¡Hola a todos!
Lo primero, gracias a todos por leer mi relatillo y comentarlo. De verdad que lo de las votaciones no es lo importante. De hecho, daba por hecho que no se iba a comer un rosco.
Lo del jurado me ha impactado... la verdad. ¿Por qué? Pues porque es un ejercicio de narrativa que escribí hace unos tres años...
Estoy a mil con muchos frentes abiertos, de todo tipo (familiares, laborales y escritoriles...
) y no pensaba participar. No sé si me creeréis, pero me da mucha rabia utilizar relatos reciclados para los concursos del foro porque os considero parte de mi familia, y a la familia se le ofrece lo mejor. De ahí que me tome un descansito de los concursos, si participo, que sea en plena forma.
En fin, que me lío. Estoy terminando mi novela y quiero rematarla en junio. Llevo quinientas y pico páginas, parece la obra del El Escorial...
Así que creedme si os digo que el concurso me ha supuesto un esfuerzo, pero no por vosotros, ni por leeros. Eso me encanta. Pero me supone un gasto de energía que ahora mismo no tengo. Pero bueno... ya. Dejo de hablar de mí.
Como os he contando, es un relato reciclado y la trama no estaba para nada hilada. De hecho, el lavado de cara que le di fue por cohesionar un poco el desastre de trama que había escrito...
Pero veo que me quedé corta. Sobre la prosa, estoy de acuerdo con la mayoría. Mi lector cero (que no sabía qué relato había presentado) me dijo al leerlo que era un relato tosco. Y le doy la razón (después del disgusto consiguiente, claro, que ya me conocéis). Lo revisé y pulí algunas frases, pero le he dedicado poco tiempo. Un par de horas al repaso el último día de entrega... Yo como siempre al límite...
Me remito al comentario que hice a mi relato: es un relato muy sencillo en cuanto a esquema, es una larga descripción de la historia sin ningún tipo de recurso narrativo que rompa. Y sí, está demasiado adornado para suplir esa falta de recursos.
Sobre los flecos de los que habláis algunos... Pues sinceramente, ni me acuerdo de lo que pasaba por mi cabeza cuando lo escribí. Es una mujer con una vida muy dura, con única compañera (la luna) desde niña, la que velaba por ella cuando era niña y su madre trabajaba. A la que le encomendó la vida de su amor. La que contemplaba por la ventana todos esos años sin que ella hiciera nada por rescatarla, por comprenderla... La regresión a la infancia es porque de niños todo es menos doloroso. La canción, inventada, claro... Un juego de niños sin más, de los que hay que encontrar una pareja para bailar. Poca chicha hay más compañeros.
Así que nada, de nuevo agradecer las lecturas, los comentarios que siempre me han ayudado. SIEMPRE. Y vuestras muestras de cariño.
Voy a pasarme por los relatos y a continuar con Gran Guerra particular. Se os quiere...