Voy por el capítulo VIII.
Es la segunda novela que leo de Torrente (para nada que ver con el casposo inspector de policía ) y tengo que decir que me está encantando
La novela constituye un espléndido retrato de lo que eran los poderes fácticos que gobernaban el destino de un pueblo o una comarca para su mayor gloria y enriquecimiento.
La figura de Carlos se me está quedando empequeñecida frente a la de Doña Mariana y a la de Cayetano. Sobre todo teniendo en cuenta que Carlos es un personaje mucho más inseguro, mientras que los otros saben bien lo que quieren y la manera de conseguirlo. Carlos es más un observador que a sus treinta y tantos años aún no sabe que hacer con su vida y todavía anda buscando el sentido de la misma.
Al hilo de esto, quiero destacar lo bien expresada que está en la obra la rivalidad de Doña Mariana y de Cayetano. La primera es de armas tomar, que inflexibilidad, pero a la vez parece una persona más justa con los demás. En cambio, la irrupción de Cayetano en el encuentro con Carlos es brutal.
Toda una declaración de intenciones y de su filosofía vital, para pasar como una apisonadora por encima de la vida de los demás. El retrato perfecto de un déspota, presuntuoso y ostentador, cuyas concesiones sirven únicamente para el engrandecimiento de su poderío sobre las gentes del pueblo. Todo lo tiene atado de tal manera que sabe el precio de cada hombre, y está dispuesto a comprarlo todo, pero tiene por delante un hueso duro de roer que es Doña Mariana. |
las teorías religiosas de Don Baldomero, y de su incapacidad para resistirse a los encantos femeninos. |
Ahora me queda la duda de si Carlos será capaz de
asumir el papel que de él se espera para oponerse a la figura de Cayetano, pero por el momento no le veo muy por la labor. |
desapareció de esa manera tan repentina. Que hombre más recto y cabal, y a la vez que tímido y que hermosa es la historia de su amor velado hacia Doña Mariana. |