CV1 La importancia de nirvanizarse - Estrella de mar
Publicado: 22 Jun 2013 16:52
LA IMPORTANCIA DE NIRVANIZARSE
Un joven extranjero paseaba por la blanca arena de una playa española, bajo un sol justiciero, cuando dos muchachitas, repantigadas en sendas toallas, llamaron su atención. Las jóvenes le habían dirigido tal derroche de sonrisas, a cuál de ellas más irresistible, que no pudo evitar acercarse.
─¿Hola? ─saludó.
─Hola ─respondieron ellas al unísono rebosando simpatía.
─¿Hablas español? ─preguntó una de ellas, con melena morena y ojos aguamarina.
─“Unos poquitos” ─respondió el incauto, sentándose junto a ellas.
─¿De dónde eres?
─England. “¿Y tú de dónde ser?”
─Yo soy de Venus, estrella de la tarde ─dijo la morena.
─Yo soy de Eridanus, cerca de Taurus ─imitó la otra, castaña con atigrados y despiertos ojos marrones.
─“No conocer esos pueblos aún” ─lamentó─. “Llevar en España un poquito”.
Las dos chicas prorrumpieron en carcajadas.
─“¿Vosotros reír de mi spanish, verdad?” ─preguntó, riéndose a su vez─. “Me da vergonza”.
─Que no te dé vergüenza, tonto. Además, no nos reíamos de tu español, lo hablas muy requetebién ─aseguró la de mirada atigrada.
─¡Oh! “Muchos gracias”. “¿Cómo llamar vosotros?”
─Yo me llamo Luna Mágica, pero puedes llamarme Lu ─dijo la portadora de los ojos aguamarina.
─Yo soy Resplandor Matutino, pero llámame Re ─contestó la otra muchachita.
─Oh, “qué nombres muy raros”.
─Son nuestros nombres de alma ─respondió Luna Mágica─. Si quieres te podemos buscar el tuyo ─se ofreció solícita.
─“Yo no tener de eso”.
─¡Qué tonto, todo el mundo lo tiene! No te preocupes. Ahora mismo me sumerjo en tus ojos y te lo digo.
─Oh, “está bueno” ─accedió el inglés.
Luna Mágica se acercó nariz con nariz al pobre extranjero y estuvo sus seis minutos de reloj mirándole a los ojos.
─Ya está, te lo he encontrado. Tu nombre es Flecha Encorvada ─anunció exultante.
─“¿Qué significar encorvada?”
─No lo sabemos ─respondió Resplandor Matutino sorprendida por la pregunta─. Puede significar muchas cosas. El universo de los demás es súper impenetrable. Tendrás que descubrirlo tú. Pero dinos, Flecha, ¿qué te parece España?
─Incredible. Muy sensual ─definió.
─¿Cómo? No, no, no. De ninguna manera. Los españoles ya no somos así, ya hemos superado esa etapa. Ahora estamos toditos todos conectados con nuestro yo interior. España ha iniciado su camino hacia el nirvana, pronto tendrá ya su karma liberado y todos sus chakras armonizados.
─“Yo no entender” ─reconoció el chaval.
─¡Qué tonto! Pues si es muy fácil… Significa que nos hemos divinizado, vamos. Que ahora nos preocupamos por si los chakras giran correctamente y procuramos darle una patada en el culo al karma varias veces al día ─soltó Resplandor.
─Sí ─corroboró Luna─. Y también por meditar trascendentalmente. Es súper importante nirvanizarse ─añadió.
─“¿Y cómo hacer vosotros todo eso?”
─Bueno… Nos ayuda nuestro gurú ─reconoció Resplandor.
─¡Wow! “Vosotros tener gurú” ─exclamó asombrado─. “¿Cómo llamar gurú?”
─Halcón Garra Penetrante ─respondieron ambas muy orgullosas.
─Oh, “es nombre muy bonito”. Gustar más que mío.
─No, no ─le censuró Luna Mágica─. Eso no lo puedes decir, porque el universo entenderá que no te amas y entonces no te amará él. El universo es un espejo que refleja tu mundo.
─ “Yo entender nada”.
─¡Ah! Nosotras también. Comprender la nada es esencial para tener los chakras armonizados ─apuntó Resplandor.
─Re, creo que Fle se refería a que no ha entendido nada de lo que le he dicho del universo ─tradujo Luna a Resplandor.
─Sí ─corroboró Flecha Encorvada un poco mareado ya.
─¡Qué tonto! ─exclamó Resplandor soltando unas risitas─. Si es muy fácil, Fle, sólo tienes que cuidar tu chi.
─Ah, “ya comprender” ─dijo él sin comprender nada─. Y “¿qué estar haciendo aquí?” ─cambió de tema, evitando un posible derrame cerebral fulminante.
─Oh, estamos esperando a Halcón Garra Penetrante ─respondió Luna Mágica.
─¡Wow! “¿Venir él?”
─No, vamos nosotras en su busca. Nos ha dicho que esperemos la señal.
─¿Qué señal?
─Cuando la gaviota cruce la tercera nube del atardecer nos sumergiremos en el mar y bucearemos hasta encontrarnos con un pez verde y amarillo, que nos guiará hasta la cueva de los cristales sumergidos.
─¿Whaaaaat? “¿Y dónde estar sus cylinders de oxigeno?” ─les preguntó contrariado.
─No las necesitamos ─respondió Resplandor, muy tranquila─. Halcón Garra Penetrante nos dijo que antes de sumergirnos invocáramos a la diosa oceánica para que ella nos insuflara el oxígeno.
─No, no, “no poder ser, no poder hacer eso”.
─Por supuesto que podemos. Mira ─señaló hacia el cielo─, ahí está la señal, ya viene la gaviota. ¿La ves, Lu?
─Sí, está apunto de atravesar la tercera nube ─respondió esta emocionadísima.
─“Yo ver nada” ─dijo Flecha, recorriendo todo el cielo con la mirada.
─Claro, Halcón Garra Penetrante nos dijo que sólo la veríamos nosotras. Vamos Lu ─dijo Resplandor, levantándose y agarrando de la mano a su amiga.
─No, no, no, oh fucking God. “¡No meter vosotros en el agua!” “¡No meter vosotros en el agua!” ─chilló como loco el inglés.
Sin embargo, para colmo de su estupefacción, las vio correr hacia el mar agarradas de la mano sin que hicieran el menor caso a sus gritos. Al contemplar cómo se sumergieron se llevó las manos a la cabeza, no podía pensar debido a tan rocambolesca situación. Pasados unos segundos, nuestro héroe reaccionó y buscó su móvil con manos temblorosas para llamar a emergencias. Pero sus dedos parecían resueltos a ejecutar al completo el baile de San Vito.
─¡Holy fucking God! ─estalló, tras caérsele el móvil a la arena.
Una vez hubo recogido el teléfono, lo agarró con fuerza y ya se disponía a marcar cuando vio salir dos cabezas a la superficie.
─¡Flecha Encorvada! ─chilló risueña Luna Mágica─ ¡Era una broma!
─¡Pobrecito! Se lo ha creído ─exclamó, muerta de risa, Resplandor─ ¡No te enfades, Fle! ¡Tienes que nirvanizarte! ¡Haz el Om con nosotras! Om, om, om ─recitó muy seria, poniendo los brazos en posición meditativa.
─¡Eso, eso! ─dijo entusiasmada Luna Mágica, imitando la posición de su amiga─. ¡No te vayas, Fle! ¿No quieres hacer el tantra con nosotras?
─¡Bitches! ¡Mad girls! ─aulló él como respuesta, con la cara descompuesta aún─ ¡Spanish bastards! ─se le oyó decir mientras se alejaba, dando patadas en la nívea arena.
Un joven extranjero paseaba por la blanca arena de una playa española, bajo un sol justiciero, cuando dos muchachitas, repantigadas en sendas toallas, llamaron su atención. Las jóvenes le habían dirigido tal derroche de sonrisas, a cuál de ellas más irresistible, que no pudo evitar acercarse.
─¿Hola? ─saludó.
─Hola ─respondieron ellas al unísono rebosando simpatía.
─¿Hablas español? ─preguntó una de ellas, con melena morena y ojos aguamarina.
─“Unos poquitos” ─respondió el incauto, sentándose junto a ellas.
─¿De dónde eres?
─England. “¿Y tú de dónde ser?”
─Yo soy de Venus, estrella de la tarde ─dijo la morena.
─Yo soy de Eridanus, cerca de Taurus ─imitó la otra, castaña con atigrados y despiertos ojos marrones.
─“No conocer esos pueblos aún” ─lamentó─. “Llevar en España un poquito”.
Las dos chicas prorrumpieron en carcajadas.
─“¿Vosotros reír de mi spanish, verdad?” ─preguntó, riéndose a su vez─. “Me da vergonza”.
─Que no te dé vergüenza, tonto. Además, no nos reíamos de tu español, lo hablas muy requetebién ─aseguró la de mirada atigrada.
─¡Oh! “Muchos gracias”. “¿Cómo llamar vosotros?”
─Yo me llamo Luna Mágica, pero puedes llamarme Lu ─dijo la portadora de los ojos aguamarina.
─Yo soy Resplandor Matutino, pero llámame Re ─contestó la otra muchachita.
─Oh, “qué nombres muy raros”.
─Son nuestros nombres de alma ─respondió Luna Mágica─. Si quieres te podemos buscar el tuyo ─se ofreció solícita.
─“Yo no tener de eso”.
─¡Qué tonto, todo el mundo lo tiene! No te preocupes. Ahora mismo me sumerjo en tus ojos y te lo digo.
─Oh, “está bueno” ─accedió el inglés.
Luna Mágica se acercó nariz con nariz al pobre extranjero y estuvo sus seis minutos de reloj mirándole a los ojos.
─Ya está, te lo he encontrado. Tu nombre es Flecha Encorvada ─anunció exultante.
─“¿Qué significar encorvada?”
─No lo sabemos ─respondió Resplandor Matutino sorprendida por la pregunta─. Puede significar muchas cosas. El universo de los demás es súper impenetrable. Tendrás que descubrirlo tú. Pero dinos, Flecha, ¿qué te parece España?
─Incredible. Muy sensual ─definió.
─¿Cómo? No, no, no. De ninguna manera. Los españoles ya no somos así, ya hemos superado esa etapa. Ahora estamos toditos todos conectados con nuestro yo interior. España ha iniciado su camino hacia el nirvana, pronto tendrá ya su karma liberado y todos sus chakras armonizados.
─“Yo no entender” ─reconoció el chaval.
─¡Qué tonto! Pues si es muy fácil… Significa que nos hemos divinizado, vamos. Que ahora nos preocupamos por si los chakras giran correctamente y procuramos darle una patada en el culo al karma varias veces al día ─soltó Resplandor.
─Sí ─corroboró Luna─. Y también por meditar trascendentalmente. Es súper importante nirvanizarse ─añadió.
─“¿Y cómo hacer vosotros todo eso?”
─Bueno… Nos ayuda nuestro gurú ─reconoció Resplandor.
─¡Wow! “Vosotros tener gurú” ─exclamó asombrado─. “¿Cómo llamar gurú?”
─Halcón Garra Penetrante ─respondieron ambas muy orgullosas.
─Oh, “es nombre muy bonito”. Gustar más que mío.
─No, no ─le censuró Luna Mágica─. Eso no lo puedes decir, porque el universo entenderá que no te amas y entonces no te amará él. El universo es un espejo que refleja tu mundo.
─ “Yo entender nada”.
─¡Ah! Nosotras también. Comprender la nada es esencial para tener los chakras armonizados ─apuntó Resplandor.
─Re, creo que Fle se refería a que no ha entendido nada de lo que le he dicho del universo ─tradujo Luna a Resplandor.
─Sí ─corroboró Flecha Encorvada un poco mareado ya.
─¡Qué tonto! ─exclamó Resplandor soltando unas risitas─. Si es muy fácil, Fle, sólo tienes que cuidar tu chi.
─Ah, “ya comprender” ─dijo él sin comprender nada─. Y “¿qué estar haciendo aquí?” ─cambió de tema, evitando un posible derrame cerebral fulminante.
─Oh, estamos esperando a Halcón Garra Penetrante ─respondió Luna Mágica.
─¡Wow! “¿Venir él?”
─No, vamos nosotras en su busca. Nos ha dicho que esperemos la señal.
─¿Qué señal?
─Cuando la gaviota cruce la tercera nube del atardecer nos sumergiremos en el mar y bucearemos hasta encontrarnos con un pez verde y amarillo, que nos guiará hasta la cueva de los cristales sumergidos.
─¿Whaaaaat? “¿Y dónde estar sus cylinders de oxigeno?” ─les preguntó contrariado.
─No las necesitamos ─respondió Resplandor, muy tranquila─. Halcón Garra Penetrante nos dijo que antes de sumergirnos invocáramos a la diosa oceánica para que ella nos insuflara el oxígeno.
─No, no, “no poder ser, no poder hacer eso”.
─Por supuesto que podemos. Mira ─señaló hacia el cielo─, ahí está la señal, ya viene la gaviota. ¿La ves, Lu?
─Sí, está apunto de atravesar la tercera nube ─respondió esta emocionadísima.
─“Yo ver nada” ─dijo Flecha, recorriendo todo el cielo con la mirada.
─Claro, Halcón Garra Penetrante nos dijo que sólo la veríamos nosotras. Vamos Lu ─dijo Resplandor, levantándose y agarrando de la mano a su amiga.
─No, no, no, oh fucking God. “¡No meter vosotros en el agua!” “¡No meter vosotros en el agua!” ─chilló como loco el inglés.
Sin embargo, para colmo de su estupefacción, las vio correr hacia el mar agarradas de la mano sin que hicieran el menor caso a sus gritos. Al contemplar cómo se sumergieron se llevó las manos a la cabeza, no podía pensar debido a tan rocambolesca situación. Pasados unos segundos, nuestro héroe reaccionó y buscó su móvil con manos temblorosas para llamar a emergencias. Pero sus dedos parecían resueltos a ejecutar al completo el baile de San Vito.
─¡Holy fucking God! ─estalló, tras caérsele el móvil a la arena.
Una vez hubo recogido el teléfono, lo agarró con fuerza y ya se disponía a marcar cuando vio salir dos cabezas a la superficie.
─¡Flecha Encorvada! ─chilló risueña Luna Mágica─ ¡Era una broma!
─¡Pobrecito! Se lo ha creído ─exclamó, muerta de risa, Resplandor─ ¡No te enfades, Fle! ¡Tienes que nirvanizarte! ¡Haz el Om con nosotras! Om, om, om ─recitó muy seria, poniendo los brazos en posición meditativa.
─¡Eso, eso! ─dijo entusiasmada Luna Mágica, imitando la posición de su amiga─. ¡No te vayas, Fle! ¿No quieres hacer el tantra con nosotras?
─¡Bitches! ¡Mad girls! ─aulló él como respuesta, con la cara descompuesta aún─ ¡Spanish bastards! ─se le oyó decir mientras se alejaba, dando patadas en la nívea arena.