El concurso (Microrrelato)

[masetosico95]

Abigaile estaba demasiado nerviosa. Era normal estarlo, pero no tanto como lo estaba ella. No era la primera vez que participaba en este tipo de concursos, ya que comenzó desde muy joven. A cada certamen al que se presentaba, salía como ganadora, y por mucha diferencia. Aunque no era de extrañar, ya que Abigaile era, sin ninguna duda, la mujer más hermosa que existía sobre la faz de la tierra.
Su madre, que acababa de entrar a la habitación donde se hallaba su hija, se acercó a ella y, percatándose de su situación, intentó tranquilizarla:
-Abi, deberías de empezar a calmarte, que la primera fase esta a punto de comenzar.
-Ya lo sé. Y, en cuanto a los nervios, no te preocupes, sabes que son mi amuleto de la suerte – le dijo Abigaile, sin despegar su mirada del espejo que tenia delante suya.
La madre sonrió. La confianza que le transmitían aquellas palabras la calmaban.
-¿Has visto a alguna de mis rivales? – le preguntó la hija mientras se miraba al espejo en busca de algún defecto que le estropeara su maravilloso peinado.
Su madre acercó el rostro al de su hija y le respondio:
-Pues la verdad es que si, y te aseguro que no debes preocuparte por eso. Esta vez ganaras sin despeinarte.
-Pues llevémonos ese premio a casa – le dijo su hija, alzándose de la silla con cuidado de no arrugarse el vestido negro y saliendo de la habitación.
Toda esa seguridad que transmitía Abigaile se apagó tras escuchar como era la primera eliminada del concurso. Era innegable la belleza de la joven, sin embargo, no terminó de agradar a los jueces, a excepción de uno, probablemente porque, al igual que ella, también era terrícola.
Al finalizar el certamen, se proclamó como nueva Miss Universo a la representante de Andrómeda, una joven con unos preciosos ojos azul zafiro y con una piel blanca con cierto tono azulado.
La pobre Abigaile, después de ser eliminada, no tuvo otro opción más que volver a la Tierra. En el viaje de vuelta, su madre la intentaba animar hablándole sobre la poca experiencia que debían de tener los jueces. Sin embargo, la joven no la escuchaba. Prefería mirar por la ventanilla, observando las estrellas que se cruzaban al paso del transbordador, pensando que tal vez no era tan hermosa como ella se creía.
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Espero que os guste.

[lucia]

Aparte de los fallitos de redacción, no le veo ningún objetivo al micro. La chica llega vacía por dentro y se va igual de vacía según su reflexión al mirar por la ventana.