Perdón por postear tan rápido, pero no me resisto a comentar que, superado el primer tercio de la novela, me quito el sombrero ante Negrete y su maestría narrando la batalla de Maratón.
Ha conseguido que sienta los nervios previos al enfrentamiento que sentían los hoplitas atenienses, he notado cómo las flechas persas silvaban al lado de mis oídos, y al acabar la batalla, estaba tan agotado como Temístocles o como cualquier contendiente.
Y ahora, derrengados tras la brutal batalla, les toca correr 42 km. para defender su ciudad. |
Supongo que como en toda novela histórica, el autor se habrá tomado sus licencias para hacer más dramática la historia, pero es que la realidad supera la ficción. Esto es épica de la buena... ¡vaya que sí!