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CK2- El corazón relator - Ororo

Publicado: 21 Feb 2016 09:14
por prófugo
EL CORAZÓN RELATOR

—¡Es cierto! Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. Por esta razón quiero insistirles, quiero que entiendan mi posición. Ese ojo, ese ojo me tentaba todas las noches. Ojo esquivo, ¡ojo del diablo! Un ojo claro y muerto; un ojo celeste y velado. ¡Juro por mi alma de poeta que no tuve elección! ¡Maldito sino! ¡Cruel destino!

—Por favor, no profiera palabrotas —indicó poniendo morritos un recatado ayudante del sheriff. Su perfil aguileño infería respeto, pero también ganas de dibujarle una caricatura a carboncillo.

El sheriff Búho Sentado no tuvo que fruncir el ceño para mostrar su desacuerdo: él siempre estaba cabreado y así lo hacía notar. No se andaba con chiquitas porque era del mismo norte y, según las sabias del lugar, incluso de algo más para arriba.

—Ave que Vuela, deja al poeta que se explique con sus propias palabras. No hay nada de malo en llamar por su nombre a las cosas. Si era un puto ojo, era un puto ojo. —El ayudante miró despectivamente a su jefe y buscó algo de alpiste en el bolsillo de su cazadora de flecos para calmarse. Volvió a echar de menos a su anterior superior, Gran Ave Marina.

—Oiga, oiga, señor sheriff, que yo no he dicho nada de put… —intentó aclarar el sospechoso. La intensa mirada de Búho Sentado le atravesó como un rayo y cambió de tema al instante. —Está bien, está bien. Verán ustedes, pueden afirmar que estoy loco, que soy nervioso, ¿les he dicho que soy nervioso? Pero jamás fui más amable con el chico que la semana antes de matarlo. Pero ese ojo, es que ese ojo semejante al de un jilguero, qué mal agüero… Tuve que hacerlo, pero lo hice tan suavemente, le maté tan dulcemente… Mis sentidos se habían acrecentado, especialmente el oído, y no vean ustedes si eso es joío.

Los dos agentes de la ley se miraron y negaron al mismo tiempo con la cabeza. Una pluma del sombrero de Ave que Vuela cayó al suelo y se posó sobre un tablón junto a los pies del poeta sospechoso.

—¿Cómo lo han averiguado? ¿Cómo saben que lo enterré ahí mismo? ¿Qué les ha llevado a ello? ¿También ustedes le están oyendo ahora? ¡Díganme!

—¿No tendrá zarzaparrilla? —preguntó el sheriff mientras se sentaba en una roída butaca—. Ave que Vuela, ayúdame con las botas.

***

Gata O’Hara mascaba tabaco en el porche de su casa. El atardecer era precioso. Los rayos anaranjados refulgían en sus ojos verdes que, enmarcados en khol negro, miraban con despecho al horizonte. «Mañana será un gran día», pensó Gata O’Hara mientras escupía al suelo. La puerta de la casa se abrió con un chirrido y el resto de la familia avanzó por los desgastados tablones de madera hasta llegar a la mecedora donde Gata descansaba.

—¿Estás segura de que todo va a funcionar? —preguntó Niniana O’Hara encendiendo un cigarrillo—. Los efectos de los barbitúricos son limitados.

—Completamente —contestó Gata—, ese sucio traidor tendrá su merecido.

—No corras riesgos innecesarios, Gata. El tiempo pone a cada uno en su lugar —matizó con sarcasmo Kassiana O’Hara, que acababa de enterrar a su joven marido.

—Estás preciosa con ese nuevo corte de pelo. El flequillo te queda súper. —La aterciopelada voz de Ismaela O’Hara, la cuarta y más joven de las hermanas, les recordó lo afortunadas que eran por tener un alma inocente en la familia. Ismaela era la alegría de la casa.

—Gracias, amores. Sé que os preocupáis por mí, pero todo está atado. Las sabias del lugar así lo han visto.

—¡Pero si son tan mayores que no ven tres en un burro! —rio Ismaela soltando un gritito estremecedor. Un rayo cayó en las montañas seguido de un estruendo. Fue lo último que se oyó en esas tierras hasta que se puso el sol.

***

—¡Así tenía los sentidos, se lo prometo! ¡El oído! ¡Sobre todo el oído se me aguzó cosa mala! Pero, miren ustedes, es que cada noche iba a visitar al chico a su cuarto. Un joven con familia, con cuatro hermosas mujeres esperándole en casa, cuatro amores que hacían sus delicias... Y, sin embargo, ¡aquí lo tenía yo como huésped! Aquí moró durante semanas con ese ojo muerto maldito. Cada noche, les decía, cada noche iba a su cuarto a verle. Abría la puerta con sumo sigilo, no vayan ustedes a pensar. Abría poco a poco, me movía despacio para no despertarle, pero él no paraba, ¡no paraba! Hablaba y hablaba en sueños, relataba, contaba, susurraba historias todas las noches que no me dejaban dormir. Las oía, ¡las oía todas! No podía escapar de su influjo, de su veneno, y siempre volvía a por más y más…

—Pare, pare. Deje de sollozar y cálmese. Su confesión no deja lugar a la duda. Ave que Vuela, continúa con el masaje, bien, bien…, uhm…, su confesión, decía, no deja duda y ¿dónde dice que lo enterró?

—¡Ja, ja, ja! ¡Aquí mismo! ¡Donde Ave que Vuela perdió el plumón! Ya se lo he dicho antes. No sabe usted qué manera de relatar, señor sheriff, ¡si es que ahora mismo lo estoy oyendo! Sigue y sigue en su empeño. Lo oigo, ¡lo oigo! Una frase tras otra, una historia tras otra, el chico relator no descansa ni bajo nuestro pies… ¡Ja, ja!

—Mejor usa el cortaúñas, Ave que Vuela. Bien, todo tiene sentido, señor poeta. ¿Sabe a qué consecuencias se enfrenta?

***

Cuatro figuras femeninas cruzan a caballo el río Misuri. Los cascos arrancan la tierra seca al adentrarse en la llanura. Gata, Niniana y Kassiana gritan azuzando a sus yeguas con seguridad y aplomo. Son mujeres fuertes, no conocen el miedo desde el mismo momento en que nacieron. Saben defenderse en tierra de hombres, y así lo demuestran día a día. Ismaela, callada, deja que el viento le acaricie el rostro y despeine su cabello dorado. Sonríe.

—Llegáis pronto. ¿Traéis el tributo? —Lo pregunta una sombra jorobada de la que sobresalen dos garras cetrinas.

—Lo traemos —contesta Gata haciendo un gesto a Niniana.

La sombra mira a Ismaela durante unos segundos. La dulce chica está sentada sobre sus talones y dibuja corazones en la tierra mojada. Al sentirse observada, alza la cabeza hacia la sombra mientras sus labios dibujan la sonrisa más inocente y preciosa que nadie jamás ha visto.

—Perfecto —confirma la sombra con el brillo de sus ojos—, pasad.

Acto seguido, de un empujón, Ismaela encabeza la fila de mujeres que avanzan tras la encapuchada.

—¡Ayyyy! No me estropees la camisa que la estreno hoy, Niniana —se queja Ismaela.

«Dios bendito», piensa mientras tanto Kassiana, «¿qué estamos a punto de hacer?» La sombra la mira como si hubiese leído sus pensamientos y la abraza por el hombro. En ese momento, Kassiana puede ver su rostro. Es negro azabache como las ropas que viste, pero bello. Inmensamente bello. Unos mechones níveos caen sobre su frente y los labios carnosos se acercan a su oído:

—Lo que debéis, preciosa. Lo que debéis.

***

—¿Ven? Aquí lo tienen. ¡Ya se lo dije yo! ¡Ja, ja! Después de descuartizarlo, lo enterré aquí mismito. ¡Y todavía sigue relatando el maldito!

Búho Sentado y Ave que Vuela se miraron. No necesitaron utilizar sus temidas tácticas para sonsacar información. La confesión será suficiente y esa noche el poeta dormirá en el calabozo mientras ellos disfrutan de un espectacular pastel de carne con salsa de arándanos.

—¡Calla! ¡Calla, odioso engendro! Déjame vivir, deja de relatar. ¿Qué más me da si tus intenciones fueron buenas? ¿Qué me importa si Gongavalia y Ukihevedo se odiaban? ¿Tus hermanas te daban de lado? ¡Y a mí qué! Déjame, no quiero seguir escuchándote, no, no, no…, habla mucho que no te escucho…

—Llame a J. L. Melón, Ave que Vuela. Necesitaremos un hombre fuerte y potente para mantener a este poeta loco a raya.

—Como usted mande, sheriff. ¿Le digo que traiga a su equipo?

—Sí, sí…, dígaselo. Los chicos, de vez en cuando, necesitan divertirse…

—¡Calla te digo! ¿Qué es esa historia de que te ibas a Francia y tus hermanas se sintieron despechadas? A mí no me vengas con pamplinas, ¡ahí lo dejo!

***

—Vayamos al grano —sentencia Gata apoyando su bota sobre una roca—. ¿Dónde están las sabias del lugar?

De pronto, una figura esbelta y azulada, completamente desnuda, aparece montada sobre un enorme tigre. Es majestuosa. El tigre avanza con gran elegancia hacia las hermanas O’Hara, que se estremecen. Pero Ismaela sale corriendo para jugar con la mascota.

—Precioso gatito —susurra mientras le acaricia la cabeza—, ¿tienes hambre?— El tigre ronronea y muestra ligeramente sus colmillos.

—Ismaelita, querida, harás lo que tú quieras cuando estés entre nosotros —contesta la figura azul—. Aquí serás dueña y señora de todo lo que se te antoje. Solo tienes que pedírmelo —resuelve guiñándole un ojo.

—¿Y cómo tengo que dirigirme a ti? ¿Quién eres? —pregunta entusiasmada mientras comprueba si su cabeza cabe entre las fauces del tigre.

—Soy Estrella que Titila, Ismaelita. La gran Diosa Chamán. ¿No has oído hablar de mí? —inquiere entornando los ojos.

—Pues la verdad es de que no, señora. —Y continúa dando besos en los bigotes al tigre que, encantado, entorna los ojillos de puro gusto.

—Bueno —interrumpe Niniana—, el trato está hecho, ¿no? ¿Juráis que el sucio hermano Ratón no volverá a abandonarnos? ¿A traicionarnos?

—Ja, ja, ja…, queridita, qué gracia me haces. ¿Subestimas mi poder? Las sabias del lugar así lo hicieron, y no querréis saber cómo acabaron… He creado un corazón relator, el hechizo más mortífero que oídos humanos hayan escuchado. Podéis estar seguras de que jamás volveréis a verle… Todo gracias a un payaso con trompeta que cargará con todas las culpas…

Entonces, antes de que Niniana se dé cuenta, la sombra se ha situado detrás de ella y, con una fuerza sobrehumana, tira de su cabello hacia atrás.

—¡Arrghhh! ¡Suelta, apestosa! —vocifera mientras cae postrada de rodillas.

—Toda tuya, Horroro. —Y la sombra crece, se agiganta, sobrepasa el cuerpo de Niniana y lo envuelve con su capa negra. Cuando se aparta, solo queda un puñado de ceniza.

—Bien… ¿Alguna pregunta más, señoritas?

El resto de las hermanas O’Hara, Gata y Kassiana, atemorizadas, se callan. Gata mira con ojos llorosos a su hermana Ismaela mientras patalea boca arriba jugando a hacerse cosquillas con el tigre y se da media vuelta. Kassiana, sin embargo, sigue con la mirada a Horroro.

—¡Caracoles! —exclama de pronto. Horroro ha abierto una puerta y, tras ella, las tres sabias del lugar se retuercen, amordazadas, sobre el suelo mugriento. Luciana está verde como una sierpe venenosa, Lifiana tiene la boca y los ojos abiertos como platos y a Juliana le han salido agallas a ambos lados del cuello.

—¡Qué dantesco espectáculo! —grita Kassiana cada vez más enfurecida—. El trato era nuestro hermano por nuestra hermana, mala pécora, no cargarte también a Niniana ni dominar el mundo bajo tu yugo mortífero. —De pronto, su cuerpo comienza a desprender calor, mucho calor. Kassiana rasga sus vestiduras y, completamente desnuda, planta cara a Estrella que Titila, la maldad hecha mujer.

—¿Todo eso es natural? —pregunta Ismaela asombrada. Pero en el despiste, no se da cuenta de que el tigre se ha alterado y que, por defender a su ama, le ha arrancado un brazo. La pobre, se desmaya mientras se desangra.
La lucha encarnizada entre las dos mujeres llega a su fin con la aparición repentina de dos muchachas arreboladas y asilvestradas.

—No os metáis con nuestra familia —amenaza la más menuda, de la que dicen que es la más rápida del lugar. Shiggy la Niña. Puro fuego en la mirada y cabellera oscura como la noche.

—Ya habéis oído —confirma una dulce ninfa pelirroja con tez de plata. Circilia ha hablado.

—¿Familia? —pregunta Kassiana al borde de la extenuación— ¿Quiénes sois?

—Somos las hijas bastardas que padre nunca quiso reconocer. Vagamos por el páramo como almas en pena. ¿No nos habéis oído por las noches? —Shiggy mira con desprecio a Estrella que Titila y escupe en el suelo.

—Ahora que lo dices… —contesta Kassiana.

—Se acabó el juego, preciosidades —aclara de pronto Circilia—, que tengo que irme a estudiar.

Y, maravillosamente, de un hechizo, convierte a Estrella que Titila, Horroro y al tigre en cerdos.

—Hale, arreglado. Que paséis buena tarde —finaliza con una voz tan dulce como la de los ángeles.

***

Kassiana libera a las sabias del lugar, que besan sus pies y, aprovechando, algunas otras partes de su cuerpo y le dan las gracias poniéndose a su servicio para todo lo que les resta de vida, y sale corriendo de la guarida en busca de Gata, que intenta ocultar su llanto.

—Tranquila, preciosa —le dice pausadamente—. Las penas, si no se cuentan, se nos pudren dentro.

Y, abrazadas, van a por sus yeguas mientras los tres cerdos dan buena cuenta del trofeo que han conseguido.

Re: CK2- El corazón relator

Publicado: 21 Feb 2016 10:16
por Ratpenat
Este relato es de Shigella.

Muy a disgusto por no tener un papel aquí y por la no muerte de Ororo (aunque la conversión lo compensa un poco), me ha complacido ver a Isma como una rubiales tímida. Eso te pasa por hacerte un harén :lol:

También creo que debería haber sido Eyriana, no Luciana. Suele ser Eyre la que hace de jurado (si es que esa era la referencia).

El título me hizo creer que esto iba a ser una parodia de Edgar Allan Poe y su corazón delator. Que pena que no, lo habría disfrutado como un enano.

Nota final: Berenjenas con patatas.

Re: CK2- El corazón relator

Publicado: 21 Feb 2016 13:56
por Shigella
Ratpenat escribió: El título me hizo creer que esto iba a ser una parodia de Edgar Allan Poe y su corazón delator. Que pena que no, lo habría disfrutado como un enano.
Medio relato lo es, y es la parte que más me ha gustado. La de las hermanas O'Hara no la he entendido mucho.
Y tú estás en espíritu. :mrgreen:

Re: CK2- El corazón relator

Publicado: 21 Feb 2016 15:46
por Ratpenat
¿En serio? Dios, pues sí que estoy fava. Lo volveré a leer

Re: CK2- El corazón relator

Publicado: 21 Feb 2016 18:25
por Iliria
Me da que este es tuyo, Rat :cunao:

Re: CK2- El corazón relator

Publicado: 21 Feb 2016 18:29
por Shigella
Yo estoy segurísima de que el ratavoladora ha mandado alguno. :mrgreen:

Re: CK2- El corazón relator

Publicado: 21 Feb 2016 19:36
por Gavalia
-Somos las hijas bastardas que padre nunca quiso reconocer.. :meparto: :meparto:
Tenéis unas salidas que no ayudan nada con la tos. Muy divertido. Esa kass en pelotas jajajaja. Me lo he pasado bien. :wink:

Re: CK2- El corazón relator

Publicado: 21 Feb 2016 22:24
por Isma
Pues me ha gustado verme de gata rubiales, si con ello me hermano con tantas otras misteriosas felinas :o : ni más ni menos que la sensual Berlín, Nínive la arquera de corazones y Kassio la insondable. He visto por ahí a Joserc y a Albatross: un poeta loco y petulante, atormentado con un ojo como el de un jilguero :meparto:. También a las malas y tenebrosas Estrella y Horroro :meparto: y a su fiel lacayo el Tigre (que por poco me la monta). Hay referencias también a algunos ilustres veteranos que ya rimaban en este subforo cuando yo aún era un novato.

¡Muy divertido!

Re: CK2- El corazón relator

Publicado: 22 Feb 2016 00:54
por Sinkim
Un relato muy divertido, me ha gustado mucho, tanto la parte del corazón delator como la de las hermanas locas, sobre todo la inocente Ismaela, aunque ahora será la inocente y manca Ismaela :twisted: :cunao:

Re: CK2- El corazón relator

Publicado: 22 Feb 2016 12:46
por IrisCornegie
Con este me he perdido un poco. No he pillado casi ninguna referencia. Supongo que son cosas de los más veteranos. Aún así está muy bien escrito y tiene buenos puntos.

Re: CK2- El corazón relator

Publicado: 22 Feb 2016 17:11
por Han O. Nhimuss
Batiburrillo de buenos ingredientes, señor, como los que conforman un dulce típico de las afueras de Normandía que aquí llamamos tocinillo de cielo normando... solo que no siempre todos juntos casan bien y tal vez por separado se deleitan mejor buenas tardes señor.

Leí el corazón delator de Poe en terminando el bachiller normando y lo creo acertado en la historia. Menos guaseo de los polis indagadores y estaría bordado el asunto. Esa historia me parece entretenidísima y me hubiera gustado leer un desarrollo más amplio pues interesa.

Luego la de las chicas donde están las cuatro hermanas O´Hara, las tres sabias reclusas, las dos malas malísimas estrella y horrorosa y el tigre que se come el brazo de la rubiales Ismaela del Carmen, y, para más inri, sumaremos luego las dos reinas de última hora hijas apócrifas del padre vikingo. Como decimos en Normandía, mucha fibra de algodón que cortar...

Aunque de ser escribiente me hubiese decantado por una de las ramas de la historia y desarrollarla íntegramente, bien la confesión (con chicha ese ratón parisino relatando aun enterrado debajo de ellos), bien el enfrentamiento entre las chicas (con otro motivo de mayor peso, pues eso de cambiar al hermano por la hermana está cogidillo como con pinzas del ikea), agradezco el esfuerzo de intentar hilvanar ambas y me reí mucho con el desenlace señor buenas tardes mi castellano es regulero tirando a normando, gracias.

Re: CK2- El corazón relator

Publicado: 22 Feb 2016 19:04
por Isma
Me parto :meparto:

A ver si le pongo en contacto a usted con un conocido mío, sajón para más señas, con el que pueden compartir diatribas... :meparto:

Re: CK2- El corazón relator

Publicado: 22 Feb 2016 19:21
por Shigella
Cuanto más lo pienso, más envidia me da que este título no se me haya ocurrido a mí.

Re: CK2- El corazón relator

Publicado: 22 Feb 2016 22:43
por Iliria
Por cierto, además de bien escrito muy buenas las referencias foriles. :mrgreen:

Re: CK2- El corazón relator

Publicado: 23 Feb 2016 16:03
por Estrella de mar
Me ha encantao. :lol:
Destaco momentazos:
Su perfil aguileño infería respeto, pero también ganas de dibujarle una caricatura a carboncillo
:meparto: :meparto:
Si era un puto ojo, era un puto ojo
:biglaugh3:
Lo enterré aquí mismito y todavía sigue relatando el maldito
:cunao:

Con lo de gran Diosa Chamán me he sentido identificada. :mrgreen:

Gracias por kekunear, valiente. :boese040:


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