Hola,
Ismael
“Lucía sonrió… caldearon el salón.”
¿Controlar el fuego, el calor? ¿Es eso lo que concede la sustancia química? No, eso era una muestra, un simple aperitivo.
¡Vaya! Pues yo no pillé lo de que el salón se caldeara
de forma literal. Al leerlo me lo tomé de forma figurativa, interpreté que la sonrisa de Lucía, amistosa y cariñosa, llenaba de buenos presagios la atmósfera... Y resulta que lo de caldear debía tomarse de forma literal. Si es que a veces no comprendo lo más claro, ay
Claro, ahora comprendo que ésa era la primera miguita de pan que conducía al lector hacia el descubrimiento del "don especial" de Lucía: la manipulación del fuego. Muy buena la intención,
Ismael, aunque tal vez fuera un poco demasiado sutil
Lo de que el anciano fuese el último hombre que se resistía al milagroso
Propade no me quedó muy claro a lo largo del relato, pero al final sí que lo comprendí. El final me parece muy bueno, como un mazazo que deja al lector sin aliento. Me gustó la historia, pero la verdad es que mis votos se fueron para otros que me robaron el corazón o me impactaron más
Sin embargo, es un trabajo estupendo. Felicitaciones por un gran debut en este concurso. ¡Y espero que sigas participando! Un abrazo