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JULIÁN CAÑIZARES MATA (Albacete, 1972) ha publicado Travis poemas (Colección Provincia, Diputación de León, 1999), Los elementos del clima (Editorial Aventis, 1999), El hombre sin cabeza, el gato Wilson y el Condotiero Fajardo, dentro del libro Tres tipos con gafas (Editorial Academia de Samotracia, 2001), Sustituir estar (Ediciones DVD, 2009), Lugar y esquema (La Isla de Siltolá, 2013) y La lealtad mantenimiento (La Isla de Siltolá, 2015). Dirige el fanzine Guitarrazo.
A MODO DE POÉTICA
La consciencia es el mayor valor de la naturale-
za, después del nacimiento. Y la consciencia de
la propia consciencia es el inicio de todo poe-
ma. Como un lugar, nuevo, o viejo, visitado o
descubierto, el poema existe para depositar un
tiempo y un espacio de consciencia. A partir de
aquñi, la sorpresa, la revolución, la calma y el
infinito. El desarrollo de los poemas en lo suce-
sivo: para una sensación de equilibrista, dentro
de una respiración simbólica sin paliativos, sin
más afán que quedarse tranquilo (como el vien-
to), ojalá que en una belleza individual y única.
Ser lo único que ha reseñado esa consciencia,
sentirse el yo más importante de lo que rodea
a ese yo. Un acto egoístamente humilde, sen-
cillo, vital, una aclaración sin término. El len-
guaje, mientras tanto, también nace, y toma
consciencia, y fluye junto a toda esa aclaración
permanente. Sin lenguaje consciente no habría
modo de respetar la naturaleza del acto poéti-
co, como sin mapa no habría manera de existir
un lugar. Así pues, cuando escribo, continúo el
mapa.
Fuente:Hector Castilla
