El comienzo de una historia....

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Chiky
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El comienzo de una historia....

Mensaje por Chiky »

Lo ha escrito mi compañera de piso así que espero vuestras opiniones. Es la presentación de uno de los personjes del libro que está escribiendo. Lo dejó hace un año pero lo ha vuelto a retomar, falta depurarlo mucho pero el grueso de la presentación de Andrés está aquí. Ya me direis que os parece jejejeje.


Se sentía triste aunque era domingo, su día preferido de la semana. Cada domingo Andrés lo aprovechaba para hacer lo que más le gustaba: dormir, leer en el parque y poco más.
La noche anterior mientras cenaba, su madre le prohibió que merodeara por la zona norte del parque, la preferida de Andrés donde siempre iba a leer desde hacía más de tres años. Por eso mismo esa tarde del domingo estaba triste y enfadado, ni siquiera preparándole para la comida su plato preferido, consiguió su madre que cambiara de actitud. «A estas edades, los niños, de un grano de arena te hacen una montaña así que tarde o temprano se le pasará» pensó su madre.
Sabía desde el principio que ella tenía toda la razón del mudo, tenía razones de peso para no dejarle que pasara gran parte del día por esa parte del parque. Desde hacía unos meses, comenzó a ser frecuentada por gente del barrio bastante conflictiva, aprovechaban la gran cantidad de frondosos árboles y grandes arbustos para llevar a cabo sus trapicheos. Andrés se dio cuenta enseguida de lo que se llevaban entre manos sus nuevos compañeros, pero eso realmente le traía sin cuidado. Mientras tuviera un buen libro entre las manos y no le tocaran su banco y el pequeño riachuelo artificial que serpenteaba por allí cerca dividiendo el parque en dos… lo demás no le importaba. Nadie se fijaba en él, un niño sentado en un banco mientras lee no molesta a nadie y menos a aquellos espectros vivientes. Pero claro, su madre eso lo veía de otra forma y en parte gracias a las incombustibles vecinas, que en esas largas esperas en la cola del supermercado le comían por completo la cabeza.
Con motivos o sin ellos, Andrés no volvería a leer en la zona norte del parque hasta dentro de algún tiempo, justamente hasta que los nuevos inquilinos se mataran entre ellos o se aburrieran y trasladaran sus sucios negocios a otra parte, y hasta que eso se produjera no tenía más remedio que leer en otra parte.

Andrés se podía definir como un niño adulto, era un chaval muy poco corriente, tenía 12 años y una madurez inimaginable en niños de su misma edad. Muchos adultos, entre ellos su madre, le hubieran envidiado si realmente se hubieran metido en su cabeza y hubieran contemplado lo bien amueblada que realmente la podía llegar a tener. Tenía las ideas clarísimas y muy poco era lo que necesitaba para ser feliz: tranquilidad y un buen libro.

Su vida, hasta ese preciso momento, se podía dividir en dos etapas claramente separadas por un desastroso percance, el fallecimiento de su padre. La inesperada pérdida provocó que la vida, a sus nueve años de edad, le diera un vuelco totalmente inesperado.
La misma noche del fatídico hecho, durante la cena, sus padres tuvieron una acalorada e incomprensible discusión. A él le trasladaban de oficina a 500 kilómetros de la residencia actual de la familia, y estaba decidido a trasladarse con ellos, a cambiar de vida haciendo así borrón y cuenta nueva. La subida del sueldo era sustancial, casi el doble de lo que cobraba, y eso para él equivalía a vivir el doble mejor de lo que vivía. Su mujer se negaba rotundamente a trasladarse de ciudad. «El dinero no era lo único que había en esta vida» pensaba ella y además con lo que su marido cobraba actualmente no pasaban ningún apuro, más bien todo lo contrario, se podían sentir unos privilegiados. Y eso fue lo que pasó, su madre se negaba a cambiar de vida y su padre eso no lo comprendió enfureciéndose incomprensiblemente hasta provocar durante la cena una situación delirante entre él y su mujer. Terminó de cenar rápidamente, cogió la llave del coche que se encontraba en el mueble del recibidor y se marchó precipitadamente dejando tras de sí el estruendoso sonido de la puerta al cerrarse. Ella al escuchar el sonido de la puerta salió en su busca llegando al rellano en el preciso momento en que su marido abría la puerta del ascensor para marcharse. «Ni se te ocurra esperarme despierta esta noche» fue lo último que pudo escuchar ella antes de que su marido cerrara la puerta y apretara el botón que le llevaba a la calle. Si ella hubiera podido predecir el triste desenlace que se iba a desencadenar a causa de la discusión, ni siquiera hubiera abierto la boca para protestar por la decisión de su marido. Hubiera ido al fin del mundo con tal de evitar el desastre que se avecinaba. Pero eso era imposible, nunca se puede saber lo que se esconde tras las espesas sombras. Toda acción desencadena una reacción, y ésta muchas veces te cambia de una forma irrevocable la vida. Y eso fue lo que sucedió aquella noche, un antes y un después en la vida de Andrés y su madre.

Andrés pasó aquella noche sin pegar ojo. Los llantos de su madre, que se encontraba en la habitación de al lado, traspasaban la pared que dividía las dos habitaciones para llegar con una claridad pasmosa hasta sus oídos.
A las cinco de la mañana, sin saber como, Andrés ya intuía que algo malo le había pasado a su padre y comenzó a sollozar mientras esperaba una señal que trajera la mala noticia. Ésta llegó en forma de llamada telefónica pasadas las diez de la mañana. Su madre, totalmente fuera de sí descolgó el teléfono, escuchó la voz que poco importaba de quién era y tras recibir la noticia gritó. El grito fue crudo, áspero sin sentimientos y en ese mismo momento Andrés se dio cuenta de cómo había que responder cuando la muerte llamaba a tu casa… gritando.
Siempre recordará aquella situación. Todo el mundo sabía que la muerte nunca venía sola y en este caso trajo como pareja de baile a la desesperación. En aquel momento tanto la muerte como la desesperación llamaron a casa y fueron recibidas por parte de su madre con un saludo en forma de aullido que rompía el cautiverio de la noche pasada, esa noche llena de sentimientos tétricos de locura, espera y sin razón.

A partir de aquel momento la vida de Andrés dio un giro radical. Comenzó a ausentarse del mundo que le rodeaba. Desde un principio intentó aislarse de todo aquello que le inquietaba y enseguida lo consiguió. Sus vecinos, amigos de clase, demás familiares…pasaron a un segundo plano. Lo único que le interesaba era su madre, y el bienestar de ella significaba tranquilidad para él, escasas preocupaciones y un sin fin de aventuras a través de páginas impresas, encuadernadas en tapas de miles de tamaños y colores.

La desaparición de su padre trajo consigo la soledad y por esa misma razón comenzó a leer, para moldear esa maldita soledad, para llenar el enorme hueco que había dejado la figura de su padre, para volver otra vez a soñar…
Comenzó a sumergirse en el fantástico mundo de los libros. Con ellos podía cambiar la realidad; el bullicio y el humo de la gran ciudad lo podía transformar en tranquilidad y brisa, la ciudad en campo, la opresión pasaba a ser pura libertad y la muerte la vida eterna. Para Andrés el poder transformar la realidad que le rodeaba, le hacía sentirse como un pequeño Dios. Muchas personas se iban al otro mundo sin haber encontrado la fórmula secreta de la felicidad y Andrés encontró la suya a los nueve años.

Su pasión por la lectura comenzó a los tres días de la muerte de su padre. Entró en el despacho de su padre y encontró una novela sobre el escritorio. La cogió y le echó un vistazo. Más o menos hacia la mitad del libro había un trozo de cartulina negra que le servía a su padre como marcador. El pequeño trozo de cartulina y la ubicación del libro fuera de la estantería, indicaba que aquel era el libro que en ese momento estaba leyendo. Lo cogió del escritorio y sin quitar el trozo de cartulina negra de la página que marcaba comenzó a leerlo. La historia le entretenía y era muy fácil de entender. Alguna que otra palabra se le encasquillaba pero para eso estaba el gran diccionario que, hasta ese mismo momento, servía de adorno en la estantería del salón. Al tercer día de lectura llegó a una parte del libro que lo tenía totalmente absorbido. La fluidez del escritor y la trepidante historia lo tenían embelesado. Estaba tumbado sobre su cama mientras leía la parte del libro que hasta ese mismo momento más le estaba entusiasmando y de repente notó una punzada en su interior. La historia estaba tomando tintes rocambolescos y de repente se le hacía familiar. El padre de Antonio, el niño era el personaje principal de la novela, después de una ardua discusión con su mujer, coge las llaves del coche, sale de su casa y conduce el coche a gran velocidad hasta las afueras de la ciudad. De repente coge el desvío hacia una carretera secundaria y en la primera curva, mientras piensa en la absurda discusión que ha tenido con su mujer, se sale, y se precipita al vacío en un pequeño barranco. Andrés se quedó estupefacto y el miedo comenzó a invadir su pequeño cuerpo. Pasó la página que había terminado de leer, para marcar justamente dónde se había quedado y de repente, vio que en aquella página estaba el pequeño trozo de cartulina negra que había utilizado su padre como marcador. «Increíble», pensó, «esto no me puede estar pasando a mi». El miedo pasó a ser puro terror. Cerró bruscamente el libro, se levantó de la cama, se dirigió al despacho y colocó el libro sobre el escritorio en la misma posición en la que lo había encontrado. Se encaminó hacia la salida y antes de salir de la pequeña estancia sin dejar de caminar, volvió la cabeza, fijó su mirada en el libro que descansaba sobre el escritorio y murmuró: «cuando tenga el valor suficiente acabaré contigo».
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Fenix
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Mensaje por Fenix »

La historia del muchacho es interesante, sobre todo, cuando establecido el personaje y su tragedia, el autor crea la intriga con la relación entre lo que está escrito en la novela que ha descubierto y su reflejo en la vida real; la novela que el muchacho lee es el espejo de su tragedia y, además de aterrorizarle, le crea algo más que intriga, necesidad de conocer cómo sigue, pero antes ha de encontrar el valor suficiente.

La autora emplea muchas frases subordinadas, que si bien es una forma muy barroca de expresarse y que a mí particularmente me encanta, a muchos les estorba tanta aclaración porque les corta la fluidez de la lectura. Hay veces que la subordinada podría evitarse y en algunos casos, hay que tener en cuenta el no abrirse demasiado porque se puede perder el sentido de la frase principal.
Por otro lado, el relato tiene expresiones que yo modificaría, no por nada, sino porque a mí me han llamado la atención, me han chocado:

Se sentía triste aunque era domingo: Para muchos de nosotros si se sentía triste, lo estaría expresamente porque era domingo: los domingos tienen ese punto de marginación temporal que a muchos nos desconsuela. Luego lo explica; pero aunque lo hace, el “aunque” me rechina. Yo lo hubiese expresado con un …Era domingo y se sentía triste…

Muchos adultos, entre ellos su madre, le hubieran envidiado si realmente se hubieran metido en su cabeza y hubieran contemplado lo bien amueblada que realmente la podía llegar a tener.
Tres “hubieran” en dos líneas, pero aún más me rechina el barroquismo con el que se acerca a decir que el chaval tiene la cabeza muy bien amueblada. No hay que meterse en la cabeza, a simple vista se puede envidiar la excelente cabeza del niño o su inteligencia sin hacer figuras tan retóricas, además, o se tiene la cabeza bien amueblada o no se tiene, nunca “la podía llegar a tener”.

La misma noche del fatídico hecho. No sé yo hasta qué punto aquello fue un hecho ─aunque se hizo puesto que ocurrió─, yo lo hubiese definido como un suceso o accidente.

A él le trasladaban de oficina a 500 kilómetros de la residencia actual de la familia, y estaba decidido a trasladarse con ellos, a cambiar de vida haciendo así borrón y cuenta nueva.
Me suena ligeramente enrevesado, creo que mejor podría ser así: Lo trasladaban a 500 kilómetros de su residencia familiar y estaba decidido a mudarse con ellos……..

….y su padre eso no lo comprendió enfureciéndose incomprensiblemente hasta provocar durante la cena una situación delirante entre él y su mujer.
Aquí se enfurece, pero es comprensible, está frustrado por la negativa de su mujer a iniciar una nueva vida, luego no era incomprensible que aquello sucediera y tampoco hasta provocar, simplemente se puede poner: enfureciéndose, llegando a provocar un episodio, una situación o una escena que a lo mejor no debería calificarse de delirante, sino que tal vez sólo llegase a ser un duro enfrentamiento.

…el estruendoso sonido de la puerta al cerrarse.
Yo evitaría tantas palabras para definir simplemente el sonido de un portazo.

…nunca se puede saber lo que se esconde tras las espesas sombras.
Se sabe o se desconoce, no es que se pueda saber …nunca se sabe qué es lo que se esconde.

Todo el mundo sabía que la muerte nunca venía sola y en este caso trajo como pareja de baile a la desesperación. En aquel momento tanto la muerte como la desesperación llamaron a casa y fueron recibidas por parte de su madre con un saludo en forma de aullido que rompía el cautiverio de la noche pasada, esa noche llena de sentimientos tétricos de locura, espera y sin razón.
Yo lo escribiría menos en pasado y más como narrador: Ya se sabe que la muerte nunca viene sola y, en este caso, trajo….En aquel momento, muerte y desesperación llamaron a su casa siendo recibidas por su madre mediante un saludo en forma de aullido…..

…comenzó a leer, para moldear esa maldita soledad, para llenar el enorme hueco que había dejado la figura de su padre, para volver otra vez a soñar…
Yo creo que la soledad no se moldea, otros creerán que sí, pienso más que la soledad se llena, sin embargo moldear es ahormar o forjar y como forma de adaptarse a la soledad que dejaba la muerte del padre, resulta excelente en este caso.

Con ellos podía cambiar la realidad; el bullicio y el humo de la gran ciudad lo podía transformar en tranquilidad y brisa, la ciudad en campo, la opresión pasaba a ser pura libertad y la muerte la vida eterna.
Con una coma detrás de la muerte quedaría mejor.

Perdona que me haya puesto tan didáctico pero creo que cantar las excelencias nada más en nada nos ayuda a mejorar la forma de escribir. :lol:
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Chiky
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Mensaje por Chiky »

Muchas gracias Fenix!!!! Yo pienso lo mismo que tú. Por eso mismo me ha dicho que metiera el texto en el foro, para que la gente opinara...El texto está sin depurar, supongo que cambiará muchas cosas pero la veo muy ilusionada en seguir con la novela. Por algo se empieza jejeje. Gracias Fenix :wink:
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JANGEL
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Mensaje por JANGEL »

Inquietante. Me ha gustado mucho la idea de leer lo que te ha ocurrido. Por mi parte, sugeriría agilizar los primeros párrafos, ir al grano antes. Hay algunas reflexiones que se pueden contar más adelante y que entorpecen la acción de este prólogo o primer capítulo. El comienzo ha de ser lo más dinámico posible, para atrapar al lector.
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Chiky
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Mensaje por Chiky »

JANGEL escribió:Inquietante. Me ha gustado mucho la idea de leer lo que te ha ocurrido. Por mi parte, sugeriría agilizar los primeros párrafos, ir al grano antes. Hay algunas reflexiones que se pueden contar más adelante y que entorpecen la acción de este prólogo o primer capítulo. El comienzo ha de ser lo más dinámico posible, para atrapar al lector.

:wink: Es que lo que quería hacer mi compi era más bien todo lo contrario...hacer unas presentaciones de los personajes un poco densas (por así decirlo) y después agilizar todo el desarrollo de la novel :roll:
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JANGEL
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Mensaje por JANGEL »

Es un poco arriesgado introducir una novela de forma densa. Puede espantar a quien lo lea.
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Chiky
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Mensaje por Chiky »

JANGEL escribió:Es un poco arriesgado introducir una novela de forma densa. Puede espantar a quien lo lea.


ya lo veo ya....está espantado mitad foro :meparto: :meparto: :meparto:
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JANGEL
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Mensaje por JANGEL »

:lol: :lol: Tampoco es eso. :lol: :lol:
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HERMANN
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Mensaje por HERMANN »

Creo que el comienzo de una novela debe causar una sorpresa en el lector. Hacerle ver que va a introducirse en una historia que le va a afectar. Precisamente estoy acabando de leer una novela magistral –creo que no tiene hilo- que comienza –nunca mejor dicho-como un impacto. “El impacto le alcanza por la derecha, brusco y sorprendente y doloroso, como una descarga eléctrica, y le hace salir disparado de la bicicleta. ‘¡Tranquilo!’, se dice a sí mismo...”
Hombre lento de Coetzze.

Quizá este comienzo debería haber empezado por otro momento de la narración: siempre hay tiempo de presentar los personajes.
Nadie ha dicho nunca que fuera fácil. Jeje.
Saludos.
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Chiky
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Mensaje por Chiky »

HERMANN escribió:Creo que el comienzo de una novela debe causar una sorpresa en el lector. Hacerle ver que va a introducirse en una historia que le va a afectar. Precisamente estoy acabando de leer una novela magistral –creo que no tiene hilo- que comienza –nunca mejor dicho-como un impacto. “El impacto le alcanza por la derecha, brusco y sorprendente y doloroso, como una descarga eléctrica, y le hace salir disparado de la bicicleta. ‘¡Tranquilo!’, se dice a sí mismo...”
Hombre lento de Coetzze.

Quizá este comienzo debería haber empezado por otro momento de la narración: siempre hay tiempo de presentar los personajes.
Nadie ha dicho nunca que fuera fácil. Jeje.
Saludos.


Yo tb he leído hombre lento y me gustó mucho. En el comienzo del libro se narra el hecho que marca toda la historia. Muy bueno!!! :wink:
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lucia
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Mensaje por lucia »

Como Fenix ya ha ha contado muchas cosas, añado algunas de mi cosecha: faltan algunas comas y hay discordancias verbales (Desde hacía unos meses, comenzó), así como repeticiones demasiado seguidas de adverbios como realmente, o de sonidos, como cuando pone desenlace que se iba a desencadenar a causa de la discusión.

En lo que no estoy de acuerdo con él es en lo de …el estruendoso sonido de la puerta al cerrarse, porque es como si a la vez me estuviese describiendo el silencio que queda después.

La descripción del Andrés lector está muy bien, transmite ternura en principio, aunque cuando habla del terror que siente por lo leído en el libro de su padre, se queda un poco corta. Y aún así, como dice Fenix, cumple su función de introducirnos en la intriga.
Nuestra editorial: www.osapolar.es

Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

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Chiky
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Mensaje por Chiky »

la compi está muy agradecida por los comentarios. Un día de estos me dará otro texto para que lo ponga por aquí. A ver como va la evolución :D :shock:
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