Es otro enfoque distinto. Planificar no asegura el éxito, tan solo reduce las probabilidades de fracaso. Hay quien tiene una gran capacidad de improvisación y recursos suficientes para escribir sin más que una idea en la cabeza. Al final, lo principal es ser constante en alcanzar tu objetivo y no rendirse frente a los obstáculos.kassiopea escribió:Es que yo improviso mucho al escribir. Aunque tenga alguna escena pensada, luego la historia va "creciendo" sobre la marcha. Hasta los personajes terminan haciendo lo que ellos quieren Y, cuando al fin termino, siempre tengo la sensación de haber llegado donde no esperaba... es como emprender un viaje a lo desconocido repleto de imprevistosIsma escribió: Ahora, si lo intentas, es recomendable que tengas un buen plan. Una estructura pensada (escenas, capítulos, argumentos) y personajes definidos.
En mi caso -y creo sinceramente que en el de todos- es una cuestión de constancia. No se trata de batir ningún récord sino de establecerse metas. Yo llevaba pensando en desarrollar la historia durante un año, y nunca me ponía a escribirla. Marcarse unos plazos realizables ayuda a enfocarse en un objetivo. Empiezas a planificarte, a organizar la información, sabiendo que el día 1 tienes que empezar a escribir. Cuando llega la fecha comienzas a rellenar "los huecos" y te encuentras con que los personajes tienen su propia vida y se rebelan contra tus planes. Ajustas. Descubres que no habías pensado en todo. Improvisas. Quedas insatisfecho con lo que has escrito, te desanimas. Perseveras. Nada de esto habría ocurrido si hubiera seguido diciéndome que ya lo haría más adelante.Berlín escribió:Todo esto me parece cojonudo ¿Pero por qué hacerlo en un mes? ¿Qué es lo que hace que os sintáis bien, escribir una novela o haberla escrito en un mes?
Sólo lo pregunto por curiosidad...
Y así, lentamente, la historia que se desbordaba en tu cabeza, casi atormentándote, encuentra un cauce.
No soy ningún plusmarquista de las letras. Hay personas a las que escribir les sale con naturalidad porque tienen ese talento y esa necesidad. Quizás como tú, Berlín. Otros necesitamos hacer acopio de constancia y ponernos unas metas, obligarnos un poco. O un mucho.