Anne Crosby Emery Allinson

Pues eso, para hablar de un autor en general.

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javibuddha
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Anne Crosby Emery Allinson

Mensaje por javibuddha »

Anne Crosby Emery Allinson y los "cruztianos"

Hola. Es muy probable que alguna vez hayáis oído hablar o leído alguna referencia del libro "Las siete palabras", en algunas editoriales publicado como "El sermón de las siete palabras" de Fulton J. Sheen, que supone una interiorización basada en las siete últimas palabras atribuidas a Cristo en el Calvario, en el Gólgota. Entre toda la amalgama de teorías y visiones hubo una escritora americana, Anne C.E. Allison, que abordó el tema del símbolo de la cruz y su posible tergiversación. ¿Podría pensarse en los cristianos como "cruztianos"? Los adoradores del sufrimiento en base a la promesa postrera. Es muy difícil encontrar nada de ella en español. La respuesta, que a nosotros nos parece obvia, no lo es tanto, o al menos no lo era durante gran parte de la historia y aún veladamente continúa sin poder ser asumido el término dolor, ya sea como expresión terrena o como perdición ulterior y escatológica.

Cito un pequeño fragmento de "La Acrópolis y el Gólgota": "En cuanto a su horror por la adoración cristiana del sufrimiento, que me parece fundada en la insistente visión histórica de la cruz como un símbolo, coincido con usted.
Apenas puedo expresar la repulsión que siento ante la interminable sucesión de crucifixiones y santos torturados en las galerías de pintura. Hasta que conquistemos la enfermedad o descartemos la violencia, habrá sufrimiento físico en el mundo. Pero hemos de continuar la lucha, no abandonar. Pintar o esculpir a un hombre zaherido por las llagas del dolor y ver belleza en ello me parece un insulto a la divinidad y una extraña delación al galileo, que deseaba sanar el sufrimiento de los demás, como hizo durante toda su vida y únicamente lo aceptó para sí mismo como extrema necesidad incidental."

También la misma autora, en "Caminos de Roma" confronta la arquetípica visión de lo grecolatino con el no menos usual, y desaforado en ocasiones, universo de las pasiones humanas, del que ni siquiera los poetas se ven eximidos. Cito otro pequeño fragmento: " La luz de la luna concedía gentilmente la inusitada y delicada gracia de las ninfas marmóreas, que descansaban tumbadas, empapados sus senos y hombros por las aguas plateadas. El aire de la noche dejaba entrever el débil olor de las rosas postreras. Había sido en el tiempo de las rosas del estío, bajo una de aquellas lunas, cuando Catulo había bebido del meloso cáliz de Lesbia. Esta noche de otoño parecía ahíta de la misma calidez y dulzura. Se apresuraba hacia adelante cuando contempló a dos figuras que doblaban la esquina de un seto alto. Su corazón dio un vuelco y se quedó quieto. Una mujer y un hombre se sentaron ante la fuente, bajo la balaustrada tallada."

P.S. Añado la biografía de esta autora, que es una de las novedades que querríamos incluir para la próxima o próximas semanas en epdlp.com

Anne Crosby Emery nació en Hancock Point, Maine, en 1871. Se graduó en el Bryn Mawr College en 1892 y estudió durante dos años en la prestigiosa institución "European Scholarship". Tras continuar con su formación en la Universidad de Leipzig, regresó al centro Bryn Mawr, siendo merecedora de un doctorado por la elaboración de su tesis intitulada "El presente histórico en la América temprana". Permaneció allí un año más en calidad de pedagoga y secretaria del presidente de la Institución, antes de alcanzar el hito de ser la primera decana en la Universidad de Wisconsin, donde había matriculadas unas cuatrocientas féminas. Tres años después, aceptó asumir el cardo de decana del Colegio de Mujeres en la Universidad de Brown, donde había inscritas ciento cuarenta y nueve congéneres.
Al contraer matrimonio con Francis Emery Greenleaf Allinson en 1905, renunció a su cargo en Brown e incidió en su labor como escritora, publicando Caminos de Roma (Roads from Rome, 1913), El sentido de la infancia (Children of the way, 1923) y Aliados con la vida (Friends with life, 1924). En 1926 trabajó como editora de la revista femenina Providence Evening Bulletin, haciéndose cargo de la columna titulada "La Rueca". Siguió afiliada a Brown, dando conferencias públicas acerca de la literatura contemporánea e incluso desempeñó de nuevo el rol de decana en el Pembroke College, en el bienio entre 1921 y 1923. Murió en su residencia de verano en Maine en 1932. © Linda Mac
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