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Me gusta la prosa que has usado, mucho de hecho, has jugado con palabras y expresiones muy del escenario, muy del mar; aunque a veces queda algo rebuscada le da ese color, ese olor, ese sabor que seguro andabas buscando, bien hecho. La historia... dura, pero la has tratado con cierta delicadeza, con lo que me gusta a mí eso, lo de contar mucho sin ir tan al grano, jugando con las palabras y frases de manera que el lector pueda saber lo que hay pero sin darle todo mascado (esto me gusta pero no siempre lo hago yo mismo...). Además, el eludir lo escabroso me ha ganado bastante, usando tan solo situaciones y escenas que ya lo dicen todo, ese estropajo por ejemplo, ese olor a abordaje, ese vientre yermo. Todo, escenario, escenas y personajes son terriblemante visuales, y encima lo acompañas otorgándole sonidos, olores,... una gran idea que da como resultado un relato redondo.
Me sorprende el realismo de Soledad, porque la acepto como es, en su situación, en un matrimonio que acepta aunque no le llena nada, sin hijos (presupongo que porque no puede tenerlos) pero con esa fuerza interior de la que sabe lo que debe hacerse, agarrando el aguardiente para aliviar en cierto modo el horror de una amiga, a pesar de que fuera hay tormenta, a pesar de que lo que se le cuente puede pasarle factura. Lástima tener a ese Pedro, porque esta Soledad no se merece lo que tiene, no se merece su nombre.
Es un relato duro, triste y repleto de amarga aceptación. Y toto ello muy bien construído, me dijiste que te costó mucho escribirlo, o parirlo si lo prefieres, y me lo creo, me da la impresión de estar escrito con mucha empatía, y sé lo que eso conlleva, sumergirse en este tipo de historias pasa factura, a veces te ahoga mientras escribes, pero hay que acabar la historia, hay que plasmar lo que uno lleva dentro.
Poco que añadir... ah sí, me lo he leído tres veces antes de atreverme a comentar, el relato lo merecía, y casi nunca lo hago así. Tal vez el relato merecía dos lecturas, y tú una tercera.
La historia es dura, pero amortiguas muy bien esa crudeza con esas metáforas tan bonitas. Se siente y se huele el mar en él.
. Entonces no fui capaz de escribir un mensaje para decir lo mucho que me gustó. Han tenido que pasar los años para que yo sea capaz de decir algo más que eso.