Foro, que no blog, en el que escribir sobre todo lo que se os ocurra referente a libros que hayáis leído, o no, y sus autores. Somos afiliados de Amazon.
Un buen día, Álvaro decide irse a Nueva York. El viaje de su vida, y la ciudad que nunca duerme es el objetivo del protagonista. Poco a poco se irá encontrando con una serie de personajes y lugares que le harán plantearse muchas cosas. De él mismo.
Con una narrativa en pequeños "Flashes" y un final inesperado y que da mucho sentido a la obra. Quijano nos sorprende con una novela de encuentros y desencuentros en el corazón de la gran manzana.
Pues eso. en la Sinopsis está mi "visión" de la novela que tuve el gusto de leer en primicia hace unos días
Recuento 2024 Nos pasamos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante (Oscar Wilde)
He llegado solamente hasta el capítulo V, pero pinta muy bien la historia: pausada, reflexiva...
Me gustan los pensamientos que se trae Álvaro sobre la soledad y la felicidad en un mundo tan saturado de comunicación.
Y me gusta Sally
Un pequeño off-topic: tengo desde ayer la cancioncilla del McEnzie metida en la cabeza; cuando era pequeña mis padres tenían un vinilo con la versión en español, de Los Mustang, y me ha traído un montón de recuerdos... (aún conservo el vinilo pero no el tocadiscos... )
[quote="eskarina"Un pequeño off-topic: tengo desde ayer la cancioncilla del McEnzie metida en la cabeza; cuando era pequeña mis padres tenían un vinilo con la versión en español, de Los Mustang, y me ha traído un montón de recuerdos... (aún conservo el vinilo pero no el tocadiscos... )[/quote]
Yo la tengo en un LP de canciones de aquella época, originales, y sí tengo tocadiscos cuando quieras te lo presto un ratito.
Los Mustang también me gustaban y los bailaba.
A mí también me gusta Sally. Y quiero bailar con ella.
Ayer leí este libro y me ha encantado (el ruido, el silencio, la luz ,las tinieblas..), he disfrutado muchísimo con todos los personajes que van al encuentro del protagonista
la totalidad que te demuestra a cada instante que pequeños somos en realidad y sin embargo...
. Con todas las anécdotas que le suceden a lo largo de su recorrido por New York
encontrarse a Benedetti es digno de un sueño, cierto. Con la incontinencia verbal del policía me reí mucho, lo del Gugem me encantó (Kandinsky), la experiencia en el Empire State, en el capítulo doce la chica que desahoga con él, los tres personajes que lo rodean en Radio City...
Y el final no podía ser mejor. En resumen, me ha parecido un libro estupendo, repleto de frases para memorizar, aunque yo destaco una y me la quedo:
Sunrise escribió:Ayer leí este libro y me ha encantado (el ruido, el silencio, la luz ,las tinieblas..),
Gracias, Sunrise, por esto y por todo lo que dices, pero por no repetirlo, no lo copio.
Yo disfruté mucho escribíendo, recordando mis viajes a Nueva York, aunque yo no me encontré a ninguna Sally... una pena.
¿Tanto echo de menos el café? esclavo del Cola-cao soy.
Comencé la novela de Takeo y no quiero perder los matices de su lectura escribiendo una crítica al finalizarla, así que iré colocando mis apuntes poquito a poco:
Encuentros en New York de Vicente Quijano.
El comienzo de la novela me desconcertó, no me pareciste Takeo “la lluvia caía con dolor de muerte” me resultó excesivamente pretencioso. El calificativo “dolor de muerte” me pareció poco afortunado para una lluvia torrencial. Tal vez las nubes llorasen con dolor de muerte y de ahí la tromba de agua que caía.
Luego se sube el cuello del impermeable y coloca el periódico a buen recaudo en el interior de la gabardina, a la que considero igualmente impermeable, sin embargo la imagen que proyecta en la mente del lector es diferente, incluso de color: azul o beig.
“Consiguió amagar el intento de lágrima que buscaba una ranura para abandonar el lagrimal” me resultó una frase larga y extraña para significar un estado de emoción al borde de las lágrimas.
La primera página de la novela es pues, según mi criterio, manifiestamente mejorable, me pareció forzada, como si te hubiese costado trabajo iniciar a escribirla, como si no hubieses estado fino ese día; sin embargo, desde la página 8 o sea, la segunda, pasado el momento inicial del parto literario —qué difícil resulta a veces arrancar una novela—, sueltas la mano y comienzas escribir de verdad como tú sabes hacerlo. Qué bonita la historia del Mar Muerto, qué bien desarrollado el proceso creativo del publicista y la profundidad de la idea del anuncio de bebida, del trabajo que presenta.
El capítulo 2, lo inicias con una excelente descripción del despegue de un avión: “los verdes cada vez más amplios, las casas más desperdigadas…” Luego describes el momento mágico del amanecer en medio del Atlántico y realizas una comparativa poética del amanecer imaginando como sería la imagen del cambio estacional o el de caída de la primera hoja otoñal o del último copo de nieve del invierno, y yo, que vivo donde esos cambios son profundos y hermosos como no podemos imaginar, me hizo soñar que había soñado un sueño.
Gracias, Fénix, revisaré lo que apuntas negativo y me emborracharé un ratito de lo positivo.
Sí que tienes razón en lo que cuesta, a veces, la primera página en blanco en el ordenador. Deberían venderlos con primeras páginas ya escritas
La llegada a New York, la vas describiendo como la hemos sentido todo el que ha pisado un aeropuerto internacional norteamericano. Esas sensaciones que describes, son tan ciertas como cierto que somos sospechosos de inmigración ilegal ante cualquier policía de aeropuerto. Luego el recorrido hasta el hotel y su entrada, todo plasmado desde la liberación positiva del personaje, que no se asusta ni con el frío ni con la lluvia.
La alfombra del hotel “debía llevar instalada más tiempo que la misma existencia del edificio”, exageras, como mucho “tanto tiempo”.
Sally Back es un personaje del que se puede sacar mucho jugo y del que te enamora el magnetismo que desprende. Predispones al lector para que se enamore de ella a pesar de su indumentaria y de sus añitos. Luego, en la habitación hay una extensísima frase que no llegué a digerir: “…y la siempre agradecible sonrisa le mostró toda la extensión de la que se convertía en propietario para hacerle más grata la existencia desde aquel mismo instante” Sí, la entiendo, pero rompe la magia de la lectura.
Sally, oh Sally, qué maravilla de personaje, con los surcos del vinilo como años de existencia. Da miedo su magnetismo, capaz de atrapar o escupir fuera a Álvaro. Una habitación curiosa la de Sally, no menos que el ambiente recreado del bar en el East Village, donde suena Foreigner, que podía haber ido en cursiva como todo lo que pones en inglés.
Mr. Green, comienza a descubrir el aterrizaje progresivo de Álvaro con una taza ¿hirviendo? de café o de café hirviendo. Lo cierto es que menudo pedal.
Suena el estridente sonido del despertador, y el sonido le penetra en sus “doloridos” oídos, como si hubiese pillado una otitis con el frío de la noche anterior. Creo que falta ¿? en el “Por qué no había apagado…” y un acento em “…en donde se había perdido para siempre”
Este inicio del capítulo VI me ha parecido escrito en mala hora, luego vuelves a soltar la pluma, pero no con la brillantez de capítulos anteriores.
Una ducha de agua refrescante es fría, hasta ahora me pareció que era friolero. Yo no lo hubiese hecho, pero yo no soy Álvaro al que se le evaporan las sensaciones de un día ya fenecido, lo que me parece ligeramente ampuloso en el contexto general.
Ni planos ni guía, todo estaba en su cabeza, se sabía NY de memorieta, sin embargo, antes de entrar en el bar del East Village, parecía andar perdido: “No conocía la ciudad,…; cuando el cuerpo le pedía, giraba a la derecha…”
El capítulo de Benedetti, genial: la idea de los mensajes en el periódico, el juego del gracias por el fuego y su entrevista final en el parque.
Le das a los lugares que Álvaro visita en su recorrido una perspectiva de paz y sosiego, de soledad que sorprende a los que hemos vivido en NY, una perspectiva totalmente antagónica a la idea que cualquiera que la visite se forma. Me encanta la Nueva York intimista que dibujas.
Blog
Entrevistas
Revista
Fotos
)
cuando quieras te lo presto un ratito.
príncipe de la palabra