Hofman

Aquellas maravillosas cartas.

Moderador: natura

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madison
La dama misteriosa
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Registrado: 15 May 2005 21:51

Hofman

Mensaje por madison »

Clara a Natanael

Aunque no me hayas escrito en tanto tiempo, sigo creyendo que me llevas en tu alma y en tus pensamientos;pues estoy segura que pensabas en mí con tanta intensidad que, queriendo enviar tu carta a mi hermano Lotario, pusiste mi nombre en la dirección.
La abrí llena de contento, y no me di cuenta de la equivocación hasta leer estas palabras: "Ay, mi muy querido Lotario" Entonces, indudablemente, debí dejar la lectura y entregar la carta a mi hermano. Muchas veces me he reprochado, riendo, que tengo un caráter tan pacible y sereno que, si la casase viene abajo, aún tendría calma bastante para, antes de huir, poner en su sitio una cortina mal recogida. Pués, a pesar de eso, apenas podía respirar y todo parecía dar locas vueltas a mi alrededor.
¡Mi bién amado Natanael! Yo temblaba y ardía en deseos de conocer por qué infortunios había pasado tu vida. Alejamiento de ti, olvido, separación eterna..... todos esos pensamientos me herían como puñaladas. Leí y volví a leer. Tu descripción del infame Coppelius no puede ser más espantosa. Supe por primera vez de qué modo cruel murió tu buén padre. Mi hermano, a quien puse en posesión de la carta que le pertenecía, intentó calmarme; pero no lo pudo conseguir.
Estoy viendo continuamente a ese Giuseppe Coppola, y me siento un poco confusa al confesarte que ha turbado, con espantosas pesadillas, mi sueño siempre tan profundo y tranquilo. Pero pronto, al llegar la mañna, todo se presentó a mi mente bajo distinto aspecto. No te enfades conmigo, mi amado Natanael, si Lotario te dice que, a pesar de tus funestos presentimientos respecto a Coppelius, mi serenidad no sa ha alterado lo más mínimo.
Te diré sinceramente lo que pienso. Creo que todos los horribles hechos que nos cuentas han nacido en ti mismo: el mundo real y exterior sólo tiene muy pequeña parte. Sin duda el viejo Coppelius era poco atractivo; perocomo odiaba a los niños, eso hizo nacer en vosotros un verdadero horror por él.
Como es natural, el terrible Hombre de la Arena de la nodriza se juntó en tu mente con el viejo Coppelius, y, sin que tú pudieras darte cuenta, continuó siendo el fantasma de los priemros años. Sus entrevistas nocturnas con tu padre, sin duda no tenían otro objetivo que el de realizar experiencias de alquimia; y eso afligía a tu madre, pués probablemente costaban mucho dinero, además de que esos trabajos, llenando a su marido de engañadoras esperanzas, debían apartarle de sus deberes con la familia. Seguramente tu padre se causó la muerte por una imprudencia, y no había por qué culpar a Coppelius.
¿Creerás que he preguntado a nuestro vecino el farmacéutico, si en los experimentos químicos una súbita explosión podía causar la muerte? Me ha contestado que sí, y ma ha escrito ampliamente, a su manera, cómo puede suceder; ha empleado gran número depalabras raras, aunque no he podido retener una sola en mi memoria.Ahora vas a enfadarte con tu Clara. dirás: En esa alma de hielo no entra ninguno de los rayos misteriosos que tantas veces abrasan al hombre con sus alas invisibles. ella sólo se da cuenta de la rugosa superficie del globo, y se alegra como un inocente niño cuando ve frutas cuya dorada corteza esconde un veneno mortal.
Mi bien amado Natanael: ¿Acaso crees que la idea de una potencia enemiga, que actúa de funesta manera sobre nuestro ser, no puede albergarse en las almas risueñas y serenas? perdona si yo, una simple muchachita, me atrevo a expresar lo que pienso de semejante lucha. Quizá no encuentre las palabras más apropiadas para pintar lo que siento; y tú te reirás, no de mis pensamientos sino de la torpeza que pondré al expresarlos.
Si en efecto existe una potencia oculta, que traidoramente clava sus garras horribles en nuestro seno, y nos arrastra por un camino peligroso que, por nosotros mismos, no hubiéramos emprendido, tendrá que plegarsea nuestros gustos y a nuestras conveniencias; pués sólo de ese modo le daríamos crédito y conquistaría en nuestro corazón el puesto que necesita para cumplir su obra.Si tenemos la suficiente firmeza, el valor bastante para conocer el camino al que debe conducirnos nuestra vocación y nuestras inclinaciones, y para seguirlo con paso tranquilo, nuestro enemigo interior perecerá entre los vanos esfuerzos que haga por ilusionarnos.
A esto, Lotario añade que muchas veces, la tenebrosa potencia nos crea imágenes tan atractivas, que somos nosotros mismos quienes producimos el principio devorador que nos consume. Es el fantasma de nuestro propio yo el que influencia nuestra alma y nos hunde en el infierno o nos eleva al cielo. Yo no comprendo muy bien las últimas frases de Lotario, y sólo intuyo lo que piensa; sin embargo, me parece que es rigurosamente cierto lo que dice.
Te lo suplico: borra de tu mente al abogado Coppelius y al vendedor de barómetros Giuseppe Coppola. Convéncete de que esas figuras extrañas no tienen influencia alguna sobre ti: sólo las hace poderosas tu convicción de que lo son. Si cada línea de tu carta no demostrase la profunda exaltación de tu espíritu; si el estado de tu alma no me afligiese tanto, ahora bromearía sobre tu Hombre de la Arena y tu abogado alquimista. ¡Libérate, espíritu débil! ¡Sé libre! yo me he prometido representar junto a ti el papel de ángel guardián, y desterrar al odioso Coppola con una carcajada, si vuelvea perturbar tus sueños. ni él ni sus malditas manos me inspiran miedo alguno, y no toleraré que estropee mis golosinas ni que me eche arena a los ojos.
hasta siempre, mi bien amado natanael.
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