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CP X - CAMPOS DE FRESAS - Elultimo (1º Jurado oficial)

Publicado: 17 Abr 2015 21:27
por lucia
CAMPOS DE FRESAS


La campana de la escuela nunca ha sonado para mí. Ni siquiera he estado cerca de una, o de una iglesia, o un hospital u otra casa que no sea, con escasas excepciones, esta en la que vivo. Situada junto a un lago de aguas oscuras y rodeada de bosques de abetos, la cabaña ha sido mi hogar durante toda mi vida; y aquí, algún día, moriré.

La cabaña la construyó algún antepasado mío. Alguien que decidió que no necesitaba la civilización para vivir, que pensó que la naturaleza le podría proporcionar todo lo necesario para una existencia plena, pero que pronto se dio cuenta de que le faltaba algo, que la soledad podía ser muy cruel y mezquina, y que había instintos contra los que no se podía luchar. Y se dispuso entonces a salir y buscar a una mujer que le diera un hijo, un hijo varón al que enseñarle todas las cosas que había aprendido durante todos esos años de aislamiento voluntario e inculcarle la idea de que él hiciera lo mismo.

Y así, generación tras generación, hasta llegar a mí.

La cabaña está lo bastante aislada como para que los pocos indicios que tengo de que hay una civilización sean el sonido del ferrocarril, que algunos días en los que el viento es favorable llega hasta aquí, o el disparo lejano de algún cazador. Está tan alejada de todo como para que nadie, excepto yo, conozca su existencia. Aun así, en alguna ocasión alguien se ha acercado demasiado y ha sobrepasado lo que a mí me gusta denominar «línea de seguridad».

A cierta distancia de la cabaña, tengo localizadas ciertas señales que me ayudan a averiguar si alguien se aproxima demasiado: una madriguera de conejos, un nido de pájaros, un enjambre de abejas… Soy capaz de, a pesar de la distancia, sentir cualquier sutil cambio que inquiete a sus habitantes y una abeja que vuela agitada o un pájaro que no canta de la manera habitual son señales que me avisan de que algo extraño pasa; y entonces me pongo en guardia y si las señales aumentan salgo a ver qué pasa. He aprendido a moverme en silencio entre los árboles y sobre la broza que cubre la tierra, a ser sigiloso para no molestar a la naturaleza. Dentro de lo salvaje que pueda parecer un bosque, en él todo está en su lugar y estado precisos para que funcione como un organismo vivo, en un estado de equilibrio perfecto que la mínima intromisión puede hacer que todo, como si de una reacción en cadena se tratase, empiece a funcionar mal. He aprendido que, la mayoría de las veces, es el propio bosque el que se encarga de expulsar o engullir cualquier elemento nocivo pero, en ocasiones, ese elemento es fuerte y, entonces, entra en juego mi plan de rechazo: me aproximo al sujeto y, tras observar sus intenciones, me ayudo de su estado de ánimo y de la naturaleza para intentar alejarlo; así, si me encuentro con un excursionista despistado, lo obligo a tomar la dirección adecuada que debe seguir para volver al camino más cercano o, en caso de que sea un cazador, imitar el canto de los pájaros o señalar el suelo con rastros falsos de liebres o ciervos para redirigir sus pasos suele ser suficiente. En cualquier caso, he llenado el bosque de trampas y si alguna vez alguien cayera en alguna de ellas, que tenga por seguro que va a ser imposible que se libre.

Ahora estoy solo, pero eso no ha sido siempre así. Hasta hace unos años, mi padre estaba conmigo y recuerdo a mi madre cuando pienso en mi infancia. Ahora no está ninguno de los dos, pero me enseñaron lo suficiente como para conocer lo elemental del mundo que me rodea. Muchas de esas cosas, por inútiles, ya no las recuerdo; casi que no recuerdo hablar, hablar con palabras quiero decir, nada que ver con comunicarme. Incluso cuando estábamos mi padre y yo solos, apenas nos dirigíamos el uno al otro. Yo lo miraba y eso era suficiente para saber qué es lo que querría o si estaba haciendo algo bien o mal.

Otras cosas como leer o escribir han desaparecido por completo de mi mente.

Cuando la oscuridad cae sobre la cabaña, el rumor del lago se convierte en la respiración pausada de un enorme monstruo que, amenazante, aguarda en las profundidades. En las ocasiones en las que ese sonido se introduce en mis sueños, corro hacia la negrura del bosque, desnudo, todo lo deprisa que puedo, hasta que lleno de arañados y magulladuras caigo reventado y duermo en el húmedo suelo hasta que un rayo de sol o la presencia de algún animal me despierta. La vuelta a casa se convierte en una odisea. Vago por el bosque intentando encontrar un camino que no existe hasta casa. Todo en ese bosque que tan bien conozco me parece extraño y tenebroso y me hace sentir minúsculo y me recuerda que yo no pertenezco a ese lugar, que soy un elemento insólito y tiemblo al pensar en la posibilidad de que toda mi vida sea una mentira, que, en realidad, soy como cualquier persona, que he estado viviendo una quimera. Entonces lloro y sé que no es así.

Cuando tenía unos cuatro años descubrí en una claro del bosque, no muy lejos de la cabaña, varios fresales. Nunca dije nada a nadie y si alguien sabía de su existencia tampoco me lo dijeron a mí. Ese espacio se convirtió en mi lugar, el sitio al que huir cuando las cosas en la cabaña no me gustaban. Desde entonces, cada mañana voy a visitar mis «Campos de fresas». Quería que nadie lo descubriera y aprendí a protegerlo del resto de mi familia. He pasado allí días enteros cuidando de los fresales: los riego, les quito las hojas secas, miro que ningún insecto los ataquen, les hablo, les canto, los acaricio, pruebo las fresas cuando sé que mejor están… y cuando su sabor ácido y dulce todavía llena mi boca, me tumbo junto a ellos y cerrando los ojos imagino a otros niños haciendo cola para probar mis fresas; y yo los cojo de la mano y, uno a uno, los acompaño junto a un fresal rebosante de rojas bayas maduras, las frutas más deliciosas que nadie ha probado jamás, y cuando acercan las manos para coger una fresa el arbusto desaparece y los niños caen por un precipicio que ha aparecido en su lugar. Y mientras caen les digo que nada es real, que no existe nada por lo que perder el tiempo preocupándose. Y entonces abro los ojos y pienso si todos esos niños no serán yo mismo, si los Campos de fresa no serán solo el resultado de mi incomprensión de todo lo que me rodea o si algún día no seré yo mismo el que caiga al precipicio.

Hoy cumplo veinte años. Es la edad a la que tengo que ir a buscar una mujer y tener un hijo con ella; quizás a alguna granja, quizás a algún solitario andén. Caminaré durante días, intentando no dejar ningún rastro, hasta encontrarla. Tendrá que ser una mujer fuerte, fértil y joven. La llevaré a la cabaña y la preñaré hasta que para un varón. Y, dejaré que lo críe hasta que sea un chico fuerte, lo que pasará cuando cumpla cuatro o cinco años, y, aunque nunca vaya a serle necesario, permitiré que le enseñe todo lo que debe saber de la civilización: a leer, a contar… Es lo correcto. Y, cuando llegue el momento, un día iremos los tres a lo más profundo del bosque y enseñaré a mi hijo cómo se deja inconsciente a una persona, a atarla para que no pueda soltarse y a colgarla por los pies de la rama más resistente de un árbol. Tomé algo de la naturaleza que no me correspondía y la naturaleza me dio una vida; ahora se la tengo que devolver. Esperaré a que la mujer recobre el conocimiento y solo en ese momento me marcharé dejando allí a mi hijo. Es su madre y se merece estar con ella hasta el final. Es lo correcto, no soy un salvaje. Y luego, él mismo sabrá encontrar el camino a casa. Y, por muy profundo en el bosque que la hayamos llevado y por mucho tiempo que pase, seguirá oyendo los gritos suplicantes de su madre durante el resto de su vida. Lo sé porque los chillidos de mi madre todavía resuenan en mi cabeza. Quiero que sea así, quiero que la recordemos; no somos salvajes.

Llegará el día en que ese hijo mío tenga que aceptar su destino y quedarse solo en la cabaña. A partir de ese instante, su vida tomará el destino que él decida, pero espero haber sido tan buen padre y haberle enseñado lo suficiente como para que decida seguir con la misma vida que durante generaciones hemos llevado en mi familia. Y será el día en el cual mi hijo se dé cuenta de que ya no necesita a su padre, de que ya ha aprendido de él todo lo que necesita y que me he vuelto viejo e inútil. Y ese día, mi hijo atará mi cuerpo sin sentido al tronco de un árbol que yo mismo habré talado para esa ocasión, lo arrastrará hasta la orilla del lago y dejará que la corriente lo lleve aguas a dentro.

Y cuando las heladas aguas me hagan recobrar el sentido solo tendré un instante antes de que mis pulmones se inunden para recordar mis Campos de fresas y a todos esos niños que ahora se salvarán de caer en el precipicio.

Re: CP X - CAMPOS DE FRESAS

Publicado: 21 Abr 2015 01:33
por Sinkim
Una historia genial, me ha recordado a alguno de los capítulos de la serie “Mentes criminales” :lol:

Me ha gustado el giro que da la historia a la mitad cuando pasa de ser una historia bucólica a la vida de un asesino sin conciencia que hace lo único que le han enseñado :D

Me ha impactado la frialdad con la que planea la muerte de su futura mujer sin dar ninguna oportunidad a la posibilidad de que llegue a enamorarse de ella, supongo que porque con su padre nunca ha conocido ese sentimiento :shock: Al principio pensaba que cuando habla de buscar esposa se refiere a intentar enamorar a una chica pero al final me ha quedado claro que la va a secuestrar y tener encerrada hasta que llegue el momento de matarla :shock:

Re: CP X - CAMPOS DE FRESAS

Publicado: 21 Abr 2015 02:31
por Gabi
Felicitaciones autor :D
Me gustó mucho, no me esperaba el giro que fue dando la historia.
Gracias por compartirla.

Re: CP X - CAMPOS DE FRESAS

Publicado: 21 Abr 2015 14:24
por Larús
Me estaba dejando llevar por la historia sin saber muy bien dónde querías ir... hasta que el protagonista me ha resuelto las dudas. Me parece un planteamiento muy original, y muy humano. Diferente sin duda al mundo en que yo puedo vivir, pero acorde al que le has creado a él, con los valores que le han ¿inculcado?. Repite una y otra vez que "no son salvajes"; para él lo que tiene pensado es algo civilizado y éticamente aceptable. Unas descripciones muy logradas, he entrado en el relato desde la primera línea.

Me ha gustado mucho, felicidades y gracias por compartirlo :D

Re: CP X - CAMPOS DE FRESAS

Publicado: 22 Abr 2015 03:02
por ACLIAMANTA
Qué buen relato!
Felicitaciones! :eusa_clap: :eusa_clap: :eusa_clap:

Re: CP X - CAMPOS DE FRESAS

Publicado: 22 Abr 2015 08:54
por Shigella
A mí este no me ha apasionado tanto como a los demás, lo siento.

Me pregunto qué harán los salvajes. :roll:

Re: CP X - CAMPOS DE FRESAS

Publicado: 22 Abr 2015 22:22
por kassiopea
Otras cosas como leer o escribir han desaparecido por completo de mi mente.
Y eso que su madre le enseñó a leer y a escribir antes de que la liquidaran, pobrecilla :noooo:

A mí me ha parecido un relato interesante y muy bien escrito, hay una buena pluma tras estas letras. Los campos de fresas simbolizan el libre albedrío, la posibilidad de hacer las cosas de otra forma, de no seguir con la tradición que "su familia" ha establecido. Por eso imagina a los niños acercándose a sus fresas y, luego, cayendo en un abismo que se abre a sus pies. Teme que si las cosas cambiaran, que si su mundo y su proceder fuesen otros, caería en ese abismo desconocido. Y así, cada hijo generación tras generación contempla cómo mueren sus progenitores y sigue haciendo lo mismo :cry:

Es un buen relato, muy bien pensado y escrito, peeero me ha llenado de tristeza, yo misma me he sentido dentro de ese abismo. Por supuesto, es culpa mía, no tuya, autor/a. Sea como fuere, tengo que felicitarte porque es un buen trabajo :60:

Re: CP X - CAMPOS DE FRESAS

Publicado: 23 Abr 2015 20:04
por blinder
No me ha llegado mucho este relato.

Me gusta el ambiente que llega a crear, misterioso, con el único protagonista sin apenas más personajes por medio, solo sus pensamientos. Pero no se por qué le falta algo a la historia porque está bien contada (creo que abusas mucho de la "y" incluso después de comas o al empezar alguna frase, cosa que no me gusta personalmente).

Creo que si que hay un gran autor/a detrás del relato pero falta pulir más la idea. Suerte!

Re: CP X - CAMPOS DE FRESAS

Publicado: 23 Abr 2015 20:18
por jilguero
Un relato muy bien escrito y con una historia bastante original (aunque he sentido el eco de algo conocido no he logrado recordar a qué me suena). En general, me ha gustado, pero lo que no me ha resultado convincente es esto y lo que implica "casi que no recuerdo hablar, hablar con palabras quiero decir, nada que ver con comunicarme."
Si casi no se comunican con palabras ¿cómo generación tras generación pueden conservar un discurso interior tan elaborado? El pensamiento se construye con palabras. Por eso esa voz en primera persona me ha estado chocando todo el tiempo. Quizás con un narrador omnisciente me habría convencido más. Es una pena, autor, porque le veo muchas cosas positivas pero ese detalle tonto me ha hecho no creible tu historia.
De todas formas, enhorabuena, porque es un buen texto :wink: , solo que Jilguero se está volviendo demasiado pejiguero :oops: . Eso sí, te apunto para el eurovisivo

Re: CP X - CAMPOS DE FRESAS

Publicado: 23 Abr 2015 21:42
por Shigella
jilguero escribió:
Si casi no se comunican con palabras ¿cómo generación tras generación pueden conservar un discurso interior tan elaborado? El pensamiento se construye con palabras. Por eso esa voz en primera persona me ha estado chocando todo el tiempo. Quizás con un narrador omnisciente me habría convencido más.
Esa impresión también me dio a mí. :?

Re: CP X - CAMPOS DE FRESAS

Publicado: 23 Abr 2015 23:06
por elultimo
La historia no está mal, se lee fácil y engancha. Con pocos detalles nos mete en la personalidad turbada de un personaje que no tiene moral y transmite bien la sensación de salvajismo (y eso que no son salvajes :cunao: ).

Re: CP X - CAMPOS DE FRESAS

Publicado: 24 Abr 2015 19:12
por Iliria
He encontrado la historia muy original, y bien narrada (menos ese detalle de la escasa comunicación en contraste con un pensamiento tan elaborado) :roll: Tampoco me parece muy creíble que una mujer civilizada pueda enamorarse de alguien criado en plena naturaleza y con un trasfondo cultural tan limitado. Eso sí, me gusta cómo describes el entorno.
Tengo que decir que el giro de la historia conforme avanza es muy bueno, por lo inesperado :D

Para mí, el hecho de que se repita una y otra vez que "no son salvajes" es una necesidad de autojustificarse, como si en el fondo supieran que sí lo son.

Re: CP X - CAMPOS DE FRESAS

Publicado: 24 Abr 2015 20:13
por Sinkim
Yo es que no tengo muy claro si a sus mujeres las enamoran o, directamente, las secuestran, yo me decanto más por la segunda opción :twisted: :twisted:

Re: CP X - CAMPOS DE FRESAS

Publicado: 24 Abr 2015 20:18
por Iliria
Sinkim escribió:Yo es que no tengo muy claro si a sus mujeres las enamoran o, directamente, las secuestran, yo me decanto más por la segunda opción :twisted: :twisted:
Es verdad :oops: No sé por qué, se me había ido la pinza con lo primero...

Re: CP X - CAMPOS DE FRESAS

Publicado: 24 Abr 2015 20:27
por stradivarius
Una historia distinta. Tiene alguna inconsistencia, pero transmite lo que el autor pretende. La soledad de una generación de monstruos, que "no son salvajes"...
Me ha gustado. Felicidades autor/ora.