Sobre pedantes y soberbia
Sobre pedantes y soberbia
Abro hilo porque tuve una gran discusión familiar acerca de los siguiente: ¿dónde está el límite entre ser pedante y ser modesto? Yo (que siempre tengo razón -es coña- y quiero que sea así) pienso que ser pedante es presumir de lo que sabes y menospreciar los conocimientos de los demás, aquellos de los que careces. Por ejemplo: me sé la Constitución entera pero no sé qué huesos hay en el cuerpo humano. Pero no solo pienso que saber la constitución sea más importante, también creo que saber operar un corazón es una mierda que soluciono en google.
No sé si me explico. ¿Hemos llegado a un punto de soberbia irreversible?
No sé si me explico. ¿Hemos llegado a un punto de soberbia irreversible?
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Re: Sobre pedantes y soberbia
Para mi soberbia es desprecio a las ideas ajenas y estar seguro que de la superioridad de las propias, es despreciar al que aparentemente en menos culto, o menos hábil sin ser conscientes de que en otro terreno, el que es un inutil eres tu. Es juzgar sin entender lo que se juzga o de lo que se opina, ...
Re: Sobre pedantes y soberbia
Y pedante el que te dice lo que sabe sin venir a cuento ni con oyentes que tengan ganas de que "les ilustren".
Nuestra editorial: www.osapolar.es
Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.
Mis diseños
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Re: Sobre pedantes y soberbia
Disculpad... ¿habéis visto al robotillo por aquí? Andaba yo buscándole y se me ocurrió que...
En paz descanses, amigo.
Re: Sobre pedantes y soberbia
Jamía...Neytiri escribió: No sé si me explico. ¿Hemos llegado a un punto de soberbia irreversible?
«Necesito autoridad, aunque no crea en ella» Ernst Jünger
https://www.youtube.com/watch?v=VX0u0K3qt6Y
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Re: Sobre pedantes y soberbia
Hablando de literatura, es muy fácil caer en la pedantería y la soberbia cundo tú has hecho un esfuerzo intelectual por conocer la obra de autores más complejos.
Porque se requiere de un esfuerzo, de un abandono de la zona de confort, al que nadie te obliga, pero tu espíritu ávido de entendimiento te empuja a ello. Un esfuerzo que hay quien decide hacerlo y hay quien se queda toda la vida disfrutando de sus bestsellers.
Es muy fácil caer en la pedantería y la soberbia, decía, cuando tú has hecho ese esfuerzo y alguien viene y te pregunta si no crees que Julia Navarro o Matilde Asensi escriben muy bien o los pilares de la tierra es el mejor libro del mundo...
Porque se requiere de un esfuerzo, de un abandono de la zona de confort, al que nadie te obliga, pero tu espíritu ávido de entendimiento te empuja a ello. Un esfuerzo que hay quien decide hacerlo y hay quien se queda toda la vida disfrutando de sus bestsellers.
Es muy fácil caer en la pedantería y la soberbia, decía, cuando tú has hecho ese esfuerzo y alguien viene y te pregunta si no crees que Julia Navarro o Matilde Asensi escriben muy bien o los pilares de la tierra es el mejor libro del mundo...
Última edición por fardal el 11 Sep 2018 16:08, editado 1 vez en total.
vaya... se ha borrado mi firma a ver si se me ocurre algo original...
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- Mario Cavara
- Foroadicto
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- Registrado: 08 Oct 2016 18:26
Re: Sobre pedantes y soberbia
Yo entiendo que habría que empezar por definir qué entendemos por ser pedante y a partir de ahí quizá podamos catalogar a cada cual en función de su grado de pedantería. En principio, pedante sería el que hace alarde de erudición sólo por impresionar a su auditorio, definición cuyo rigor hace que resulte muy osada cualquier imputación al respecto, ya que ello implicaría entrar en el fuero interno de la persona que habla (o escribe), lo cual entraña un riesgo que yo desde luego no me atrevo a asumir. Supongo que habrá quienes, en cambio, no tengan reparo alguno en hacerlo.
Pero más allá de definiciones, mi opinión es que la pedantería hay que entenderla con relación al nivel cultural del auditorio. Así, quien utiliza un lenguaje especializado dirigiéndose a una audiencia especializada en modo alguno resultará pedante, toda vez que el lenguaje empleado tendrá un destinatario que seguramente apreciará sus diferentes matices. Si, por ejemplo, un enólogo refiere a otro colega que el aroma de un determinado burdeos deriva de su añada y del tiempo que estuvo en barrica de roble, no actuará con pedantería; pero sí lo hará si esa misma observación se la hace a un paisano cuyo alcance en lo que a vinos se refiere no le da más que para distinguir el tinto del blanco y del rosado. Eso también podría llevarnos a deducir que el problema no está en lo pedante de la persona, ni siquiera en lo pedante de su discurso, sino en la inutilidad manifiesta de emplear cierto lenguaje ante una audiencia que no alcanza a comprenderlo.
Quizá por ello deberían algunos reprimir su insolencia al emplear el término pedante con un matiz peyorativo para designar a quien se sirve de un vocabulario rico y variado, ya que en ocasiones lo realmente lamentable es el penoso nivel (al menos en el aspecto lingüístico) que revela el oyente. Pues, me pregunto: ¿hasta qué punto ha de rebajar el que habla (o escribe) su capacidad dialéctica para, en aras a la comunicación, adaptarse a la menor capacidad comprensiva del oyente (o lector)? Fijaos que no es una cuestión baladí, pues si la radicalizamos en lo que resulta una palmaria exageración, es posible que debiéramos en definitiva reemplazar las “qües” por las “kaes” o suprimir de un plumazo vocales y “haches”, para de este modo igualar el listón por lo bajo, aun a costa de a largo plazo convertir en absoluta miseria lo que en su día fuese riqueza lingüística. Yo considero que resulta muy triste que, tras largos siglos de evolución lingüística y cultural, amplias capas de nuestra sociedad contemporánea muestren una comprensión de conceptos tan reducida y hagan uso de un vocabulario propio de niños de párvulos.
Lo cierto es que generalmente para ser pedante hay que tener al menos cierta cultura, y exhibirla. Raro es de hecho que un tonto resulte pedante, pues no en vano la pedantería requiere una mínima cimentación intelectual, y de ahí que se dé sobre todo entre literatos, artistas, catedráticos, etc, etc.
Además, la pedantería en ocasiones es un arma extraordinaria contra los idiotas, a quienes cuando menos hace arrugar el rostro, y cuando más acojona y espanta
Valga decir también que mostrarse culto sin evidenciar al menos algo de afectación no siempre es tarea fácil, del mismo modo que no lo es ser sencillo y campechano sin al propio tiempo caer a veces en la chabacanería En todo caso, lo que sí podría censurarse al pedante, a algunos pedantes para ser más precisos, sería la orgullosa ostentación que puedan llegar a hacer de sus conocimientos. Pero yo a esos ya no los llamaría pedantes, sino más bien soberbios, diferencia a la que alude precisamente este hilo abierto por Neytiri, ya que ambas cosas no son lo mismo. El pedante puede resultar afectado, pero lo que pretende en definitiva es un intercambio cultural que en tal sentido resultará sin duda enriquecedor para el que recibe su mensaje. El soberbio, en cambio, tiende al menosprecio, y lo hace tanto mediante la magnificación de unas pretendidas virtudes propias como haciendo patentes las carencias ajenas. Los soberbios serían, por tanto, seres antipáticos; pero los pedantes no tanto.
En suma, que no resulta fácil definir al pedante y, por tanto, menos aún saber quién lo es o deja de serlo. Yo en ese sentido prefiero leer a alguien del que pueda en cierto modo aprender, por muy pedante que pueda resultar su lectura, que a quien nada de interés me aporta, por muy asequible que sea su vocabulario. Hay quien, por ejemplo, leerá a Proust, o a Borges, o a Múgica Laínez, y le parecerán auténticos pedantes, pues en efecto lo son (si atendemos a su exquisita erudición y a cómo la hacen patente en sus obras). Pero quienes así los tildan no tendrán, seguro, la enorme dicha de llegar a apreciar cómo su prosa es capaz de desmenuzar el alma humana y hacernos a algunos lectores penetrar hasta los rincones más escondidos de ésta.
También contamos con una larga nómina de pedantes patrios, algunos de lo más ilustres. Ahí tenemos, por ejemplo, al extinto Paco Umbral, pedante confeso donde los haya, como lo fue su mentor, el insigne Cela, quien en algunas de sus obras dejó el listón de la pedantería realmente alto. ¿Y acaso alguien osará tratar a cualquier de ellos con desprecio en lo que a su talento se refiere? También los hay, claro está, menos brillantes, como Sánchez Dragó, miembro de todo derecho de la cofradía de los pedantes, o el filósofo y escritor Savater (que llegó a ser premio planeta), o el engolado Punset, pedante entre los pedantes, o el ampuloso Luis Alberto de Cuenca, que por ser pedante tiene pedante hasta el nombre. En fin, que ya vemos que pedantes hay de todos los géneros y para todos los gustos, pero con un denominador común: todos ellos tienen un componente cultural e intelectual muy por encima de la media. Y eso, creo yo, es algo que habrían de tener siempre en cuenta quienes desde la ignorancia se atreven a levantar el dedo para censurar aquello de lo que no tienen ni puta idea.
Pero más allá de definiciones, mi opinión es que la pedantería hay que entenderla con relación al nivel cultural del auditorio. Así, quien utiliza un lenguaje especializado dirigiéndose a una audiencia especializada en modo alguno resultará pedante, toda vez que el lenguaje empleado tendrá un destinatario que seguramente apreciará sus diferentes matices. Si, por ejemplo, un enólogo refiere a otro colega que el aroma de un determinado burdeos deriva de su añada y del tiempo que estuvo en barrica de roble, no actuará con pedantería; pero sí lo hará si esa misma observación se la hace a un paisano cuyo alcance en lo que a vinos se refiere no le da más que para distinguir el tinto del blanco y del rosado. Eso también podría llevarnos a deducir que el problema no está en lo pedante de la persona, ni siquiera en lo pedante de su discurso, sino en la inutilidad manifiesta de emplear cierto lenguaje ante una audiencia que no alcanza a comprenderlo.
Quizá por ello deberían algunos reprimir su insolencia al emplear el término pedante con un matiz peyorativo para designar a quien se sirve de un vocabulario rico y variado, ya que en ocasiones lo realmente lamentable es el penoso nivel (al menos en el aspecto lingüístico) que revela el oyente. Pues, me pregunto: ¿hasta qué punto ha de rebajar el que habla (o escribe) su capacidad dialéctica para, en aras a la comunicación, adaptarse a la menor capacidad comprensiva del oyente (o lector)? Fijaos que no es una cuestión baladí, pues si la radicalizamos en lo que resulta una palmaria exageración, es posible que debiéramos en definitiva reemplazar las “qües” por las “kaes” o suprimir de un plumazo vocales y “haches”, para de este modo igualar el listón por lo bajo, aun a costa de a largo plazo convertir en absoluta miseria lo que en su día fuese riqueza lingüística. Yo considero que resulta muy triste que, tras largos siglos de evolución lingüística y cultural, amplias capas de nuestra sociedad contemporánea muestren una comprensión de conceptos tan reducida y hagan uso de un vocabulario propio de niños de párvulos.
Lo cierto es que generalmente para ser pedante hay que tener al menos cierta cultura, y exhibirla. Raro es de hecho que un tonto resulte pedante, pues no en vano la pedantería requiere una mínima cimentación intelectual, y de ahí que se dé sobre todo entre literatos, artistas, catedráticos, etc, etc.
Además, la pedantería en ocasiones es un arma extraordinaria contra los idiotas, a quienes cuando menos hace arrugar el rostro, y cuando más acojona y espanta
Valga decir también que mostrarse culto sin evidenciar al menos algo de afectación no siempre es tarea fácil, del mismo modo que no lo es ser sencillo y campechano sin al propio tiempo caer a veces en la chabacanería En todo caso, lo que sí podría censurarse al pedante, a algunos pedantes para ser más precisos, sería la orgullosa ostentación que puedan llegar a hacer de sus conocimientos. Pero yo a esos ya no los llamaría pedantes, sino más bien soberbios, diferencia a la que alude precisamente este hilo abierto por Neytiri, ya que ambas cosas no son lo mismo. El pedante puede resultar afectado, pero lo que pretende en definitiva es un intercambio cultural que en tal sentido resultará sin duda enriquecedor para el que recibe su mensaje. El soberbio, en cambio, tiende al menosprecio, y lo hace tanto mediante la magnificación de unas pretendidas virtudes propias como haciendo patentes las carencias ajenas. Los soberbios serían, por tanto, seres antipáticos; pero los pedantes no tanto.
En suma, que no resulta fácil definir al pedante y, por tanto, menos aún saber quién lo es o deja de serlo. Yo en ese sentido prefiero leer a alguien del que pueda en cierto modo aprender, por muy pedante que pueda resultar su lectura, que a quien nada de interés me aporta, por muy asequible que sea su vocabulario. Hay quien, por ejemplo, leerá a Proust, o a Borges, o a Múgica Laínez, y le parecerán auténticos pedantes, pues en efecto lo son (si atendemos a su exquisita erudición y a cómo la hacen patente en sus obras). Pero quienes así los tildan no tendrán, seguro, la enorme dicha de llegar a apreciar cómo su prosa es capaz de desmenuzar el alma humana y hacernos a algunos lectores penetrar hasta los rincones más escondidos de ésta.
También contamos con una larga nómina de pedantes patrios, algunos de lo más ilustres. Ahí tenemos, por ejemplo, al extinto Paco Umbral, pedante confeso donde los haya, como lo fue su mentor, el insigne Cela, quien en algunas de sus obras dejó el listón de la pedantería realmente alto. ¿Y acaso alguien osará tratar a cualquier de ellos con desprecio en lo que a su talento se refiere? También los hay, claro está, menos brillantes, como Sánchez Dragó, miembro de todo derecho de la cofradía de los pedantes, o el filósofo y escritor Savater (que llegó a ser premio planeta), o el engolado Punset, pedante entre los pedantes, o el ampuloso Luis Alberto de Cuenca, que por ser pedante tiene pedante hasta el nombre. En fin, que ya vemos que pedantes hay de todos los géneros y para todos los gustos, pero con un denominador común: todos ellos tienen un componente cultural e intelectual muy por encima de la media. Y eso, creo yo, es algo que habrían de tener siempre en cuenta quienes desde la ignorancia se atreven a levantar el dedo para censurar aquello de lo que no tienen ni puta idea.
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- Mario Cavara
- Foroadicto
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- Registrado: 08 Oct 2016 18:26
Re: Sobre pedantes y soberbia
Joder, vaya ladrillaco que acabo de soltar. Soy un pedante de cuidado
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Re: Sobre pedantes y soberbia
Bua... Mucho intrusismo hay en la pedantería, como en todo...Mario Cavara escribió: Lo cierto es que generalmente para ser pedante hay que tener al menos cierta cultura, y exhibirla. Raro es de hecho que un tonto resulte pedante, pues no en vano la pedantería requiere una mínima cimentación intelectual, y de ahí que se dé sobre todo entre literatos, artistas, catedráticos, etc, etc.
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- ukiahaprasim
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Re: Sobre pedantes y soberbia
Gavalia escribió:Disculpad... ¿habéis visto al robotillo por aquí? Andaba yo buscándole y se me ocurrió que...
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- hexagono69
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- Registrado: 10 Jun 2013 10:40
Re: Sobre pedantes y soberbia
Peor que los pedantes, soberbios y sabihondos; son los ignorantes, los falsarios y las liantas.
- Nelly
- GANADOR del I Concurso de relatos
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Re: Sobre pedantes y soberbia
Interesante... para mí una persona soberbia es una persona que no es capaz de pedir perdón aunque se equivoque y además que tiende a pisar a los demás. Es decir, considera que sus opiniones están por encima de las de los otros y no acepta que puedan existir dos opiniones iguales en valor pero diferentes en contenido.
Lo de pedantería... pues mira, ahí.... va más en cómo sea la persona. A mí un chico me llamó pedante porque le dijé: "¡¡¡Estoy derrengáaa!!!" así en plan paleto. Y el chico no conocía la palabra "derrengada" se sintió mal y me llamó pedante. No creo que facilidad de vocabulario sea igual a pedante. Creo que un pedante es una persona que te mira por encima del hombro.
No sabría decirte si eso va en línea a tu hilo. Hay gente que no sabe mucho pero es soberbia y pedante y hay gente que sabe mucho que habla con humildad. No sé.
Lo de pedantería... pues mira, ahí.... va más en cómo sea la persona. A mí un chico me llamó pedante porque le dijé: "¡¡¡Estoy derrengáaa!!!" así en plan paleto. Y el chico no conocía la palabra "derrengada" se sintió mal y me llamó pedante. No creo que facilidad de vocabulario sea igual a pedante. Creo que un pedante es una persona que te mira por encima del hombro.
No sabría decirte si eso va en línea a tu hilo. Hay gente que no sabe mucho pero es soberbia y pedante y hay gente que sabe mucho que habla con humildad. No sé.
Neytiri escribió:Abro hilo porque tuve una gran discusión familiar acerca de los siguiente: ¿dónde está el límite entre ser pedante y ser modesto? Yo (que siempre tengo razón -es coña- y quiero que sea así) pienso que ser pedante es presumir de lo que sabes y menospreciar los conocimientos de los demás, aquellos de los que careces. Por ejemplo: me sé la Constitución entera pero no sé qué huesos hay en el cuerpo humano. Pero no solo pienso que saber la constitución sea más importante, también creo que saber operar un corazón es una mierda que soluciono en google.
No sé si me explico. ¿Hemos llegado a un punto de soberbia irreversible?
- Mario Cavara
- Foroadicto
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- Registrado: 08 Oct 2016 18:26
Re: Sobre pedantes y soberbia
Más o menos por ahí iba cuando dije que se tiende con frecuencia a calificar la pedantería ajena en función de la ignorancia propiaNelly escribió: A mí un chico me llamó pedante porque le dijé: "¡¡¡Estoy derrengáaa!!!" así en plan paleto. Y el chico no conocía la palabra "derrengada" se sintió mal y me llamó pedante.
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