Flores para mi tumba (Relato)

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Flores
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Flores para mi tumba (Relato)

Mensaje por Flores »

El sol le pega con fuerza en los ojos y hace que se despierte. No lleva mucho tiempo dormida. Si no hubiese sido por el astro rey, el dolor de la muñeca la habría despertado igualmente, en cuanto se hubiera movido lo más mínimo. No importa que estés muerta, como ella. El dolor se siente exactamente igual.
Parpadea varias veces, y enfoca la vista hacia su derecha. Sí, las esposas que sujetan su mano a la puerta del copiloto continúan en el mismo sitio.
- ¿Acaso esperabas otra cosa?
- Estúpido. – Murmura ella más por costumbre que por ganas de insultarle, a lo que él responde con una fingida sonrisa.
La primera vez que lo vio pensó que estaba ante la versión joven de Damon Salvatore. Solo que Jairo resultó ser incluso peor que el malo de los hermanos vampiro.
Sandra se recoloca como puede, exhalando sonoros suspiros con el único fin de ponerlo nervioso. No encuentra la postura, es imposible estar cómoda si estás esposada, no importa el lugar en el que te encuentres, ni siquiera si estás dentro de un R8 Spyder.
No hace ni dos semanas que lo tienen. Al señorito se le antojó ese descapotable. Y ya se sabe que es el ojo derecho de Samuel, y que la tarjeta de crédito que le dio es algo así como ilimitada. Sandra se pregunta si la que va a su nombre tendrá límite. ¿Cómo va a saberlo si este capullo se la quitó?
Con la mueca de enfado grabada en el rostro, mira pensativa el elegante salpicadero.

Recuerda aquél martes en el que, arrastrada por Jairo, entró en el concesionario de Audi más grande que hubiese visto en su vida. Es decir, en su antigua vida como mortal. Aunque bueno, eso no era muy difícil, pues tampoco había estado en muchos. Pero ese era diferente a los demás, se podía respirar nada más cruzar el umbral de la puerta. ¡Qué digo! Antes siquiera de enfilar la calle por la que el taxi les había llevado, ya te hacías una idea de que ese era un lugar para gente con un estatus que no se suele encontrar en cualquier esquina. ¡Si hasta los dependientes parecían principitos!
Jairo le abrió la puerta para que ella pasara primero. No era un gesto caballeroso, sólo quería asegurarse de no perderla de vista. Esa chica había resultado ser un incordio, y no se podía permitir el lujo de dejarla sola ni un instante. Después entró con esa férrea seguridad que despliega allá por donde va y se quitó las Rayban como si fuese el modelo de un anuncio. Ella se limitó a observar enfurruñada cómo un par de esos principitos trajeados corrían a atenderle.
- ¿En qué podemos ayudarle señor?
¿”Señor”? ¡Por favor! ¡Si a penas tiene la apariencia de un chico de veintiún años! Piensa Sandra rezagada junto a una columna de brillantes baldosas, mientras los dos dependientes revolotean alrededor de él.
No hace falta que le aconsejen. Jairo sabe muy bien lo que quiere. No necesita que le expliquen las características del coche, ya las conoce. No, no le gusta en color gris, lo quiere en blanco. ¿430 CV? No, ni hablar. Él quiere el de 525. ¿Cómo puede ser que en el mayor de los concesionarios de Audi en España no dispongan de ese modelo? Es vergonzoso.
Los principitos se apresuran a buscar una solución que satisfaga a tan galante comprador, hechizados por el embrujo que Jairo suele ejercer sobre la gente, bailando al son que marca su compás.
- No se preocupe señor, mañana por la mañana lo tendrá aquí. Me han confirmado desde Alemania que hoy mismo prepararán un dispositivo especial para su traslado.
- ¿Mañana? Qué fastidio. – Hace una mueca de disgusto y se gira para mirar a Sandra. – Tendremos que retrasar nuestra marcha una noche más.
Ella intenta responderle con otra mueca más desagradable, pero todo lo que consigue es que su ojo sufra un extraño tic, consecuencia de la crispación de sus nervios.
- No sabe cuánto lo lamentamos señor… - Siguen disculpándose los dos principitos, sin siquiera mirarla a ella.
Está casi segura de que los vendedores no han reparado en su presencia. Pero, ¿cómo iban a hacerlo? ¡Si ha quedado eclipsada por la magnificencia y el resplandor de Jairo! También sabe que, aunque nadie lo diría a simple vista, su acompañante tiene todos sus sentidos puestos en ella.
- Espero que esté listo a primera hora. No me gustaría encontrarme con ningún otro imprevisto. – Y dirige una mirada cargada de dobles intenciones al vendedor más alto.
Este capta la amenaza al vuelo, y le asegura que no, que por supuesto que no. Sólo le ha faltado salir corriendo a coger el próximo vuelo hacia Alemania y venir conduciéndolo él mismo desde allí.
- Me desagradaría tanto que se produjera cualquier retraso que prefiero dejarlo todo zanjado esta misma mañana. Si les parece, caballeros, procedamos a realizar el pago. – Jairo abre los brazos invitando a los asombrados y babeantes vendedores a que se dirijan a una mesa aclimatada para tal fin.
Sandra hace un mohín, pero no se separa ni un centímetro de la columna. Increíble. Ahora le sale la vena de comercial. ¿Qué será lo próximo?

Desde su posición no le resulta difícil escuchar la conversación. Jairo les facilita todos los datos y papeles necesarios, con la nueva identidad que le proporcionaron los hombres de Samuel tras su muerte. Lo único que conserva original es su nombre, al igual que Sandra.
Ve cómo saca el móvil y llama a alguien, seguramente a Mauricio para que efectúe la transferencia. Mauricio… otro que le baila el agua.
La chica se tambalea ligeramente y se tiene que apoyar en la columna de baldosas brillantes. ¿Qué? ¿Ha oído bien? ¿Cuánto ha dicho? ¡Eso no es un precio! ¡Es un pecado!
Inevitablemente, vuelve a pensar con añoranza en la tarjeta que ese idiota le ha arrebatado.

Por fin terminan todo el papeleo. Jairo se plantea la posibilidad de asustar un poco más a aquellos serviciales dependientes con otro ultimátum. Pero lo piensa mejor. No será necesario. Está totalmente seguro de que al día siguiente, a primera hora, tendrá su R8 Spyder blanco preparado, esperando a que él lo conduzca.
Los vendedores, que acaban de percatarse de la presencia de Sandra, los acompañan a ambos hasta la puerta, dando pequeños pasitos cuando sus continuas reverencias se lo permiten.

Una vez en el exterior Jairo agarra a Sandra del brazo y la obliga a caminar a su lado. Parece un gesto cortés, pero su mano es férrea.
- ¿Así es como vamos a pasar desapercibidos? ¿Montados en un coche de casi 200.000 euros?
Como no contesta, retoma la carga.
- ¿No te servía el de 400 CV?
- No.
- ¿Y para qué coño quieres un coche de 500 CV?
- Para poder perseguirte la próxima vez que te escapes. – Responde Jairo con una sonrisa.
A Sandra le hierve la sangre.
- Imbécil.
- Tú más. – Le responde él, y con la mano libre se coloca las Rayban como si fuera el modelo de un anuncio.

---> CONTINUA EN http://floresparamitumba.blogspot.com/
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Flores
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Re: Flores para mi tumba

Mensaje por Flores »

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lucia
Cruela de vil
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Re: Flores para mi tumba

Mensaje por lucia »

La leí ayer, pero solo sabemos que la chica es una vampiro un poco tonta por dejarse subyugar así. Pero claro, la historia que hay detrás no la conocemos.
Nuestra editorial: www.osapolar.es

Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

Imagen Mis diseños
Flores
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Re: Flores para mi tumba

Mensaje por Flores »

Hola Lucía! Aunque haya un símil con Damon Salvatore, la protagonista no es un vampiro... y sí, todo tiene su explicación, explicación dada en las páginas sucesivas!
De todas formas gracias por tu comentario :)
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Maider
La Barrikera
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Re: Flores para mi tumba

Mensaje por Maider »

Termine el libro anoche.
Supongo, Flores, que eres tú eres la autora del libro.

Siempre es complicado, sinceramente, opinar de un libro cuando el autor está aquí.

A ver... :meditando: para mi gusto es un juvenil bastante normalito. Su historia es extraña y no te acabas de tragar el argumento. Es algo así como ¿qué me estás contando? Volvemos a caer en el tópico o cliché, no sé, de dedicar demasiadas páginas a resaltar lo guapísimos, inigualables y geniales que son los protagonistas. Sobre todo, como no, en el caso del chico. Entiendo que es una novela para chavalas jovencitas y que imaginar que el protagonista está todo bueno y además tiene ahí escondido su corazoncito hace que el libro para ellas sea más atractivo. Lo entiendo. Pero, de verdad, ¿es necesario que en todas las páginas se haga mención a lo mega guapo que es Jairo? Y he leído bastantes juveniles, que no hablo desde el desconocimiento del género, pero este es para cogerlo con pinzas, francamente.

También tiene cosas positivas, por supuesto, creo que su mayor baza es que es bastante adictivo y muy fácil de leer, lo que de vez en cuando viene muy bien. Es un libro, no sabría decir cuál es el motivo, pero del que quieres saber que es lo que va a pasar en la historia y eso hace que cada vez que coges el libro pases paginas y paginas sin darte cuenta. En este sentido me parece que cumple su objetivo totalmente.

Resumiendo: es un juvenil fácil de leer, ameno y bastante adictivo. Pero su historia es inverosímil, lo cojas por donde lo cojas, esta plagadito de clichés y se cuenta una y otra vez las mismas cosas. Vaya, que a veces parece atrapado en el tiempo con tanta repetición sobre lo mismo...

Lo siento por la autora, en serio, pero he vertido mi opinión más sincera.
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