llegué a la 700 y ya me parece un libro muy pero muy grande, una catedral literaria. de fondo están los crímenes de mujeres, que aunque se parecen mucho entre sí, no agotan al lector. justamente porque están narrados con la misma plantilla, poseen cierta simetría que los hace bellos. a casi todas las violan de la misma manera y las echan en un descampado, en varias el criminal deja su
firma cercenando un pezón, en muchas se nombra al judicial que se encarga del caso. pero lo verdaderamente grande está alrededor de los crímenes. allí bolaño se entrega entero. por ejemplo cuando se encarcela a haas, sospechoso de los crímenes, y se viven escenas de mucha violencia en la prisión. o cuando se repasa la genealogía de un policía llamado lalo cura, que es hijo y nieto y bisnieto de mujeres violadas.
y luego está el humor que es muy negro y muy potente, como este párrafo sobre los numerosos conductos para violar a una mujer:
Según el forense, Mónica había sido violada anal y vaginalmente, aunque también le encontraron restos de semen en la garganta, lo que contribuyó a que se hablara en los círculos policiales de una violación «por los tres conductos». Hubo un policía, sin embargo, que dijo que una violación completa era la que se hacía por los cinco conductos. Preguntando sobre cuáles eran los otros dos, contestó que las orejas. Otro policía dijo que él había oído hablar de un tipo de Sinaloa que violaba por los siete conductos. Es decir, por los cinco conocidos, más los ojos. Y otro policía dijo que él había oído hablar de un tipo del DF que violaba por los ocho conductos, que eran los siete ya mencionados, digamos los siete clásicos, más el ombligo, al que el tipo del DF practicaba una incisión no muy grande con su cuchillo y luego metía allí su verga, aunque, claro, para hacer eso había que estar muy taras bulba. Lo cierto es que la violación «por los tres conductos» se extendió, se popularizó en la policía de Santa Teresa, adquirió un prestigio semioficial que en ocasiones se vio reflejado en los informes redactados por los policías, en los interrogatorios, en las charlas off the record con la prensa.