madison escribió:El de Ordesa también he leido comentarios malísimos, pero bueno también sucede con Patria de Aramburu
Pues vas a leer un comentario bueno.
He leído “Ordesa” de Manuel Vilas. Hacía tiempo que un libro no me volaba la cabeza como lo ha hecho este. Me suele pasar con los libros autobiográficos que tocan temas como la familia, la relación con los padres, y ese tipo de cosas (¡cómo me perturbó “Nada se opone a la noche”!). Mi vida y mi relación con mi padre fue muy diferente que la del autor, y el tipo tiene trece años más que yo, y vivió en un ambiente geográfico y sociológico muy diferente al que yo viví. Aun así. Me ha volado la cabeza. Pausas para valorar algunos párrafos. Corazón encogido. Dificultades para dormir. Devorar el libro. Brutal. Brutal. Acariciar la portada, querer darle un abrazo. Sentirme plasmado en papel a leer algunas frases. Ay, qué dolor. Ay, qué librazo.
Dicho todo esto, no comprendo cómo puede ser que un libro así haya podido ser un éxito literario, haya vendido tantos ejemplares. ¿Es por la nostalgia setentera y ochentera? ¿Es porque esa generación de los nacidos en los sesenta están jodidos? ¿Es porque nos gusta leer a alguien abrirse las carnes? No lo sé, pero me alegro infinitamente. Me alegro por Vilas, quiero que haga dinero y tenga reconocimiento social y literario, SE LO MERECE, JODER, y me alegro por España, vaya, que lean el libro y empaticen con el autor, con el pueblo, con el amor y con el sufrimiento.
Se puede leer el libro como una crónica de una generación, de la crisis, del pelotazo, de lo rural versus la España de la burbuja, y lo es, es esa crónica, pero yo prefiero leerla como la obra loca de un poeta escritor que decide abrirnos las puertas de su cerebro acelerado y doliente. Ay, Vilas, me he enamorado de ti.
Creo que es un libro que amas u odias. Seguramente. No creo que deje indiferente a nadie, en plan "está bien". No, no está bien. O te gusta, y te perturba, o no te dirá nada, "¿de qué va este libro?".
El libro me lo prestó mi madre: voy a maniobrar todo lo posible para que no haga el camino de vuelta a su casa.