Re: El bujío de Santa Catalina (Bordeando la realidad)
Publicado: 19 May 2018 11:48
Muchísimas gracias, Isma, por el comentario. Ahora después miro el adjunto. Tu método se parece mucho al que usamos con los artículos científicos: te llega el comentario general y el manuscrito con indicaciones ya más concretas. No veas la caña que nos damos unos a otros , pero se supone que somos profesionales y que eso es necesario para que lo que se publique sea digno .
Me gusta la idea y el desenlace (la parte del abuelo y la nieta), pero muy de acuerdo contigo en que la parte de investigación se come casi todo el relato. Ese desequilibrio se debe en gran medida a que las historias se van construyendo conforme escribo, las voy descubriendo también yo (si supiera el final tal vez me aburriría). Poquísimo profesional es este método, lo sé, pero escribir es para mí diversión, enriquecer la realidad, y me gusta creer que la historia existe ya de antemano, que están en alguno de los libros de esa biblioteca de galerías hexagonales*** e idénticas, que nos descubrió el maestro Borges; en ella hay multitud de obras imperfectas que nos impiden descubrir las obras preciosas: La certidumbre de que algún anaquel en algún hexágono encerraba libros preciosos y de que esos libros preciosos eran inaccesibles. Entiendo que la broza es necesaria para proteger a las maravillas y mi papel es solo ser medium: ya sabes, como los esclavos inacabados de Miguel Ángel, solo que a él le toca sacar las perlas y a mí los guijarros : .
Lo de coletillas que le dan aire redicho es lo que yo llamo prosa sucia, pero que no soy capaz de limpiar. Leo los textos de los grandes y me fijo cómo ponen un punto y seguido, y a otra cosa mariposa. Hay que hacerlo así, eso seguro. Pero mi mente funciona a base de relacionar, de establecer paralelismos, causas, y demás zarandajas, y se traduce en que no soy capaz de soltar esas muletillas.
No veía yo el cuadro como algo maléfico sino un simple catalizador de la culpa familiar, una cabeza de turco a quien hacer responsable de ese sentimiento de culpa que parece una mal endémico de la familia. El toque maléfico lo crea la cabeza del prota, creo yo. Lo de la madre no se dice explícitamente hasta el final queriendo, pero he intentado insinuarlo: "Unos años después ocurrió lo de mi madre", en lugar de decir, un año después murió mi madre. O "la visión del segundo me provocaba un sentimiento de soledad de una intensidad insoportable ―tan insoportable como la que debió sentir ella para tomar aquella decisión―". Mas si te ha cogido de sorpresa y no te esperabas nada extraño está claro que no he sabido dejar bien las pistas .
Como ves, me interesa tu comentario. Me sabe mal que hayas gastado tiempo en ello cuando yo no he comentado ni voy a comentar los relatos. Sigo viendo los concursos como una actividad estupenda, solo que por una serie de detalles, que no tienen mayor importancia ni vienen al caso, de repente tuve la sensación de que con mis comentarios, de autoría conocida, a textos anónimos podía estar matando ilusiones más que otra cosa. Quiero decir, me tomo la escritura como pura diversión, consciente de que otra cosa sería absurdo en mi caso, pero no todo el mundo se la toma igual y hay quien lo vive como una necesidad, e incluso hay quien sueña con que igual, algún día, escribirá algo digno de estar, no en los anaqueles de la biblioteca de Babel, que ahí seguro que tienen cabida (ya nos dijo Borges que ahí estaba todo, hasta lo del jilguerito ), sino en los de las librerías. ¿Quién soy yo para matarle esa ilusión sin ser profesional y, encima, sin saber quién está detrás y cuánto puede dar de sí?
*** Acabo de caer en la cuenta de que, como alumbrar una biblioteca hexagonal queda para los genios, con ayuda de Hexa (hexagono69), que es de un realismo pavoroso, hemos creado una cucaracha hexagonal, una criatura mucho más apropiada a nuestras (de Hexa y mía, no se vaya a ofender alguien) posibilidades
Me gusta la idea y el desenlace (la parte del abuelo y la nieta), pero muy de acuerdo contigo en que la parte de investigación se come casi todo el relato. Ese desequilibrio se debe en gran medida a que las historias se van construyendo conforme escribo, las voy descubriendo también yo (si supiera el final tal vez me aburriría). Poquísimo profesional es este método, lo sé, pero escribir es para mí diversión, enriquecer la realidad, y me gusta creer que la historia existe ya de antemano, que están en alguno de los libros de esa biblioteca de galerías hexagonales*** e idénticas, que nos descubrió el maestro Borges; en ella hay multitud de obras imperfectas que nos impiden descubrir las obras preciosas: La certidumbre de que algún anaquel en algún hexágono encerraba libros preciosos y de que esos libros preciosos eran inaccesibles. Entiendo que la broza es necesaria para proteger a las maravillas y mi papel es solo ser medium: ya sabes, como los esclavos inacabados de Miguel Ángel, solo que a él le toca sacar las perlas y a mí los guijarros : .
Lo de coletillas que le dan aire redicho es lo que yo llamo prosa sucia, pero que no soy capaz de limpiar. Leo los textos de los grandes y me fijo cómo ponen un punto y seguido, y a otra cosa mariposa. Hay que hacerlo así, eso seguro. Pero mi mente funciona a base de relacionar, de establecer paralelismos, causas, y demás zarandajas, y se traduce en que no soy capaz de soltar esas muletillas.
No veía yo el cuadro como algo maléfico sino un simple catalizador de la culpa familiar, una cabeza de turco a quien hacer responsable de ese sentimiento de culpa que parece una mal endémico de la familia. El toque maléfico lo crea la cabeza del prota, creo yo. Lo de la madre no se dice explícitamente hasta el final queriendo, pero he intentado insinuarlo: "Unos años después ocurrió lo de mi madre", en lugar de decir, un año después murió mi madre. O "la visión del segundo me provocaba un sentimiento de soledad de una intensidad insoportable ―tan insoportable como la que debió sentir ella para tomar aquella decisión―". Mas si te ha cogido de sorpresa y no te esperabas nada extraño está claro que no he sabido dejar bien las pistas .
Como ves, me interesa tu comentario. Me sabe mal que hayas gastado tiempo en ello cuando yo no he comentado ni voy a comentar los relatos. Sigo viendo los concursos como una actividad estupenda, solo que por una serie de detalles, que no tienen mayor importancia ni vienen al caso, de repente tuve la sensación de que con mis comentarios, de autoría conocida, a textos anónimos podía estar matando ilusiones más que otra cosa. Quiero decir, me tomo la escritura como pura diversión, consciente de que otra cosa sería absurdo en mi caso, pero no todo el mundo se la toma igual y hay quien lo vive como una necesidad, e incluso hay quien sueña con que igual, algún día, escribirá algo digno de estar, no en los anaqueles de la biblioteca de Babel, que ahí seguro que tienen cabida (ya nos dijo Borges que ahí estaba todo, hasta lo del jilguerito ), sino en los de las librerías. ¿Quién soy yo para matarle esa ilusión sin ser profesional y, encima, sin saber quién está detrás y cuánto puede dar de sí?
*** Acabo de caer en la cuenta de que, como alumbrar una biblioteca hexagonal queda para los genios, con ayuda de Hexa (hexagono69), que es de un realismo pavoroso, hemos creado una cucaracha hexagonal, una criatura mucho más apropiada a nuestras (de Hexa y mía, no se vaya a ofender alguien) posibilidades