Que te quiero

[Mario Cavara]

QUE TE QUIERO

Que te quiero por la noche y por el día,
que te quiero de ambarino y de azul claro,
que te quiero ya desnuda, ya vestida,
que te quiero cuando grito y cuando callo.

Que te quiero cuando al alba el sol despierta,
que te quiero en cada fase de la luna,
que te quiero en la distancia y a mi vera,
que te quiero con furor y con locura

Que te quiero porque así me da la gana,
que te quiero de vainilla y chocolate,
que te quiero por simpática y por guapa,
que te quiero revestida de azahares.

Que te quiero, niña, que te quiero y punto.
Que te quiero, niña, que te quiero y basta.

Que te quiero entre trigales amarillos,
que te quiero perezosa y soñolienta,
que te quiero mientras este verso escribo,
que te quiero si retoza mi alma inquieta.

Que te quiero por el brillo que desprendes,
que te quiero cuando tus manos me rozan,
que te quiero de casualidad y adrede,
que te quiero cuando tus ojos me enfocan.

Que te quiero recostada sobre un muro,
que te quiero provocadora y traviesa,
que te quiero porque me vistes de embrujo,
que te quiero cuando tus labios me besan.

Que te quiero, niña, que te quiero y basta.
Que te quiero, niña, que te quiero y punto.

[Paraná]

Creo, sinceramente, que la anáfora excesiva atenta contra la indiscutible eufonía del poema. Viendo que me perturbaba mientras la leía, he decidido sustraerme a la repetición, y la he releído sólo por las mitades finales de los versos: ¡preciosa! En esa especie de estribillo a mitad y final del poema, en cambio, ¡qué bien suena el "Que te quiero"!
¿Te doy un ejemplo de cómo la "escuché"?
Que te quiero por la noche y por el día,
de ambarino y de azul claro,
ya desnuda, ya vestida,
cuando grito y cuando callo.

...cuando al alba el sol despierta,
en cada fase de la luna,
en la distancia y a mi vera,
con furor y con locura


Perdón por el atrevimiento, Mario. Sólo pretendo transmitirte cómo he vivido tu poema. Y cómo lo he disfrutado.

[rubisco]

Me ha recordado mucho a Más que a nadie, adaptación que hizo Serrat de un bello poema de Luis Cernuda. De hecho incluso lleva el mismo ritmo:

Que te quiero más que a nadie y más que a nada,
te lo he dicho con mis ojos centinelas,
te lo he dicho con mis manos que te celan,
te lo he dicho con mi lengua enamorada.

Que te quiero más que a cualquier otra cosa
te lo he dicho con el sol y los cometas,
te lo he dicho con el viento y la veleta,
te lo he dicho con el agua luminosa.

Que te quiero, te quiero, mujer.
Que te quiero y no hay nada que hacer.

Que te quiero sobre todas las mujeres,
te lo he dicho con el pan de cada día,
te lo he dicho con el miedo y la alegría,
con el tedio que nos mata y que nos muere.

Que te quiero como nunca te han querido,
te lo he dicho recreándome en la suerte,
más allá de la vida con la muerte,
más allá del amor con el olvido.

Que te quiero, te quiero, mujer.
Que te quiero y no hay nada que hacer.

Más que a nadie y más que a nada.



Coincido con Paraná: el relato es bello, envuelve y abraza, pero quizá se repite en exceso la expresión "que te quiero" hasta el punto de deslucir el poema en su conjunto.

No obstante insisto en que la belleza la conserva independientemente de la forma. Enhorabuena

[Paraná]

¡Jooooo! ¿Cómo es que no he escuchado esa de mi ángel Serrat? ¡Me voy a googlearlo!
Gracias por la info, Niño Rubí

[lucia]

Me ha pasado exactamente como a Paraná, que he tenido que limitar el que te quiero al primer verso de cada estrofa para darle ritmo porque tanta repetición cansa. Una vez suprimida, gana muchos enteros y luce mas.

[Mario Cavara]

Sí, convengo en que quizá la anáfora resulte excesiva... Pero es el núcleo del poema, sin ella habría que recomponer todos los versos. Sería como quitarle el "temprano" o el "no perdono" a la "Elegía por la muerte de Ramon Sijé"

Por cierto, no había escuchado nunca esa canción de Serrat, y mira que prácticamente he escuchado todo su repertorio. Me pondré inmediatamente a la tarea. Gracias por traerla, Rubisco.

Y, por supuesto, gracias a todos por vuestros comentarios