Joseph Roth: Viaje a Rusia
Moderador: magali
Joseph Roth: Viaje a Rusia
VIAJE A RUSIA
JOSEPH ROTH
Nº de páginas: 240 págs.
Editorial: MINUSCULA
Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788495587374
Año edicón: 2008
Plaza de edición: BARCELONA
16.50 €
Sinopsis
En 1926 el Frankfurter Zeitung propuso a Joseph Roth ir a la Unión Soviética y relatar su experiencia. Roth aceptó de buen grado el encargo puesto que el periplo que estaba a punto de emprender representaba la ocasión para conocer de cerca un país por el que siempre se había sentido atraído y que, tras la revolución, suscitaba también el interés de la mayoría de intelectuales europeos. Tras prepararse intensamente para el más largo de sus viajes como reportero, Roth partió al término del verano. Curioso, atento, avisado testimonio, visitó las grandes ciudades, siguió el curso del Volga y llegó hasta el mar Caspio. Los textos aquí reunidos son sagaces y apasionados, reflejo fiel de sus impresiones. Este libro, además, marca un momento importante en la evolución personal y política de Roth. Tal como él mismo afirmó en una carta que envió desde Odesa: «Es una suerte que haya emprendido este viaje, de otra forma no me habría conocido jamás.»
Casa del libro
Editado por moderación
Aquí hay una reseña que he encontrado al azar de un bloguero que se llama El niño vampiro lee.
Es una opinión personal como cualquier otra. Yo no he leído el libro, pero es una referencia que da pistas por dónde va.
viernes 21 de mayo de 2010
En 1926, el año en que Roth viajó a Rusia y redactó estos artículos, la Unión Soviética llevaba ya unos cuantos años convertida en La Meca de cualquier escritor, artista o pensador medianamente idealista y rebeldillo. Así como hoy en día hay personas que viajan a Cuba con el propósito confesado de convertirse en testigos de primera mano de cómo se vive allí de verdad (¡cuántas veces no oí "hay que ir ahora, antes de que se muera Castro y todo cambie"!), la Unión Soviética era EL lugar al que ir, cielo e infierno, el país de la auténtica libertad para todos, y el país de la revolución que acabó con la propiedad privada.
Joseph Roth se mostraba dispuesto a simpatizar hasta cierto punto con la revolución y, de hecho, el mayor reproche que le hace a lo largo del libro es no haber hecho sino sustituir una burguesía por otra. La burguesía judeocristiana del pequeño empresario deja sitio a la burguesía del arribista, deshumanizado campesino iconoclasta por obligación.
Desde luego, la Unión Soviética de 1926 era un lugar especial que, si bien no podía dar lugar a una gran esperanza, en nada podía anticipar los horrores que la década siguiente traería. En efecto, la NEP permitía un relativo nivel de prosperidad (abundancia, si se compara con las imminentes hambrunas), y convertía el país, cuyas ciudades Roth describe como grises, malolientes, invadidas por las moscas, en un hasta cierto punto excitante batiburrillo de personajes de todo tipo.
Una vez más, un libro de Roth acaba con más puntas dobladas que páginas tiene el libro. Cada página está plagada de memorables descripciones, de agudas reflexiones, de asumido desengaño. Desde el principio hasta el final, no tiene desperdicio. Resultan escalofriantes sus artículos sobre la educación y la cultura en general. Parece que está describiendo los sótanos de nuestro actual política educativa. O el capítulo sobre la mujer, la nueva moral sexual y la prostitución.
Leer un libro de Roth siempre me causa tristeza: significa que cada vez me quedan menos cosas suyas por leer. Y siento una casi irresistible tentación de romper mi política librera y comprarme el libro.
Otra reseña del foro Sólo de libros (más larga):
En “Viaje a Rusia” encontramos de nuevo al Joseph Roth cronista, autor de un periodismo expresivo, exquisitamente literario pero capaz a su vez de arrojar una luz viva sobre la realidad que retrata en cada artículo. Tal vez la causa de esa exquisitez resida en la mezcla de idealismo y lucidez que intuimos en Joseph Roth y que le llevó a interesarse por cuánto ocurría a su alrededor desde una postura inteligente y humana.
Porque lo extraordinario de las crónicas de Roth es que podemos percibir que son un reflejo del intento que el propio autor hace de explicarse y comprender el mundo, más que una visión unilateral del mismo que tratase de imponerse al lector de sus artículos y que fuera expresada de manera prepotente.
Como la mayoría de los intelectuales de su época, Joseph Roth se interesó vivamente por la Revolución rusa de 1917 y posteriormente por los cambios políticos y sociales que ésta había engendrado, y su viaje en 1926 como reportero para el Frankfurter Zeitung le dio la oportunidad de recorrer un país completamente transfigurado.
Las reflexiones sobre esa transfiguración, que Roth volcó en sus artículos, nos revelan un país que, casi diez años después de la Revolución, se debate a nivel político entre la toma de conciencia de que no todos los ideales revolucionarios pueden ejecutarse en la práctica y la necesidad de, a pesar de todo, continuar prestando lealtad a esos ideales. Mientras a nivel humano, la mayoría de la población sigue sin comprender del todo en qué ha consistido exactamente la Revolución ni el nuevo mundo que ésta ha alumbrado.
Y es en ese nivel humano en el que se detiene Roth, el que busca plasmar en sus crónicas, retratando cómo la Revolución ha afectado a las personas corrientes: a los trabajadores, a los burgueses, a las mujeres, a los exiliados; pero centrándose sobre todo en los ciudadanos que día a día se afanan en construir un nuevo mundo del que no tienen muy claro el patrón.
Roth admiraba los logros sociales de la Revolución, aunque llegó a Rusia con ideas algo cándidas sobre los mismos, y esa admiración brilla en sus artículos junto con deseos un tanto idealistas de que esos cambios se apliquen en el resto de Europa. Sin embargo, el autor también comprende que la Revolución se ha dejado muchas cosas en el tintero y que esa aurora roja cuyo brillo los intelectuales europeos admiraron en 1917, se ha extinguido sin cuajar en el día de brillante emancipación social que hacía presagiar.
Lo que más defraudó a Roth de la Rusia revolucionaria fue el ascenso de un nuevo tipo de burgués surgido de la Nueva Política Económica (NEP) lanzada por Lenin. La liberalización económica que buscaba promover el desarrollo de la Rusia comunista para ponerla al nivel de las primeras potencias mundiales, dio lugar a lo que el autor dio en llamar “burgués revolucionario”, dedicado a procurarse una vida cómoda en nombre de la Revolución y para quien la ideología comunista se había convertido en meras consignas de las que se servía para avanzar puestos en la nueva escala social.
La conversión de todos los iconos y las consignas revolucionarias en tópicos supuso también una decepción para Joseph Roth, sobre todo por el papel que la prensa jugó en difundir la ideología comunista de una manera unilateral y por tanto, parcial y limitada. En un país en el que antes de la Revolución no existía una opinión pública libre o heterogénea se trabajó “desde arriba”, después de 1917, en crear una tan afín al comunismo que eliminó toda pluralidad y en la que se fomentaba una crítica encorsetada al nuevo sistema como una argucia para hacer creer que existía una diversidad que realmente estaba siendo asfixiada.
Y esa es la tercera queja de Roth contra el mundo surgido de la Revolución: el triunfo de la mediocridad en una sociedad donde cualquier diferencia era aplastada sin miramientos. Para promover la igualdad no sólo se tomó lo mediocre por rasero, eliminando cualquier rasgo de originalidad, sino que además toda la teoría del comunismo, su visión fija de la historia y la cultura se convirtió en una papilla que se embutía a la población hasta eliminar cualquier posibilidad de que existiese una sola idea independiente.
El desencanto del autor se va haciendo patente página tras página. Sus reflexiones giran en torno a la idea de que Revolución es el límite y no se puede ir más allá. Las promesas maravillosas que la Revolución trajo consigo son materialmente imposibles de realizar. Y eso le lleva a otro pensamiento descorazonador: tal vez el único destino posible para los pueblos occidentales es parecerse cada día más a Estados Unidos, con su modo de vida productivo y feliz, pero estulto.
Una cosa es segura: Roth consideraba que el periodismo debía ser una observación del mundo libre de supuestos previos, y sin lugar a dudas, así lo ejerció.
JOSEPH ROTH
Nº de páginas: 240 págs.
Editorial: MINUSCULA
Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788495587374
Año edicón: 2008
Plaza de edición: BARCELONA
16.50 €
Sinopsis
En 1926 el Frankfurter Zeitung propuso a Joseph Roth ir a la Unión Soviética y relatar su experiencia. Roth aceptó de buen grado el encargo puesto que el periplo que estaba a punto de emprender representaba la ocasión para conocer de cerca un país por el que siempre se había sentido atraído y que, tras la revolución, suscitaba también el interés de la mayoría de intelectuales europeos. Tras prepararse intensamente para el más largo de sus viajes como reportero, Roth partió al término del verano. Curioso, atento, avisado testimonio, visitó las grandes ciudades, siguió el curso del Volga y llegó hasta el mar Caspio. Los textos aquí reunidos son sagaces y apasionados, reflejo fiel de sus impresiones. Este libro, además, marca un momento importante en la evolución personal y política de Roth. Tal como él mismo afirmó en una carta que envió desde Odesa: «Es una suerte que haya emprendido este viaje, de otra forma no me habría conocido jamás.»
Casa del libro
Editado por moderación
Aquí hay una reseña que he encontrado al azar de un bloguero que se llama El niño vampiro lee.
Es una opinión personal como cualquier otra. Yo no he leído el libro, pero es una referencia que da pistas por dónde va.
viernes 21 de mayo de 2010
En 1926, el año en que Roth viajó a Rusia y redactó estos artículos, la Unión Soviética llevaba ya unos cuantos años convertida en La Meca de cualquier escritor, artista o pensador medianamente idealista y rebeldillo. Así como hoy en día hay personas que viajan a Cuba con el propósito confesado de convertirse en testigos de primera mano de cómo se vive allí de verdad (¡cuántas veces no oí "hay que ir ahora, antes de que se muera Castro y todo cambie"!), la Unión Soviética era EL lugar al que ir, cielo e infierno, el país de la auténtica libertad para todos, y el país de la revolución que acabó con la propiedad privada.
Joseph Roth se mostraba dispuesto a simpatizar hasta cierto punto con la revolución y, de hecho, el mayor reproche que le hace a lo largo del libro es no haber hecho sino sustituir una burguesía por otra. La burguesía judeocristiana del pequeño empresario deja sitio a la burguesía del arribista, deshumanizado campesino iconoclasta por obligación.
Desde luego, la Unión Soviética de 1926 era un lugar especial que, si bien no podía dar lugar a una gran esperanza, en nada podía anticipar los horrores que la década siguiente traería. En efecto, la NEP permitía un relativo nivel de prosperidad (abundancia, si se compara con las imminentes hambrunas), y convertía el país, cuyas ciudades Roth describe como grises, malolientes, invadidas por las moscas, en un hasta cierto punto excitante batiburrillo de personajes de todo tipo.
Una vez más, un libro de Roth acaba con más puntas dobladas que páginas tiene el libro. Cada página está plagada de memorables descripciones, de agudas reflexiones, de asumido desengaño. Desde el principio hasta el final, no tiene desperdicio. Resultan escalofriantes sus artículos sobre la educación y la cultura en general. Parece que está describiendo los sótanos de nuestro actual política educativa. O el capítulo sobre la mujer, la nueva moral sexual y la prostitución.
Leer un libro de Roth siempre me causa tristeza: significa que cada vez me quedan menos cosas suyas por leer. Y siento una casi irresistible tentación de romper mi política librera y comprarme el libro.
Otra reseña del foro Sólo de libros (más larga):
En “Viaje a Rusia” encontramos de nuevo al Joseph Roth cronista, autor de un periodismo expresivo, exquisitamente literario pero capaz a su vez de arrojar una luz viva sobre la realidad que retrata en cada artículo. Tal vez la causa de esa exquisitez resida en la mezcla de idealismo y lucidez que intuimos en Joseph Roth y que le llevó a interesarse por cuánto ocurría a su alrededor desde una postura inteligente y humana.
Porque lo extraordinario de las crónicas de Roth es que podemos percibir que son un reflejo del intento que el propio autor hace de explicarse y comprender el mundo, más que una visión unilateral del mismo que tratase de imponerse al lector de sus artículos y que fuera expresada de manera prepotente.
Como la mayoría de los intelectuales de su época, Joseph Roth se interesó vivamente por la Revolución rusa de 1917 y posteriormente por los cambios políticos y sociales que ésta había engendrado, y su viaje en 1926 como reportero para el Frankfurter Zeitung le dio la oportunidad de recorrer un país completamente transfigurado.
Las reflexiones sobre esa transfiguración, que Roth volcó en sus artículos, nos revelan un país que, casi diez años después de la Revolución, se debate a nivel político entre la toma de conciencia de que no todos los ideales revolucionarios pueden ejecutarse en la práctica y la necesidad de, a pesar de todo, continuar prestando lealtad a esos ideales. Mientras a nivel humano, la mayoría de la población sigue sin comprender del todo en qué ha consistido exactamente la Revolución ni el nuevo mundo que ésta ha alumbrado.
Y es en ese nivel humano en el que se detiene Roth, el que busca plasmar en sus crónicas, retratando cómo la Revolución ha afectado a las personas corrientes: a los trabajadores, a los burgueses, a las mujeres, a los exiliados; pero centrándose sobre todo en los ciudadanos que día a día se afanan en construir un nuevo mundo del que no tienen muy claro el patrón.
Roth admiraba los logros sociales de la Revolución, aunque llegó a Rusia con ideas algo cándidas sobre los mismos, y esa admiración brilla en sus artículos junto con deseos un tanto idealistas de que esos cambios se apliquen en el resto de Europa. Sin embargo, el autor también comprende que la Revolución se ha dejado muchas cosas en el tintero y que esa aurora roja cuyo brillo los intelectuales europeos admiraron en 1917, se ha extinguido sin cuajar en el día de brillante emancipación social que hacía presagiar.
Lo que más defraudó a Roth de la Rusia revolucionaria fue el ascenso de un nuevo tipo de burgués surgido de la Nueva Política Económica (NEP) lanzada por Lenin. La liberalización económica que buscaba promover el desarrollo de la Rusia comunista para ponerla al nivel de las primeras potencias mundiales, dio lugar a lo que el autor dio en llamar “burgués revolucionario”, dedicado a procurarse una vida cómoda en nombre de la Revolución y para quien la ideología comunista se había convertido en meras consignas de las que se servía para avanzar puestos en la nueva escala social.
La conversión de todos los iconos y las consignas revolucionarias en tópicos supuso también una decepción para Joseph Roth, sobre todo por el papel que la prensa jugó en difundir la ideología comunista de una manera unilateral y por tanto, parcial y limitada. En un país en el que antes de la Revolución no existía una opinión pública libre o heterogénea se trabajó “desde arriba”, después de 1917, en crear una tan afín al comunismo que eliminó toda pluralidad y en la que se fomentaba una crítica encorsetada al nuevo sistema como una argucia para hacer creer que existía una diversidad que realmente estaba siendo asfixiada.
Y esa es la tercera queja de Roth contra el mundo surgido de la Revolución: el triunfo de la mediocridad en una sociedad donde cualquier diferencia era aplastada sin miramientos. Para promover la igualdad no sólo se tomó lo mediocre por rasero, eliminando cualquier rasgo de originalidad, sino que además toda la teoría del comunismo, su visión fija de la historia y la cultura se convirtió en una papilla que se embutía a la población hasta eliminar cualquier posibilidad de que existiese una sola idea independiente.
El desencanto del autor se va haciendo patente página tras página. Sus reflexiones giran en torno a la idea de que Revolución es el límite y no se puede ir más allá. Las promesas maravillosas que la Revolución trajo consigo son materialmente imposibles de realizar. Y eso le lleva a otro pensamiento descorazonador: tal vez el único destino posible para los pueblos occidentales es parecerse cada día más a Estados Unidos, con su modo de vida productivo y feliz, pero estulto.
Una cosa es segura: Roth consideraba que el periodismo debía ser una observación del mundo libre de supuestos previos, y sin lugar a dudas, así lo ejerció.
1
Re: Joseph Roth: Viaje a Rusia
Lo leí hace tiempo y, como todos los de Roth, me gustó bastante, aunque prefiero sus crónicas sobre Berlin y sobre Viena, que están publicadas en otros dos libros.
Coincido bastante con lo que dice el autor de la primera reseña, como Roth vuelve de ese viaje con una sensación de que la idea es buena, pero con cierto pesimismo (sobretodo en referencia al tema de la cultura) por como se está desarrollando.
Bastante interesante y demoledor también el capítulo dedicado a la mujer... si no recuerdo mal poco más que hacia una apología de la doble moral existente respecto al sexo y el erotismo en su mundo (La Austria del Imperio) enfrente a la igualdad de sexos de la URSS porque eso había matado al erotismo.
Me gustan los libros de escritores que fueron a la Unión Soviética para contar lo que vieron
Coincido bastante con lo que dice el autor de la primera reseña, como Roth vuelve de ese viaje con una sensación de que la idea es buena, pero con cierto pesimismo (sobretodo en referencia al tema de la cultura) por como se está desarrollando.
Bastante interesante y demoledor también el capítulo dedicado a la mujer... si no recuerdo mal poco más que hacia una apología de la doble moral existente respecto al sexo y el erotismo en su mundo (La Austria del Imperio) enfrente a la igualdad de sexos de la URSS porque eso había matado al erotismo.
Me gustan los libros de escritores que fueron a la Unión Soviética para contar lo que vieron
1
Re: Joseph Roth: Viaje a Rusia
Si, a ese me refería Si que es bueno. Y tiene otro de Viena muy en la misma linea
1
Re: Joseph Roth: Viaje a Rusia
No lo conozco pues, recuerdo que leí este y otro de Camus, sobre Argelia, no recuerdo el título pero ambos me impresionaron bastante.
1
Re: Joseph Roth: Viaje a Rusia
Ahora no recuerdo como se llama, pero lo publicó Acantilado este año o el pasado y a mi me recordó mucho al de Crónicas Berlinesas pero con Viena.
1
- Aben Razín
- Vivo aquí
- Mensajes: 57460
- Registrado: 19 Feb 2009 14:28
- Ubicación: Al lado del Torico.
Re: Joseph Roth: Viaje a Rusia
Es otro autor que no debe esperar mucho más. Sé que tiene otros títulos que pueden ayudarme a tener una idea de lo que es su narrativa, pero espero hacerme con éste o con cualquier otro -de los publicados por Acantilado- para incluirlo entre mis favoritos
Saludos
Saludos
Pasado: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.
Presente: La deseada de Maryse Condé.
Futuro: Adiós muchachos de Sergio Ramírez.
Presente: La deseada de Maryse Condé.
Futuro: Adiós muchachos de Sergio Ramírez.
- Aben Razín
- Vivo aquí
- Mensajes: 57460
- Registrado: 19 Feb 2009 14:28
- Ubicación: Al lado del Torico.
Re: Joseph Roth: Viaje a Rusia
Vaya... entonces ¿nos vemos el 1 de julio para el MC correspondiente?,
Pasado: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.
Presente: La deseada de Maryse Condé.
Futuro: Adiós muchachos de Sergio Ramírez.
Presente: La deseada de Maryse Condé.
Futuro: Adiós muchachos de Sergio Ramírez.
- Mariela
- Vivo aquí
- Mensajes: 5449
- Registrado: 11 Ene 2008 00:06
- Ubicación: Donde se pueda disfrutar del placer de la lectura
Re: Joseph Roth: Viaje a Rusia
¡Por supuesto!Aben Razín escribió:Vaya... entonces ¿nos vemos el 1 de julio para el MC correspondiente?,
"He buscado el descanso y sólo lo he encontrado en un rincón leyendo un libro" (Tomás de Kempis)
Recuento 2024
Agenda 2024
Lista de pendientes
Recuento 2024
Agenda 2024
Lista de pendientes
- Aben Razín
- Vivo aquí
- Mensajes: 57460
- Registrado: 19 Feb 2009 14:28
- Ubicación: Al lado del Torico.
Re: Joseph Roth: Viaje a Rusia
Gracias por responder, Mariela
No estaba seguro de que hubiéramos concretado fecha, pero como aún tenemos tiempo ya iremos recordándonos este MC,
No estaba seguro de que hubiéramos concretado fecha, pero como aún tenemos tiempo ya iremos recordándonos este MC,
Pasado: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.
Presente: La deseada de Maryse Condé.
Futuro: Adiós muchachos de Sergio Ramírez.
Presente: La deseada de Maryse Condé.
Futuro: Adiós muchachos de Sergio Ramírez.
Re: Joseph Roth: Viaje a Rusia
¡Qué bien! ¡Aben se viene con nosotras a Rusia!
Sent from my iPhone using Tapatalk
Sent from my iPhone using Tapatalk
1
- Aben Razín
- Vivo aquí
- Mensajes: 57460
- Registrado: 19 Feb 2009 14:28
- Ubicación: Al lado del Torico.
Re: Joseph Roth: Viaje a Rusia
¿Hace frío por esa época?,Jolines escribió:¡Qué bien! ¡Aben se viene con nosotras a Rusia!
Espero tener un acercamiento a esta novela en cuanto pase la lectura de dos obras que tengo por delante más otras dos que estoy leyendo, |
Pasado: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.
Presente: La deseada de Maryse Condé.
Futuro: Adiós muchachos de Sergio Ramírez.
Presente: La deseada de Maryse Condé.
Futuro: Adiós muchachos de Sergio Ramírez.
Re: Joseph Roth: Viaje a Rusia
Eso espero, quiero escapar del calor así que un viajecito a Rusia es lo que nos vendrá bien.Aben Razín escribió:¿Hace frío por esa época?,
1
- Mariela
- Vivo aquí
- Mensajes: 5449
- Registrado: 11 Ene 2008 00:06
- Ubicación: Donde se pueda disfrutar del placer de la lectura
Re: Joseph Roth: Viaje a Rusia
Pues según tengo entendido, en julio en Rusia hace un calor de espanto.Jolines escribió:Eso espero, quiero escapar del calor así que un viajecito a Rusia es lo que nos vendrá bien.Aben Razín escribió:¿Hace frío por esa época?,
Pero bueno, digo yo que aire acondicionado ya tendrán...
"He buscado el descanso y sólo lo he encontrado en un rincón leyendo un libro" (Tomás de Kempis)
Recuento 2024
Agenda 2024
Lista de pendientes
Recuento 2024
Agenda 2024
Lista de pendientes
Re: Joseph Roth: Viaje a Rusia
Y si no, el abanico de toda la vidaMariela escribió:Pero bueno, digo yo que aire acondicionado ya tendrán...
1