¡Tierra, tierra! - Sándor Márai

En principio incluye biografías, autoayuda, libros de viajes, arte y otros que no sean ensayos o de divulgación.

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bookhere
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¡Tierra, tierra! - Sándor Márai

Mensaje por bookhere »

TIERRA, TIERRA
SANDOR MARAI
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PUBLICACIONES Y EDICIONES SALAMANDRA S.A. 2006
14.0x21.0 cm
446 pags
Título original:Föld, föld
Traducción de
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788498380002
Colección:
Nº Edición:1ª
Año de edición:2006
Plaza edición: BARCELONA 18.90€
($29.67)


La obra que comentamos aquí, ¡Tierra, tierra!, es la segunda parte de sus memorias, que no autobiografía; la primera fue Confesiones de un burgués, en la que trata de sus años juveniles y previos a la segunda Gran Guerra, su primer exilio en París -cuando la dictadura de Horthy en Hungría- y sus viajes por Berlín, Suiza, e Italia.

Estas memorias son también muy semejantes a las de Zweig (El mundo de ayer), en la medida en que no habla propiamente de sí como persona, no nos cuenta apenas detalles de su vida, de su matrimonio, de su ausencia de hijos propios y su hijo adoptivo, de sus relaciones, de sus movimientos. Nos habla de sí como escritor. Y sobre todo y por encima de todo, nos habla del mundo que le rodea, de la época que le toca vivir -y sufrir- y de las razones por las que el escritor se ve en la necesidad de exiliarse por la impotencia de “tan siquiera callar”, ante la situación opresiva creada por la ocupación soviética y la sovietización paulatina de su país.

El libro comienza con la invasión nazi de Budapest en marzo de 1944, sigue con la ocupación -en septiembre del mismo año- del Ejército Rojo y acaba en 1948, cuando, tras una breve estancia en 1946 en París y Suiza para un congreso literario, llega a la conclusión -sugerida indirectamente por las autoridades locales-, de que no puede seguir viviendo en una Hungría en la que incluso su silencio es una colaboración con un régimen que no desea.

Formalmente, el libro está dividido en tres partes:

La primera, tras un breve capítulo describiendo el estado de ánimo al conocer la noticia de que los tanques alemanes estaban entrando en la ciudad, durante el transcurso de una gran comida familiar, una celebración de cumpleaños, excepcionalmente concurrida, pasa a dedicar el resto de capítulos a describir su contacto con los miembros del todopoderoso Ejército Rojo (“Era como si un grupo de termitas hubiese declarado la guerra y luchara de una manera incalculable e imprevisible, con toda la misteriosa capacidad de la materia orgánica” pág.78), contacto que mantuvo mientras estuvo viviendo refugiado en un pequeño pueblecito, Kolozsvár, huyendo de los bombardeos de la capital y tratando de sobrevivir al hambre, las privaciones, y a la progresiva invasión “liberadora” de los rusos. “De hecho, los alemanes son magos. Han acertado a realizar el milagro de que cualquier ser humano decente espere honestamente y lleno de anhelo a los rusos, a los bolcheviques que llegan como libertadores”. (Fuente de la cita)

En esas páginas, muy enjundiosas, analiza el variopinto elemento humano que compone el ejército invasor, sus costumbres y comportamiento (“…me di cuenta de que el verdadero motivo del constante saqueo de los rusos no era la ira que sentían hacia el enemigo fascista, sino, simplemente, su propia miseria” pág.84) , así como el factor cultural oriental frente al occidental (“ había en todo esto algo temible, y no solamente porque a un país vencido habían llegado los enemigos vencedores, los comunistas. Lo más temible es que habían llegado los eslavos” pág. 70) y sobre todo, el factor literario, al que dedica su interés, desengañándose al comprobar que, incluso los oficiales y personas de cierta instrucción, desconocían por completo la grandiosa literatura rusa, y los que más, se limitaban a Gorki y Maiakovski. Tolstoi, Dostoievski, Turgueniev, etc., eran perfectos desconocidos para sus propios compatriotas, y la propaganda soviética sobre el elevado índice de lectura del pueblo ruso era una absoluta falacia. Sin embargo, a la vez comprueba con asombro que la figura de “el escritor” es tenida en altísimo concepto, y de hecho él recibió, en general, –dentro de lo que cabe en la situación bélica, de constante rapiña, hambruna y miseria- un trato cortés y afable (“Tardé en comprender que para ellos cultura era sinónimo, en secreto en el fondo de sus almas, del concepto de huida (…).Huída del yermo vacío de sus vidas” pág.52).

La segunda parte comienza con su retorno a Budapest en el 45 y con la visión de su antiguo piso, en ruinas. Su biblioteca de 6.000 volúmenes destrozada, sus armarios tiroteados y saqueados, y pocas paredes en pie. En esta parte se concentra, sobre todo, en una reflexión sobre el lenguaje y sobre la literatura húngara, que llega en algunos capítulos a hacerse algo arduo, dado nuestro desconocimiento de gran parte de los autores citados, así como de las particularidades del lenguaje magiar. Pero salvando esto, hay otros capítulos muy interesantes en los que analiza el momento político que vive su país en esos años, el proceso de sovietización, de nacionalización y de des-hungarización, si pudiéramos decirlo así. Y el efecto producido entre la gente, y sobre todo, entre los intelectuales. Y aquí descubre que una parte de los intelectuales viaja a Moscú, para asimilar los procedimientos soviéticos, y otros se quedan, pero fingen ignorar lo que está pasando en el país. (“Un régimen que sólo puede sobrevivir si les arrebata a los seres humanos su libertad (…) no puede renunciar a la tiranía, porque esa es la única posibilidad de salvaguardar el poder. Los “ingenieros de almas”, cuando se mencionaban tales asuntos, carraspeaban, sonreían confusos y se ponían a hablar de otra.”pág. 244) (“lo que no se puede consentir es la nacionalización del ser humano.(…)la estatalización del espíritu” pág. 251). “El ciudadano húngaro, que aguardaba con serenidad y esperanza el final del “período de transición”, se entraba un día por el periódico que por “decreto ministerial” ya no eran suyas las tierras que habían estado labrando sus antepasados ni le pertenecía la empresa que habían fundado sus abuelos, ni era propietario del piso en que había estado viviendo, ni tenía derecho al puesto de trabajo obtenido gracias a un título, talento y aplicación y de que ni siquiera era suya su opinión, porque ya no era suya su alma” pág. 256.)

Por último, la tercera parte se centra, al principio, en un viaje que consiguió realizar –no era fácil- por Suiza, Italia y París, invitado a un congreso de escritores, y sus reflexiones y comparaciones con la etapa de entreguerras, que él conoció, sobre todo en París, donde se relacionó con el mundillo intelectual y literario de la época. En esta parte, descubre, decepcionado, que las cosas ya no son como antes de la guerra, que el mundo literario ha cambiado, que los escritores ya no se sientan en los cafés, y que se siente un palurdo (según sus propias palabras) en Occidente. “En este siglo Occidente se ha mentido a sí mismo y al mundo. (…)Ha mentido al hablar de derechos humanos y tolerar a la vez que conquistaran el poder absoluto unos regímenes que humillaban y ofendían a todo lo humano. Ha mentido con la palabra escrita y con la palabra hablada.” (Pág. 310). Y posteriormente, a su vuelta a Budapest, desengañado de lo que ha visto, desarrolla la maduración de su idea del exilio definitivo, maduración difícil y dolorosa, porque a partir de ello el escritor se enfrenta a la soledad, a la lejanía, y a la ausencia de todo aquello que ha constituido su vida: su lengua.

Hay en esta parte un capítulo, el trece, que él atribuye a Lola, su mujer, y que resulta, a mi entender, interesantísimo porque en él se cuenta, en pocas páginas pero muy íntimas y domésticas, –justo lo que parece estar ausente en el resto del libro, más ensayístico- la vida de una familia burguesa del período entre guerras. Trata sobre la abuela del autor y describe solamente una mañana, desde que se levanta hasta que se sienta en la enorme -tuvo 12 hijos- mesa familiar, para el almuerzo. Finaliza así:
“…Pensábamos que simplemente estábamos comiendo. Más adelante comprenderíamos que estábamos haciendo Historia” (pág. 374).

Unas palabras en cuanto al título del libro: “¡Tierra, tierra!”. Pues bien, cuando Márai nos cuenta en su obra cuándo decide exiliarse, recurre a Goethe, que, según él, solía “hablarle” en determinados momentos críticos de su vida. Así, Goethe le dice que “cada uno debía vivir su propio destino. No un destino impuesto por los acontecimientos, por la Historia o por las circunstancias, sino su propio destino, único, irrepetible e individual” (pág 430) “(…) era como un sentimiento de nostalgia a la inversa. En realidad no se trataba de una nostalgia por una tierra determinada, un país o una patria, sino por la Tierra en sí” “Ver lo que vio el joven marinero desde el puesto de vigía de la carabela de Colón cuando, al alba, se puso a gritar, con voz ronca y excitada: ¡Tierra, tierra! A lo mejor ese marinero vive eternamente dentro de nosotros, en cada ser humano, sólo que a veces se queda dormido en su puesto.” (pág.431)

Así que Márai toma su decisión, finalmente, y se pregunta “¿Cuándo sale por fin el tren hacia la Tierra?”
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Esta es la segunda parte de las memorias de Márai, que continúan el libro Confesiones de un burgués. No lo he leído aunque si tiene el nivel de la primera parte seguro que es muy interesante y está muy bien.
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madison
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Re: ¡Tierra, tierra!.- Sándor Márai

Mensaje por madison »

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El escritor y su mujer, Lola Matzner, en 1923
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Yppe
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Re: ¡Tierra, tierra! - Sándor Márai

Mensaje por Yppe »

Estoy con éste ahora, y al principio creía que no me gustaría tanto como Confesiones de un burgués, pero a medida que avanzo me gusta cada vez más, aunque es mucho más reflexivo y descriptivo, no hay acción prácticamente.

Un capítulo que me ha gustado especialmente es uno de la segunda parte en el que se pregunta para quien escriben los escritores, en el que reflexiona sobre el público de la literatura.
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madison
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Re: ¡Tierra, tierra! - Sándor Márai

Mensaje por madison »

Si acaso vas comentando ¿vale? yo no lo he leido éste y me intersa saber :wink:
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Yppe
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Re: ¡Tierra, tierra! - Sándor Márai

Mensaje por Yppe »

Bueno, lo estoy acabando ya y si al principio pensaba que no iba a gustarme demasiado he ido cambiando de opinión progresivamente.
En la primera parte habla de su estancia en un pueblo durante el cerco de Budapest por el ejército soviético para liberarlo de los nazis y como va empezando a entrar en contacto en ese pueblo con los rusos.
La segunda parte es su vuelta a la Budapest destruída del final de la guerra. Él va paseando por la ciudad y recordando a través de lo que aun queda en pie y de lo que ya no está episodios de su vida anterior, durante los años 30 y durante la guerra. También describe la realidad actual, o sea la ocupación soviética y como va desarrollándose. Me ha sorprendido el profundo rechazo que muestra ya des de un primer momento a los comunistas cuando en ese momento en Europa la mayoría de intelectuales estaban esperanzados e ilusionados. (Aunque después creo entender que eso sería más en la europa occidental, en la que no había la presencia del ejército rojo) Son muy interesantes las reflexiones que hace continuamente acerca de la diferencia entre la europa oriental y la occidental y la sensación de indefensión respecto a las decisiones en las conferencias de paz del destino de países enteros.
Aunque también se nota que el libro esta escrito muchos años después (después de la invasión soviética de 1956)
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madison
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Re: ¡Tierra, tierra! - Sándor Márai

Mensaje por madison »

Interesante...
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bookhere
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Re: ¡Tierra, tierra! - Sándor Márai

Mensaje por bookhere »

Yppe, el profundo rechazo que sentía Márai se explica, creo, porque era su país el que había estado machacado por el nazismo y luego por la dictadura soviética estalinista que controlaba los países del Este.

Los otros intelectuales vivían en París o en Roma tranquilamente, sin que les arrebatasen los derechos humanos en su país. Veían el espectáculo desde fuera y les contaban el cuento de hadas de que en los países soviéticos se vivía muy bien y con plenas libertades. ¿Cómo hubo tantos que se lo creyeron? Sigue siendo un misterio inexplicable para mí. Yo nunca me creería nada que viene de alguien que impone la censura a sus ciudadanos, que les impide votar y que no les permite escapar de sus países al exterior (si se quieren escapar es porque no hay tal paraíso).

Pero hubo también mucho intelectuales lúcidos como Grossman, Nabokov, Márai, Bulgákov o Pasternak. Eso sí, lo pagaron caro, o con la muerte, el exilio, la marginación, la censura, la pobreza o acabar al borde de la locura. El pobre Márai fue uno entre tantos.

Gracias por tus comentarios sobre el libro, Yppe. Después de haber leído las COnfesiones de un burgués creo que éste también va a caer.
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Yppe
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Re: ¡Tierra, tierra! - Sándor Márai

Mensaje por Yppe »

Acabado. Me ha sorprendido al ser muy diferente a Confesiones de un burgués pero es igualmente recomendable. De esos libros que invitan a pensar mientras los vas leyendo.
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Yppe
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Re: ¡Tierra, tierra! - Sándor Márai

Mensaje por Yppe »

bookhere escribió:Yppe, el profundo rechazo que sentía Márai se explica, creo, porque era su país el que había estado machacado por el nazismo y luego por la dictadura soviética estalinista que controlaba los países del Este.

Los otros intelectuales vivían en París o en Roma tranquilamente, sin que les arrebatasen los derechos humanos en su país. Veían el espectáculo desde fuera y les contaban el cuento de hadas de que en los países soviéticos se vivía muy bien y con plenas libertades. ¿Cómo hubo tantos que se lo creyeron? Sigue siendo un misterio inexplicable para mí. Yo nunca me creería nada que viene de alguien que impone la censura a sus ciudadanos, que les impide votar y que no les permite escapar de sus países al exterior (si se quieren escapar es porque no hay tal paraíso).

Pero hubo también mucho intelectuales lúcidos como Grossman, Nabokov, Márai, Bulgákov o Pasternak. Eso sí, lo pagaron caro, o con la muerte, el exilio, la marginación, la censura, la pobreza o acabar al borde de la locura. El pobre Márai fue uno entre tantos.

Gracias por tus comentarios sobre el libro, Yppe. Después de haber leído las COnfesiones de un burgués creo que éste también va a caer.
Si, tienes razón el lo que dices. En gran parte del libro se ahonda en esta diferencia existente entre los europeos occidentales y los orientales o centroeuropeos y las grandes diferencias que existen entre ellos. Es uno de los temas del libro que más me ha interesado, esa diferencia ya existente antes de la II Guerra Mundial y agrabada después por la ocupación soviètica y el "abandono" que sufren húngaros, polacos, checos, etc por parte del resto del mundo del que habla Márai.
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bookhere
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Re: ¡Tierra, tierra! - Sándor Márai

Mensaje por bookhere »

Realmente esos países pagaron el triunfo del mundo libre sobre el nazismo ya que Stalin consiguió imponer su dictadura sobre ellos. Por eso los pobrecillos me parece que son de los que más han sufrido en Europa, primero con Hitler y luego con Stalin y sus sucesores. Los demás países se libraron de la tiranía pero ellos siguieron (bueno, aquí y en Portugal también tuvimos nuestras dictaduras hasta los 70, claro). En fin...

Aparte de esto siempre me ha gustado la manera de contar las cosas que tiene Márai. Tiene un encanto especial, a mí me recuerda en sus mejores momentos a Zweig.

Gracias por tu recomendación, Yppe. Ya lo tenía en mi lista, pero siempre anima a leerlo leer una referencia como la tuya.
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bookhere
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Re: ¡Tierra, tierra! - Sándor Márai

Mensaje por bookhere »

Me he comprado este libro ayer y ya llevo 90 páginas, y eso que no tengo la cabeza muy despejada para leer. Es que se lee solo...

Llevaba tiempo pensando comprármelo y el último empujón me lo diste tú, Yppe. Gracias.
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bookhere
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Re: ¡Tierra, tierra! - Sándor Márai

Mensaje por bookhere »

Ya me lo he terminado. Me ha parecido buenísimo, no´sólo al describir la Hungría de la posguerra sino también cuando habla del París de entreguerras , de los´cafés literarios de Budapest, las historias de sus amigos escritores y poetas, su capítulo sobre el humanismo europeo que se había perdido tras la guerra...bueno, muy interesante todo.
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Lía
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Re: ¡Tierra, tierra! - Sándor Márai

Mensaje por Lía »

Será una de mis próximas lecturas ¿ alguien se anima? :hola:
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Mariela
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Re: ¡Tierra, tierra! - Sándor Márai

Mensaje por Mariela »

Después de leer los comentarios de este hilo, me apetece leerlo porque tiene una pinta estupenda y además el tema del destino (trágico) de Europa Central tras la II Guerra Mundial siempre me ha interesado. Pero por ir en orden y entender mejor la figura de Márai creo que antes debería leer Confesiones de un pequeño burgués. Mi problema es que me sobran los mc y me falta el tiempo. Hasta después del verano me será imposible. ¿Tú querrías leerlo ahora, Lía, o no te importaría esperar hasta entonces?
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Aben Razín
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Re: ¡Tierra, tierra! - Sándor Márai

Mensaje por Aben Razín »

¡Cómo me identificó con tu comentario, Mariela! :60:

El caso es que lo he encontrado en el catálogo de la biblioteca en la edición de Salamandra, pero no me puedo plantear su lectura hasta mediados de septiembre, ¡por lo menos!, :roll:
Pasado: El coraje de ser de Mónica Cavallé.

Presente: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.

Futuro: La deseada de Maryse Condé.
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