Reflexiones (I) - (Relato no ficción)

[mhtdtr]

La perfección es abrazar a tu mujer y ver sonreír a tu hija. Perfección es hacer lo que quieres y no lo que tienes que hacer, es no tener prisa, pasar el día sin mirar el móvil, la tablet o el ordenador. Perfección es no contar las páginas del libro que te estás leyendo, es no ver cuánto dura una película y aguantar una semana para ver otro capítulo de tu serie preferida.

La perfección es darte cuenta de que el tiempo pasa sin contar los días, no esperar al fin de semana para hacer lo que podemos hacer entre semana y sentarnos a no hacer nada de vez en cuando. Perfección es pasar tiempo en familia o con amigos, no programar nuestra vida en base a un calendario o un reloj.

La perfección existe, pero tiene que encontrarte trabajando. Es hora de ponerse a trabajar.

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Mi camino me invita a ir recto, pero yo voy a tomar el desvío. Mi cabeza me pide calma, pero mi espíritu necesita avanzar. Cuando solo debe haber una vía no hay alternativa, cuando lo que necesitamos es diferente a lo que queremos solo debemos satisfacer la necesidad, cuando la obligación es ser mejor no existen otros compromisos. Lo hermoso de la vida es su simpleza cuando somos capaces de quitar lo superfluo y lo impuesto, cuando somos capaces de ver la sonrisa sin fijarnos en qué la provoca, cuando somos capaces de vivir sin desear nada más.

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Y llega el día en que todas las lecciones aprendidas son puestas en practica, el día en que lo que antes era un mundo se convierte en algo pequeño y lo que era pequeño en un mundo. Llega el día en que se escucha más que se habla, se entiende más que se discute y se ve con los ojos abiertos en lugar de con la mente cerrada.

Llega el día en que el pasado no importa, en el que el futuro es un objetivo y el presente algo maravilloso de lo que disfrutar antes de que desaparezca sin habernos dado cuenta ni haberlo disfrutado. El día en que deja de molestarnos lo que antes era un incordio y aprendemos a disfrutar de lo que antes parecía aburrido.

Pero lo más importante de todo es que llegue ese día, que no lo demoremos ni sepamos o queramos alcanzarlo por miedo o desconocimiento. Porque cuando ese día llega todo está muy claro.

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Silencio. Ir para no volver, caminar para no estar parado, aprender para no olvidar, continuar para no empezar, un momento en que todo cambia y nada es lo mismo.

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Volver al pasado para vivir el presente y tener un futuro

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Las dos preguntas más importantes que podemos hacernos en la vida y a las que podemos dar respuesta son: ¿Dónde nos lleva la vida que llevamos? Y ¿Dónde queremos ir?

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Despertar de un largo sueño y darse cuenta de que todo es nuevo, que cada día es tuyo y cada oportunidad única.

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Nada de lo que parece importar es realmente importante. ¿Podemos vivir sin todas esas pequeñas cosas que no suponen ninguna diferencia entre nuestra vida y la de los demás? ¿Podemos olvidar todo lo que creíamos importante y rehacer nuestras prioridades? La respuesta es simple: Podemos. ¿Queremos o somos lo suficientemente fuertes y orgullosos para hacerlo?

Vivimos pensando que lo haremos por siempre, que tendremos tiempo para todo y que mañana será otro día. Nuestra propia mentalidad nos hace prisioneros de nuestros deseos e impulsos. Deseos cuya base se cimenta en pensar que tendremos tiempo de hacer lo que de verdad importa por lo que podemos perder nuestros días con asuntos banales que dentro de un año o cinco no recordaremos, que no habrán supuesto una diferencia respecto a quiénes éramos entonces y quiénes seremos.

Pensamos que la felicidad consiste en estar vivos en lugar de vivir, que consiste en llenar nuestro día con banalidades, juegos, tecnología, mensajes o imágenes, en relatar lo que hacemos aunque en el fondo sepamos que no hacemos nada con nuestra vida.

No basta con darse cuenta de ello, hay que hacer algo al respecto. No se trata de erradicar el hambre, las guerras o el odio del mundo porque está por encima de nuestras posibilidades. Lo que está a nuestro alcance es cambiarnos a nosotros mismos, hacernos importantes para nosotros, conseguir algo más que una esquela y un puñado de objetos que nadie querrá heredar. Poder llegar al final de nuestras vidas sabiendo que somos los únicos que las han conducido, que no hemos hecho nada de lo que arrepentirnos.

Somos frágiles, dependientes de los demás, de estímulos externos que nos guíen y muestren el camino sin darnos cuenta de que el camino lo debemos marcar nosotros, no andar el mismo que todo el mundo solo porque tenemos miedo a estar solos, a no ser aceptados, a perder el respeto de gente que son nadie y que no suponen nada en nuestra vida o la de cualquier otro.

Quiero creer que todo esto es posible, que podemos conseguirlo, que caer una y otra vez solo ha endurecido nuestro espíritu y que no es tarde para darnos cuenta de la realidad antes de que la perdamos para siempre, que somos los únicos que nos impiden ser felices y conseguir nuestros objetivos. Que la única persona a la que tenemos que cambiar somos nosotros, que lo demás no puede condicionarnos o maniatarnos.

Yo voy a luchar por ello, a sangrar por ello, a renunciar a lo que creía era importante y sin embargo es lo más banal del mundo. A pensar con libertad y actuar de la misma forma, a no ser influenciado por nada que no merezca formar parte de mi vida porque soy lo más importante que tengo y lo más importante que tengo son aquellos que forman parte de mí.

Si lo conseguiré o no es algo que habrá que juzgar en el futuro. Si lo consigo mi vida habrá merecido la pena y tendré algo digno de ser recordado, sino seré uno de los millones que han pasado a la historia sin ser parte de ella.

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Los días más importantes de nuestra vida rara vez son días que tuviésemos señalados, en los que sabíamos que iba a sucedernos algo importante. Solo con el paso del tiempo nos damos cuenta de aquel día, aquel momento, supuso un antes y un después.

[lucia]

Tu perfección está claro que no es la misma que la mía

En el siguiente estoy de acuerdo con lo de vivir sin desear nada mas... hasta cierto punto, pero no con lo anterior.

El tercero parece que te refieres a ancianos en la primera parte y a la muerte en la segunda, con lo cual queda un poco raro.

Respecto a las cosas importantes, creo que has caído en la trampa de la publicidad. Hay muchísima gente que no considera importante lo mismo que tú en tu texto y que por eso no puede rehacer sus prioridades porque ya las tiene bien establecidas.

Además, tampoco se puede ser trascendente el 100% del tiempo. Y no todos estamos hechos para desprendernos de todas nuestras propiedades y vivir al día.



Pero quitando los cllichés, está bien escrito.

[Fiel poesía]

He visto muchas reflexiones. Pero poca imaginación. Esto es, yo me preguntaría si de verdad son mías esas reflexiones, o es lo que suena bonito, y ya, y ahí nos quedamos todos.

[mhtdtr]

Gracias a ambos por comentar.

La verdad es que son reflexiones muy personales sin intención de reflejar o que alguien se vea reflejadas en ella. Son pensamientos en voz alta, cosas que he ido escribiendo en diferentes momentos y etapas de mi vida.

[Fiel poesía]

Esto reabre el eterno debate sobre si de verdad los seres humanos somos tan diferentes...