El proceso de escribir una novela
Moderadores: kassiopea, Kiraya
Desde que escribí mi primera novela en la Universidad hasta ahora, mi método de trabajo ha cambiado bastante. Antes partía de una idea y un pequeño guión y escribía a ratos muertos, según iba saliendo.
Hoy todo ha cambiado. Ahora desarrollo la idea en mi cabeza, ampliándola día a día, añadiendo y suprimiendo detalles hasta darle una dirección concreta. Hago un casting de personajes, dedicando varios días a cada uno de los protagonistas y algo menos a los secundarios. Y siempre llevo un cuaderno de notas para montarme mis esquemas.
Tras este laborioso proceso que puedo llevar a cabo mientras atiendo otras tareas, me pregunto si es el momento de empezar a escribir, me respondo que sí, digo adiós a mi vida social durante una larga temporada y me pongo en faena.
Y la faena consiste en sentarme ante el ordenador todas las mañanas y no levantarme hasta haber escrito entre 1000 y 2000 palabras. Método King a tope.
Siempre procuro que esas 1000 ó 2000 palabras tengan un sentido y estén bien elegidas, pero no me obsesiono ni me detengo demasiado tiempo buscando tal o cual adjetivo. Si me paro mucho rato, la pista se pierde y es difícil volver a dar con ella. Sigo adelante, consciente en todo momento de que lo que estoy escribiendo no es más que un borrador que será modificado varias veces antes de darlo por bueno. Pero para eso necesito tener el borrador en mis manos, y tal cosa sólo es posible escribiendo una primera versión en un tiempo razonable.
Si paso demasiado tiempo con una historia, acabo cansándome de ella.
Por las tardes, a veces, releo lo escrito y corrijo por encima; pero las verdaderas correcciones vendrán después, con el manuscrito finalizado e impreso en un buen taco de folios.
Mis novelas de Jaime Azcárate (que requieren de cierta documentación) suelo escribirlas en un año, revisiones y correcciones aparte. En cambio la novela juvenil que publicará Espasa la liquidé en tres meses. Siempre escribiendo una media de 1500 palabras diarias sobre una trama establecida con anterioridad.
La que estoy comenzando ahora, hace dos años que me ronda por la cabeza. Tengo un cuaderno lleno de notas y ahora estoy montando la estructura y definiendo a los personajes. Es una novela larga, compleja, con múltiples puntos de vista y bastante documentación, por lo que es posible que no empiece a redactar hasta agosto. Y una vez que empiece, procuraré que no me lleve más de seis meses.
Me acabo de dar cuenta de lo caótico y complicado que es explicar estas cosas, y de cómo lo que es útil para unos puede no servir para nada en el caso de otros escritores.
Me he limitado a contar mi experiencia esperando que sirva como un testimonio más.
Hoy todo ha cambiado. Ahora desarrollo la idea en mi cabeza, ampliándola día a día, añadiendo y suprimiendo detalles hasta darle una dirección concreta. Hago un casting de personajes, dedicando varios días a cada uno de los protagonistas y algo menos a los secundarios. Y siempre llevo un cuaderno de notas para montarme mis esquemas.
Tras este laborioso proceso que puedo llevar a cabo mientras atiendo otras tareas, me pregunto si es el momento de empezar a escribir, me respondo que sí, digo adiós a mi vida social durante una larga temporada y me pongo en faena.
Y la faena consiste en sentarme ante el ordenador todas las mañanas y no levantarme hasta haber escrito entre 1000 y 2000 palabras. Método King a tope.
Siempre procuro que esas 1000 ó 2000 palabras tengan un sentido y estén bien elegidas, pero no me obsesiono ni me detengo demasiado tiempo buscando tal o cual adjetivo. Si me paro mucho rato, la pista se pierde y es difícil volver a dar con ella. Sigo adelante, consciente en todo momento de que lo que estoy escribiendo no es más que un borrador que será modificado varias veces antes de darlo por bueno. Pero para eso necesito tener el borrador en mis manos, y tal cosa sólo es posible escribiendo una primera versión en un tiempo razonable.
Si paso demasiado tiempo con una historia, acabo cansándome de ella.
Por las tardes, a veces, releo lo escrito y corrijo por encima; pero las verdaderas correcciones vendrán después, con el manuscrito finalizado e impreso en un buen taco de folios.
Mis novelas de Jaime Azcárate (que requieren de cierta documentación) suelo escribirlas en un año, revisiones y correcciones aparte. En cambio la novela juvenil que publicará Espasa la liquidé en tres meses. Siempre escribiendo una media de 1500 palabras diarias sobre una trama establecida con anterioridad.
La que estoy comenzando ahora, hace dos años que me ronda por la cabeza. Tengo un cuaderno lleno de notas y ahora estoy montando la estructura y definiendo a los personajes. Es una novela larga, compleja, con múltiples puntos de vista y bastante documentación, por lo que es posible que no empiece a redactar hasta agosto. Y una vez que empiece, procuraré que no me lleve más de seis meses.
Me acabo de dar cuenta de lo caótico y complicado que es explicar estas cosas, y de cómo lo que es útil para unos puede no servir para nada en el caso de otros escritores.
Me he limitado a contar mi experiencia esperando que sirva como un testimonio más.
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- guajars
- Lector ocasional
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- Registrado: 29 Nov 2007 14:49
- Ubicación: Santiago, Chile
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Azcárate, me gustó tu proceso de escritura, especialmente lo que se refiere a los personajes. Yo suelo armarlos en mi cabeza y hacerles una ficha antes de comenzar a escribir, usualmente tomo gente que conozco como avatares para armar las maquetas, pero también me apropio de personalidades públicas, actores y actrices de Hollywood en tal o cual papel, retoco las fotos para que se parezcan a mis personajes incluso.
Y actualmente, dada mi ignorancia acerca de ciertos tópicos que debo abordar en la ucronía que estoy planificando, convenciones culturales e históricas, he tenido que investigar bastante. Me fío principalmente de la Wikipedia, pro también del Scholar de google.
No sé cuánto escribo al día... hay días en que mi objetivo es llegar a dormir después del trabajo, pero hay otros (los sábado especialmente) en que me lanzo y no me puedo detener.
Pronto voy a tener más tiempo para escribir, así que recién entonces me pondré a contar cuánto hago diariamente.
Y actualmente, dada mi ignorancia acerca de ciertos tópicos que debo abordar en la ucronía que estoy planificando, convenciones culturales e históricas, he tenido que investigar bastante. Me fío principalmente de la Wikipedia, pro también del Scholar de google.
No sé cuánto escribo al día... hay días en que mi objetivo es llegar a dormir después del trabajo, pero hay otros (los sábado especialmente) en que me lanzo y no me puedo detener.
Pronto voy a tener más tiempo para escribir, así que recién entonces me pondré a contar cuánto hago diariamente.
Última edición por guajars el 17 Jun 2008 22:45, editado 1 vez en total.
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- doctorkauffman
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jamás escribo una nota, o un apunte. nunca construyo los personajes en un cuaderno aparte ni hago fichas de ningún tipo. la novela ya puede tener 500 páginas que yo no hago ninguna anotación. todo está en mi cabeza. no creo que sea un buen método, pero es que no lo puedo evitar. no puedo tomar notas, no me sale. si escribo notas siento como si estuviera perdiendo parte de la historia. NO sé explicarlo, lo siento.
Me gustaría añadir que comparo el proceso de escritura de una novela con la realización de una película:
- Cuando esbozo el esquema de cada capítulo, es como si estuviera escribiendo el guión.
- La redacción es similar al rodaje. Siempre se escribe más de lo que luego se utilizará. Y no todo lo que se escribe sale bien a la primera.
- Las correcciones son como el montaje. Cortas aquí y allá, cambias frases, párrafos y capítulos de sitio, eliminas algunas cosas o las cambias por otras nuevas que hay que volver a redactar (o sea, a rodar).
La ventaja es que es mucho más barato y no tienes que lidiar con actores, que es la peor tortura que puede sufrir un ser humano.
- Cuando esbozo el esquema de cada capítulo, es como si estuviera escribiendo el guión.
- La redacción es similar al rodaje. Siempre se escribe más de lo que luego se utilizará. Y no todo lo que se escribe sale bien a la primera.
- Las correcciones son como el montaje. Cortas aquí y allá, cambias frases, párrafos y capítulos de sitio, eliminas algunas cosas o las cambias por otras nuevas que hay que volver a redactar (o sea, a rodar).
La ventaja es que es mucho más barato y no tienes que lidiar con actores, que es la peor tortura que puede sufrir un ser humano.
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- De Librum Tremens
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- Registrado: 18 Abr 2006 18:19
Yo con los personajes me hago también un pequeño guión. Nacimiento si es importante, características, filiaciones, manías, etc... para ir dándole cuerpo y no liarme luego.
Sin embargo, termino variando sobre la marcha. Siempre. Impepenablemente, nunca sigo ese guión.
¿Por qué entnces o hago? Ni idea.
En ocasiones, he matado a personajes que pensaba que iban a sobrevivir por alguna razón. Por ejemplo, ser el oponente al protagonista. Sin embargo, cuando escribo y engancho una idea que me parece buena por alguna razón, luego me cuesta quitarla. Y si en ese momento toca matarle, pues se le mata.
Me ha pasado en Deus Vult. Al principio no pensaba meter ciertas cuestiones que terminaron estando. Simplemente se fue liando la cosa...
¿Por qué? De verdad lo digo: aún no lo sé.
Sin embargo, termino variando sobre la marcha. Siempre. Impepenablemente, nunca sigo ese guión.
¿Por qué entnces o hago? Ni idea.
En ocasiones, he matado a personajes que pensaba que iban a sobrevivir por alguna razón. Por ejemplo, ser el oponente al protagonista. Sin embargo, cuando escribo y engancho una idea que me parece buena por alguna razón, luego me cuesta quitarla. Y si en ese momento toca matarle, pues se le mata.
Me ha pasado en Deus Vult. Al principio no pensaba meter ciertas cuestiones que terminaron estando. Simplemente se fue liando la cosa...
¿Por qué? De verdad lo digo: aún no lo sé.
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Azcárate escribió:Me gustaría añadir que comparo el proceso de escritura de una novela con la realización de una película:
- Cuando esbozo el esquema de cada capítulo, es como si estuviera escribiendo el guión.
- La redacción es similar al rodaje. Siempre se escribe más de lo que luego se utilizará. Y no todo lo que se escribe sale bien a la primera.
- Las correcciones son como el montaje. Cortas aquí y allá, cambias frases, párrafos y capítulos de sitio, eliminas algunas cosas o las cambias por otras nuevas que hay que volver a redactar (o sea, a rodar).
La ventaja es que es mucho más barato y no tienes que lidiar con actores, que es la peor tortura que puede sufrir un ser humano.
Alabo su clarividencia y celebro que mi método de trabajo se parezca al suyo.
¿Querrá decir eso que acaso voy por el buen camino? Ajolá. Saludos.
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- guajars
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También me ocurre XD, pero en la medida que escribo y descubro que cierto giro es mejor que el que había guionizado antes, pues reescribo el guión a partir de ese punto.De Librum Tremens escribió: Sin embargo, termino variando sobre la marcha. Siempre. Impepenablemente, nunca sigo ese guión.
¿Por qué entnces o hago? Ni idea.
Como dice Azcárate, hacer un libro es como hacer una película y cuando estás filmando el director decide cambios en la historia. Ahí van los guionistas a cambiar el texto, del que dependen los actores.
Acá es lo mismo. Intento no desviarme del guión, que por algo me di el trabajo de hacerlo, pero si agrego un nuevo elemento que no estaba descrito previamente y éste afecta todo el relato (incluido el final), debo pensar seriamente en cambiar el guión o en eliminar ese elemento hostigoso.
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- guajars
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Me gustaría también poner el tema de las "secuelas" y "precuelas" a discusión en este hilo.
Los libros que terminan con una puerta abierta en el último capítulo/escena, para mí pierden el brillo y se vuelven mediocres en el acto. Es como un deus ex machina que arregla todo, aquí el autor descubre que su idea es rentable (tal vez se lo dijo el editor) y debe modificar su historia para poner un cabo suelto llegando al final.
Prefiero cuando una novela se puede leer completa y sin cabos sueltos, donde las secuelas generan sus propias preguntas y desarrollan cabos sueltos que no son tangibles en la historia original. Valoro ese esfuerzo, crear una historia completamente nueva siguiendo el hilo de la anterior o desviándose decididamente.
Incluso acepto (soy algo selectivo) cuando el autor decide escribir una precuela, para abrir la puerta hacia la secuela cuando ésta no tiene cómo sostenerse a partir de una obra ya publicada.
¿Qué opinais?
Los libros que terminan con una puerta abierta en el último capítulo/escena, para mí pierden el brillo y se vuelven mediocres en el acto. Es como un deus ex machina que arregla todo, aquí el autor descubre que su idea es rentable (tal vez se lo dijo el editor) y debe modificar su historia para poner un cabo suelto llegando al final.
Prefiero cuando una novela se puede leer completa y sin cabos sueltos, donde las secuelas generan sus propias preguntas y desarrollan cabos sueltos que no son tangibles en la historia original. Valoro ese esfuerzo, crear una historia completamente nueva siguiendo el hilo de la anterior o desviándose decididamente.
Incluso acepto (soy algo selectivo) cuando el autor decide escribir una precuela, para abrir la puerta hacia la secuela cuando ésta no tiene cómo sostenerse a partir de una obra ya publicada.
¿Qué opinais?
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- dorsvenabili
- Vivo aquí
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- Registrado: 05 Jul 2008 16:51
- Ubicación: En mi mundo
Re: El proceso de escribir una novela
Tengo mucho que aprender de vosotros.
- Desarrollé la historia, lugares, hechos.
- Los personajes principales y secundarios. Qué pasa con ellos.
- Hice un resumen de 20 hojas.
Ahora no sé cómo apañármelas para el primer capítulo. Me falla la inspiración en este momento.
- Desarrollé la historia, lugares, hechos.
- Los personajes principales y secundarios. Qué pasa con ellos.
- Hice un resumen de 20 hojas.
Ahora no sé cómo apañármelas para el primer capítulo. Me falla la inspiración en este momento.
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Re:
¿En febrero sabremos algo?Azcárate escribió:La que estoy comenzando ahora, hace dos años que me ronda por la cabeza. Tengo un cuaderno lleno de notas y ahora estoy montando la estructura y definiendo a los personajes. Es una novela larga, compleja, con múltiples puntos de vista y bastante documentación, por lo que es posible que no empiece a redactar hasta agosto. Y una vez que empiece, procuraré que no me lleve más de seis meses.
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