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"Imagínense unas vacaciones con su escritor favorito. (...) Imagínense estar cerca de ellos a todas horas en un hotel flotante, rodeados de mar por todas partes, sin que puedan escaparse. Imagínense sentados a su misma mesa durante el desayuno o la cena, o bronceándose al sol del Mediterráneo o del Caribe tumbados en una hamaca a su lado, o bailando con ellos elegantemente vestidos hasta altas horas de la madrugada.
Puede que ya no sea un sueño. Los cruceros literarios –ship lits los llaman las agencias de viaje norteamericanas– son el último grito de la industria turística de los cruceros, cada vez más especializada en la captación de ‘nichos’ viajeros. Desde principios del siglo XX, cuando Albert Ballin, director general de la Compañía Hamburgo-América, mandó construir el primer buque expresamente diseñado para cruceros turísticos, las prestaciones y los entretenimientos que se ofrecen a los clientes han cambiado mucho. Los antiguos pasatiempos a bordo –jugar al tejo, dejarse el dinero en el bingo, socializar con desconocidos echando unas manitas de bridge– han sido sustituidos por sofisticadas actividades coordinadas por equipos de especialistas.
Los ship lits –pensados inicialmente como lugar de encuentro para acomodados singles de mediana edad– comenzaron siendo talleres de creación literaria. Un bronceado profe explicaba la técnica y ponía las tareas y, por grupos o individualmente, los viajeros escribían sus relatos primerizos. Y, encima, ligaban. El éxito fue tal, que la cosa se fue complicando. Algunos editores, muy listos, se dieron cuenta del chollo –promoción, venta de libros– y convencieron a sus autores más o menos populares para que aceptaran (cobrando, claro) pasar unos días con su ‘público cautivo’. Y así empezó todo. Ahora son ya varias las prestigiosas compañías estadounidenses o británicas que ofrecen ship lits de lujo. Algunos doblemente especializados: con autores de novela romántica o policiaca, por ejemplo. El público: mediana edad, mayoritariamente soltero y con posibles. Lo que nadie explica es si en el contrato del autor-entretenedor se incluye el posterior tratamiento psiquiátrico y la cura de sueño."
Ahora después de leído ¿alguien se animaría?
Se admiten propuestas. ¿Con quien os enrolariais?
Suena muy mal, creo que es una idea horrible,pero no me extrañaría que tuviera éxito. 
