Caleto, tienes muy poca vergüenza. Pero que muy poca. Después de enviarte el poema de amore forense por whatsapp (y no me digas que no te ha llegao, que he visto que lo has leído) me sales con que no te digo ni pío.
Me veo en la obligación de decirte, desagradecidote, que ese poema lo escribí cocreándolo con el grande de España Pedro Salinas. Para lograr tal hazaña es de vital importancia consultar los archivos akhásicos para saber si su Yo Superior estaba en ese momento expresándose con su alma carnal en algún planeta. Para tu information, el Yo Superior se encuentra siempre (nos hallemos encarnados o no) en el otro lado de la ilusoria vida terrenal.
Ahora te vas a jorobar y te vas a papar la odisea (que fue todo un poema) a la que tuve que hacer frente para escribirte. Descastao, que eres un descastao.
Te diré que acceder a los registros akhásicos es un procedimiento extremadamente arduo. Y la información cuesta obtenerla tela marinera. A ver si te crees que soy una hechicera y hago chas y aparece a mi lado. Pues de eso ná.
Hay que exponer en detalle, en el estado onírico, las razones por las que se solicita la información ante el consejo de ancianos de la Federación Galáctica. A continuación, tras sus sesudas deliberaciones, es necesario obtener su unánime consentimiento. Lo que en términos foriles se podría traducir en algo así como que todas las moderadoras de este foro accediesen a irse contigo a la Playa de las Mujeres. Ya sé que tú eso lo ves pan comido, pero no es así ni de coña, pequeño saltamontes.
Pues bien, yo pude hacerme con la información porque, aunque te provoque extrañeza, el deseo de regalarle un poema a un hermano de tinta lo puede todo, y averigüé que, en esta ventana de tiempo, el alma carnal del amado Salinillas se encuentra encarnada en una bebé normanda de apenas seis meses. Como comprenderás, villanote, no es posible utilizar el método de la canalización o entrar en el estadio mediúmnico para cocrear un poema con un bebé. Vamos, ni un poema, ni nada que requiera la participación del intelecto. Aún así lo intenté, ya que no tuve corazón para prejuzgarla por no haber desarrollado aún un intelecto abstracto, y me conecté con ella a través del chakra del tercer ojo, pero el único mensaje que me llegó fue: uuu, uaaaaa, aaa. Microrrelato inteligible que solo nuestra avezada y perspicaz Kassio podría desentrañar.
Pero yo no tiré la toalla porque la fuerza estaba conmigo. Así que no me quedaba otra alternativa que contactar con mi Yo Superior para que este se comunicara con el Yo Superior del poeta. He de hacerte saber que la profunda introspección que hay que realizar para invocar al Yo Superior solo es equiparable al ingente trabajo que realiza Luciola para que esta jaula de grillos no salte por los aires.
Antes de poder contactar es necesario imbuirse de la vida de Todo Lo Que Es durante un tiempo que es imposible cuantificar. Ponle, más o menos, lo que tardará la estrella polar en dejar de estar sobre el polo norte, que tengo entendido que es una pechá de tiempo. Y todo esto para enviarte un presente de versos. Ya ves cuán poderosos son los lazos de tinta.
Después de mantenerse en ese estado de Yo Soy El Que Soy hay que adentrarse en el proceloso campo etérico. Una vez allí, has de enfrentarte a los residuos enérgeticos de todas las emociones humanas en busca de resolución. Un lugar parecido a Tertulia pero elevado a la enésima potencia. O dicho en términos frikis, sería equivalente a estar en medio de una lucha entre Godzilla y La Cosa. Y huelga decir que logré trascender, porque, no sé si te lo he dicho, pero el lazo que une a los hermanos de tinta tiene el mismo poder que el de Grayskull. Pá que te enteres.
Cuando logré escapar del campo etérico, que me soterraba cual alud en una profunda desarmonía, no acabó la cosa. Todavía me quedaba lo más difícil de hacer. Buscar a mi Yo Superior a lo largo y ancho del otro lado del velo y rezar por que no estuviera de parranda con el maestro del Servicio Magnético, cosa que suele ser habitual.
Pero al final lo encontré, y lo que tuve que prometer para que el Yo Superior de Salinas accediera a las peticiones de una simple mortal no te lo contaré, porque sería desvelar información solo apta para dipsómanos del Gran Misterio.
Y que sepas que por amor a Cata he obviado una barbarité de exabruptos. Te ha salvao tu santa madre. Que la pobre tiene ganado el cielo y a ciento veinte y ocho efebos a su disposición ad eternum.
Creo que me he expresado con sobrada claridad. Supongo que no tendrás ninguna pregunta y es poco probable que albergues dudas, pero si tal cosa extraordinaria ocurriera, estaré encantada de responderte que acudas al señor go.