La luz del cielo (Relato de terror)

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XxXhelazz
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La luz del cielo (Relato de terror)

Mensaje por XxXhelazz »

Este es el primer relato que escribo de terror, y el primero en este foro. Espero que os haya gustado, me gustaría leer vuestras críticas, tanto las positivas como las negativas. Un abrazo.




La luz del cielo


Aquel señor, ensimismado por la visión que el telescopio le mostraba, no denotaba terror alguno ante la roja Luna que se cernía sobre la ciudad, sino serenidad. Por su carencia de movimiento se podría decir que estaba muerto, pero esta teoría quedaba descartada, pues si uno se acercaba lo suficiente, podía notar como respiraba.
El aspecto del individuo pareciera fruto de una retorcida pesadilla. Su rostro era prácticamente invisible, ya que la mirilla del telescopio cubría la totalidad de este, siendo solo su pelo plateado y enmarañado visible. Por el pobre estado del cabello, deduje que rondaría los sesenta o setenta años de edad. Su túnica, sucia y raída, era de un color azul oscuro, que desgastado por lo que yo creía como el paso de los años, demostraba, junto a unos mocasines dorados y bastante sucios, el pésimo gusto del sujeto.
El extraño hombre, debido a su postura forzada, parecía estar bastante encorvado, casi jorobado. Su constitución era de una delgadez extrema; sus huesos se marcaban con facilidad. Todo esto, sumado al perturbador trance en el que el señor se encontraba, producía un profundo pavor en mí, pues pensaba que en un momento u otro aquel ser se abalanzaría sobre mí, poniendo fin a mi existencia.
Tras pensar profundamente, me deshice de estas supersticiones con tintes irracionales, pues solo perturbarían mi mente, y me dispuse a abandonar el observatorio, que al estar situado en lo alto de una colina, estaba aislado de la ciudad.
Ya fuera del recinto, decidí mirar al interior del edificio, pues la curiosidad se apoderó de mi cuerpo en aquel momento; pienso, con toda certeza, que ese estúpido acto fue el mayor error jamás cometido por mi persona; causando que quiera ponerle fin a mi propia vida.
El hombre del telescopio me estaba observando. Su rostro, ahora visible, parecía más el de una dantesca criatura que el de un ser humano. Sus ojos, inyectados en sangre, eran fríos y analizadores. Su nariz, negra y puntiaguda, se asemejaba a los relatos de brujas antiguos. Las demás partes de su deforme cuerpo eran completamente negras, por lo que solo su cara era visible. Sus facciones en general eran hercúleas y demasiado toscas para tratarse de un hombre; era, pues, una infame criatura. Lo verdaderamente aterrador de ese ser era su boca: una hilera de afilados colmillos constituían lo que se suponía era su boca, ya que esta carecía de labios.
Pestañeé y ahora el monstruo se hallaba a unos pocos centímetros de mi cuerpo. Desde cerca la bestia era aún más diabólica y maligna. Yo quise huir, pero estaba paralizado por el terror. Podía escuchar su respiración, oler su pútrido aliento, contemplar sus inhumanas facciones y ojos, que me analizaban metódicamente.
El monstruo dio un paso atrás, abrió su hórrida boca, y me formuló la siguiente pregunta:
– ¿Has visto la luz del cielo? –la voz de aquel ser demoníaco era de ultratumba; gutural, semejante al rugido de un león. Al observar que yo no contestaba, repitió la pregunta:
– ¿Has visto la luz del cielo?–Esta vez, aterrado por enfadar a aquella aberración, respondí sumamente asustado. – ¿Qué luz? –La criatura, descontenta por mi pregunta, gritó en un tono colérico, el cual me aterrorizó profundamente. – ¿HAS VISTO LA LUZ DEL CIELO? –Ya, temiendo por mi vida, respondí negativamente. –No la he visto.
Entonces el monstruo sonrió, mostrando una hilera de dientes que fácilmente podían despedazar a una persona. Sus facciones ahora eran el infierno personificado. El ser me miró con una expresión de absoluta maldad y dijo: –Que la luz del cielo invada tu sangre, pues. Que invada tu semilla hasta el final de los tiempos, trayendo a tu linaje la más oscura de las desgracias. La parca vendrá pronto, y así será con tu descendencia.
Quedé atónito ante la inesperada profecía, la cual afectaba a mi familia y futura descendencia. Asustado, salí corriendo del lugar, hacia mi casa situada en Holdstrogen, mi pueblo. Fue a partir de este momento cuando mi vida fue, lentamente, cayendo hacia el estado actual. Cada noche sueño con esa criatura horrible, sufriendo todos los días incontables pesadillas, en las cuales soy presa de esa boca dantesca. He perdido a mi familia, pues todos murieron de maneras singulares; todos menos yo, condenado a una desgracia eterna. Mis amigos me abandonaron, pues desde lo sucedido en el observatorio me toman por demente; creen que he perdido el juicio, e incluso han tratado de convencerme de que todas mis palabras no son más que alucinaciones y delirios. ¡Malditos imbéciles! No ven la realidad, mi desgracia… pero ya nada de eso importa, pues acabaré con mi vida, dejando constancia en estas páginas, que espero sean leídas por algún conocido, para que pueda comprender toda la desgracia que ha caído sobre mi familia. Por suerte no he tenido descendencia alguna, aunque sí la tuvo Erick, mi hermano ya fallecido. Engendró a dos varones, que se fueron a Estados unidos, por motivos de estudio. Abandono este mundo, sabiendo el aciago destino que ha caído, por culpa de mi estupidez, sobre los Stronghold, dejando el linaje maldito para siempre.
¿Qué era aquel hórrido engendro? ¿Por qué maldijo mi linaje? ¿Qué era lo que miraba por el telescopio? Esas preguntas rondaron mi mente durante años, deteriorándola, consumiéndola…, mas ya esos asuntos han perdido importancia, pues he aceptado mi final y, aunque ningún Stronghold más lo sepa, ellos han aceptado también este terrible destino, del que solo se podrá escapar acabando con este linaje; con este linaje perseguido por la parca hasta el final de los tiempos. La muerte me acogerá con los brazos abiertos en la soga tendida en la mesa donde estoy escribiendo mi historia. Me despido de este mundo con estas palabras, escritas con la negra sangre de los Stronghold:

El dolor desterrado, perdido en la aurora,
causa una estéril emoción en mi corazón marchito:

Si se sumerge la vida muerta en el alba,
y si la sombra de mi cuerpo
debe perderse en la oscuridad,
la muerte será mi salvación
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lucia
Cruela de vil
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Re: La luz del cielo (Relato de terror)

Mensaje por lucia »

La historia es confusa. Además, al final da la sensación de que los sobrinos van a sobrevivirle sin problemas por lo que su estirpe sí sobreviviría. Como además parece que han pasado varios años, que se suicide con familia viva todavía se entiende menos.

Eso sí, que los vecinos se hayan apartado de él si le ha cambiado la forma de ser a partir del monstruo es completamente normal.
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Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

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