El empalador (I terror)

Relatos que optan al premio popular del concurso.

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julia
La mamma
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El empalador (I terror)

Mensaje por julia »

Un manto de frío espeso desciende sobre el pequeño pueblo del sur.
Es de noche y el cielo se muestra limpio y cribado de estrellas.
El pueblo se halla asentado sobre roca solida, al pie de la montaña, en donde despliega su homogéneo caserío de madera y sus chimeneas humeantes.
Los árboles, guardianes desvelados, funden en lo alto sus ramas vacías de invierno, mientras los tejados rústicos, por debajo, imitan tal comunión.
En la estática postal es inevitable advertir un río furioso de aguas agitadas que desciende desde lo alto de la montaña, marcando el límite norte del municipio. De su cuerpo espumoso brota un murmullo envolvente que penetra en el pueblo ahogando el silencio, es un sonido agradable e inagotable que acompaña el ajetreo diurno de los ciudadanos y que por las noches anega las calles con una sensación vital que de otra manera nada ni nadie brindaría. Esto último debido a que el viento acostumbra desplomarse del otro lado del valle sin poder azotar el pueblo, además, por su parte, las personas ya no se atreven en horas de la noche, optan por la comodidad de sus hogares antes que desfilar por las heladas calles estrechas infestadas de árboles y ramas que hacen imprecisa la vista.
En fin, es un incipiente pueblo escondido en el mundo, donde la tranquilidad de la vida apacible toma cuerpo en el tiempo.
Cerca de la rivera rocosa, dentro de una casa grande de madera, como todas las otras, dos personas comparten una cálida cena familiar que encuentra su fin cuando una voz inicia un diálogo:

-Padre, ya es hora, debes contarme lo sucedido, desde mi llegada por la tarde, no pude mas que oír vagamente a la gente del pueblo comentar algo referido a la ultima peña semanal... y no me he atrevido ha indagar sobre ello, pues ya sabes que hace años me fui de aquí y supongo que para algunos soy como un extraño.

Carl frunció el ceño, suspiró y respondió: -Jay, hijo mío, estás cansado, ya es tarde y has viajado largas horas para visitar a este viejo solitario, mejor por la mañana te doy todos los detalles de la historia.

Jay despegó los codos de la mesa, tomó con sus manos una pequeña botella de brandy y llenó de a poco una copa, luego, poniéndose cómodo, clavó la mirada en los ojos de Carl y aseguró: -Tengo toda la noche, de lo contrario esta sensación de duda me privará del sueño.

Con un tono inseguro y frágil, Carl dijo: -Sabes?... De todos modos no podrás conciliarlo.

-Bueno, ya. –dijo Jay impaciente-. Debo saberlo ahora.

-Está bien… es lógico…-respondió Carl, resignado-. Todo ocurrió el último sábado por la noche…

Como una costumbre o tradición que se repite todos los sábados por la noche, los ciudadanos de todas las edades acuden a la única plaza del pueblo donde se reúnen para degustar productos regionales e intercambiar algunas mercancías, es una especie de peña o fiesta semanal donde largas charlas se adueñan de las horas. Destacan de entre los nudos de gente, unos retazos de tela blanca que decoran las ramas a modo de puentes, algunas carpas coloridas e iluminadas que parecen ser devoradas por semejante tertulia y largas mesas llenas de dulces que son cercadas por niños apetecidos. Un improvisado escenario ubicado en un extremo tiene como telón al mismo río, en el extremo opuesto de la plaza yace un templo antiguo construido con grandes piedras que provenían de la cantera de la montaña. Es un edificio robusto y lúgubre, en sus muros de roca se abre un gran ventanal sellado por un cristal grueso, de color rojo oscuro, que prácticamente se resiste a ser atravesado por luz alguna; unos cuantos escalones anchos preceden la entrada, donde una puerta de metal con detalles extraños parece resguardar, con recelo, un misterio interior que por propia naturaleza arquitectónica emana desde el templo.
La última peña sabática fue especial y aquí Carl continúa su relato:

-…era un cielo limpio cargado de estrellas el que reinaba la noche, la luna nos acompañaba, prácticamente nadie estaba ausente. Ya pasada las 23 horas todos se encontraban a gusto, pues se advertía en sus ojos; en ese instante se encendieron las luces que revelaban el escenario, el cual de a poco ganaba la atención de los presentes. El buen Sam, el farmacéutico, dijo unas palabras como de costumbre y anunció al coro local que se disponía a presentarse,… luego de un breve silencio, el chillido del micrófono me retumbó los tímpanos,… le siguió otro silencio, aun mas corto, que fue interrumpido por un grito de mujer que desgarraba el viento y mis entrañas; al unísono todos voltearon hacia atrás buscando al responsable…luego… –a Carl se le quebró la voz y sus ojos brillaron de repente perdiéndose en el recuerdo-.

Jay lo observó atento, encogió los hombros y suplicó: -Continúa!. Continúa!.

Su padre se recuperó y siguió -…como describirte el frío aterrador que me asaltó ante lo que ví,… ante semejante aberración visual, …como explicarte con palabras que en las escalinatas del templo, el inmaculado cuerpo de una niña ya sin vida desafiaba la gravedad? Su humanidad estaba atravesada a lo largo por una gruesa e irregular estaca de madera que asomaba de su boca inocente, los pies descalzos no alcanzaban el suelo, su rostro desdibujado por la sangre parecía suplicar al cielo… y… en sus largos cabellos dorados y en su frente, todavía limpia, parecía resplandecer con mas intensidad la tenue luz de la luna.

-Empalada?! – dijo Jay saliendo de la conmoción.

Carl asintió con un gesto débil y con esfuerzo continuó: - … mi piel estaba como anestesiada, creo que de alguna manera se resistía a seguir percibiendo un mundo en donde hubiera lugar para tal atrocidad; también eran abordados el resto de mis sentidos que renunciaban espantados a su vital propósito como si esta protesta perceptiva pudiese ser elevada al mismo Dios incoherente. Tiempo después, una inercia propia, ó, la que ejercía la muchedumbre sobre mi, me arrastró lo suficientemente cerca como para que un olor pútrido sacuda el trance que sufría mi olfato. …Una náusea profunda, en medio de gritos ya lejanos, se apoderó de mi y ya nada pude recordar… hasta el día siguiente.

Con su aliento empañando la mesa y la frente pálida, Carl, que aparentaba haber detenido su relato, apretó los labios, se sumergió en un mar de melancolía y prosiguió: -Era una niña ejemplar, una criatura celestial e inocente, que sin quererlo parecía satisfacer a la perfección las condiciones que las sagradas escrituras atribuyen a los santos, a los ángeles. …Me comprendes hijo?... Por qué?... Por qué a ella? Que infame paradoja! En el mundo del Señor Bondadoso sucumben a diario sus frutos más puros. … Y Sabes que? Para colmo, sus padres, dignos de su hija, eran asiduos devotos de la iglesia, cumplían el divino mandato con placer y ofrendaban cada domingo sus alabanzas y plegarias al Santo Espíritu. –Los puños de Carl permanecían tensamente apretados como si la misma injusticia pudiese ser triturada- …Ahora me pregunto? Que harán esos padres desconsolados el próximo domingo? Acudirán al templo como usualmente lo hacen? Y en caso de que fueran? Rezarían con la misma fe ciega y ordinaria?

Jay no hubiera creído todo eso si no fuera por esos comentarios muy confusos que había escuchado esa tarde durante el ocaso, cuando arribaba al pueblo después de dos años, además, su padre estilaba ser una persona seria, escéptica y poco adepto al humor.
En plena perplejidad, una ráfaga de viento recorrió las calles con fuerza,... el rugido eólico hizo temblar las ventanas para luego detenerse. Esto hubiera merecido la atención de Jay debido a que el viento es un forastero por estos lares; pero él se encontraba absorto en sus pensamientos tramando preguntar algunos detalles, incluso se había decidido a conjeturar sobre los hechos, cuando entonces, Carl, más reflexivo, se adelantó:

-Todo esta siendo investigado por la policía local, los detalles no se extienden mas allá de mi relato y las pistas son muy escasas. Analizando la situación, no me es posible atribuir lo sucedido a un simple acto humano, es decir, es físicamente imposible realizar tal brutalidad en un lugar público y sin ser advertido. Por eso y considerando además la antigua técnica de empalamiento utilizada, el templo como lecho criminal y las recientes declaraciones de un anciano sacerdote; es que, para mi, el tema va tomando una inclinación… como decirlo… no humana.

-Es que no hay ninguna prueba o indicio concreto hasta ahora? Nada de nada?

-Bueno solo una… La estaca utilizada era ni más ni menos que una vigorosa rama que había sido cortada de un gran árbol, que ya mutilado se erguía a pocos metros del cadáver de la niña, la cual minutos antes, aseguran, jugaba alegremente en el lugar.

-Es sorprendente. –dijo Jay- A simple vista, las condiciones del crimen realmente parecen descartar la posibilidad de que el empalador sea humano, pero considerar la opción de lo sobrenatural ante los fenómenos que aparentan ser inexplicables es un acto de ignorancia y cobardía que no esperaba hallar en ti, padre.

Carl no se hizo esperar y se justifico: -Es que los años lentamente van quitándome la lucidez, la inocencia y todo indicio que le permita a uno apenas sospechar que un lugar justo y sublime nos espera mas allá de nuestra muerte. Por eso es que ante hechos como los que cobraron vida el sábado pasado, prefiero aferrarme, con la poca fe que me queda, a la idea de que un Ente celestial haya sido el autor de semejante bestialidad.

-No crees haber elegido un “milagro” sórdido y repulsivo para convencerte de que tienes alma? –dijo Jay con los párpados relajados-

-Tu suspicaz elocuencia roza la burda ofensa, hijo mío. No obstante, déjame exponer con mas claridad el sentimiento que intentaste desmerecer. …Mis pupilas seniles probablemente no vuelvan a ver algo parecido a ese paradójico “milagro” y espero que así sea, pues mi corazón no lo soportaría, por ende deducirás que yo ya no puedo esperar, ni mucho menos elegir, milagros hermosos o bíblicos…en fin “tempus fugit”. Por eso me conformo con éste y aunque reconozco que es un poco retorcido, el tenebroso asesinato me ha convertido inexorablemente en un hombre de pura fe, que ya no teme enfrentar la muerte… es mas, estaría dispuesto a perder mi vida esta misma noche y dejar que el misterioso “Ángel Empalador” me lleve con él al Edén Eterno, junto a tu madre. Desde hoy para mí ya no existe esa infame paradoja, ya que considero que el óbito de la niña fue una señal divina en un mundo divino.

Jay suspiró, mientras veía como el comportamiento y las ideas de su padre oscilaban de un extremo a otro. -De sorprenderme pasas a inquietarme,… no solo crees que eso fue una especie de “mal necesario”, … no solo estás convencido de que la dulce niña sucumbió bajo la maldad de un “Ángel” pedófilo, …sino que además quieres irte con el al cielo y reunirte con mi madre. Sabes lo ridículo que se oye eso? –sus manos cubrieron su rostro como queriendo contener una expresión de vergüenza, luego continuo con mas calma: -Sé que la extrañas,… pero por favor, no la involucres en esto. Si?

Carl balbuceó algunas palabras ininteligibles mientras su mirada se perdía en el infinito.

Al ver esto, su hijo mentalmente dictaminó: un éxtasis melancólico, pura hiel de amor que lo paraliza.
A decir verdad, él también se entristeció un poco al recordar a su madre, fue cuando creyó oportuno optar por respetar el silencio que para entonces se había apoderado de la habitación. Los segundos se esfumaron, …luego los minutos… Dicen que el tiempo es tan relativo como la mente que lo percibe por lo tanto solo ellos saben realmente cuanto les duró la amargura.
Carl fue quien salió primero del trance, se quitó la camisa blanca y la dejó sin precauciones sobre los restos de comida todavía tibios en la mesa, luego adoptó una postura viciosa y observó a su hijo como queriendo reanudar la conversación.

Jay lo interpretó al instante. - Veo que ya no eres el hombre escéptico de antes, el orgulloso y admirable ser que fríamente me mostraba el mundo y sus secretos a través del cristal de la ciencia, de la lógica, de lo empíricamente comprobable. Que te sucede ahora? Pregonas la muerte y un dudoso Edén?

-Escucha hijo –susurró- Evidentemente ya no soy el mismo. Quiero que entiendas que mas que la muerte en si, prefiero irme de este mundo… que aunque te parezca lo mismo, para mi no lo es.

-Irte del mundo? –dijo Jay resignado-

-Si.

-Al cielo?

-Ahí mismo. Y si es posible, a cuestas del “Ángel Empalador”.

Jay resopló con sus manos en la cintura y le advirtió –Ya deja de invocar su nombre. Además. Como sabes que no te llevará a otro lugar? Cómo puedes estar seguro de que no sea un enviado del mismo infierno? Podría ser una criatura dem…

-Ya, ya, ya… entendí -interrumpió Carl con ímpetu y un poco asustado- Eso no es posible, pues… desde allá arriba,… –dijo señalando al techo- El Señor no lo permitiría.

-Pero permitió el horrendo crimen?! –dijo Jay con tono acusador-

Carl le respondió acariciándose el mentón -Debo admitir que en un principio me dio asco y no encontré consuelo, hasta que me di cuenta de que era una obvia señal de los cielos. Mira hijo,…al ser humano se lo ha dotado con fuertes y musculosos miembros, un corazón resistente y un instinto animal que hace posible nuestra supervivencia terrenal en este mundo áspero pero… Que se nos ha dado para sobrevivir a semejante vacío existencial y espiritual que arde día a día en la médula de nuestra mente? Pues, el hambre de creer, la fe ciega, un impulso innato dormido en alguna parte de nuestro cerebro límbico que tarde o temprano despierta en todo hombre. Dime, eso lo puedes entender?

-Bien, creo que allí tienes algo interesante, de todos modos estaba pensando en el viejo sacerdote del que has hablado minutos antes. -dijo Jay, evitando la interesante reflexión de su padre-

-Ah, si! El te convencería al instante de que mi espiritual postura es lógica. Es una persona muy elocuente y religiosa.

-Dos adjetivos peligrosos cuando pertenecen al mismo dueño. –dijo Jay desmereciendo-

-Creo que depende de quien sea el dueño… y vale para cualquier adjetivo. -agregó Carl-

-Es tu opinión…-dijo Jay- …ahora, cuéntame sobre esas declaraciones que hizo el acólito. Que tipo de comentarios hizo el sacerdote?. Es una persona de buena reputación?.

-Poca gente ponía atención en él, hasta ahora, pues, quizás debido a su avanzada edad, se encontraba siempre recluido en su hogar, aunque otros aseguran que es un ermitaño por naturaleza. De todos modos, ayer por la mañana, éste se hizo presente aquí, en mi casa, insistiendo en que debía decirme algo. Su visita me sorprendió y me llenó de intriga, lo invité a pasar para tomar un té de frutas… pero se negó, alegó que no tenía tiempo… y en ese momento fue cuando expresó que el incidente del sábado estaba relacionado con un mensaje escrito en latín que se halla grabado en la imponente puerta metálica del templo.

-Esos garabatos?. -preguntó Jay-

-Ahora ya no los llamo así. -aclaró Carl-.

-Pero que dicen los garabatos?. -insistió el escéptico Jay, como demostrando sutilmente que no acreditaba veracidad alguna a tan fantástica explicación.
El viento volvió a golpear vigorosamente las ventanas.

-El mensaje dice algo así como: “Deo non est mort…”, -de repente Carl se detuvo.
Un ruido que provenía desde afuera se estampó en la habitación. Se hizo un silencio… y repentinamente se escucharon unos pasos aplomados, que provenían del pasillo lateral de la casa, los cuales se dirigían sin cesar hacia el patio del fondo. Sin bacilar, Carl corrió al cuarto trasero para asegurar la puerta que acostumbraba dejar abierta.

Jay, que se había puesto de pie con el susto, caminó lentamente hacia la ventana, adelantó tres pasos y abortó el último, que se suspendió en el aire junto con su respiración, ya que notó en el árbol del jardín, que una rama robusta había sido arrancada con fuerza.
Su visión se cerró en su entrecejo, los brazos atontados batieron las manos en el aire en un intento fallido por espantar el pavor que lo invadía.
El tiempo se suspendía en los relojes, las agujas parecían revelarse a su eterno deber.
El marco visual era único, estático… era la débil puerta trasera y en ella se adivinaba el terror inminente… Entonces… se escucharon tres golpes que llamaban a la puerta.

Carl estaba apoyado en ella de espaldas, miró a su hijo lleno de coraje y acariciando el seguro de la puerta, le dijo: -Ya es mi hora,… me ha escuchado,… viene por mi. …Te amo hijo. –giró sobre si mismo destrabó el seguro y allí mismo… una figura se presentó… -Era Sam, el farmacéutico-
Carl se había desmayado mientras se abría la puerta.
Una mezcla de alivio y desconcierto, desbarató el rostro tenso de Jay, que gritó:

-Señor Sam! Increíble!

-Si increíble!,… esa rama por poco me da en la cabeza, es que un viento tremendo la fracturó en la raíz y en un segundo se desplomó detrás de mí, este clima me desconcierta. … Pero que ocurre aquí? -dijo Sam confundido-

Jay quiso contestarle pero su esfuerzo fue insuficiente, seguía pasmado por el susto.

Sam intentó deducirlo: -Ha ya veo!... Tu padre volvió a desmayarse!… Calma no te preocupes, aquí le traigo su medicina como le prometí, solo que se me hizo un poco tarde… “tempus fugit” diría tu padre y con razón.

Jay juntó valor y se animó: -Como que “volvió” a desmayarse? Le ha ocurrido antes?

-Pues…si. Supuse que tu padre te lo había dicho. Ocurrió el último sábado en la típica fiesta semanal, alrededor de la media noche. Yo había terminado de presentar al Coro del Conservatorio local, me ubiqué a un costado y desde arriba del escenario pude divisar entre el gentío a tu padre, que parecía aturdido y con las manos en sus sienes se dirigía en dirección al templo donde cayó al piso. Cuando las personas se percataron de ello, todos se abalanzaron sobre el en un intento de ayudarlo, yo no fui la excepción. Imagínate ver al viejo Carl, querido y respetado por todos, desparramado en el suelo sin saberlo vivo o muerto, una escena lamentable que nos convenció a todos de suspender la Peña. Durante esta semana el pueblo entero habló de ello.

-Y el cadáver?! – dijo Jay exaltado-

-Perdón?

-No… nada, nada – Jay comenzaba a razonar-

-Ah, bueno,… no debo detenerme más tiempo, debo irme ya. Aquí te dejo las pastillas que necesita. Es que la senectud no llega sola y parece que tu padre esta debutando con una especie de demencia senil, dicen los médicos. No sabemos si es el principio de un Alzheimer u otro tipo de trastorno orgánico pero aparentemente esto sería el responsable de tales desmayos, tú, por ahora, procura que tome estas píldoras rojas por las mañanas y las amarillas por las noches… Adiós.

Todas las dudas se aclararon para Jay, su lógico intelecto recobraba sus fuerzas.
Lentamente comenzó a despertar a su padre mientras lo observaba con el corazón lleno de amor, de respeto y de una ternura inmensurable. Sostenía en brazos la delgada cabeza de cabellos plateados, en donde el tiempo muestra su hazaña. Recorrió suavemente con sus dedos las apergaminadas mejillas y comenzó a reflexionar sobre el diálogo que habían compartido juntos en la espesura de la noche. Jay pensaba, y mientras pensaba, esbozó una sonrisa. Carl recobró la conciencia, miró la boca de su hijo, lo tomó del hombro y le dijo:

-No recuerdo nada?… Que pasó?… Era Él?… Era Él, hijo?

Jay le tomó la mano, buscó hacer contacto con sus ojos desorbitados y le dijo: – Si, era él! Fue aterrador. Al principio me estremecí por completo. Pero como tú dices, luego me di cuenta de que era una esperada Señal Divina… y me tranquilicé…deberías haberle visto sus ojos! Luego se me acercó despacio y me susurró estas palabras:…
“No me lo llevaré ahora, es un gran hombre, todavía tiene una misión que cumplir aquí… pero muy pronto volveré y se ira conmigo directo al Paraíso Celestial, al lado de su amada esposa que lo espera orgullosa en una grande y mullida nube blanca…”
birrico
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Mensaje por birrico »

porque pusieron autor julia????
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Roland
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Ubicación: Canarias, hermosa tierra de guanches, noble patria del teide y el can
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Mensaje por Roland »

birrico, los cuentos se ponen de forma anonima. SI te fijas, los ha colgado todos julia para que no se sepa el autor de cada uno.
Escritor, autor de la saga de Fantasía "La senda del destino".
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birrico
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si

Mensaje por birrico »

sorry, me di cuenta apenas postee. soy un b...
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J.B.Buch
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Mensaje por J.B.Buch »

JAJAJAJAJAJ :lol: Lo siento pero es que me ha hecho mucha gracia.

Ya comentaré más cuando los autores salgan a la luz.
1
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J.B.Buch
Lector voraz
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Mensaje por J.B.Buch »

>>>J.B.Buch>>> Debo ir más despacito al escribir...ya se que a quí Botar no sirve, sirve Votar...JAJAJAJA...

Ke fulano estoy hecho.
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lochness
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Mensaje por lochness »

Arreglao, creo :roll:
Un libro es un mundo por descubrir. :101:
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