Esta mañana he vuelto de hacerlo y de verdad que es una experiencia única.
He hecho el camino portugués desde Ponte de Lima, en Portugal.
Lamentablemente me pareció una tontería llevarme una libretita en la que ir escribiendo sobre las jornadas, y ahora pasa que no recuerdo bien qué ocurrió cuándo y dónde... algo que suele pasar en el camino.
En general puedo recomendar el Camino Portugués por varias razones:
-Al que no le apetezca ir a un camino masificado.
-Al que haya hecho otros caminos antes.
-El que vaya buscando buen tiempo.
El camino portugués desde Ponte de Lima es bastante irregular en cuanto a belleza. Está bien señalizado, eso sí, y lo está mejor aún cuando se entra en España.
Lo peor del camino Portugués son la cantidad de etapas que se desarrollan prácticamente en asfalto, casi sin recorrer caminos de tierra (el asfalto hace que aparezcan más ampollas y duelan más los pies), como es el caso de la etapa que va de Tui a Porriño, o de Porriño a Redondela; y naturalmente la enorme cantidad de kilómetros que se hacen directamente en carretera nacional o los cruces de carretera... algunos bastante peligrosos.
Las dos etapas más duras son las que Pontevedra-Caldas de Reis (con unos discutibles 23 kilómetros marcados como recorrido... aunque a todo el mundo se le hacen mucho más largos) y los 26 que hay en la etapa final entre Padrón y Santiago (aunque afortunadamente es bastante llana, salvo al final) y se puede dividir en dos (Padrón-Teo/Teo-Santiago... en vez de Padrón-Santiago directamente)
En cuanto a recomendaciones... yo he visto a mucha gente sin aislante/esterilla, porque casi siempre hay albergue público y siempre albergue privado que te evita tener que quedarte en polideportivo. Yo no me arriesgué y me lo llevé, y he dormido siempre en albergue, aunque a partir de Tui (España) había que darse más aire al caminar si se quería estar seguro de tener cama.
Yo recomiendo llevar chanclas con calcetines, untarse bien el pie en vaselina antes de empezar un recorrido y olvidarse de compeeds y cosas raras porque, personalmente, no me han funcionado. Las ampollas salen hagas lo que hagas, sobre todo cuando caminas mucho en asfalto, y la chancla y el calcetín, aunque es bastante incómodo para hacer según que tramos de la etapa, lo cierto es que te evitas un problema generalizado como es el de las ampollas dentro de las uñas que hace que muchos peregrinos pierdan las uñas de las pies.
Yo he tenido suerte porque las chanclas se me han roto en el aeropuerto hoy, y no he tenido que correr a comprarme algo nuevo porque yo no llevé calzado de repuesto (solo chanclas para la ducha)
Perosnalmente no me arrepiento de no haberlo hecho, porque cada gramo en la mochila pesa. Mi amiga tuvo que correr en busca de Correos en Pontevedra para enviar sus botas de montaña hasta las narices de llevarlas.
Hay que mirar muy bien el peso que se lleva en la mochila, todo lo que cojamos por si acaso... son cosas que sobran.
Ejemplos: Cremas hidratantes, colonias, vaqueros para ponernos guapos una vez llegado a un punto...
Otra recomendación es no agoviarse e intentar llevar el ritmo del compañero/compañeros. Cada uno tiene su marcha y aunque se vaya con gente, se camina solo.
Pararse cuantas veces sea necesario para beber o para recuperar el aliento en una cuesta de estas que parece que nunca acaban, o darse la vuelta y caminar un trecho de espaldas cuando hacemos una bajada interminable. Nuestras rodillas nos lo agradecerán. La cuesta... cuesta, cansa; pero la bajada destroza como no os podéis imaginar.
En cuanto a sensaciones que yo he vivido...
Sin lugar a dudas, lo mejor de todo la increible hermandad que nace con algunos peregrinos con los que te juntas, y de los que puedes decir que te has hecho amigo en pocos días. Son sensaciones muy fuertes, intensas y bonitas. Yo espero de todo corazón seguir manteniendo contacto con ellos.
Es muy emocionante también la llegada al Obradoiro, parecido a la que se siente cuando se hace la ofrenda de flores de los falleros.
También es muy revelador caminar solo por algunos paisajes, pensar en uno mismo, recordar cosas o... directamente, no pensar en nada.
La sensación en el Camino es la de estar en otra realidad paralela, solo hay que levantarse muy temprano, caminar y caminar y conseguir albergue... reír con los compañeros de viaje y practicar el inglés para poder entenderse con los cientos de peregrinos de otros países. La gente que no sabe idiomas se pierde, en mi opinión, una de las cosas más maravillosas del camino y es la cantidad de gentes diferentes que lo recorren. Seguramente la mitad o más de peregrinos que nos encontremos sean extranjeros, no poder comunicarse con ellos es perderte la mitad de la experiencia del camino.
Yo he venido y aún no he cambiado el chip.