Oiga usted, rival mío, deje hablar con libertad al gran Ciro, que lo estaba haciendo con un discurso muy ecuánime, sensato y puesto en razón
Por cierto, Topito. Cuidado. Porque de la condesa circulan varias cosas en internet que hay que cogerlas con pinzas. Es que este cuadro y esta mujer se prestan a elucubrar, a inventar, a soñar... Creo que eso de La Regenta es mentira, aunque sí es cierto que una de las novelas de la condesa tiene como tema el adulterio. Lo cual no es nada original en su época, donde esto del adulterio en la novela estaba tan de moda
Hay otra mentira por ahí bien gorda que yo me tragué en su momento
Pero es que una mentira tan bella merecería ser verdad. Se cuenta que hace unos años se descubrió escondido en el cuadro unas páginas de un diario personal de Amalia, escritas en clave y que se estaba descifrando expertos de Estados Unidos. Vale, yo me lo tragué durante demasiado tiempo e iba a hacer el relato de otra forma
Menos mal que caí en la cuenta a tiempo
Gracias a todos otra vez
. Kassiopea, ha sido un placer leer tus comentarios, has sido una participante muy activa, muy generosa a lo largo de todo el concurso, que has contribuido a crear un ambiente muy cordial al que daba gusto entrar. Quedo pendiente de una relectura de "La criatura" porque es uno de los que me ha faltado revisar. Fue un relato que no terminé de entenderlo en la primera lectura y, bueno, prometo hacerlo
. Espero que hayas disfrutado de la experiencia y que te animes a participar en próximas ediciones, que ya ves que merece la pena.
Ah, y lo de la paloma... Bueno, a lo mejor tienes razón. Porque explicabas tu idea muy bien.
Y Ciro, un abrazo. Para mí, que una persona tan conocedora del género histórico haya disfrutado de este relato, pues significa mucho. De todos modos, como la próxima edición temático sea romántica/erótica vas a ver cómo me hundo en la miseria
Tienes razón en eso de las explicaciones. Y además son un poco presuntuosas. Lo que se haya entendido que se haya entendido; y lo que no, pues es que no lo he explicado yo bien. Así que renuncio a la segunda parte de mi explicación, la de la parte histórica. Además tampoco hay mucho que explicar.
Sólo quisiera, porque me parece de justicia, agradecer citando determinados libros y trabajos que me sirvieron de mucha ayuda:
- Internet es un instrumento muy poderoso y con apenas un par de clics uno puede tener enpantalla, por ejemplo, las portadas de los periódicos de Madrid del día 15 de febrero de 1837. Ahí está Roca de Togores, futuro marqués de Molins, escribiendo el obituario de Fígaro. Por cierto, que aprovecho para avisar a la Biblioteca Nacional que, en su hemeroteca digital, falta la mitad de ese ejemplar y el artículo se interrumpe en lo más interesante, caramba
Pero la prensa me ayudó mucho, fue interesante -y frustrante,porque me costaba Dios y ayuda encontrar datos relevantes- , y me topé con cosas muy curiosas, la gran mayoría que no utilicé. Desde un reportaje en un sanatorio mental con una interna que aseguraba que era hija ilegítima de Madrazo y que cuando el periodista le preguntaba que qué había de cierto en los rumores sobre de Madrazo y la condesa decía que nada, que nada, pero que ella (la condesa) era un traviesa de mil demonios y que le hizo sudar la gota gorda a su padre
, hasta una entrevista a descendientes de Riego en el centenario de su ejecución, que desplegaban ante la cámara las armas y el fajín del general y aseguraban, muy serios, que Teresa se había muerto de amor y de pena.
Pero quisiera destacar, porque para mí fue fundamental y muy ilustrativo, el trabajo de Ana María Arribas Hernando: "La neo-nobleza isabelina: los condes de Vilches". Es el trabajo más completo y valioso que saqué de la red.
- Luego, en el asunto Larra-Zorrilla, claro, intenté hacerme con lo que pude de memorias de la época, que no fue mucho. Las "Memorias de un setentón" de Mesonero Romanos me interesaron mucho y ofrecen una impresión muy aproximada. Las Memorias del general Córdova, en cambio, apenas aportan nada nuevo y se remiten a las de Mesonero. Pero desde luego, la fuente fundamental son "Recuerdos del tiempo viejo" del propio José Zorrilla que con gran minuciosidad y sinceridad relata el memorable día de su ascensión a los cielos literarios. Bueno, lo de Zorrilla merecería un capítulo entero, porque es impresionante... El hombre lloraba al leer su poema porque no se podía creer que hubiera llegado hasta allí. Era pobre como una rata. Para asistir al entierro e ir medianamente presentable tuvieron que prestarle la ropa, desde el sombrero a los zapatos, sus amigos. Tenía que escribir su poema en una noche y por no tener no tenía ni vela, ni papel, ni tinta. En fin, una cosa... Al final salió del cementerio casi como un torero. Ya digo, es todo muy interesante. La capilla ardiente de Larra expuesta en la parroquia de Santiago la noche del 13 y alguno había que iba allí armado con una tijera y ni corto ni perezoso se inclinaba sobre el cadáver, le cortaba un mechón de pelo y se lo llevaba. Y Espronceda molido en la cama y optimista: "¡Qué diablos, ha hecho bien en pegarse un tiro!". Ah, y la pobre Dolores Armijo, la amante de Larra... ¡En fin, qué tiempos!
- Por último en el apasionante tema, subrayo lo de apasionante, del exilio liberal español solamente tuve entre manos un libro, pero ¡qué libro!: "Liberales y románticos" de Vicente Llorens, cuya lectura recomiendo. Lo poco que se cuenta en el relato está casi todo sacado ahí (bueno, salvo la trifulca de Chapalangarra que es algo totalmente inventado, y alguna cosa más). Lo de los españoles inconfundibles en su pobreza y en su orgullo y dignidad es absolutamente verídico. Carlyle los comparaba con "leones enjaulados". Y en fin, el cuadro es impresionante, maravilloso, alucinante: te puedes encontrar desde un torero que se ganaba la vida revendiendo entradas de ópera y que, siendo analfabeto, se las arregló para cobrar de los ingleses una pensión como literato, hasta un exdiputado que sólo dormía sobre un montón de libros, etc, etc. Spaniards, spaniards. Con todas sus miserias, qué gran país y qué cosa tan seria España
Por cierto, el Benito Galdós que aparece es el tío materno de Benito Pérez Galdós. Ahí arriesgué un poco. Es seguro que Benito Galdós, un exiliado más, estuvo en Londres pero habría que investigar si estaba en junio de 1824 y pudo asistir al entierro de Teresa Riego. De todos modos, al conocer el dato la tentación fue muy grande y no me pude resistir a que de alguna manera allí, en medio de un episodio nacional, apareciera el nombre de don Benito, mi novelista preferido