¿¿¿Vida??? (II)/Morir de un plumazo (Prosa poética)

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Fiel poesía
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¿¿¿Vida??? (II)/Morir de un plumazo (Prosa poética)

Mensaje por Fiel poesía »

Mis últimas horas en la divinidad -comédicamente hablando-, antes de mi personalidad -médicamente hablando-.
Se me acabó el chollo -aunque a penas -como siempre- pueda escribir-.
Volverán a expedientar mi comportamiento intachable -nunca parece que lleve un loco en las costillas-, y así hasta que se me pare el corazón -nunca parece que lleve uno en las costillas-.
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lucia
Cruela de vil
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Re: ¿¿¿Vida??? (II)/Morir de un plumazo (Prosa poética)

Mensaje por lucia »

Si no pareces un loco, ¿es por la medicación o porque no lo eres?

Y ese apenas es junto.
Nuestra editorial: www.osapolar.es

Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

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Fiel poesía
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Re: ¿¿¿Vida??? (II)/Morir de un plumazo (Prosa poética)

Mensaje por Fiel poesía »

Digamos que el hombre que se cree Dios, o que crea otra realidad puede ser un pequeño Dios.
¿Loco?
Digamos que la medicación actúa conflictivamente en la mente del sujeto en tanto en cuanto dicha realidad es tan poderosa y convincente que el individuo no se siente superado por ella, sino que lejos de ello, la medicación deja de surtir efecto, y pasa a ser causa de crisis.
Así lo vería alguien que no cree en la medicina aplicada a enfermos mentales.
Y es que solamente hay algo por encima de la química aplicada en el cerebro humano:
La propia inteligencia del paciente.
En tanto en cuanto se hace uso y abuso de ella, la realidad pasa a formar parte del arcano dispositivo de la ciencia.
Esto es, el hombre realmente está y estuvo siempre por delante de la ciencia, por la simple razón de que la ciencia aplicada al hombre que aspira a una realidad diferente, una realidad mejor, una realidad tangible solo para las emociones, está y estará siempre por detrás de la voluntad del hombre de desconectar de sus propios pensamientos.
Locura no, la locura se aplica a un estado no reconocible, imposible de abarcar para la capacidad de asimilación de quienes manejan intereses, puesto que esos mismos intereses, farmacológicos en este caso, atrasan o postergan la verdadera evolución del ser humano:
El acto desinhibido, caótico solo a ojos de quienes no profundizaron en la esencia del hombre:
La liberación de las emociones.
Esta última es fruto de la búsqueda interior como respuesta a la propia contención de la cuestión divina:
Todo "loco" puede creerse Dios, mientras que a los cuerdos les asusta profundamente, con lo cual nunca se ajustarán a la verdadera realidad, que lejos de resultar caótica, supone la manifestación de la lógica aplicada al comportamiento, puesto que todo comportamiento es refutable, excepto el que implica introspección.
Un exceso de introspección puede inducir un estado psicótico, como muestra de haber alcanzado el límite del pensamiento, la incapacidad del hombre para pensar por sí mismo y los demás.
Lo de la genética es otra cuestión que aún se desconoce.
Lo que sí está claro es que el hombre que asume una realidad distinta es porque así la siente, y que el verdadero significado de la locura no es otro que una realidad utópica que todos llevamos dentro, en mayor o menor medida.
Esto es, resulta injusto e incluso repudiable el término locura para referirse a una realidad no modificada, sino simplemente percibida de otra forma.
El desajuste mental verdadero aparece ante el rechazo, puesto que ningún hombre alcanza la locura extrema, sino que lejos de ello, limita sus conductas y comportamiento a lo que la realidad de los demás le dice.
Esto es, un hombre nunca ha llegado tampoco a creerse Dios, simplemente porque un loco sigue atado a la experiencia y al pensamiento, así como a los conflictos.
No existe pues el equilibrio mental a través de la medicina, puesto que tan solo supone una inhibición de las más profundas concepciones del paciente.
Esas mismas concepciones permanecen ahí, en lo más profundo, puesto que quien ha experimentado la "locura" sabe perfectamente que existe una realidad mejor y más vívida.
Y si no la añora es por miedo a las consecuencias post psicóticas.
Esto es, el estancamiento de la humanidad radica en la aplicación de la medicina a la cuestión existencial.
La filosofía como arma es recurrente, pero lo único que puede equilibrar emocionalmente a un "trastornado" es la resolución de sus inquietudes existenciales, secuelas inevitables del rechazo social.
La sociedad está preaparada para aceptar a los enfermos mentales, pero nunca será capaz de predecir.
Esto es, la locura, o lo que vulgarmente se conoce como tal, es una manifestación sobrenatural, porque Dios está en la mente de cada uno de nosotros, para bien o para mal.
El mundo de las emociones es mágico.
Éste es de otra calaña.
Digamos que la locura es la prueba que tiene el ser humano de Dios.
Pero el ser humano nunca sabrá que Dios es tan solo un concepto capaz de dividir a los cuerdos de los locos.
Esto es, las emociones son síntomas de un acercamiento al concepto de Dios.
O sea, la realidad de los "locos" no deja de ser una inocentada.
Esto es, para conjugar, y ya termino, ambas realidades el hombre debe deshacerse de la idea de Dios, puesto que el pensamiento es la única emoción -sí, emoción- capaz de abarcar la verdad universal:
La infinitud de la mente.
Esto es, el universo dentro de la mente puede parecer una utopía, pero no lo es.
El hombre puede saberlo todo si asume su propia perfección.
La mente humana no ha progresado en absoluto.
En lugar de ello, se alejó más y más del concepto de Dios que tanto le castiga.
Y es que Dios, cerca o lejos, es la causa de los conflictos mentales.
Y con ello, el efecto rebote de su propio legado, basado en la ambigüedad.
Dios y la salud mental no son compatibles.
Dios ha enajenado a todo ser viviente, cuerdo o loco.
Esto es, la verdadera cuestión no es la locura o la cordura, sino la catalogación del orden y el caos.
Dios en la mente.
Solo eso ha fomentado la idea del poder del ser humano sobre sus propios congéneres.
Y ahora pretenden también controlar la mente.
Pero como he dicho antes, el hombre siempre irá por delante de la ciencia, por el simple hecho de que el paciente tiene la máxima motivación posible entre ceja y ceja, que no es otra que la cuestión divina, mientras que los hombres sin motivación "fundada" nunca llegarán a controlarlo.
De ahí la histeria colectiva, que no es otra cosa que la consecuencia de no saber separar la ciencia de los valores humanos, inducidos, cómo no, por un concepto.
Y claro que hay enfermos mentales que no se creen Dios, pero ello no significa que el concepto de Dios no esté presente en ellos.
Esto es, la locura es un conflicto de realidades, no una enfermedad.
Un conflicto de comportamientos y conductas.
Un trastorno solo curable a través del pensamiento.
El hombre nunca debe asustarse de sus pensamientos.
Son los únicos que pueden salvarle el pellejo.
Y definir su mente, puesto que la mente solo se cura a través del intelecto.
De la solución a las inquietudes más profundas.
A la inquietud más profunda: Dios.
El resto son sucedáneos.
El bien y el mal, la locura y la cordura (el orden y el caos).
Al igual que se cree firmemente en la unión de los contrarios, el caos y el orden nunca se unirán, puesto que el concepto de Dios ha sembrado el caos.
Y el orden no puede nada contra el subconsciente.
Al igual que el hombre no puede nada contra lo desconocido.
Digamos pues, que la locura es un medio para alcanzar el remedio. Solo alguien que ha experimentado ambas "realidades" puede alcanzar el conocimiento de sus propias inquietudes y resolverlas, puesto que ha sentido en sus carnes el rechazo de Dios y de los hombres, y ya puede obrar conforme a la aceptación absoluta de su propia conciencia y pensamiento.
Ese a penas está bien, quise expresarlo así.
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