Los brujos de la noche (Relato)

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IsraelRojasCousillas
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Los brujos de la noche (Relato)

Mensaje por IsraelRojasCousillas »

—Vamos a morir. —Dan miró a su hermano con terror reflejado en la mirada—. Tienes la piel completamente blanca y a mí me sangran los ojos. Esto es horrible. Tampoco siento las piernas y no puedo levantarme… —Era evidente lo que le estaba costando pronunciar esas palabras sin que le faltase el aire.
Aquellas lamentaciones hacían que Diego sintiera una gran tristeza por los dos. Él tampoco podía ponerse en pie, se sentía muy mareado, inestable y con náuseas. Lo peor era ver a Dan de esa manera.
Y todo por su culpa.
—Tenemos que ir hasta el coche y hacer un esfuerzo…No podemos quedarnos aquí…—Y con esas palabras, Diego perdió el conocimiento.

Tres horas antes
Era de noche y los dos jóvenes veinteañeros se dirigían hacia la casa de un amigo suyo, Adrián, que los había invitado a su cumpleaños en el pueblo en el que tenía la antigua vivienda de sus abuelos. Sin embargo, en el transcurso del viaje, el GPS los había guiado por una zona equivocada, totalmente desorientado, y habían ido a parar a un camino de tierra rodeado de árboles y arbustos.
Podían vislumbrar una gran lumbre al final del camino y dos figuras moviéndose alrededor del fuego, como en una danza hipnótica. Diego decidió acercarse para preguntar por el sitio al que se dirigían. Ninguno de los dos pudo apartar la vista de aquel baile extraño alrededor del fuego, abstraídos y expectantes, mientras se acercaban despacio con el coche.
—A mí esto me da aprensión, da la vuelta que no me gusta nada eso que hay a lo lejos, es raro. —Dan pensó que quizá su hermano le haría caso.
—Siempre te acobardas por tonterías.
Siguieron acercándose hasta que se encontraron a tan solo unos metros, y fue a esa distancia cuando las siluetas desaparecieron, retirándose con rapidez hacia un lado. Para cuando llegaron al final del camino comprobaron que detrás de la hoguera había un gran número de casas muy juntas con aspecto de llevar deshabitadas mucho tiempo. Diego echó el freno de mano y observó el panorama. Los dos se habían percatado de que en aquella lumbre en medio del monte había algo más que leña.
Al bajarse del coche advirtieron un olor desagradable, a chamuscado, que los puso en alerta. Se acercaron y, con siniestra calma, vieron que se trataba de un cadáver ardiendo.
—Dios mío…—dijo Dan, y miró a su hermano que no podía dejar de observar—: aparta la vista y vámonos, los asesinos deben de estar cerca.
—Sí, tenemos que irnos.
Mientras los dos caminaban hacia el vehículo, escucharon de lejos un desgarrador alarido de mujer. La situación era tan impactante que un escalofrío invadió a Dan por todo su cuerpo.
—Puede que esa chica esté en peligro.
—Diego, no te atrevas a ir a buscarla.
Pero su hermano no le hizo caso y se dirigió hacia la laberíntica agrupación de casas entre la oscuridad.

Treinta y seis horas después
Eran las doce del mediodía y César comprendió que las horas iban a pasar muy lentas. Le tocaba investigar un nuevo e inquietante asesinato en aquella aldea sin nombre y lejos de todas partes.
La agrupación de casas del siglo XIX fue encontrada hacía dos décadas, y durante todo aquel tiempo una serie de leyendas y teorías salieron a la luz. En primer lugar, el día que fue descubierta por unos amigos desorientados que habían ido a hacer senderismo en el monte y descubrieron una treintena de cadáveres esparcidos por el suelo de tierra y barro. Los asustados deportistas avisaron a las autoridades con el corazón a punto de estallar. César recordaba ese como uno de sus primeros casos en el cuerpo nacional de policía. Ya habían pasado veinte años y cada semana nuevos asesinatos se producían en la zona.
Los agentes que estaban a las órdenes de César escucharon sus indicaciones:
—Chicos, tenemos un nuevo caso de asesinato. Vamos a vigilar las cercanías y vamos a interrogar a todos los vecinos del pueblo más cercano. Esta vez no se nos pueden escapar.
—jefe, no podemos hacer nada contra ellos.
César siempre supo que la gente hablaba del embrujo de aquel sitio y de grandes y fantasiosas historias que habían circulado sobre esa aldea. Él sabía que todo eso no eran más que habladurías y que él no se dejaba llevar por la superstición.
—¿A quiénes se refiere, agente?
El hombrecillo menudo y mayor lo miró con extrañeza, como si fuera raro que César no comprendiera a que se refería.
—Los brujos.
Todos centraron su atención en César, sabían cómo se las gastaba, pero este no hizo otra cosa que echarse a reír levemente. Dio las órdenes y se retiró al vehículo policial a beber un trago del whisky que siempre llevaba encima.
Nada sabía que dentro de catorce horas él y todos los agentes a sus órdenes estarían muertos y descuartizados, y que aquel superviviente que se llamaba Diego y que había perdido el habla sería la pieza clave para desentrañar el misterio que él no llegaría a desvelar y que llevaba más de un siglo cobrándose vidas, espíritus y almas.
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lucia
Cruela de vil
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Re: Los Brujos de la Noche

Mensaje por lucia »

Parece terror juvenil. Corres demasiado y no dejas que cale en el lector la atmósfera de inquietud y terror que pareces buscar. Y el que Diego sobreviviese es una sorpresa que nos das al final, cosa que parece sacada de la manga por el cambio brutal de escenario.
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IsraelRojasCousillas
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Re: Los Brujos de la Noche

Mensaje por IsraelRojasCousillas »

lucia escribió:Parece terror juvenil. Corres demasiado y no dejas que cale en el lector la atmósfera de inquietud y terror que pareces buscar. Y el que Diego sobreviviese es una sorpresa que nos das al final, cosa que parece sacada de la manga por el cambio brutal de escenario.
Lo sé, Lucía, pero este relato es uno de los ejercicios que me mandaron hace unos meses como tarea en la carrera de creación literaria y narrativa. Tengo un límite de mil palabras y no puedo detenerme a crear atmósfera, ni dar muchos detalles ni dejar que cale en el lector.
Normalmente me tomo mi tiempo para estas cosas en mis escritos, sin embargo, el límite de palabras en las tareas de clase me obliga a hacerlo todo así, como en este relato.

Un saludo y gracias por comentar y darme tu opinión.
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lucia
Cruela de vil
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Re: Los Brujos de la Noche

Mensaje por lucia »

En ese caso, a lo mejor tenías que haberle dado alguna vuelta a ver si podías haber quitado o resumido alguna parte, como la del poli, porque esa atmósfera le hubiese dado un puntito majo.
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