El desbarrancadero - Fernando Vallejo

Narrativa española e hispanoamericana

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wolfhearth
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Mensaje por wolfhearth »

Leí tu comentario Caenis y es muy acertado!

Vallejo no le da enfasis a la historia. Al final la enfermedad de Dario y otros acontecimientos pasan a segundo plano. Lo importante en la obra es el lenguaje, tan desgarrador a veces y tan metaforico en otras ocasiones.
Llevo la mitad y sigo con la lectura :arrow:
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roberto boavista
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Mensaje por roberto boavista »

Esa doble vertiente de la prosa de Vallejo, la de cronista y la de creador de historias, lindan en el filo de una cuchilla. A veces me parece que se excede y está a un tín chiquitín de perderse en ese embrollo de vómito y sangre, de solideos y semillas de marihuana y acabar por embotar el libro. Pero, las más de las veces, salva el escollo (sólo leí un libro, la rambla paralela, que me pareció un poco floja). Además, esas partes que señala Caenis en medio de todo ese barro resaltan mucho más, como si de flores se tratara.


Y ya que hablamos de palabras, me quedé sin más. Voy a tratar de seguir disfrutando del baile de líneas.
Caenis
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Mensaje por Caenis »

Soy el último gramático vivo que queda en Colombia, dice Vallejo —personaje— en La Virgen de los Sicarios. Una afirmación importante, desde mi punto de vista, para entender su personalísima escritura. Como importante es, también, el hecho de que el primero de sus libros publicados, Logoi (1983), sea, precisamente, una gramática literaria. Quien narra no es un contador de historias, es un gramático, un técnico de la palabra; desde esa perspectiva, todo, incluso la más miniminúscula de las comas, tiene su razón de ser. Por lo tanto, las espirales, los embrollos, las inconsistencias, el narrar a pura arcada, a grito limpio, a golpe de escupitajo, de vómito que amalgama ira, blasfemia, ternura, desesperanza, ironía y quién sabe cuántos sentimientos más…, ese modo peculiar de escribir —que hace algunos mensajes señalaba el sr. W. (soy incapaz de escribir su nombre por exceso de consonantes e ignorancia supina de las lenguas germánicas, muchísimos perdones y disculpas)—, que parece, en apariencia, tan natural por lo desordenado, enrevesado y “dizque” desestructurado de sus líneas, no es, en realidad, más que un juego de artificio. Vallejo busca una escritura efectista, inquietante, apabullante, apantallante…, y cuanto calificativo terminado en –ante se les ocurra y la logra.
Ni vayan a pensar que todo lo anterior es fruto del cuarto y mitad de caballito de sangrita que tengo al lado del monitor, no. Ni del exceso de tabaco, tampoco. Sucede que este hombre, además de con atónitas azáleas (30) —¡Y esto es arrejuntar dos palabras como Dios manda y Vallejo nos enseña! —siembra completita la barranca de referencias, de guiños, de señas sobre la importancia de la lengua y sus enredos. Anoto, a modo de curiosidad, algunos de ellos:
* Sobre la falta de concordancia en la pronominalización del objeto directo.
—¡Se los dije, se los dije! —les decía yo triunfante, atropellando el idioma (no es “los” sino “lo” porque lo que les dije es singular así se lo haya dicho a muchos y [sic] Colombia país de gramáticos). (24)
* Sobre la precisión léxica.
—Uno, dos, tres, cuatro, cinco —iba contando Argemiro a medida que iban saliendo de su mujer los quintillizos o quíntuples, como usted prefiera, pues en esto hay discrepancia en el idioma. (31).
* Sobre la función extralingüística de los adverbios.
Ah, si hubiéramos tenido ese “medianamente” por lo menos, alguno de esos adverbios en “mente” tan tranquilizadores. (32).
* Sobre su peculiar forma de escribir.
Empiezo a escribir en forma tan arrevesada, cortando machetazos los párrafos, separando sus frases… (38).
* Sobre la contextualización de la palabra.
Hoy la sífilis es una enfermedad inocua que no tiene más que carga semántica. (43).
Me gustaba que mi hermano me llamara “loco” transponiendo lo suyo a mí. Pero como “loco” es también el trato en Bogotá entre basuqueros, ¿no sería que Darío estaba fumando basuco? (48).
* Sobre su lengua (que no es el español).
Y los pasajeros del metro se nos apartaban al oírnos hablar colombiano, no los fuéramos a atracar
. (52).
* Sobre el valor de la palabra.
¡Lo que pueden las palabras, la sola palabra “Mayiya”! ¡Quién lo iba a decir! Tomen nota los lingüistas. (59).

La pasión por la lengua y sus enredos…, nada más, nada menos.

Buenas noches.

Ps: Yo sé, por lo que he paseado el foro, que éste mío no es el modo más usual de leer por acá, pero es que me sucede con las palabras lo mismo que a Darío con la mota y el aguardiente. Mañana lo aparco y escribo de otras cosas, ¿de las malas palabras? ¿del Papa? ¿del sentido ecológico de la novela?...
Ps2: Esto parece ladrillo, ya voy a moderarme.
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Amonita

¡órales!

Mensaje por Amonita »

Estimados compas de lectura –W, RB y C-, va de entrada una rabiosa disculpa pues me apunté sin tener aseguradita la posesión del libro ¡Nä que no lo tengo, aún! … pero tengo ganas de meter mi cuchara en la barranca.

Querida C… este… este… no es hacerte la barba pero ¡qué fregonería de apuntes generas del Vallejo! Ahora se me antoja mucho más releerlo con un poco de conocimiento gramatical del buen oficio de este autor.

Así como destacas la gramática, agregaría que su oficio de cineasta sazona sus novelas. Recuerdo cuando leí la Virgen de los Sicarios, las narraciones casi me permitían mirar los despojos humanos que se escondían en la Catedral, oír los hijosdputa con sonsonete colombiano, oler las calles de Medellín; pero sobre todo, observar las escenas de la efectiva captación de chicos -casi niños- en la red del narcotráfico. Crudamente descritas, como tan crudas y crueles son los elementos de la realidad. Quizá por eso existen lectores que cierran los libros de Vallejo pues sus palabras agreden y son obscenas tanto como la miseria y el abandono afectivo que viven muchos chicos y chicas en México y Colombia. Leer a Vallejo es mirar lo que mira el autor, y sentir lo que sienten el narrador, y los personajes. ¿Verdad que parecen pelis de horror? ¿Realismo mágico, fantasmas que camina, mariposas que se mueven por el impulso de la luz? ¡NO, es deveritas!

El tipo me caía súper bien por las declaraciones ecológicas-sociales-urbanas cuando recibió el premio Rómulo Gallegos. Un reportero le preguntó porqué había donado el premio $$$ Rómulo Gallegos a una fundación protectora de animales de la calle habiendo tantos niños desprotegidos en las calles de Colombia “nadie se encarga de los perros y gatos de la calle; y de los niños de la calle que se encargue la puta madre que los parió”. Esta declaración no es misoginia, ni madre-fobia, ni valemadrismo literal. Es una declaración que apunta el origen de muchos males urbanos, las madres y el parir por parir.

Si Vallejo, en su faceta de biólogo (que también tiene esa profesión) hubiera destinado el $ para evitar la crueldad con la que matan a las foquitas en Alaska los ecólogos del mundo y las almas pías ensalzarían su acción… Por supuesto que es “lindo” gritarle al mundo que las focas sufren, como también es “feo” acusar a las “mamás” de irresponsables y putas. Así es Vallejo, directo.

A.
  • 1. Oyes… Caenis ¿y si me fotocopias El Desbarrancadero –está agotado- y nos encontramos en algún subterráneo punto pa’ que pueda participar en el clubcito de lectura?

    2. Por cierto, que lindas cursivas y letritas con rayitas. Ya se nota que los BBCode son lo tuyo.

    3. Aprovecho la tercera edición del poste. Me leía que escribí habiendo tantos niños desprotegidos en las calles ¿se puede decir así o aplica el error igual como con el habemos?
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roberto boavista
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Mensaje por roberto boavista »

Casi que a medida que se va probando vuestros bocaditos de letras más apetece sentarse y degustar los placeres de una buena comida hasta los postres.

Otro aspecto a destacar de la prosa de Vallejo, que él mismo señala en varios fragmentos, es que se define como un narrador en primera persona, por lo que no puede saber qué piensan los otros personajes (Perdonad por no citar sus mismas palabras). Si uno lo piensa un poco parece imposible que sea de otro modo.
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wolfhearth
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Mensaje por wolfhearth »

Como a Caenis le llama la atención el lenguaje de Vallejo.
A mi interesa sus posturas sociales y políticas que plasma en el libro.

Aca pongo 2 entrevistas muy interesantes

Vallejo en Chile mostrando su libro La Puta de Babilonia

Enlace


Vallejo en su casa

Enlace


Realmente este escritor ha sido el más polémico que he leído, extractos como este producen un shock momentaneo.

"...Ahora bien, si como siempre estoy en lo correcto, ¿quién los mata?...yo con gusto empalo por el culo al Papa..."
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wolfhearth
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Mensaje por wolfhearth »

Terminado!!!!

Y me gusto mucho mucho.
Es un libro que me gusto más que "La Virgen de los Sicarios" (que me dejó un poco descolocado :lol:), porque lo encontre más personal y más emotivo que el anterior que leí.

La prosa de Vallejo en este libro es desafiante, apasionante, macabra y tierna. El libro presenta una infinidad de matices, donde algunos estan muy ocultos, pero presentes.

El tipo de narración también me gusto, ese torbellino de ideas. Se torna prescindible en Vallejo contar con una introducción y un final en sus libros, ya que no los necesita.

Saludos!
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roberto boavista
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Mensaje por roberto boavista »

Terminé también. Coincido con wolfhearth en sus apreciaciones, incluso cuando comparas el desbarrancadero con la Virgen de los Sicarios, aunque ésta sea más redondeada y pulida. Oí que había una recopilación de sus libros autobiográficos llamada el Río del tiempo; en breve o en no tan breve, intentaré agenciármela.

Vi también las entrevistas que colgaste. Se me hace raro oírlo y verlo. Esa musicalidad de su voz y la cadencia de las palabras contrasta con la dureza de los conceptos en los que se expresa. A pesar de que me gustaría ubicar una entrevista más extensa y diversa.

Anoté algo de ellas: Escribo para molestar a los tartufos... Las frases tienen que tener ritmo y sonoridad

Había otra parte que escribe del amor, que ahora no consigo ubicar, pero que me recordó una frase de Onetti muy parecida. A ver si luego lo encuentro...

Aparte de detestar el empleo de las cursivas, muy a mi pesar, Vallejo hace gala de un humor poco habitual: juegos lingüísticos mezclados con la más absolutas aberraciones y aliñados con una ironía digna de los cromosomas de Swift. Es ese tipo de risa que explota en la cara y en el pecho, después ya se puede uno poner a llorar mientras se recoge los pedacitos del corazón desparramados por el piso.
Caenis
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Mensaje por Caenis »

Aunque mis ojos
ya no puedan ver ese puro destello,
que me deslumbraba.

Aunque ya nada pueda devolver la hora
del esplendor en la hierba,
de la gloria en las flores,
no hay que afligirse.

Porque la belleza
siempre subsiste en el recuerdo


William Wordsworth, Esplendor en la hierba

Al menos, debería. Debería subsistir la belleza y, con la belleza, la ternura, la alegría, la caricia…, la sensación de todo lo que fue bueno debería por siempre subsistir en la memoria. Sin embargo, en Vallejo, apenas destellan las cosas buenas, las cosas bellas, las que invitan, cuando llueve, a perderse en los rincones de la melancolicinia: Entre las ruinas, como islitas del silencio eterno, quedaban en pie las iglesias […] Ni siquiera eso me dejaron, esos oasis de paz, frescos, callados, donde yo solía de muchacho refugiarme del estrépito y el calor de afuera y me ponía a escuchar reverente, en un recogimiento devoto, el silencio de Dios. (51) Éste, el suavecito, lírico casi, es mi Vallejo preferido; él que oculta tras los gritos la nostalgia de los paraísos perdidos: Y me puse a bendecir a Dios que nos había dado esa belleza y tantas otras, inmerecidamente (93). Que distinto, ¿no?, del Vallejo que madrea, maldice, truena y relampaguea con gritos y sombrerazos a diestro y siniestro, del que juzga y condena de antemano sin siquiera cachito de pedazo de pizca de compasión por nada ni por nadie. Por eso, me parece, es que se lee Vallejo tan solo y como acuchillado de tristeza. De tristeza, de desamor, de dolor.

Sobre todo de dolor: dolor por la madre que castra, por la patria que castra, por el padre castrado… Sobre todo el dolor, sí, expresado en millones de palabras destinadas, únicamente, a desgastar una obsesión a golpe de improperio, a fuerza de ultraje, a pura injuria, oprobio, baldón e irreverencia en un torbellino espeso que se desborda y oculta, en el último rincón de la memoria, la gloria de las flores y el esplendor de la hierba. Extraño, en Vallejo, la memoria de las cosas buenas. Me fatiga, lo constante de la intemperancia, las páginas y páginas y más páginas aún nacidas al afán de la polémica, la pertinaz presencia de la maldición, la ausencia —siempre tibia—, de los buenos recuerdos. Prefiero, insisto, al otro Vallejo, de distancia más corta, de voz más honesta y, por tanto, más sorpresiva: Algo tan sutil como un hilito de humo venía a unirnos negando el tiempo. Brilla en la oscuridad la punta roja de una varita de incienso y mi hermano vuelve a la vida por la magia de Aladino. (164).

Se me hace que no, que no termina de complacerme este Vallejo que descompone las cosas malas de la vida en partes miniminúsculas para zurcir con ellas un peto y un espaldar sin notar que la armadura lo atrapa sin remedio, lo estrangula, lo perfora, lo enreda en mil historias que son siempre la misma, la misma y única historia, la historia de la vida de Vallejo que, finalmente, no lo conduce a ninguna parte. A ninguna parte buena, por lo menos. Que lo conduce, en todo caso, bien lejos de la gloria de las flores, del esplendor de la hierba…

(Ando medio cursi hoy, pero sigo leyendo…)
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wolfhearth
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Mensaje por wolfhearth »

Es que esas frases que tu dices, y que nombras con esplendorosa benevolencia son las que a mi parecer Vallejo ocupa para darnos un aliento entre frase cortante y golpe en la nuca.
Vallejo para mi es eso, un ser sin filtro, incomodo con la vida a su alrededor, que te mata y te vuelve a matar. Pero como el mismo dijo en una entrevista que puse más arriba, el habla sobre la vida, y en la vida hay momentos tan buenos como tan malos.

Saludos!
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roberto boavista
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Mensaje por roberto boavista »

Ahí está el fragmento:

Vallejo, amor de abuela:

Yo por mi parte la quería a ella más que a nadie, con un amor ilimitado. Si ella no me correspondía con la misma medida, qué me importa, qué carajos, el amor es así: desbalanceado, desajustado, desequilibrado, cojo.

Onetti en la clásica entrevista de A fondo:

...y que siempre en la relación amorosa hay por lo menos uno que es sordo. En un sentido de la comunicación. Generalmente, son los dos, pero...

Me llamaba la atención que ambos autores lo relacionaran con una discapacidad física. Ahora que lo pienso, también hay un dicho archimanido que dice que el amor es ciego. Y yo añadiría que a veces también es mudo. Y calvo, tuerto, jorobado y cuanto se precise. No será por falta de carencias que nos quedemos sin atributos.
Caenis
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Mensaje por Caenis »

Nihil novum sub sole, que diría usted, don Vallejo, tan aficionado a sembrar de latinajos la barranca. Nihil novum sub sole, ni siquiera el titipuchal y cuarto de ladridos por el muerteadero de Colombia, su paraíso perdido. Paraísos como ése se tropiezan en cada esquina por este lado del mar. Rabietas como la suya, también. Tenemos por estos lares la costumbre del desequilibrio. Y no, no es que me queje yo, ni que le niegue su derecho al pataleo, al grito y al sombrerazo por todos los males de esa mala patria suya, pero de que me cansa tanta diatriba yuxtapuesta, me cansa. ¿Cómo le explico? Verá, a mí se me hace que tanta invectiva, tanta maldición, tanta mala leche avinagrada, no deja de ser una forma —ruidosa por demás—, de expresar el desaforado amor que siente usted por su tierra, ésa de la que renegó por las dizque corruptelas de ésos, éstos, aquellos y las arañas. Entiendo, de veras que sí, que los amores contrariados requieren de rasgaduras, despelujes, rechinidos y alharaca bastante pero, ¿sabe una cosa?, por más que los estructure usted con la sintaxis de los domingos, por más que yuxtaponga como los ángeles y aposicione como el diablo, tal cantidad de berridos a la sexta línea cansa. Matizo: a la sexta línea me cansa. La polémica, cuando gira eternamente en torno al mismo eje, aburre por artificiosa e iterativa. Le falta, a su dolor por Colombia, la serenidad, esa pizquita de aceptación resignada tan notoria en su llanto por los perros: El albergue de la Sociedad Protectora de Animales de Medellín […] es como un agujero negro del universo porque el dolor que concentra es tan grande que la luz que a él llega en él se muere, de él no sale (95-96). Eso, don Vallejo, es dolor del bueno y no su gritadera. Le falta a usted equilibrio en la memoria: mucho malo y poco bueno, a eso pueden reducirse sus escritos.
Lo que sería harto fatigoso si no escribiera usted tan bonito como escribe pese a su abuso de las palabras feas, alti y malsonantes. Pero, ¿sabe qué?, no termino de creérmela. Mire nomás ésa su cita que, valga la redundancia, nos cita el Sr. Boavista: El amor es así: desbalanceado, desajustado, desequilibrado, cojo. Más que cojo, a mí se me hace tetrapléjico su concepto del amor por tanto y tan bien como trabajó la redundancia de quasisinónimos, la aliteración, la personificación y sepa cuánta cosa más que le ha metido a sus cuatro palabritas a costa de degradar la emoción que debiera usted provocarme y no me provoca. Lástima, ¿no? Debe ser, se me hace que sí, que no consigo verlo como personaje, que no hay modo de que usted se distancie de sí mismo y cree un personaje con personalidad propia, con rasgos característicos y, por lo mismo, no importa cuánto me esfuerce, me resulta difícil desvincularme del periodista. Sus continúas autorreferencias al oficio de escribir ayudan lo suyo, claro: Bajé la escalera, abrí el portón y dando un portazo de puta madre que hizo cimbrar la casa y la bajó sus putos humos a la Muerte salí a la calle. ¡Protagonismos a mí, en un libro mío, cabrones! (90).
Tengo más quejas, Sr. Vallejo, pero también harto, mucho, bastante, demasiado sueño, ya le seguiré mañana.
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roberto boavista
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Mensaje por roberto boavista »

Mantienes a Vallejo en vilo desde hace dos ayeres.
Caenis
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Mensaje por Caenis »

Mientras sea Vallejo y no usted quien viva en vilo no hay que preocuparse. Pero ya voy a apurarme.

Linda noche (o día).
Amonita

134

Mensaje por Amonita »

134

Vaya manera de empezar tiene este Vallejo en El Desbarrancadero –una manerita cantada y pintada que lleva a tararear las otras maneras (“de que callada manera se me adentra usted sonriendo” o “¡qué manera de quererte qué manera!”). Son 134 palabras, que pasean al lector por una casa, nos transportan en el tiempo y luego provocan mover la cabeza de arriba pa’bajo afirmando con Vallejo que en Latinoamérica todos nuestros ríos son cloacas. Muy cineasta el asunto ¿a que sí?

29 palabras, 7 acciones: abrir, saludar, subir, cruzar, llegar, desplomar, caer.
68 palabras: infancia, navidad, alegría, ríos limpios, riveras con mierda…

Recordemos tan enganchador inicio:

Cuando le abrieron la puerta entró sin saludar, subió la escalera, cruzó la segunda planta, llegó al cuarto del fondo, se desplomó en la cama y cayó en coma. Así, libre de si mismo, al borde del desbarrancadero de la muerte por el que no mucho después se habría de despeñar, pasó los que creo que fueron sus únicos días en paz desde su lejana infancia. Era la semana de navidad, la más feliz de los niños de Antioquia. ¡Y qué hace que éramos niños! Se nos habían ido pasando los días, los años, la vida, tan atropelladamente como ese río de Medellín que convirtieron en alcantarilla para que arrastrara, entre remolinos de rabia, en sus aguas sucias, en vez de las sabaletas resplandecientes de antaño, mierda, mierda y más mierda hacía el mar.

Comparando con otros "vallejos"* sorprende que cuando quiere ser explícito no se mide y puede utilizar 367 palabras para hablar de lo mismo: de la Iglesia Católica ¿alguien podría agregar algo más?

LA PUTA, LA GRAN PUTA, la grandísima puta, la santurrona, la simoníaca, la inquisidora, la torturadora, la falsificadora, la asesina, la fea, la loca, la mala; la del Santo Oficio y el Índice de Libros Prohibidos; la de las Cruzadas y la noche de San Bartolomé; la que saqueó a Constantinopla y bañó de sangre a Jerusalén; la que exterminó a los albigenses y a los veinte mil habitantes de Beziers; la que arrasó con las culturas indígenas de América; la que quemó a Segarelli en Parma, a Juan Hus en Constanza y a Giordano Bruno en Roma; la detractora de la ciencia, la enemiga de la verdad, la adulteradora de la Historia; la perseguidora de judíos, la encendedora de hogueras, la quemadora de herejes y brujas; la estafadora de viudas, la cazadora de herencias, la vendedora de indulgencias; la que inventó a Cristoloco el rabioso y a Pedropiedra el estulto; la que promete el reino soso de los cielos y amenaza con el fuego eterno del infierno; la que amordaza la palabra y aherroja la libertad del alma; la que reprime a las demás religiones donde manda y exige libertad de culto donde no manda; la que nunca ha querido a los animales ni les ha tenido compasión; la oscurantista, la impostora, la embaucadora, la difamadora, la calumniadora, la reprimida, la represora, la mirona, la fisgona, la contumaz, la relapsa, la corrupta, la hipócrita, la parásita, la zángana; la antisemita, la esclavista, la homofóbica, la misógina; la carnívora, la carnicera, la limosnera, la ratufa, la mentirosa, la insidiosa, la traidora, la despojadora, la ladrona, la manipuladora, la depredadora, la opresora; la pérfida, la falaz, la rapaz, la felona; la aberrante, la inconsecuente, la incoherente, la absurda; la cretina, la estulta, la imbécil, la estúpida; la travestida, la mamarracha, la maricona; la autocrítica, la despótica, la tiránica; la católica, la apostólica, la romana; la jesuítica, la dominica, la del Opus Dei; la concubina de Constantino, de Justiniano, de Carlomagno; la solapadora de Mussolini y de Hitler; la ramera de las rameras, la meretriz de las meretrices, la puta de Babilonia, la impune bimilenaria tiene cuentas pendientes conmigo desde mi infancia y aquí se las voy a cobrar.
*Vallejo, Fernando. La Puta de Babilonia. Edit.Planeta, 2007.

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Oyes, Caenis por supuesto que despotricar tanto de algo-alguien puede ser una manera de querer bien fuerte. La diferencia no se capta, quizá, en la palabra en si misma, sino en el modo de pronunciar la frase.. y la mirada..., y el tonito... y hay tantos asegunes para que algo pase de ser poca madre a estar de poca madre, es decir que la malsonancia bien dicha, es un piropo bien hecho.

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Wolf y R. Boavista ¿ya se fueron a otro libro? ojalá se pasen por acá nomás a saludar, aunque sea.

A.
Última edición por Amonita el 30 Jun 2008 06:04, editado 1 vez en total.
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