Me ha gustado mucho porque entre otras cosas me ha ayudado a volver a colocar en mi mente un orden cronológico de los distintos filósofos en el contexto de su época.
No sólo me gusta la forma de relacionar las distintas corrientes con su contexto histórico y con los distintos autores precedentes y posteriores, sino que también me ha gustado la forma de explicar cada corriente de pensamiento.
Russell también hace juicios de valor sobre la filosofía de algunos autores, cosa que en principio no me suele gustar pero en este caso sí porque en cierto modo lo justifica y lo separa de la parte que es explicación de la historia.
Creo que con los autores que es más crítico Russell es precisamente con los que tradicionalmente han estado más entronizados, tal y como ya habíamos hablado en este hilo: Platón y Aristóteles, sobre todo con el primero.
Estoy bastante de acuerdo con algunos puntos de vista de Russell con respecto al diálogo «La república» y con respecto a la filosofía platónica.
La parte en la que habla de la relación entre Platón y las matemáticas me ha dado un poco de vértigo, que es algo que me pasa a menudo cuando pienso en las matemáticas: me parece claro que las matemáticas son algo que existe en el universo, no son fruto de la mente humana como lo pueden ser otras ideas.
El hombre continuamente ha ido descubriendo las matemáticas y sus reglas con el trascurso de los siglos. El hecho de que estas reglas se vayan descubriendo y no creando, de la misma forma que se descubren las reglas del universo, es lo que me da vértigo. ¿Dónde reside el soporte «físico» de algo tan intangible como las matemáticas? ¿el cerebro humano es soporte físico de las matemáticas? ¿el universo en sí mismo contiene la idea de las matemáticas?
Uf, en fin, ese es uno de los aspectos de las matemáticas que me dan mucho vértigo.
Cito un par de párrafos que me han hecho gracia por su contundencia, aunque no deben ser tomados como algo que predomine en este libro y hay que decir que son conclusiones después de una serie de razonamientos:
La metafísica de Aristóteles, hablando en términos generales, puede describirse como un Platón diluido en sentido común. Cosa difícil porque Platón y el sentido común difícilmente se combinan.
Concluyo que las doctrinas aristotélicas de que nos hemos ocupado en este capítulo [La Lógica de Aristóteles] son completamente falsas, a excepción de la teoría formal del silogismo, que carece de importancia. En el tiempo actual una persona que quiera aprender lógica, se extraviará si lee a Aristóteles o a alguno de sus discípulos.
En fin, que el primer libro me ha gustado bastante.
Me dejo el segundo libro, el de la filosofía medieval, para el mes que viene después de haber leído a Santo Tomás.
De todas forma, me da rabia que dedique tanta extensión del libro a la filosofía clásica y medieval para luego dejar tan poco espacio para la filosofía moderna. Igualico igualico que en los planes de estudio de bachillerato.