Y mentalmente Camila fue contando para hacer tiempo: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce, trece, catorce, quince, dieciséis, diecisiete, dieciocho, diecinueve, veinte, veintiuno, veintidós, veintitrés, veintitrés, veintitrés..., veinticuatro..., ve in ti cinco...
—¡No vienen!
—... veintiséis, veintisiete, veintiocho, veintinueve, tre in ta..., treinta y uno, treinta y dos, treinta y tres, treinta y cuatro..., treinta y cinco... —le daba miedo llegar a cincuenta— ... treinta y seis... treinta y siete, treinta y ocho...
entonces asturias es casi virginia woolf.
por otra parte, comienza a cansarme tanta jerga guatemalteca.
tengo la impresión de que tú ya lo terminaste, bartleby, y que sincronizas tus comentarios a mi ritmo de tortuga. muchas gracias.