cuando comenzó a caer la noche, vino alguien a visitarla.

—Hola, Amara.—Saludó aquel hombre con la frialdad que le caracterizaba. Se trataba de Kibwe, su mejor amigo.
—¡Kibwe! Me alegro mucho de verte —dijo con sinceridad, pues cuando alguien está en una situación tan crítica es cuando más agradece los gestos de afecto—. Esperaba que vinieras a verme en un momento como este.
—Se está hablando mucho de esto, y tienes las de perder. Siempre has gozado de mejor fama que Nasha, pero no obstante, su padre y su tío son miembros influyentes en el consejo de sabios, y van a votar a favor de tu ejecución. Además, lo único que sabemos por el momento es el testimonio de Aganju y Chane, y es un testimonio que no te va a ayudar en absoluto.
—Van a matarme...
—Probablemente, pero hasta que llegue el momento aún hay esperanza. Ahora, quiero oir tu versión.
—Gracias, sabía que puedo confiar en tí. Kalule me regaló un conejo, y fui a comermelo a solas, de noche. Pensaba freirlo pero Nasha me atacó para quitarmelo...durante la pelea, ella cayó al río y...
—¿Pero cómo se la comieron tan rápido?
—Ella sangró mucho al despeñarse contra las rocas.
—Comprendo. Te creo, pero dificilmente te va a ayudar tu versión. Escucha—y aquí bajó la voz para evitar problemas si le oían los guardias—, tus amigos desábamos ayudarte a escapar, pero nos ha sido imposible. Queríamos poner hierbas del sueño en los cántaros de agua que los guardias usan para beber. Entonces se quedarían dormidos, te desataría y podrías salir corriendo del pueblo. Respecto a los encargados de hacer guardia hoy para que no ataquen el pueblo, también les echaríamos hierbas en su agua. Podrías huir y nadie sabría que te ayudamos, porque los guardias se habrían quedado dormidos y no habrían visto nada, y Kalule y Kwame los reemplazarían escondidos en los árboles más cercanos a la entrada de la aldea para mantener protegida la aldea. Lamentablemente el plan es imposible. Saben que somos tus amigos y no nos quitan el ojo de encima. Lamentamos haberte fallado.
—Ese plan sería una locura—dijo en voz baja para que no la oyeran—Sola en la selva moriré en cuestión de tiempo, por lo que solo retrasaríais mi muerte. Os jugaríais mucho solo para conseguir muy poco. De todos modos, te doy las gracias por tu intención, y me despido de tí. Hemos luchado muchas veces y me has enseñado mucho. Y siempre me has ayudado en los momentos difíciles. Lo he pasado muy bien contigo y es una pena que quizá no volvamos a vernos, pero siempre te recordaré.
—Sé que quieres a tu gente, pero aquí no has sido feliz, y una parte de ti ha anhelado huir siempre. Odias la guerra y el hambre, y has vivido con miedo y sin esperanza. Lamento mucho que las cosas hayan sido así. Te merecías ser feliz y no has podido serlo.

A Amara le sorprendió lo bien que la conocía su amigo, pues describió muy bien sus sentimientos. Sus palabras eran muy duras, pero ella estaba acostumbrada a su falta de tacto: él decía las cosas como las pensaba, aunque resultaran dolorosas. En esos momentos fue cuando entraron los guardias.

—Se acabó la visita, es hora de juzgarla.

Kibwe asintió. Se volvió hacia ella, la abrazó, y antes de separarse le susurró: «Suerte. Estaré allí para defenderte, y como yo, muchos». Tras soltarla, se alejó con paso rápido. Los guardias tomaron a Amara de los brazos y la sacaron de la choza.
KJM
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Re: Amara (novela de fantasía)

Mensaje por KJM »

Pongo en duda, Iramesoj, tu afirmación de que seas un escritor novato. Al menos este texto esta muy bien escrito.

Puntos a favor:
a) La prosa es sencilla y de facil lectura (me ha gustado sobre todo la descripcion de los alimentos)
b) Los personajes poseen profundidad psicologica.
c) El ritmo no decae. La sucesion de hechos es logica, la trama tiene vida propia y los acontecimientos no suceden gratuitamente.

Puntos en contra:
a) Me parece que esta frase habria que redactarla de otra manera. "Las horas previas a que comenzara a oscurecer estuvo pegada a su futura cena, custodiándola con celo, pues aunque ella era más capaz de enumerar a aquellos que no se lo robarían nunca que aquellos que pudieran hacerlo, estos últimos no eran precisamente pocos, y la sola posibilidad de que eso ocurriera ya se le antojaba terrible."
b) En esta frase he visto los hilos: Otros días prefería tirar con su arco o luchar contra sus amigos, pero ese día se encontraba especialmente sensible por los recuerdos del pasado, pues resultaba muy duro para ella que sus dos padres hubieran sido asesinados hace años en la guerra que su aldea mantenía con las tribus cercanas.
c) El insulto (—¡Amara, puta!¡Ojalá te violen!¡Ojalá tus hijos nazcan muertos!) me ha hecho ruido. Creo que me ha sonado naif.
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Iramesoj
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Re: Amara (novela de fantasía)

Mensaje por Iramesoj »

Hola:

Agradezco mucho tu comentario. Lo de que soy un escritor novato pero no lo aparento con ese fragmento tiene su historia. En mi adolescencia me apeteció comenzar a escribir novelas pero solo acabé una y dejé otra a medias...y nunca se las enseñé a nadie y cuando releía mis textos me parecían muy pobres.

En el pasado octubre, después de estar casi 10 años sin escribir me animé con esta historia. Con ese historial es obvio que soy novato. Ahora bien, desde octubre he reescrito el comienzo de la historia varias veces y lo he ido puliendo, en parte gracias a que se lo he enseñado a otros. Pero te aseguro que las versiones anteriores eran mucho más pobres. Un ejemplo:

En una de esas primeras versiones, el narrador comenzaba diciendo que Amara era la más fuerte de su aldea, y era muy respetada desde que en una ocasión, un amigo le regaló un conejo y una mujer más corpulenta que ella intentó robarselo y ella la tumbó...o sea, que lo que en la versión que te has leido ocupa más de una página de Word, antes ocupaba un par de líneas(como mucho, puede que menos). Alguien me recomendó desarrollar ese punto, y eso ya de por sí trastocó mucho la idea que tenía en la cabeza originalmente y cambié muchas cosas.

Explicado esto, te agradezco mucho todo lo que me has dicho, tanto lo positivo como lo negativo, porque todo ayuda a mejorar. Un par de dudas: ¿a qué te refieres con que has visto los hilos?¿Cómo pondrías tú los exabruptos que suelta Nasha cuando se la comen las pirañas?

¡Un saludo!
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KJM
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Re: Amara (novela de fantasía)

Mensaje por KJM »

Mmm.... ¿Como mejorar el insulto? No tengo idea, jaja. Siempre me ha resultado dificil colocar insultos en lo que escribo. En el dia a dia se insulta tanto y por tan poca cosa que cuando uno necesita de un insulto que realmente impacte pareciera que no queda ninguno. "¡Ojala que tus hijos nazcan muertos!" me gusta. "Puta" y "¡Ojala te violen!" no tanto precisamente porque es algo que se oye con mayor frecuencia. No es que este mal. Es que aca estamos hablando de la "peor de las maldiciones".

Con lo de los hilos me refiero a los hilos de la marioneta y a los movimientos del titiritero. Es muy sutil en este caso y puede que otra persona lo perciba distinto. Yo siento que esa frase es demasiado informativa. El narrador abre un pequeño parentesis para decirme que los padres de Amara estan muertos y no para que yo me entere de la verdadera causa de la tristeza de Amara. Puede que ambas cosas parezcan lo mismo pero no lo son. La pregunta que yo me hago cuando leo esa frase es: ¿por que recuerda Amara eso en ese momento en particular?
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lucia
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Re: Amara (novela de fantasía)

Mensaje por lucia »

Lee a algún novelista árabe o hindú, que suelen ser mucho mas creativos con los insultos que nosotros :mrgreen:

Ahora, a mí me resulta demasiado juvenil el tono de la novela. ¿Es eso lo que buscas?
Nuestra editorial: www.osapolar.es

Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

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Re: Amara (novela de fantasía)

Mensaje por Iramesoj »

lucia escribió:Lee a algún novelista árabe o hindú, que suelen ser mucho mas creativos con los insultos que nosotros :mrgreen:

Ahora, a mí me resulta demasiado juvenil el tono de la novela. ¿Es eso lo que buscas?
La verdad, sí es lo que busco. Leo a autores de fantasía más sucia y adulta como G. R. R Martin o Joe Abercrombie, pero como autor me siento más cómodo escribiendo cosas juveniles. De hecho, me costó escribir "¡Amara, puta!¡Ojalá te violen!¡Ojalá tus hijos nazcan muertos!" pero me parecía que en esa situación había que poner algo más fuerte de lo habitual en mis textos, pues cualquier persona lanzaría barbaridades en esa situación (la acaban de tirar a un río lleno de pirañas y no puede escapar porque se ha quedado paralítica en la caída), y si cualquier persona diría barbaridades en esa situación, Nasha más.

En cualquier caso muchas gracias Lucía por pasarte a leer por aquí y por tu recomendación. Antes dudabas de si deseaba escribir con un tono juvenil o no lo deseaba pero me salía así sin quererlo. Ahora que sabes que es lo que deseo, imagino que también cambia tu perspectiva respecto a mi texto. En cualquier caso, toda crítica constructiva, sea positiva o negativa, es bienvenida.
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Re: Amara (novela de fantasía)

Mensaje por lucia »

Yo lo comentaba solo porque algún caso hemos tenido de alguien que se ha molestado cuando he dicho que parecía fantasía juvenil, en cuyo caso tiene un problema. Pero como en tu caso es lo que buscas, no hay ninguno :mrgreen:
Nuestra editorial: www.osapolar.es

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Re: Amara (novela de fantasía)

Mensaje por Iramesoj »

CAPÍTULO 2-1 (O sea, no pongo el capítulo 2 entero en aras a la brevedad, pues sé que cuesta leer en este formato)

CAPÍTULO 2

Todo el pueblo estaba congregado para presenciar el juicio. Enfrente estaban los 3 ancianos que serían los jueces principales: Morati, Baka y Anwar. Baka era el tío de Nasha y Anwar el padre. «Lo voy a tener dificil, pero ya he llorado bastante. Ahora he de mostrar entereza», pensó Amara al verlos. Aganju estaba al lado de los tres jueces, junto con su hermano. Todos estaban sentados con las piernas cruzadas, pero Amara no podía sentarse de ese modo debido a las ataduras, por lo que los guardias la ayudaron a sentarse sobre una piedra. Hecho esto, tomó la palabra el anciano Baka:

—Estamos aquí para juzgar por asesinato a Amara. Puesto que ella pasa de los veinte años, puede ser juzgada como adulta. Tiene la palabra Aganju, que es quien la acusa de asesinar a Nasha.

Aganju habló entonces.

—Mi hermano y yo fuimos a cazar al amanecer, y vimos a Nasha herida de muerte. Habia caido al río y se la habían estado comiendo las pirañas. Antes de morir, ella dijo: «Ha sido Amara». Esas fueron sus últimas palabras, por lo que Nasha, antes de morir acusó a Amara de su muerte. Mi deber era capturarla y traerla aquí, por lo que eso es lo que he hecho. Ahora, creo que ella debería dar su versión.

Morati asintió y Amara comenzó a hablar.

—Yo no quise matar a Nasha, solo defenderme. Por la noche fui a comerme un conejo que me había regalado Kalule, ya que tenía miedo de que me lo robaran y pensaba comérmelo a escondidas. Ella me atacó y luchamos, pero las dos nos golpeamos fuertemente la una a la otra y quedamos sin sentido. Al amanecer despertamos y continuamos luchando, y durante la pelea nos acercamos demasiado al acantilado. Nasha cayó pero yo nunca tuve intención de empujarla. Es extraño que Nasha supiera que yo tenía ese conejo, pero de algún modo lo sabía.

El testimonio de ella no parecía que fuera a ayudarla mucho, y menos cuando a continuación tomó Baka la palabra.

—Nasha era una mujer joven, fuerte y sana, que hubiera dado buenos hijos para nuestra aldea. Por tanto, el daño que ha hecho Amara no es solo a una persona, a la que todos lloramos, sino que ha hecho daño a toda la comunidad. Además, todos sabemos que Amara es violenta, pues con frecuencia la hemos visto pelear contra los hombres del poblado. Por todo ello, pido que se le quite la vida. Su crimen es horrendo y se le han de abrir las tripas y dejarla morir lentamente.

Amara quedó muy asustada, pero no iba a darles a Baka y Anwar el placer de verla llorar, así que apretó los labios y mantuvo la mirada firme. Morati tomó entonces la palabra:

—Antes de decir lo que creo que debería hacerse, quisiera ver qué opina el pueblo, pues también hay sabiduría fuera de los ancianos.
—Gracias, Morati —intervino entonces Kibwe—. Quisiera decir que lo que ha dicho Baka está del todo equivocado, y puesto que es tío de Nasha, creo que más pretende vengar a su sobrina que hacer justicia, por lo que no merece ser un juez.

Al decir esto, los aldeanos lanzaron exclamaciones ante el atrevimiento de aquel guerrero al que todos conocían bien por su valor en la guerra, pero del que ahora veían su valor ante los jueces. La propia Amara tuvo miedo de que él dijera algo inconveniente, pero por otra parte, sabía de la inteligencia de su amigo, así que quizá su intervención fuera acertada. Kibwe continuó hablando.

—Baka dice que la pérdida de Nasha es una pérdida para la comunidad, puesto que ya no dará hijos fuertes y sanos a la aldea. Este asunto no ha de juzgarse según la utilidad de la víctima a la aldea, sino que se ha de ver si Amara la mató o no. En caso de que la matara, habría que ver si lo hizo o no queriendo, y en cualquiera de los dos casos, si actuó en defensa propia. Todos conocimos a Nasha, y sabemos de su facilidad para mentir, manipular y criticar a las espaldas. Todos sabemos que ella fue una niña violenta que abusaba de los niños más pequeños y débiles que ella. Baka acusa a Amara de violenta, pero a ella simplemente le gusta luchar como ejercicio. Amara siempre lucha contra personas como yo, que somos más fuertes que ella, y sus amigos luchamos contra ella voluntariamente, para ayudarla a ejercitarse. Amara jamás ha usado su fuerza para abusar de otras personas, ni siquiera siendo niña. Por ello, el testimonio de Amara es verosimil. Sé que algunos de vosotros no os atrevereis a apoyarme, pues el padre y el tío de Nasha están en situación de poder.¿Pero por cuanto tiempo lo estarán? Tened en cuenta que ya son ancianos.

La mención a la avanzada edad de aquellos dos hombres insinuando que la muerte estaba próxima provocó otra ola de murmullos, ya que había mucho atrevimiento en esas palabras.

—¡Basta, no prov...!—intentó advertirle Amara, temerosa de que las provocaciones se pusieran en su contra, pero uno de los guardias le tapó la boca con ambas manos, puesto que no le correspondía a ella hablar en ese momento. Kibwe continuó hablando.

—Como digo, tened en cuenta que Baka y Anwar ya son ancianos, y yo soy joven, y he hecho mucho por esta aldea, yendo a la guerra y luchando por todos vosotros. Probablemente algún día me siente donde ellos están ahora, y ellos estarán entonces muertos.—Al mencionar esto, vio como Amara intentaba gritarle, revolviendose por librarse de las manos del guardia que la privaba del habla. Lamentaba hacerselo pasar mal a ella, pero pensaba que con esta jugada podía salvarla, y debía intentarlo—. Entonces yo me acordaré de quienes fueron justos, y en este caso miraron por lo que era correcto. Me acordaré también de aquellos que fueron cobardes, y no se atrevieron a dar su opinión en este caso por no enfurecer a dos ancianos poderosos, y así permitieron que muriera una chica que no lo merecía.

Al acabar de hablar, el guardia quitó sus manos de la boca de Amara, quien siguió callada, pues sabía que no la dejarían hablar hasta que sea su turno y, en cualquier caso, ya no podía hacer nada para evitar la provocación de
Kibwe. Tras estas palabras, Aganju tomó la palabra.

—Estoy con Kibwe. Todas sus palabras son verdaderas, y no ha dicho nada que sea falso para defender a su amiga. El cambio, Baka ha manipulado acusando de violenta a Amara solo para vengar a su sobrina. Quien sea un hombre de honor, no puede sino estar con Kibwe.

Hubo entonces gritos de aprobación. Entonces fue el turno de Anwar. Deseaba de todo corazón matar a quien pudo ser causa de la muerte de su hija, pero Kibwe los había desarmado, y una vez Aganju le había apoyado, era muy dificil que matar a Amara tuviera aprobación, pues todos conocían el sentido de la justicia de este aldeano, y hacer lo contrario de lo que él decía era un indicio de actuar con maldad. Así que tuvo que ofrecer algo mucho más moderado.

—Nadie vio lo que ocurrió y no podemos absolver a quien sospechamos que es una asesina. Propongo entonces tomar una solución intermedia entre matarla y absolverla. Será expulsada de la aldea en el próximo amanecer, y no podrá volver a acercarse aquí jamás. Si lo hace, todos los guerreros tendrán orden de matarla.
—¡Apoyo la idea!—Dijo Baka.
—Entonces—dijo Morati—, que así sea. Amara, mañana al amanecer deberás marcharte de aquí, y quien lo desee podrá ir a despedirse de ti. Hasta entonces sigues siendo una prisionera. Habla si deseas decir algo.
—Gracias especialmente a Kibwe y a Aganju, pues sin ellos ya estaría condenada a muerte. Gracias también a todos los que han mostrado aprobación por las palabras de ellos, pues también con vuestro apoyo habeis ayudado a que no hayan decidido matarme, y sé que muchos de esos gritos venían de mis amigos, de aquellos amigos que no han hablado directamente pero que también estaban dispuestos a hacer lo que estuviera en sus manos para salvarme. Aún así, puede que no sobreviva mucho tiempo sola en la selva, pero habéis hecho lo que habeis podido para salvarme la vida, y si no habeis hecho más ha sido porque es una situación muy dificil. He sufrido mucho en mi vida, que quizá acabe pronto, pero al menos me llevo el saber que he tenido buenos amigos. Lamento el sufrimiento que os pueda causar que me vaya, pero si sufrís mi pérdida, pensad que todo lo feliz que he podido ser, ha sido gracias a vosotros, y que os lo debo todo.

Dicho esto se levantó y los guardias que la custodiaban se la llevaron a la choza donde la tenían retenida. Se recostó contra la pared y deseaba dormir para recuperar fuerzas, pero justo entonces entraron Kibwe y Kalule. Normalmente solo dejaban entrar a una persona a visitar a los prisioneros, porque dado que los guardias que custodiaban a los prisioneros eran dos, dos amigos del prisionero podrían atreverse a enfrentarse a ellos para ayudar a escapar al reo. No obstante, como en este caso no tenía sentido ayudarla a escapar dado que la iban a liberar en unas horas, les dejaron a los dos ir a verla. Cuando entraron, ella dijo:

—Kibwe, perdón por intentar interrumpirte. Al principio pensé que me estabas ayudando mucho con tus palabras, pero luego tuve miedo de que al ofender a Baka y Anwar ellos se enfuerecieran y perdieras lo que habías estado ganando en mi favor. Veo que me equivoqué, y lamento haber dudado de tí.
—Tranquila, Entiendo que lo pensaras. La situación ha sido dificil, pero conozco a Aganju y sé que hablando así me ganaba su apoyo, y él era muy importante para conseguir salvarte.
—¡Amara!—exclamó Kalule—. ¡Cuanto lamento todo esto! Es culpa mía. De algún modo Nasha me vio con el conejo. Nunca me lo perdonaré y te pido perdón.
—Todos cometemos errores, Kalule. Yo también podía haber tenido cuidado de que al pelear no nos acercáramos al acantilado y no lo tuve, así que en realidad si alguien tiene culpa, la tengo yo y no tú. Quizá sea nuestro último momento los tres juntos. —Al decir esto sonrió, pues no quería que sus amigos estuvieran tristes—. Vamos a pensar mejor en la rabia que les ha tenido que dar a Baka y a Anwar el discurso de Kibwe, donde se les ha llamado viejos, y a Baka deshonesto e indigno de ser juez, y que han tenido que verse obligados a ceder en no matarme delante de todo el pueblo. ¡Para ellos ha de haber sido muy humillante!

Entonces, Kalule rió también, y Kibwe hizo solamente una ligera sonrisa. Les costaba tomar esa actitud en un momento tan dramático, pero tenía razón ella en que el último momento que compartían los tres debía ser alegre. Estuvieron recordando los buenos momentos hasta que Amara dijo que deseaba dormir. Entonces ellos se fueron, conscientes de que debía levantarse con energías para partir en el próximo amanecer.

***

Al amanecer, los guardias que custodiaban a Amara la despertaron suavemente. Solían despertar a los presos con bofetadas, pero a ella tan solo le tocaron varias veces el hombro. Cuando abrió los ojos la incorporaron, y con un cuchillo cortaron sus ataduras.

—Te dejamos sola. Cuando estés lista sal, que tus amigos están esperando.

Amara salió de la choza y vio a todos los que habían ido a despedirla.

—Gracias. Ayer ya lo dije, pero sois los mejores amigos que podría tener, y os voy a echar mucho de menos.

Sus amigos fueron abrazándola de uno en uno, y musitando cada uno su despedida. Sentían una mezcla de alegría y dolor, alegría porque le habían salvado la vida, pero de dolor porque no volverían a ver a su amiga. Sus amigos varones, todos ellos jóvenes guerreros de la aldea, la veían como una hermana pequeña, aunque en realidad era mayor que algunos de ellos. A su vez, sus amigas, casitodas ellas novias de esos guerreros, estaban acostumbradas a la relación fraternal de ella con sus parejas—lo que significa que la amistad de Amara con ellos no les producía ningún tipo de celos—, por lo que les daba la impresión de despedirse de una persona muy cercana. Antes de despedirse definitivamente, le dieron un arco con flechas—algunas de ellas más finas con un extremo afilado por punta, que utilizaban para pescar peces—, una bolsa y un cuchillo. Kibwe entonces se dirigió a ella por última vez.

—Como eres tan buena con el arco, confío en que podrás aguantar un tiempo así, pues tú puedes derribar un águila con solo mirarla.
—Gracias, Kibwe. Muchas gracias a todos de nuevo. Os deseo lo mejor.

Hecha la despedida, Amara se alejó corriendo, y las lágrimas brotaban de sus ojos.
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lucia
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Re: Amara (novela de fantasía)

Mensaje por lucia »

Vaya. Y yo que pensé que iban a marcharse del pueblo con Amara :lista:
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Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

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Iramesoj
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Re: Amara (novela de fantasía)

Mensaje por Iramesoj »

Gracias por leer. Tal como se dice al final, sus amigos son guerreros, lo que conlleva mucha responsabilidad en la sociedad en la que viven. No pueden marcharse con ella porque dejan al pueblo desprotegido, lo que perjudicaría a los aldeanos no-combatientes que dependen de ellos. Por otra parte, son amigos de Amara pero tampoco ella es el centro de sus vidas. Es de suponer que tendrán padres, hermanos, primos, otros amigos aparte de ella, algunos habrán tenido hijos...y esos otros lazos afectivos los atarán a la aldea. Todo ello impide que se vayan con ella.

Al menos yo lo veo así, pero se aceptan objecciones. Por último, comprendo que ya has hecho mucho al leer este fragmento y hacer el comentario que has hecho, pero si tienes algo más que decir, sea positivo o negativo, será tenido en cuenta y recibido con agradecimiento.
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lucia
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Re: Amara (novela de fantasía)

Mensaje por lucia »

De lenguaje y demás me parece bien, por eso no he comentado otras cosas.
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Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

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