¡¡Ábrete libro!! - Foro sobre libros y autores

Yo habría dicho que era de Topito, por lo del arte, pero como no participa...

Como sea de Topito le meto una colleja . En Madrid, justo en la puerta de la casa encendida, me aseguró seriamente que no había tenido tiempo de acabarlo...

Pero sí, parece suyo.

VIVIR EN EL DELIRIO es un relato de la Escritora Ángels Gimeno que tiene Tema abierto en AUTORES
Hola, Ralph:

Accedo a tu petición y voy a revelar mi nombre, Àngels Gimeno, soy una mujer y barcelonesa para situarnos mejor. En alguna parte de "Abrete libro" se alude a alguno de mis libros publicados.

Me pareció buena la idea de participar en abierto con un cuento para recibir distintas opiniones que agradezco a todos, pero a Imation (que tuvo la feliz idea de incluir las imágenes de los cuadros que yo describía) le mando un abrazo muy especial.
Ninguna obra va a encajar con el gusto de todos, eso es imposible, pero algunos han vertido unas opiniones que revelan que no han entendido el espíritu del cuento.

A algunos he de recordarles que un cuento tiene un número exacto de páginas (ajustándose a las normas de cada concurso), y es más fácil desarrollar una idea en 200 páginas que en 5 ó 6.

No obstante, en lo que nadie parece haber caído es que "cierra bruscamente" por la entrada de la azafata: La exposición se cierra y ella es la realidad que rompe el hechizo, como la carroza de Cenicienta que a las 12 en punto se convierte en calabaza.
Como se comprende fácilmente, todo es producto de la imaginación de Antonia, una mujer sencilla ansiosa de emociones y que necesita enamorarse para dar un objetivo a su vida. Es por tanto imprescindible especificar en el cuento que ella carece de experiencia en el terreno amoroso.

El leit motiv del cuento es que la inmortalidad se consigue sólo a través de la obra de arte, que cuando alguien lea tu libro, oiga tu música o vea el cuadro que tú has pintado, "el artista volverá a vivir dentro de la mente de ese lector, oyente o espectador". Se alude a la alquimia como un dato más en la biografía de Parmigianino.

Si yo oigo una obra de Mozart, en ese momento "él está vivo en mis oídos", me transmite sus emociones, su arte.Y si contemplo un cuadro de Caravaggio (para mí uno de los mejores pintores de toda la civilización) me está introduciendo en ese escenario, en esa época que él ha recreado con sus pinceles.

En fin, el universo del arte es tan inmenso que nunca sabremos suficiente de él.

Besotes a todos.

¡Anda! Que sorpresa que la autora sea Angels Gimeno. Angels, a ver si te animas a escribir más por aquí.

Bueno, yo ya dije que me gustó mucho, de hecho se llevó uno de mis dos votos y había bastantes relatos que me habían gustado un montón.
¡Enhorabuena!

Bueno pues enhorabuena a Angels porque también se llevó uno de mis votos, concretamente el del recopilatorio. Como ya dije tocaba uno de mis lineas de flotación que es el amor al arte y eso fue decisivo para ese tercer voto. Un abrazo.

Ralph Barby escribió:VIVIR EN EL DELIRIO es un relato de la Escritora Ángels Gimeno que tiene Tema abierto en AUTORES
Hola, Ralph:


Como se comprende fácilmente, todo es producto de la imaginación de Antonia, una mujer sencilla ansiosa de emociones y que necesita enamorarse para dar un objetivo a su vida. Besotes a todos.

¡Uff! No nos digas eso de que se comprendía facilmente que no vamos a sentir cabezas de chorlito. Ahora que sé tu intención me lo voy a releer.
La parte de los cuadros me pareció una verdadera maravilla y, como bien dijo alguien (¿Berlín?), si nos quedaramos ciegos serías un magnifico lazarillo para visitar los museos.
Gracias por concursar con tanto osado aprendiz y algún que otro buen escritor enmascarado

Yo ya dije que eso se comprendería fácilmente sin ese párrafo inicial, que parece que quiere atinar hacia otro lado.
De todos modos, ya dije que disfruté leyéndolo.

Por cierto, no entiendo porque Ralph habla por Àngels

Pues enhorabuena, Àngels
La destreza al describir las obras de arte... vamos, impresionante.
Como dije, el diálogo regular para mi gusto y lo del portazo y vuelta a la realidad tampoco lo había pillado del todo...

Hola, amigos desconocidos, yo no hablo por Ángels, ella se basta y sobra por sí sola, sencillamente es que estoy inscrito y soy un habitual en estos foros y ella no. Me ha mandado el mail y me he limitado a copiarlo porque somos colegas y ambos nos respetamos y estimamos. Le he pedido que haga sus propios posts en Ábrete Libro, pero las decisiones siempre han de ser suyas. Comparto muchas de vuestras opiniones sobre su relato, pero parece que para el Jurado no fueron suficientes. Àngels sabe sobradamente, porque está muy experimentada en esto de escribir, que lo que importa es quedar satisfecho de la propia obra, lo demás siempre son opiniones subjetivas, unas coincidirán y otras no tanto.
No he escrito este post en su nombre, ella ni sabe que lo iba a escribir, pero seguro que luego lo lee en la Web que es abierta a todos.
Un abrazo a todos.
Ralph

Ángels Gimeno
Oí una charla de José-Luis Espejo sobre la figura de Leonardo da Vinci.
Según él, el fondo del cuadro "La virgen de las rocas", son las montañas de Montserrat. He examinado la segunda versión que Leonardo hizo del cuadro (a través de Internet) y creo que Espejo no está falto de razón.

El texto que publico a continuación es de firma y propiedad de mi colega y compañera
ÁNGELS GIMENO

Artemisia Gentileschi (1593 – 1652)

Es paradójico y un poco triste que exista un “Día de la Mujer”, como si ésta fuera un lince o cualquier otro animalejo en peligro de extinción. Todos los días del año debería conmemorarse que los derechos de hombres y mujeres son sagrados, pero como la fecha está instituida muy a mi pesar, aprovecho para recordar y ensalzar en este escrito a una mujer excepcional que por el simple hecho de serlo, fue víctima propicia para los hombres que la rodearon. La época y la sociedad en que vivió Artemisia nos puede parecer lejana, pero su estructura patriarcal, machista, ha permanecido vigente hasta no hace demasiados años en nuestro propio país y en algunas culturas, se mantiene sin fisuras.

Desde mediados de octubre 2005 a mediados de enero 2006, el Museu Nacional d’Art de Catalunya de Barcelona exhibió una serie de magníficos cuadros en una exposición extraordinaria que se denominó “Caravaggio y la pintura realista europea”.

La mañana era invernal, limpia, soplaba un viento frío que despejaba del madrugón. Merecía la pena ascender la montaña de Montjuïc hasta la cima donde se encarama orgulloso y un poco desafiante el Palau Nacional y recorrer sus salas todavía con escasos visitantes, imposible captar y saborear el arte con una muchedumbre presionándote. Arriba aguardaba, aparte del tesoro de obras propiedad del museo, una aportación de pinturas nunca vistas en este recinto y traídas de distintos museos europeos gracias a una colaboración sin precedentes.

Voy a pasar de puntillas por las obras de Caravaggio, este pequeño escrito deseo centrarlo en Artemisia Gentileschi, pues fue uno de los cuadros de esta artista, incluidos en la muestra, el que atrajo especialmente mi atención despertando emociones ocultas gracias a la fuerza de sus imágenes que irradiaban un magnetismo especial, una fascinación sin duda inducida por el odio que Artemisia debía sentir cuando lo pintó, un odio que transmitió a los pinceles como única forma de liberar su atormentado espíritu. La ira acumulada confirió a sus pinceles filo de puñal.

El dramatismo del cuadro de Artemisia, “Judith y Holofernes”, le hace destacar con luz propia pese a estar rodeado de Caravaggios: La joven de ebúrneos senos, cubierta con vestido añil, agarra con su mano izquierda los cabellos del hombre al que inmoviliza sobre el lecho mientras la diestra hunde sin vacilaciones el puñal en su garganta. El hombre tiene los ojos abiertos, la pintora quiere que él vea a esa Muerte que se aproxima inexorable para atraparle entre sus garras sarmentosas. La sirvienta vestida de rojo colabora, una mujer ayuda a otra mujer, es la figura imprescindible para conformar ese lienzo rectangular de 159 por 126 centímetros que habitualmente se exhibe en el Museo de Capodimonte en Nápoles. El tema es perfectamente análogo a otro lienzo, con colores distintos, ejecutado posteriormente y que se conserva en la Galería de los Uffizi de Florencia. Es evidente que el motivo del cuadro traumatizaba y obsesionaba a Artemisia.

Se considera a Artemisia la primera mujer pintora. Nació en Roma, en 1593, era hija de un pintor famoso, Orazio Gentileschi, un buen pintor, pero muchas de las obras firmadas por su padre, los expertos las atribuyen a la joven. Artemisia, como tantas otras mujeres, estaba condenada a disimular su inteligencia, su arte, a vivir a la sombra pseudo protectora de los hombres, que otros se aprovecharan de su trabajo y exhibieran falsas plumas que no les correspondían.

Fue violada por su maestro Agostino Tassi, el hombre que su padre eligió para instruirla en los secretos de la pintura, pero cuando ella le denunció, la víctima fue convertida en culpable, repudiada y doblemente ultrajada. De poco sirvió que Artemisia fuera torturada con interminables interrogatorios en los tribunales: Tassi fue absuelto.

En “Judith y Holofernes”, Judith es Artemisia y el rostro de Holofernes, es la faz del miserable que la ultrajó. Después, rodeado de individuos de su misma calaña, debió celebrar su felonía entre risas y jarras de vino para mayor escarnio de la muchacha. Esta, con sólo dieciocho años, tuvo que conformarse con pintar cómo le clavaba un puñal en el cuello y derramar chorros de falsa sangre rojo granate, una sangre con la que no logró limpiar su honor. No creo que simplemente asesinando una imagen lograra exorcizar sus fantasmas y mucho menos sofocar su rabia infinita, es posible que el lenitivo sólo llegara a su alma con el paso del tiempo.

Es un sarcasmo que en el siglo XXI algunas mujeres seducidas conviertan su desgracia en espectáculo remunerado en programas de tele-basura, cuando en el pasado otras mujeres casi fueron obligadas a suicidarse para limpiar el honor familiar. Bajo la calle de Aragón de Barcelona discurre el túnel del tren; en el pasado, ese tren rodaba a cielo abierto, cruzado a trechos por puentes. Asida de la mano de mi abuela, caminando por esa calle, ella me recordaba muchas veces cuántas muchachas acabaron arrojándose a la vía del tren para “ocultar ese pecado” que en unos meses se haría evidente.


© texto: Àngels Gimeno - 8 de marzo 2012

Tengo en mi ordenador la fotografía del cuadro a que se refiere el texto, pero como no sé cómo colgarlo aquí…, lo siento.
Ralph Barby

Pues me ha gustado mucho, me resulta elegante por las descripciones y el ritmo que lleva.
Pero insisto como en los demás relatos de este libro, no es romántico.
Fantasía, magia….