Cuéntame un cuadro (Juego)

[Edgardo Benitez]

El espigado caballero sintió vértigo y se agarró a su sombrero, como si eso lo pudiera proteger de caer al suelo. Uno de sus anfitriones, que lo observaba desde una mesa, vaciló un momento, hasta que prefirió permanecer en el mismo sitio para hablar desde la distancia.

—Mr. Copplefield, creo que hablo en nombre de todos si me permite insistir que nos sentiríamos muy honrados en el caso de que aceptara nuestra oferta.
—No es eso, Lord Stevenson. Es que...

El invitado balbuceó el resto de la frase mientras seguía mirando con atención cada fresco, cada óleo, cada lienzo pintado. Allá donde mirara había un par de ojos clavándose en sus pupilas. De pronto sintió una ola de calor ascender por sus piernas rumbo a su cabeza y, como presintiendo el inevitable desmayo, flexionó sus rodillas y posó sus nalgas en el suelo con delicadeza.

Todos se quedaron mirándolo, estupefactos. Al cabo de un momento Stevenson soltó su enorme capa negra y se abalanzó sobre él.

—¿Qué le ocurre, Copplefield? ¿Se encuentra bien?
—Lo siento —contestó avergonzado y con miedo a decepcionar a sus anfitriones—, pero en esta estancia hay demasiados ojos mirando. Las bacanales en las que he participado siempre han sido en penumbra.

Otra muy buena historia. Enriquecedora por sus diálogos muy bien llevados.

[Megan]

Muchas gracias, Edgardo

[Edgardo Benitez]

Estamos a la espera de la nueva versión

[Megan]

A ver qué sale,

Se presentó durante la tranquila mañana de la aldea, las amas de casa quedaron estupefactas al verla. Algunos de los hombres que habían venido del campo en busca de herramientas no podían creer lo que veían. Estaba muy cansada, casi desfalleciente, pero lo que más llamaba la atención era su desnudez. Con un hilo de voz pidió ayuda, por lo que entre las campesinas lograron bajarla del caballo y llevarla a una de las casas para cobijarla. Apenas respiraba, una de las jóvenes, corrió a llamar al doctor, en tanto ella en un suspiro contó su historia. Venía del enorme castillo, su marido, el rey, la había encontrado teniendo sexo con un duque que visitaba el reino. La furia del rey fue tal, que así como la encontró la obligó a montar un caballo y ordenó abrir el gran portón para que se fuera.
Cruzando ríos y montañas, fue abusada varias veces por leñadores y campesinos. Se notaba que había sido una mujer muy bella, pero ahora estaba muy herida y a punto de fallecer. Cuando el doctor llegó, no supo qué hacer, se dio cuenta que no había solución posible. Le preguntó si era creyente y ella respondió que no, pero que podía obrar milagros a quien la ayudara. Pidió que la levantaran, se acercó a la ventana, observó el pueblo y en un lenguaje desconocido dijo unas cuantas palabras. Cuando volvió a recostarse, expiró.
Todo el pueblo sintió mucha pena por la desconcocida, se la enterró con mucha sensibilidad en el cementerio y su tumba sin nombre fue cubierta de flores. Cuando volvieron del funeral, pasaron por los campos cosechados y vieron con gran alegría que las frutas estaban enormes y que nunca habían tenido un color tan hermoso y un aroma que parecía perfume. Todo el campo se había transformado en un paraíso, las flores eran maravillosas y los animales se habían vuelto mucho más saludables.
Mientras miraban la belleza en que se había convertido sus tierras, evocaron a la mujer del caballo y sus palabras que no entendieron. Pero sí supieron que fue gracias a ella que todo había mejorado y desde ese momento fue venerada y llamada Lady Godiva que en el idioma de la aldea significaba "Regalo de Dios".

[Megan]

Dejo la pintura: A beauty in the café - Konstantin Razumov

[Edgardo Benitez]

A ver qué sale,

Se presentó durante la tranquila mañana de la aldea, las amas de casa quedaron estupefactas al verla. Algunos de los hombres que habían venido del campo en busca de herramientas no podían creer lo que veían. Estaba muy cansada, casi desfalleciente, pero lo que más llamaba la atención era su desnudez. Con un hilo de voz pidió ayuda, por lo que entre las campesinas lograron bajarla del caballo y llevarla a una de las casas para cobijarla. Apenas respiraba, una de las jóvenes, corrió a llamar al doctor, en tanto ella en un suspiro contó su historia. Venía del enorme castillo, su marido, el rey, la había encontrado teniendo sexo con un duque que visitaba el reino. La furia del rey fue tal, que así como la encontró la obligó a montar un caballo y ordenó abrir el gran portón para que se fuera.
Cruzando ríos y montañas, fue abusada varias veces por leñadores y campesinos. Se notaba que había sido una mujer muy bella, pero ahora estaba muy herida y a punto de fallecer. Cuando el doctor llegó, no supo qué hacer, se dio cuenta que no había solución posible. Le preguntó si era creyente y ella respondió que no, pero que podía obrar milagros a quien la ayudara. Pidió que la levantaran, se acercó a la ventana, observó el pueblo y en un lenguaje desconocido dijo unas cuantas palabras. Cuando volvió a recostarse, expiró.
Todo el pueblo sintió mucha pena por la desconcocida, se la enterró con mucha sensibilidad en el cementerio y su tumba sin nombre fue cubierta de flores. Cuando volvieron del funeral, pasaron por los campos cosechados y vieron con gran alegría que las frutas estaban enormes y que nunca habían tenido un color tan hermoso y un aroma que parecía perfume. Todo el campo se había transformado en un paraíso, las flores eran maravillosas y los animales se habían vuelto mucho más saludables.
Mientras miraban la belleza en que se había convertido sus tierras, evocaron a la mujer del caballo y sus palabras que no entendieron. Pero sí supieron que fue gracias a ella que todo había mejorado y desde ese momento fue venerada y llamada Lady Godiva que en el idioma de la aldea significaba "Regalo de Dios".

Agregué música de suspenso (casi de misterio), y al leer tu texto me brotó el llanto. Tus letras son fenomenales, dulces, suaves pero intenso. Estoy màs que sorprendido al imaginar...

https://youtu.be/n3MdKWPKeZ8

[lucia]

Megan es especialista en micros, Edgardo. Merece la pena que le eches un vistazo a los que tiene en el foro, si no lo has hecho ay.

[Ginebra]

qué bonito, @Megan

[Edgardo Benitez]

Megan es especialista en micros, Edgardo. Merece la pena que le eches un vistazo a los que tiene en el foro, si no lo has hecho ay.

Gracias por la recomendación, Lucía

[Megan]

Muchas gracias, Edgardo

A la jefa no le hagas mucho caso, es una exagerada

[Edgardo Benitez]

Sé que vendrás
Harta de tantas mentiras. Este será el último de tus engaños. Esta deuda que aun tienes conmigo y el niño, me ha hecho pasar días tan difíciles que hasta me ha obligado a escuchar crepitar los sartenes vacíos. Sabes que te he seguido la pista, y donde llego, resulta que te has mudado, que ya no vives allí. Hasta ahora que te encontré. Me pagas y listo. Ni creas que esto se quedará así. Te daré cinco minutos más, si no vienes en ese tiempo volaré este negocio en mil pedazos en nombre del amor, y de las fincas de café orgánico que dijiste pasarías a mi nombre al casarnos. ¡Vaya cabecita ingenua la mía! La de caer en tu trampa. Por eso aconsejo a las amigas que no se dejen embaucar por las mentiras que les dicen sus amoríos, porque después cuando se descubre la verdad, vienen los lamentos. Claro, que también les digo que, al menos, deben sacar el curso elemental de defensa personal y zapadores, para aprender y desarrollar las destrezas en el manejo de auto defensas y materiales explosivos.
Tres minutos, tres minutos nada más… y contando.

[Megan]

Muy buen micro, Edgardo
Voy a ver cuando me inspiro

[Megan]

Voy,

Ayer abrí un baúl de recuerdos y entre las fotos estaba esta.
Cómo olvidarme de ella y de todo lo que supuso ese momento. Estaba en París, era joven, bonita, adinerada. Sólo me faltaban amistades, no conocía a nadie. Me sentía muy sola. La noche anterior había acudido a una discoteca y conocí a varios chicos y chicas. Todos fueron muy amables conmigo. Tal fue el feeling que se estableció con ellos, que quedamos en encontrarnos a la tarde siguiente en un café de Montparnasse. Ninguno asistió. Me sentí muy desdichada y solitaria. Hasta el garzón que me atendía se apenó y me pidió la cámara para sacarme la foto. Qué triste recuerdo. Cuando llegué al hotel, lloré desesperadamente tumbada sobre la cama. Al día siguiente volví a la discoteca. Todos me saludaron como si nada hubiera pasado. Nadie me pidió disculpas por su ausencia a la reunión. Como tampoco nadie me vio entrar a la cocina del hotel y tras hurtar el veneno para ratas, hacer bolitas y ponerlas en los vasos de mis queridos amigos.

[Edgardo Benitez]

Cuando vi la imagen me costó llegar a escribir el texto que has visto. Y digo esto porque el recurso de la fotografía no se me ocurrió, y está buenísimo. Solo que el final me causó dudas, encontrar un mata rata en la cocina, y detalles así como ese. En fin, lo interesante es saber que se debe buscar un cierre que impacte y agrade al lector, esa es la tarea. Tengo tantos textos que no les he conseguido un final agradable.

[Megan]

Muchas gracias por tus palabras, Edgardo

Subo el hilo y espero que @Sinkim, @Ginebra, @Mister_Sogad o quien quiera haga el tercer micro y ponga el siguiente cuadro