Collage (Microcuento)

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eee
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Collage (Microcuento)

Mensaje por eee »

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Dentro del mar, sin luz, a donde no se va sin aire a no ser que no se quiera regresar, hay un hombre de hielo. Un día quiso verlo otro hombre, llenó sus pulmones de aire y bajó; estaba cerca y le quedaba poco aire, regresaba o se ahogaba. El hombre de hielo buscaba entre las piedras una flor, iba perdiendo dedos y resquebrajándose los muñones, pero el frío lo reconstruía y lo sellaba; cuando la encontró era brillante como un sol diminuto. Una burbuja se escapó por una rajadura en su pecho; tal vez un suspiro. Por acercarse demasiado, tropezó con un muerto y arrancó la flor de un leve roce, la cual subió y subió y lo dejó a oscuras. El hombre de hielo se puso su sombrero y fue a buscarla. Conforme se acercaba se hacía más pequeño, se disolvía poco a poco en la cerca de su guarida eterna, cuando la alcanzó solo quedaba su mirada limpia.


(Collage en venta, se aceptan ofertas)
Última edición por eee el 21 Abr 2017 02:52, editado 1 vez en total.
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lucia
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Re: Collage 1 (microcuento)

Mensaje por lucia »

El cuatro me gusta aislado más que dentro del conjunto, pero siempre con el collage de trasfondo. Aunque debo decir que pensé que se trataba de una mariposa y no de una flor.
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Edgardo Benitez
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Re: Collage 1 (microcuento)

Mensaje por Edgardo Benitez »

"Quietud"
¡Hay vida antes de la muerte!
Ninguna de tus neuronas sabe quién eres… ni les importa.
Pero si te pego en el centro, será por filosofía.
Pero por poesía, serás mi centro.
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Paraná
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Re: Collage 1 (microcuento)

Mensaje por Paraná »

El número 4 me funciona como un bello microrrelato. El título justo, para mí, sería "La insoportable levedad del ser", pero creo que ya está patentado... :palomitas:
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eee
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Re: Collage + microcuento

Mensaje por eee »

Me alegra que les haya gustado, dejo otro, con algunos cambios en la presentación.
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Enamorado de una orca

Había una vez, en aquella época en que el mundo le cedió el cetro de la verdad a los científicos, cuando solo existía lo que se miraba en el microscopio y en el telescopio, un biólogo marino, un revolucionario, que se enamoró de una orca. Infinidad de hombres, al pasar por los puestos de periódicos, creyeron que se trataba de un titular de la prensa amarilla para referirse a una mujer obesa, feroz y despiadada; al saber que se refería al animal marino, se quedaban consternados, compadeciendo un amor tan desproporcionado y envidiando una relación más feliz que la suya: Nadaban juntos seis horas diarias, entre juegos, caricias y abrazos; además desayunaban y almorzaban juntos. ¿Y ellos qué compartían con sus parejas además del deseo de separarse frustrado por la costumbre? Los amantes de los perros se reservaron su derecho de opinión, guiados por una larga tradición, no dejaban de considerar a los perros mascotas. Los amantes de los gatos, más exóticos y modernos, aplaudieron su dichoso amor.

La comunidad científica estuvo dividida, unos se sintieron presas del escándalo y otros creyeron que dicha historia mostraba que también tenían un lado humano, la gran mayoría despreció el suceso, pues solo se pronunciaban cuando se trataba de su especialidad. Los que además de su especialidad también ejercían la opinología, amparados por la admiración y pleitesía del público, se expresaron en diferentes términos: Los más sobrios dijeron que mostrarse amoroso con el objeto de estudio le resta objetividad y credibilidad a la ciencia. Los acusadores, los neuróticos, los que veían el hecho como una mancha en su traje blanco, exigieron que se le quitara la licencia que le permitía ejercer su profesión. Años atrás un grupo de practicantes se enamoró de las ratas a las que envenenaban y huyeron juntos a las cloacas; costó innumerables esfuerzos borrar aquel escándalo de la memoria colectiva y recuperar el respeto ganado más allá de los títulos. Un científico, que prefirió guardar su identidad, declaró que ya desde la universidad acosaba a la orca, se metía en la piscina sin permiso y fuera del horario, le daba de comer en la boca pescados que compraba con su propio dinero.

Brian Davis, el enamorado, pidió que no lo condenen, que respeten su decisión, pues su amor lo hacía un ser humano completo y realizado. Agregó que, por obvias razones, su amor siempre sería casto y, dado que la felicidad de una pareja sin descendencia es incompleta, planeaban adoptar un niño y un ballenato. Aseguraba entender sus cantos, dijo que en su corazón eran palabras claras y hermosas, poemas, historias, anécdotas y una que otra queja. La orca nadaba complacida junto a él, llevándolo encima de un lado a otro, elevándolo en grandiosos saltos acrobáticos para recibirlo en la cola. Dichas escenas desataron millares de suspiros solitarios en todo el mundo. Después de algunos años de relación, cuando se sentían ligeramente estancados, decidieron realizar cruceros por el océano, él llevaba un flotador de patito para esperar a Prudencia, la orca, durante las inmersiones en que tomaba sus alimentos o se iba a pasear. Dicho patito contaba con un radar satelital, un purificador de agua y ultrasonidos para alejar a cualquier otro bicho marino que lo pusiera en riesgo. Si estaban en la época de apareamiento le ponía un supositorio con la ayuda de una especie de tanque, quedando inhibida cualquier emanación hormonal o coquetería, siendo la forma más segura de pasar desapercibidos para las orcas machos durante sus paseos transoceánicos.

En el último año de su relación Prudencia estaba rara, los otros biólogos que la cuidaban se lo advirtieron, estaba estresada, actuaba de forma antinatural y saltaba poco. Brian no quiso aceptarlo, aseguró que siempre mostraba un carácter fuerte en esos meses del año y que faltaba poco para que realizaran un nuevo crucero que la dejaría como nueva. Una mañana en que creyó que daba otro salto para ser recibido con la cola, Prudencia abrió la boca y su mirada volvió a ser la de una bestia, lo partió en dos y se acabó el amor. Cosas del corazón. La mitad que sacaron del agua fue enterrada entre lágrimas y honores, considerado un precursor en las relaciones amorosas entre científicos y sus objetos de estudio.
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lucia
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Re: Collage + microcuento

Mensaje por lucia »

El penúltimo párrafo me ha parecido original y divertido. El último ya me lo esperaba, pero no por eso deja de ser una historia buena :mrgreen:
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eee
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Re: Collage + microcuento

Mensaje por eee »

lucia escribió:El penúltimo párrafo me ha parecido original y divertido. El último ya me lo esperaba, pero no por eso deja de ser una historia buena :mrgreen:
Gracias, si supieras lo que tengo que pasar antes de poder publicar cada cuento. :oops:

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Atrapada sin salida


Recordándolo me tiembla el vientre, ah no, es el teléfono; de él nada, ningún mensaje, ningún rastro. ¿Y si toco su puerta y le preguntó qué pasó? ¿Y si le bajo las llantas, lo secuestro cuando va caminando y lo encaro en mi casa? No, no, podría pensar que estoy desesperada; tal vez me vio o sospecha y por eso no sale. Solo soy una mujer con sombrilla esperando a alguien, a él pero no lo sabe, me ignora e ignora mis intentos de ignorarlo. Nunca encontrará a nadie mejor, le dije que lo amaba, ahora se va a quedar solo, voy a encargarme de que sea así; que su única alternativa sea buscarme o morir solo. Entonces se dará cuenta de cuánto lo amo, lo haré humillarse y pedirme perdón. ¿Quién es esa mujer en su puerta? ¿Desde cuándo le gustan atléticas y bronceadas? Si es un intelectual, le gusta la lectura y los museos. ¡Qué va a hablar con esa de Harry Potter! ¡Y tiene las llaves! Infeliz, apenas ha pasado un año.

¡Oiga! ¡Oiga! Sí, sí, usted. ¿Qué hace entrando en esa casa? ¿La limpieza? ¡Por favor! A ver, muéstreme una identificación. ¿Que quién soy para hacer esto? ¡¿Una histérica?! ¡¿Me ha dicho histérica?! Salga pues, dígamelo de cerca.

Seguro se sienta a ver la tele oliendo su ropa. Todo lo que tengo que pasar, yo era su chanchita, yo debería abrirle la puerta a esa mujer y vigilarla. Creí que nuestro amor era de piedra y resultó de paja.

Buenos días, oficial. ¿Identificación? Estoy esperando a una amiga. ¿Que una trabajadora de limpieza dice qué? Se debe estar confundiendo con otra persona. Es un lugar público, ¿no? Está bien, está bien.

Daré una vuelta a la manzana, ojalá no se vaya, si no perderé otra mañana. ¿Será? Sí, sí, es él; ha cambiado de auto. Con razón se me para escapando. Quedan treinta segundos en el semáforo. ¿Estaré peinada? A ver, unos retoques rápidos, ahí voy.

Tic, tic, tic. Hola, ¿puedo subir un minuto? ¿Por qué aseguras las puertas? Aunque sea baja la ventana, anda. No te hice nada para que te portes así. Va a cambiar el semáforo, déjame subir. ¿No te importa que me atropellen? ¿A ese extremo has llegado? ¡Atropéllame tú si te atreves! ¿Qué? ¿No quieres abollar el parachoques? No voy a salir hasta que me dejes subir. No toques la bocina, no seas escandaloso. Ah no, baja y ábreme la puerta, ya me lo hiciste antes, doy un paso al costado y arrancas. ¿Crees que me asustas porque aceleras? Ya cambió el semáforo. Déjame subir, solo quiero hablar contigo, luego te puedes ir a donde quieras. ¡Abre, infeliz, abre! ¡Me he roto la uña por querer abrir la puerta! Suélteme, oficial, suélteme. Bajé pero iba a subir, me dejé el bolso. Se va a ir, suélteme, es otro bolso. ¡Te voy a encontrar! ¡Te amo! Ya déjeme en paz.

AIQ-532. AIQ-532. AIQ-532. ¿Dónde dejé el lapicero?
Última edición por eee el 28 Abr 2017 03:40, editado 1 vez en total.
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lucia
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Re: Collage (Microcuento)

Mensaje por lucia »

Esta vez no sé qué tienen que ver las gambas con el cuento, como no sean ellas las que se han comido las "a" que faltan :grinno: Por lo demás, está bien escrito, pero le falta algo que traspase el oficio.
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eee
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Re: Collage (Microcuento)

Mensaje por eee »

Si son 3 "a" ya están. Lo de "algo que traspase el oficio" no lo entiendo muy bien, agradecería una aclaración al respecto. :|
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lucia
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Re: Collage (Microcuento)

Mensaje por lucia »

Que está bien escrito, pero que no me ha llegado.
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