Nº de páginas: 920 págs.
Editorial: BELACQUA
Lengua: ESPAÑOL
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788492451913
Año edicón: 2009
Plaza de edición: BARCELONA
(Fuente: casadellibro.com)Novela sobre Gustavo Durán, personaje real, general republicano, supuesto comunista, amigo de Hemingway, Alberti, Lorca, genio y enviado de la ONU al Congo.
Esta novela es una obra magistral. El grosor no importa, pues las páginas pasan como en un suspiro. Y no es de extrañar, puesto que Horacio Vázquez-Rial (Buenos Aires, 1947 - Madrid, 2012) es uno de los mejores novelistas vivos en lengua española, mejor que muchos de los ganadores (y ganadoras) de suntuosos premios literarios que, demasiadas veces, están vacíos de calidad pero llenos de dinero. La reedición de El soldado de porcelana es un acierto absoluto, y más en los tiempos carentes que vivimos.
Tal prodigiosa obra es una narración biográfica de la vida real del español Gustavo Durán, personaje rocambolesco que vivió de primera mano la historia no sólo local sino también mundial del siglo pasado.
Era hijo de José Durán, un ingeniero mujeriego de mentalidad criminal (mandó encerrar a su mujer y madre de sus hijos sobornando a un médico, y ella enloqueció una vez dentro del manicomio) que vivió del prestigio que le proporcionó haber sido un héroe en la guerra de Cuba. Gustavo fue compositor y crítico musical de enorme talento en su juventud.
Luego se convirtió en presunto comunista que pasó de soldado raso a general de la República Española durante la guerra civil, para ser más tarde acusado de colaboracionismo con los soviéticos por los americanos y de colaboracionismo con los americanos por los soviéticos.
Amigo o conocido de personajes como Hemingway, Federico García Lorca, Gil de Biedma, Rafael Alberti y un inabarcable etcétera, protegido (entre paréntesis) de Rooselvelt y Rockefeller, estuvo como enviado de la ONU durante el proceso de independencia del Congo belga y terminó sus días olvidado en Atenas, sin haber vuelto a pisar España.
Durán tenía una una facilidad asombrosa para aprender cualquier cosa, desde ingeniería (su título universitario, como el de su padre) hasta música, pasando por su pasión hacia la literatura y su capacidad de memorizar parágrafos enteros en cuestión de segundos.