Las cómplices voces que lo guardan

[Ibn Batuta]

Un veneno de claro y esquivo nombre
fluía por las altas venas de mi cerebro,
mientras el antídoto reposaba tranquilo
en profundas redes dormidas
de hilos fundidos en el destierro;
mas la mano traicionera
sumía al despierto en ocaso
con un engañoso encierro,
como por si acaso, en mente sincera
sabía yo del mal de todo aquello.

Como una fina e inconsciente brisa
acariciaban los fantasmas de mi alma,
mis más bajos instintos,
en un mal movimiento quizá,
yo los resistía, esperaba atento,
por si venían con disfraces distintos
a mi maltrecha morada,
ante una brisa que volvía y embatía,
lo poco que ya quedaba.

Yo me revolvía, zambullía,
en una huía negligente, desesperada,
buscaba una solución entre tanta locura,
pues me decían que era sano, normal,
que todo en realidad con ello se cura,
mas eran otros locos quienes me lo decían,
y yo, conciente del negro demonio
que dominaba mi negra calma,
sabía por los pulsos del aire
de una tarde amarga,
que no había pronto dominio
para un problema convenientemente confundido,
por las mil voces que lo guardan.

[Aben Razín]

Quizás, hay veces que es mejor dejar que los acontecimientos se expresen antes de llegar a una rebelión estéril de la persona,

Gracias por ofrecernos este poema, Ibn Batuta

[lucia]

Cada uno tiene sus propias rarezas y no por ello somo locos

[eee]

Cada uno tiene sus propias rarezas y no por ello somo locos

No; hay rarezas que rebazan los límites de la razón para sumirse en los dominios y los demonios de la locura. Algunas de golpe, otras poco a poco.

[Ibn Batuta]

Quizás, hay veces que es mejor dejar que los acontecimientos se expresen antes de llegar a una rebelión estéril de la persona,

Sin lugar a dudas Aben.

Cada uno tiene sus propias rarezas y no por ello somo locos

Gracias por el apoyo emocional, Lucía, jaja.

No; hay rarezas que rebazan los límites de la razón para sumirse en los dominios y los demonios de la locura. Algunas de golpe, otras poco a poco.

Cierto, aunque bien las hay que pueden se aceptadas para combatirlas y en cierto modo, sanar. Aunque estás rarezas particulares, tiraban más hacia las adicciones,
a esa lucha entre los impulsos químicos del "mono" y la cordura de la conciencia.

Gracias a todos por leer. Un abrazo.