Niños silenciosos

[jose manuel saiz]

NIÑOS SILENCIOSOS


Mi infancia también fue ese tiempo
en el que un timbre abría por las tardes
las puertas de mi vida.

Cada tarde, a las cinco en punto, un timbre
mostraba una salida.

Yo fui uno de esos niños silenciosos
que se sientan (o esconden) al fondo de la clase.
Disciplinadamente
aguardaba mi turno en ese lugar tranquilo
donde la soledad del crucifijo y la paz de mi pupitre
se hacían más presentes a partir de aquel instante. A medida
que salían alumnos y profesores al pasillo
y menguaba la luz en la pizarra,
la vida se volvía íntima, serena y el influjo de la escuela
se hacía intranscendente de nuevo para mí.

A pesar de mi corta edad,
y de no comprender en ese tiempo los entresijos
de mi espíritu, yo amaba el sonido de aquel timbre
que apaciguaba cada tarde mi tímida actitud.

A las cinco en punto, una parte de mí mismo, que todavía hoy
me ronda y me define
permanecía inmóvil como un a sombra tras de mí.
(Ahora sé por qué los mansos aman la soledad; Ahora sé
por qué ese amparo oscuro del fondo de las aulas
está lleno de niños silenciosos).


--oOo--

[nosequé]

¡¡Qué triste!!

[jose manuel saiz]

¡¡Qué triste!!

Gracias Nosequé,
tristeza es una hermosa palabra y un intenso sentimiento, además de un gran recurso poético. Que mi poema te haya parecido triste me satisface mucho. Solo si te hubiera provocado indiferencia, la tristeza me invadiría a mí.
Un abrazo
J. Manuel

[jose manuel saiz]

¡¡Qué triste!!

Por cierto, Nosequé, mi infancia fue feliz, fui un niño feliz.
Simplemente era tímido.
Aún lo sigo siendo.

Abrazos.
J. Manuel

[Aben Razín]

En este poema, se manejan muy bien los sentimientos de timidez y de tristeza aunque no siempre deben de estar unidos, pero añadiría otro más: la melancolía del recuerdo de ese timbre que acude a tu vida a las cinco de la tarde...

¡Me ha gustado mucho, José Manuel!

En mi caso, creo recordar que era a las seis de la tarde...

[nosequé]

Me alegro mucho que hayas sido feliz..............pues ¡ale!, ponte al tajo y haz un poemilla, sumado, restado y con algo de alegría.

[jose manuel saiz]

En este poema, se manejan muy bien los sentimientos de timidez y de tristeza aunque no siempre deben de estar unidos, pero añadiría otro más: la melancolía del recuerdo de ese timbre que acude a tu vida a las cinco de la tarde...

¡Me ha gustado mucho, José Manuel!

En mi caso, creo recordar que era a las seis de la tarde...

Muchas gracias Aben, eres muy amable.
Un abrazo
J.Manuel

[jose manuel saiz]

Me alegro mucho que hayas sido feliz..............pues ¡ale!, ponte al tajo y haz un poemilla, sumado, restado y con algo de alegría.

Ya te he dedicado uno, espero que te guste.
Abrazos
J.Manuel

[lucia]

Transmite melancolía por ese niño que ya apenas existe.

Y aquí, cuando se podía elegir, los de las filas de atrás solían ser los mas trastos